lunes, noviembre 25, 2019

JAUME FARRERONS EN METAPEDIA

Jaume Farrerons

Jaume Farrerons (Barcelona, 1961) es un político y filósofo hispánico de ideología nacional-revolucionaria europea.

Biografía

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Después de siete años de estudios autodidactas paralelos al bachillerato y de licenciarse en filosofía y ciencias de la educación por la Universidad de Barcelona (1992), presentó el proyecto de investigación "Verdad y muerte" para el Diploma de Estudios Avanzados en Filosofía Moral y el Certificado de Suficiencia Investigadora, los cuales obtuvo en 2007. Cursó estudios de Filología Germánica (2001-2002) en la Universidad de Barcelona. El doctorado se retrasó cuatro años porque Farrerons fue plagiado por un catedrático, hecho reconocido públicamente por el rectorado de la universidad con notable repercusión en la prensa. El 8 de abril de 2019 defendió la tesis "Verdad y muerte. Filosofía frente a cosmovisión en el primer Heidegger (1919-1929)". El trabajo constituye la primera fundamentación racional conocida de la ideología fascista y fue convalidado por un tribunal académico que presidió el Dr. Félix Duque Pajuelo.

Desde el año 1991, Farrerons sirvió como funcionario del cuerpo técnico del Departamento de Justicia en la administración pública de Cataluña. En 2012 fue jubilado por mobbing (acoso laboral) tras un largo conflicto político-sindical con la Dirección General de Servicios Penitenciarios. En 1996 había fundado la Asociación Democrática Catalana de Funcionarios (ADECAF), que denunció el maltrato en las prisiones de dicha comunidad autónoma española, presentando informes a organizaciones como Amnistía Internacional, Observatorio del Sistema Penal y de los Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona y Colegio de Abogados de Barcelona, que han reconocido su contribución a la defensa de los derechos humanos en el sistema carcelario local.


Desde el año 2007 denuncia las vulneraciones masivas e impunes de los derechos humanos por parte de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Singularmente, subrayó la criminalidad del comunismo y, sobre todo, el olvido de sus más de 100 millones de víctimas, pero en los últimos años centra sus críticas en los genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad del liberalismo, las potencias coloniales y los Estados Unidos de América (exterminio de los indios autóctonos norteamericanos, esclavitud africana, bomba atómica de Hiroshima, guerras del Vietnam, Corea e Iraq...). Fue el primero en sumar las cifras de víctimas totales del genocidio perpetrado por los aliados occidentales y soviéticos contra el pueblo alemán, que Farrerons calcula en un mínimo de 6 millones de personas y un máximo de 13, sosteniendo por otro lado que el Holocausto, además de exagerado, fue una respuesta al plan de exterminio Kaufman/Morgenthau publicado en 1941 y puesto en práctica con los bombardeos terroristas ingleses contra los civiles alemanes pocos meses después.
Políticamente, Farrerons empezó su trayectoria militando en las Juventudes Socialistas de Cataluña, aunque rápidamente pasó a la Falange Auténtica (hedillista y antifranquista). Tras fundar la Plataforma Nueva Europa con el ex trotskysta Juan Colomar, se retiró por un tiempo de la política en 1988, aunque mantuvo la asociación cultural ENSPO, caracterizada como nacional-revolucionaria y tercerposicionista (anticomunista y anticapitalista).

Basándose en la filosofía de Heidegger y Nietzsche, redactó los programas políticos de Alternativa Europea, Plataforma per Catalunya y Partit per Catalunya. Fue el ideólogo fundador de Plataforma per Catalunya (PxC), pero abandonó este partido en 2003 porque consideraba que no se estaba cumpliendo la declaración programática aprobada y que PxC habíase convertido en una organización racista de extrema derecha favorable a Israel. En 2013 volvió a la PxC bajo la condición, entre otras, de que Josep Anglada realizara el prometido giro a la izquierda nacional. Cuando Anglada fue expulsado de PxC en 2014, Farrerons le siguió apoyando y fundó con él la Plataforma Democràtica per Catalunya (PDxC), en cuyos estatutos figuraba el mandato de federación con la Izquierda Nacional de los Trabajadores (INTRA) y la democratización de PxC. A principios de 2015, Farrerons apartó a Anglada de PDxC por su vulneración sistemática de la norma estatutaria del partido en materia de ideología, organización y tesorería.

Entre 2006 y 2007 Farrerons militó en el Partido Nacional Republicano, presidido por Juan Colomar, y reivindicó expresamente posturas nacional-revolucionarias de izquierdas. En 2010 fundó el partido político Izquierda Nacional de los Trabajadores (INTRA), federado en 2015 con la Plataforma Democràtica per Catalunya (PDxC), que actualmente preside.

Obra

Ha publicado diversos artículos en la prensa sobre temas políticos y penales, así como ensayos de historia del fascismo en las revistas Nihil Obstat y Disidencias. También publica trabajos en revistas especializadas de filosofía en coautoría con el catedrático de teoría del conocimiento José Luis Arce Carrascoso (Universidad de Barcelona). En 2012 publicó el libro La manipulación de los indignados bajo el pseudónimo "un indignado" y comenzó a editar una parte de su extensa investigación sobre el fenómeno de la muerte y el fascismo. Es miembro de la Societat Catalana de Filosofia y contribuye regularmente con sus trabajos a los Coloquios de Vic. Ha participado en el II, III y V congresos catalanes de filosofía con ponencias sobre su especialidad, a saber, los temas de la muerte, la verdad, el castigo, el dolor y el fascismo.

  •  "El problema cultural del fascismo" (opúsculo inédito), Les Cotxeres de Sants, Barcelona, 1987. 

  • Informe sobre la instigación sindical de malos tratos a los reclusos, Adecaf-CEP, 1999-2000.

  •  ¿Terrorismo en Cataluña? Informe sobre la unificación del independentismo radical catalán (1995-2001), Adecaf-CEP, 2001.

  • "De la hermenéutica a la acción comunicativa. Entre la experiencia de la nada y la experiencia del tú", "Logos. Anales del seminario de metafísica", Vol. 35, pp. 241-272, 2002.

  • "Para una ontología de la historicidad: El sujeto de la historicidad", "Endoxa. Series filosóficas", nº 16, pp. 65-86, 2002.

  • "La experiencia de la facticidad en Heidegger frente a la impresión de la realidad en Zubiri", "Convivium", nº 16, pp. 117-140, 2003.

  • "Filosofía e ideología en la interpretación habermasiana de Heidegger", publicado en el libro colectivo Las raíces de la cultura europea. Ensayos de homenaje al profesor Joaquín Lomba, pp. 371-395, P. U. F., Zaragoza, 2004.

  • "¿Qué significa hoy ser de izquierdas?", "Nihil Obstat", nº 9, pp. 89-98, 2007.

  • "Crítica y utopía: la democracia contra el liberalismo", "Nihil Obstat", nº 10, pp. 121-124, 2007.

  • "¿Qué significa hoy ser de izquierdas? (2ª parte)", "Nihil Obstat", nº 11, pp. 95-131, 2008.

  • "Disidencia y crítica", "Nihil Obstat", nº 12, pp. 131-146, 2008.

  • "L'oblit de l'ésser i allò carcerari", Col·loquis de Vic, 2008.

  • "Heidegger y la criminalización del fascismo", "Disidencias", nº 9, pp. 11-58, 2009.

  • "La veritat de l'horror i els problemes de l'estètica", Col·loquis de Vic, 2009.

  • "Heidegger y la singularidad de Auschwitz", "Disidencias", nº 10, pp. 11-68, 2010.

  • "Ésser i raó. La facticitat trascendental qunt a pregunta per la identitat europea", Col·loquis de Vic, 2010.

  • "Condicions metodològiques i conseqüències polítiques de l'enunciat 'la mort és la veritat de l'existència'", II Congrés Català de Filosofia, Sueca, 2011.

  • "Holocaust Hollywood. La societat de la imatge quant a consumació de la metafísica platònica", Col·loquis de Vic, 2011.

  • La manipulación de los indignados. Stéphane Hessel y la decadencia del movimiento 15 de mayo, Madrid, Ed. Barbarroja, 2012.

  • Verdad y muerte I. Introducción a los fundamentos filosóficos del nacionalismo revolucionario, Madrid, Barbarroja, 2012.

  • "La legitimació feixista de l'estat segons la filosofia de Heidegger", Col·loquis de Vic, 2013.

  • "El misterio de la Marca Hispánica", "Nihil Obstat", nº 22, pp. 93-104, 2014.

  • "Guerra, experiència de la veritat i literatura feixista", Col·loquis de Vic, 2014.

  • "Sobre l'essència del feixisme", III Congrés Català de Filosofia, Palma de Mallorca, 2015.

  • Verdad y muerte. Filosofía frente a cosmovisión en el primer Heidegger (1919-1929)(tesis doctoral), Universidad de Barcelona, 2019.

  • "El significat filosòfic de l'Holocaust", V Congrés Català de Filosofia, Canillo (Andorra), 2019.

  • "La mort, la veritat i el feixisme", Col·loquis de Vic, 2019.

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viernes, noviembre 22, 2019

MARX + NIETZSCHE = FASCISMO (2). MUSSOLINI O EL PRIMER COMUNISTA DE EUROPA OCCIDENTAL








EL FASCISMO, UNA HEREJÍA MARXISTA. La presente entrada es continuación de Marx + Nietzsche = Fascismo (1). Recapitulando la anterior, cabe afirmar que el ideólogo nacional-revolucionario por excelencia, aunque haya otros, es Georges Sorel, un disidente marxista francés. El nacionalismo revolucionario soreliano surge de la reinterpretación de Marx desde una determinada lectura de Friedrich Nietzsche. Y el fascismo, a su vez, constituye una rama del nacionalismo revolucionario soreliano pensada y promovida por el professore italiano Benito Mussolini.

A este hecho, habría que añadir ahora el decisivo papel de Bergson.  

Sobre la filosofía de Henri Bergson no nos ocuparemos en la serie Marx + Nietzsche = Fascismo, pero Bergson no debería ser por ello minusvalorado. Volveremos a él. Conviene anticipar, por el momento, que Bergson fue un filósofo judío espiritualista tan respetado por los nazis que durante la ocupación de Francia le hicieron objeto de un clarísimo trato de favor respecto de la mayoría de sus congéneres. En efecto, las autoridades del Tercer Reich, conscientes del papel desempeñado por el espiritualismo bergsoniano en la génesis ideológica del fascismo, dispensaron al autor de la obligación de vestirse con la preceptiva estrella amarilla que le identificaba como hebreo. Pero Bergson, en un acto de valerosa solidaridad, se negó a aceptar el trato. 

Henri Bergson.
Si nos atenemos, por tanto, a los hechos, el fascismo procede de tres filósofos, dos de ellos judíos y un tercero ateo y anticristiano radical. De los filósofos judíos, uno, Karl Marx, se define como materialista y el otro, Henri Bergson, como espiritualista. El "materialismo" de Marx no designa, sin embargo, una doctrina ética o metafísica, sino un método sociológico de análisis de la sociedad capitalista burguesa. En cuanto al espiritualismo de Bergson, sí tiene carácter ético y metafísico, con lo cual resulta perfectamente compatible con el materialismo de Marx. En cuanto a Nietzsche, estamos ante un filósofo que ha sido caracterizado como vitalista y, en este sentido, pertenece a la misma corriente filosófica finisecular que Bergson. También se da en Nietzsche, como en Marx, un materialismo de carácter metodológico que interpreta los fenómenos espirituales a partir de sus fundamentos fisiológicos, psicológicos o biológicos, mientras que el materialismo metodológico marxista interpreta los fenómenos políticos y culturales burgueses a partir de sus fundamentos económicos. La principal aportación de Nietzsche a la filosofía, empero, no será aquel "materialismo biológico", sino su teoría gnoseológica de la verdad trágica y su teoría ética del acto heroico, una vez más y grosso modo, perfectamente complementarias con el espiritualismo de Bergson. 

Cuando hablamos de complementariedad no nos referimos a una identidad de doctrinas, sino a la circunstancia de que dichas doctrinas no sean incompatibles por principio, como pretenden los analfabetos neonazis de la filosofía

Todas estas cuestiones aparecen planteadas por primera vez en la obra de Georges Sorel. Y será en Sorel donde se gestará un marxismo alternativo, un marxismo marxiano o no-marxista (Karl Marx: "yo no soy marxista") u opuesto a los cánones de la vulgata marxista-leninista oficial (del "partido"); un marxismo, en definitiva, nacional-revolucionario, que resultará a la postre decisivo tanto para las futuras luchas anticoloniales de posguerra cuanto para la ideación doctrinal del fascismo, el tema que nos interesa ahora aquí. 

Benito Mussolini.
De Sorel a Mussolini

Ahora bien, el ideólogo del fascismo (si es posible establecer una distinción entre nacionalismo revolucionario en general y fascismo en particular) será Benito Mussolini, otro marxista y, según el historiador Ernst Nolte, el primer comunista de Europa occidental. Mussolini reconoce explícitamente la influencia de Sorel en su propio pensamiento, de tal suerte que el análisis de la doctrina de Mussolini incluye ya, de antemano, la de Sorel. Así las cosas, para la comprensión del nacimiento de la ideología fascista conviene leer a Sorel desde Mussolini, porque el sorelismo no tenía que desembocar necesariamente en el fascismo y cabe afirmar que existieron y son posibles nacionalismos revolucionarios no-fascistas

Sea como fuere, en ningún momento deja Mussolini de ser marxiano. La filosofía de Marx no es una etapa que Mussolini "supere" después de la lectura de Nietzsche, sino que el fascismo revolucionario originario comporta en sí mismo una herejía marxista, una determinada forma de concebir, leer e interpretar a Marx. Ernst Nolte es muy claro al respecto. Citamos del ensayo de Nolte La influencia de Marx y Nietzsche en el socialismo del joven Mussolini ("Historische Zeitschrift", octubre de 1960) respetando la paginación de la traducción (págs. 113 a 160): 

Como labor previa a cualquier investigación, hay que dejar constancia de una cosa: se diga lo que se diga en detalle sobre el marxismo de Mussolini, lo cierto es que él mismo siempre se declaró marxista y rechazaba vehementemente cualquiera de las dudas que, no rara vez, se pronunciaban sobre su ortodoxia. / En la época en que el joven de diecinueve años pasaba las noches, hambriendo y desamparado, bajo el puente de arcos de Lausana, una medalla de níquel con la imagen de Karl Marx es el único objeto de metal en sus bolsillos. / Mussolini no pierde nunca la ocasión de conmemorar al "padre y maestro" como "brújula" del movimiento proletario y socialista (op. cit., p. 118). 

La influencia de Nietzsche no comporta una fase posterior de su pensamiento en la que dejara atrás a Marx, sino, insistamos en este punto, una relectura ---nietzscheana--- de Marx en virtud de la cual Mussolini es a la vez marxista y nietzscheano o marxista nietzscheano, de manera que se produciría aquí esta "amalgama" entre Nietzsche y Marx que sería supuestamente un síntoma de chifladura para los cretinos neonazis

Por último, no hay que entender la palabra "desarrollo" en el sentido de un cambio de convicciones producido con el paso del tiempo. No es que Mussolini fuera primero un joven y fanático seguidor del marxismo, cuyas ideas luego fue superando (o perdiendo) bajo la influencia de Nietzsche, Pareto, Bergson y la tradición nacional italiana, hasta llegar a romper con el partido socialista. Hay, sin duda alguna, acentos que se desplazan y opiniones que se alteran. Su postura ante el sindicalismo y ante Sorel, por ejemplo, no es la misma en 1909 que en 1912. Pero mucho más importante es el carácter casi inalterable de sus ideas, que le permite intepretar el marxismo de un modo particular y, al mismo tiempo, adoptar influencias "externas". Sólo así va a poder escribir su gran ensayo sobre Nietzsche en el año 1908 y, en 1914, realizar algunas de las manifestaciones marxistas más intransigentes (op. cit., p. 120). 

Si la "mezcla" de Marx y Nietzsche es una locura, entonces esa locura se denomina "fascismo" y todos los fascistas, los verdaderos fascistas ---no la escoria de ultraderecha que actualmente se hace pasar por tal---, estarían "locos". Pero las mismas razones que luego, cuando se produzca el giro nacionalista de Mussolini, darán lugar al fascismo, son las que caracterizan al futuro Duce como primer comunista de Europa occidental:

Si se califica de comunismo la reacción del ala revolucionaria del marxismo frente a la tendencia reformista ya más o menos triunfante, entonces está justificado que se califique a Mussolini como el primer comunista (op. cit., p. 125). 
La caracterización de los comunistas frente a los socialistas en cuanto "meros" reformistas tiene su piedra de toque en el papel que la violencia debe jugar como peaje necesario para el advenimiento de la nueva sociedad, es decir, la revolución. En este sentido, Mussolini no es sólo un dirigente radical del partido socialista, sino que no tiene ningún empacho, a diferencia de los falsos fascistas y cripto-derechistas actuales que se hacen pasar por fascistas, en utilizar el término "izquierda". De hecho, Mussolini debería ser situado políticamente en la izquierda revolucionaria, es decir, en la extrema izquierda:
Hay una izquierda extrema en el socialismo alemán ---representada por el diario Leipziger Volkszeitung--- que tiene muchos aspectos en común con nosotros (Benito Mussolini, Opera Omnia, V, 209, op. cit., p. 142, n. 176). 
Cuando se convierta explícitamente en fascista, Mussolini va a modificar su interpretación del nacionalismo ---un cambio que no procede directamente de Nietzsche porque, como sabemos, este filósofo denosta el nacionalismo---; pero, por lo que respecta a los aspectos sociales fundamentales, el primer programa fascista  ---documento del 13 de mayo de 1919--- se sitúa claramente en la extrema izquierda. Una izquierda nacional, sí, pero izquierda y, además, izquierda radical, revolucionaria. De ahí que pueda hablarse de nacionalismo revolucionario y de ideología nacional-revolucionaria. La revolución es en el fascismo un concepto de procedencia marxista. Lo revolucionario ---frente a lo reaccionario de la extrema derecha--- es aquéllo que garantiza la continuidad de Marx en el interior el fascismo y acuña éste en calidad de herejía marxista. Queda por explicar el nacionalismo posmarxista de Mussolini: la creación específica del pensamiento fascista en cuanto articulación política de la ética nietzscheana que en el propio Nietzsche sólo se encuentra vaporosamente insinuada.   

Aunque abundaremos en el tema cuando se aborde la tesis de Zeev Sternhell sobre los orígenes de la ideología fascistas, el artículo de Nolte, en todo caso, fundamenta por si solo el componente marxista del fascismo. Sin Marx, no hay fascismo. El fascismo no es sólo Nietzsche. Y cuando se olvida este dato nos deslizamos automáticamente hacia la derecha y la ultraderecha, con lo cual dejamos de ser fascistas. A las fuentes ideológicas primarias del fascismo citadas en la entrada anterior hay que añadir, por tanto, las obras completas de Benito Mussolini, en cuyos primeros tomos, y singularmente en sus ensayos sobre Nietzsche, se gesta el fascismo. 

Un breve análisis sobre la génesis filosófica del fascismo puede hallarse en FILOSOFÍA CRÍTICA aquí:

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2010/02/los-ideales-fascistas-1.html

Y aquí:

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2012/05/los-ideales-fascistas-2.html

No vamos a repetir lo que ya se expuso hace años y es de sobra conocido por nuestros lectores habituales. 

Queda pendiente de consideración un último dato, a saber, la incuestionable pero menos reconocida influencia de Gabrielle d'Annunzio en la interpretación recepción de Nietzsche. El hecho es debido a la rivalidad personal, política, entre Mussolini y D'Annunzio, que llevará al Duce a minimizar, cuando menos al principio de su carrera, dicho influjo, que puede considerarse tan importante como el de Sorel. 

Con lo cual podemos resumir las fuentes textuales originarias de la ideología fascista revolucionaria de los orígenes y de la R. S. I. (la del Ventennio debe interpretarse como un conjunto de concesiones circunstanciales o estratégicas a la derecha) en los siguientes términos. 

En el nivel filosófico:

  • la obra completa de Karl Marx.
  • la obra completa de Friedrich Nietzsche.

En el nivel ideológico: 

  • la obra completa de Georges Sorel. 
  • la obra completa de Gabrielle D'Annunzio.

En el nivel político: 

  • la obra completa de Benito Mussolini. 
  • la obra completa de Adolf Hitler. 

Los ideólogos ---que nunca son políticos de primera línea--- operan como intérpretes de los filósofos y posibilitan la implementación de una directriz política. No hay acceso directo de la filosofía a la política: es menester la mediación y la recodificación de la ideología, pero las fuentes últimas de legitimidad doctrinal remiten a la filosofía. 

A partir de tales fuentes se forja el "socialismo nacional". Es completamente erróneo pretender, por tanto, que el nacionalsocialismo y el fascismo se contraponen en calidad de ideologías distintas, heterogéneas e incluso rivales. Este hecho se da, sin duda, cuando las contemplamos de forma estática como discursos legitimadores de sus respectivos regímenes. Así las cosas, existe en el fascismo como socialismo nacional una función de precedente histórico y genético del nacionalsocialismo que justifica y fundamenta el concepto de "fascismo genérico", a saber, el fascismo como socialismo nacional y, por ende, como izquierda nacional. Porque el fascismo constituye una tercera posición "entre el capitalismo y el comunismo", pero no "entre la izquierda y la derecha". En tanto que socialismo y socialista, el fascismo es "de izquierdas". Y deja de ser genuino fascismo en el momento en que se derechiza y cristianiza, en un continuum que va del programa del 13 de mayo de 1919 a fenómenos como el franquismo español, que nunca llegó a ser fascista aunque aprovechara para sus fines algunos elementos, y precisamente ---no en vano--- los sociales, a efectos de legitimarse ante el pueblo español. 

Jaume Farrerons
La Marca Hispànica, 23 de noviembre de 2019

(Actualizado el 3 de febrero de 2020).

(Actualizado el 20 de febrero de 2020). 

(continuará) 

domingo, noviembre 10, 2019

MARX + NIETZSCHE = FASCISMO (1). LA HEREJÍA MARXISTA ENCUBIERTA POR ROJOS Y FACHAS


El fascismo es trágico-heroico y nihilista.




Proseguimos aquí con nuestro lúdico ejercicio de ridiculización doctrinal de los neonazis ultraderechistas, ya sean los de procedencia cristiana, ya los de procedencia evoliana (la destra). A la postre, unos y otros confluyen en absurdos y abyecciones reaccionarias como el discurso de Alerta Judiada, donde se termina por justificar el apoyo a un partido sionista (Vox) con la excusa de combatir el "marxismo cultural". No son fascistas ni nacionalsocialistas, sino escoria skin-head, tatuados, hooligans o simples fachas ultracatólicos franquistas de extrema derecha.

Pero el fascismo ---utilizo la palabra en el sentido genérico de Stanley Payne--- es izquierda nacional de oriundez marxista, revolucionaria y anti-cristiana

Aquéllo que caracteriza al fascismo frente a las izquierdas mundialistas son sus valores antropológicos, vale decir, una concepción del hombre en forma de axiología nacionalista, comunitaria, holista y trágico-heroica. El fascismo no será evoliano porque en cuanto revolucionario es anti-reaccionario por definición y esencia. Y tampoco cristiano porque su componente nietzscheano, nihilista, sobrehumanista, trágico..., se lo impide. 

Las componendas tácticas que el fascismo se vea oblidado a realizar por motivos electorales o políticos con una realidad sociológica europea cristianizada de facto dejan intacto este principio ideológico normativo. El principio en cuestión no se puede abstraer inductivamente de la política fascista, sino que nos permite distinguir lo que es verdadera política fascista tanto de los compromisos accidentales con la derecha cuanto de la mera política ultraderechista o reaccionaria. ¿En qué se fundamenta, en consecuencia, la vinculación de dichos valores con el fascismo? En el análisis de los ideólogos fascistas: Sorel, Mussolini y la Konservative Revolution alemana, por no hablar del propio Hitler cuando habla en calidad de ideólogo (léase: en las Tischgespräche) y no como político . El fascismo no propone restaurar cierto pasado mítico, sino consumar la modernidad occidental que está siendo lastrada por los principios judeo-cristianos, teológicos o secularizados, en tanto que fundados en valores ajenos e incompatibles con la cultura europea. Aquéllo que el fascismo conserva son precisamente los valores e instituciones que, desde la Grecia clásica, posibilitan la secularización de los valores paganos europeos. Su adversario radical, el principio antagónico con el que no puede pactar nunca sin dejar de ser fascismo, es un cuerpo cultural extraño que, sin embargo, la masonería pugna por preservar a toda costa, a saber, la axiología judaica vehiculada por el cristianismo. La masonería es anti-católica, pero no anti-cristiana y, por ende, es judaica. Cuando el fascismo cuestiona la masonería, niega su falsa modernidad, su modernidad deudora de la cultura oriental.

Debe quedar claro que el fascismo tampoco pretende restaurar el paganismo en general, sino extremar hasta sus últimas consecuencias el proceso de secularización del paganismo ario occidental, iniciado ya en la antigüedad con la institucionalización griega de la filosofía, la democracia, la ciencia y el arte trágico. Dicho proceso viene a ser interrumpido por el judeo-cristianismo, catástrofe que provoca una regresión cultural denominada Edad Media. El Renacimiento europeo quiere reemprender la secularización pero no comprende ---hete aquí el mal del alma moderna--- que es incompatible con la herencia religiosa bíblica, verdadero obstáculo para la realización socialista de Europa. 

Georges Sorel.
Fuentes ideológicas del fascismo

De lo expuesto se desprende que el fascismo es un fenómeno de izquierdas. Y que ha sido rechazado y diabolizado por la propia izquierda en la medida en que ésta sigue dependiendo de la axiología cristiana secularizada. Las "ideas modernas" como "cristianismo secularizado" es quizá la principal aportación de Nietzsche a la filosofía. Pero el sentido de esta crítica no es un rechazo de la modernidad, sino una denuncia de la pseudo modernidad judeo-cristiana y capitalista. De ahí que Nietzsche reivindique la muerte de Dios. Ésta significa la definitiva liquidación ideológica del judeo-cristianismo, del judaísmo talmúdico y del islam, las tres religiones de matriz abrahamánica. La crítica de Nietzsche al cristianismo es la condición o requisito histórico del fascismo. Sin Nietzsche no hay fascismo. Pero Nietzsche no es todo el fascismo. Nietzsche es condición necesaria, pero no suficiente, del fascismo. 

El fascismo no surge directamente de Nietzsche. No es una "aplicación práctica" de la filosofía de Nietzsche, sino que dimana del interior de la izquierda marxista cuando ésta realiza una relectura de Marx desde la crítica de Nietzsche a las "ideas modernas" en cuanto ideas no tan modernas, es decir, en cuanto meras secularizaciones del cristianismo. El fascismo depura la herencia cristiana enquistada en el marxismo y, por ende, en el socialismo. El fascismo es un nuevo socialismo basado en los valores paganos ario-occidentales secularizados. En este sentido, constituye una recuperación de la auténtica herencia europea interrumpida y pervertida por el judeo-cristianismo. 


Este proceso de crítica interna del marxismo es ejecutado por Georges Sorel. Toda la obra de Sorel es ya ideología fascista, aunque no toda la ideología fascista. De tal suerte que cabe ya afirmar lo siguiente respecto a las fuentes ideológicas del fascismo, a saber, que incluyen, de forma necesaria: 

1/ las obras completas de Marx;

2/ las obras completas de Nietzsche;

3/ las obras completas de Sorel. 

Los tres estratos a la vez, es decir, ninguno de ellos por separado, constituyen el suelo textual último de la ideología fascista. 

Pero el catálogo sobre las fuentes del fascismo no concluye aquí, porque el fascismo no llega a Alemania a través de Sorel, sino de los autores de la Konservative Revolution que beben directamente de Nietzsche. Alemania no necesita a Sorel porque Nietzsche es alemán. La influencia de Sorel en el nacionalsocialismo operará por mediación directa del ejemplo teórico y activista de Mussolini, quien precede como político e ideólogo al propio Adolf Hitler. El Führer reconoce expresamente a Mussolini como modelo

En el próximo post completaremos la lista, iniciada aquí, de fuentes textuales vinculantes para la determinación de la ideología fascista.

Jaume Farrerons
La Marca Hispànica, 10 de noviembre de 2019

(continuará)


lunes, noviembre 04, 2019

FASCISMO: ¿DISPARATADA E INCOHERENTE MEZCLA DE NIETZSCHE CON MARX?








Este artículo prosigue la polémica iniciada aquí

Si Marx y Nietzsche son incompatibles; si mezclar (¿?) a Nietzsche con Marx es disparatado y un síntoma de chifladura, entonces Georges Sorel, el ideólogo prefascista por excelencia, era un perturbado mental, pero también lo habría sido el fundador del fascismo, Benito Mussolini. El fascismo surgió de la lectura nietzscheana de Marx. El fascismo es una herejía marxista. Para el Dr. Petardo, esto es imposible: en su cabeza el concepto mismo de la dinámica espiritual no existe, los filósofos son cajas cerradas y si uno se abona al filósofo A no puede abonarse a filósofo B. O Nietzsche o Marx, hay que elegir. Un marxismo nietzscheano ---como el de Sorel--- sería cosa de asnos filosóficos. Pero entre el asno Sorel y el "Dr." Petardo me quedo con el asno (¿?) Sorel. Y ocurre que en Sorel se gesta el fascismo, modelo ideológico y político del nacionalsocialismo que vendrá después. Pero el "Dr." Petardo insiste en que Nietzsche es incoherente con Marx e insulta ---y censura--- a quienes discrepan de sus rebuznos. 

Sobre la competencia filosófica del Dr. Petardo 

Este tipo de afirmaciones sólo ponen en evidencia la inepcia de quien las propala, alguien que desconoce, precisamente, las cosas básicas y para empezar en qué consiste el trabajo de investigación en todas las universidades del mundo. Estamos ante un problema elemental de analfabetismo filosófico muy común entre personajes autodidactas carentes de estudios reglados. La licenciatura (hoy grado) eran antes cinco años (hoy cuatro). Después venía la especialización y la tesina (dos años más). Y, finalmente, el doctorado (cinco años más). En total 8-12 años superando exámenes y pruebas. El "Dr." Petardo se ha ahorrado todo eso. El petardo "se peta", evacua su amadísima "opinión" suya ---como un zurullo--- y difama e injuria a los discrepantes, suprimiendo además sus posts o comentarios y bloqueándolos para que ni siquiera puedan argumentar. ¡¡¡Hete aquí la honestidad intelectual del neonazi evoliano!!!

Mi doctorado, para más inri, consiste en una fundamentación de la ideología fascista (entendiendo "fascismo" en sentido genérico, no específicamente italiano) en la filosofía de Martin Heidegger, el filósofo más importante del siglo XX (y militante nacionalsocialista). El "Dr." Petardo es absolutamente incapaz de concebir siquiera las implicaciones de semejante factum en orden a sus cómicas pretensiones de examinarme y valorar mis opiniones en la materia. 

Conste que no le pido al petardo el certificado de suficiencia investigadora que te conceden después de cursar dos años el DEA (Diploma de Estudios Avanzados) y que habilita para presentar la tesis doctoral. ¡No soy tan exigente! Me conformo con una simple licenciatura en filosofía (o grado). Yo no osaría opinar sobre física sin haber cursado antes unos estudios reglados, y menos contra un físico.

Ya no hablo de los insultos y todo lo demás, propio de un auténtico maniático chiflado. El "Dr." Petardo sí es capaz de hacerlo porque carece de sentido del ridículo. La decencia ético-intelectual más embrionaria le resulta desconocida. El "Dr." Petardo, en definitiva, no tiene sobre filosofía ni idea de nada, pero nada es nada, hablo de lo básico, de las meras normas ortográficas, semánticas, sintácticas, lógicas, metodológicas..., y de los rudimentos de historia de la filosofía que se aprenden en el bachillerato. Por lo demás, los asnos que le siguen aspiran con fruición el aroma de sus petardos pseudo filosóficos confundiéndole con un filósofo, un experto en fascismo o un ideólogo. Por eso, debatir con toda esa pandilla de skin-heads equivale a perder el tiempo. 

El programa fascista (13-5-1919) o la izquierda nacional.
El fascismo/nacionalsocialismo es una cosmovisión

Pero la lección que se puede obtener del debate con dicho energúmeno y sus chimpancés abonados a la miseria vale para la inmensa mayoría de los neonazis, quienes ignoran que el nacionalsocialismo es una Weltanschauung, una cosmovisión, una visión del mundo, una ideología y no un mero programa político. 

Todavía es peor, empero, cuando los neonazis creen saberlo aunque desconozcan las implicaciones de este hecho, a saber, que una Weltanschauung sólo se puede fundamentar racionalmente ante el tribunal de la filosofía. Y que para fundamentar de forma mínimamente rigurosa, seria, competente, el nacionalsocialismo/fascismo, hay que estudiar aquella materia, especialidad o campo del saber. Pero estudiar filosofía no significa leerse a Nietzsche en casa y fundar un grupito de Facebook donde uno ejerce de maestro para gentes más ignorantes incluso que él mismo ---y ante las cuales, ciegas, puede el tuerto pasar por sabio---, sino cursar los estudios académicos correspondientes, obtener al menos una "licencia" (de ahí procede el título de licenciatura) antes de empezar a lanzar opiniones dignas de consideración sobre un filósofo cualquiera. Si Nietzsche, conviene subrayarlo, es un filósofo y el nacionalsocialismo una Weltanschauung, entonces el "Dr." Petardo está más guapo callado. 

Marx y Nietzsche como "mezcla" que parió el fascismo

Seguimos aquí la conocida línea interpretativa de ---nada menos--- Ernst Nolte, ampliada y confirmada por el clásico por excelencia de los orígenes ideológicos del fascismo, a saber, Zeev Sternhell en la celebérrima obra del mismo título.


Por lo que a Nolte se refiere, hay que comenzar empapándose bien de la siguiente afirmación:
Como labor previa a cualquier investigación, hay que dejar constancia de una cosa: se diga lo que se diga en detalle sobre el marxismo de Mussolini, lo cierto es que él mismo siempre se declaró marxista y rechazaba vehementemente cualesquiera de las dudas que, no rara vez, se pronunciaban sobre su ortodoxia. Mussolini siempre estuvo abierto a todo tipo de influencias; pero el cuadro de su primera época tiene una base tan roja y marxista, que el resto de los colores posibles sólo encuentra cabida bajo la condición de que pueda integrarse y adaptarse. Marx es quien marca la pauta, y todos los demás, ya se trate de Sorel, Pareto, Bergson u Oriani, sólo se pueden limitar a seguir el ritmo de su melodía. Bien es cierto que la influencia de Nietzsche supone más bien una desarmonía, un ritmo diferente; y, en conjunto, no pasa desapercibido que ese cuadro es más multicolor y esa danza más entrelazada y confusa que en la mayoría de los demás líderes marxistas. No obstante, en ningún momento encontramos en Mussolini una expresión comparable a aquellas famosas palabras de Lenin: «la doctrina de Marx es omnipotente porque es verdadera». Él se manifiesta más bien en contra de una idolatría hacia Marx; se declara dispuesto a hablar con sus opositores sobre el tema «lo vivo y lo muerto del marxismo». (...) Si se califica de comunismo la reacción del ala revolucionaria del marxismo frente a la tendencia reformista ya más o menos triunfante, entonces está justificado que se califique a Mussolini como el primer comunista. El purismo radical que Mussolini hizo patente hasta el comienzo de la guerra mundial viene a confirmar esta tesis.

¿Estará chiflado Nolte? 

Para un inepto que desconoce la dinámica de la historia del pensamiento occidental, "Nietzsche" y "Marx" son como dos substancias químicas que no se pueden mezclar. Sin embargo, el pensamiento consiste también en eso, vale decir, en leer a un autor A desde otro autor B y desarrollar aspectos de A que se iluminan a partir de la lectura de B. El supuesto es la unidad de la verdad, que no puede permanecer de iure compartimentada en una colección de opiniones estancas. El neonazi podría compensar su ignorancia supina con una esforzada lectura de la bibliografía, pero ni siquiera eso parece capaz de hacer. Si hubiera leído a otros investigadores, por ejemplo a Nolte y Sternhell, nunca se le habría ocurrido sostener que Marx y Nietzsche son incompatibles, mucho menos en el marco de una discusión sobre la ideología fascista o nacionalsocialista. 

Jaume Farrerons
La Marca Hispànica, 4 de noviembre de 2019

(Continuará)