viernes, noviembre 19, 2010

Los asesinos que nos gobiernan (2)

Dick Cheney, vicepresidente de EEUU y sionista,  justificó públicamente la tortura al servicio de los intereses americanos. Cuando algo tan grave es legitimado y admitido con semejante chulería, debemos preguntarnos qué es lo que esconderá entonces el poder. Wikileaks sacó a la luz la verdad de la política estadounidense, bien reflejada en la  faz del propio Cheney. 
Los constantes escándalos de corrupción que salpican la vida pública de los países occidentales pueden hacer pensar que los políticos profesionales serían personas moralmente sucias, pero no criminales. Simpáticos pillos que, en el fondo, hacen lo que nosotros mismos haríamos si pudiésemos porque, como afirmaba Duran i Lleida, político de CiU, "nos gusta vivir bien". En países tan "civilizados" como Inglaterra no es diferente que en la triste España de la leyenda negra:
Julien Assange, responsable de Wikileaks
Nuestra tesis es, empero, que los políticos son corruptos e incompetentes, sin duda, pero también criminales. La evidencia de su corrupción no hace falta probarla ahora, una simple visita a las hemerotecas demuestra, no que se detecten aquí y allá "algunos" políticos corruptos, sino que el sistema economicista liberal se basa como tal en la corrupción. Ésta constituye un fenómeno estructural, inherente a la reducción de las relaciones políticas a relaciones puramente comerciales en todos los ámbitos de la society. Un ejemplo: la Sindicatura de Comptes puso en conocimiento del Parlament de Catalunya la existencia de irregularidades en el ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) antes de que se produjera la intervención judicial. ¿Qué hizo el Parlament? Absolutamente nada. Nadie tenía interés en desvelar una trama de la que se beneficiaban como "casta" encubriéndose mutuamente unos a otros. Por ello, se puede afirmar que, por acción u omisión, todas sus putrefactas señorías son cómplices políticos del caso Pretoria. La situación no es mejor en el resto de los países occidentales de régimen liberal.


Abajo, niños palestinos víctimas
de la política sionista en Gaza.

Respecto a la incompetencia de los políticos, basta contemplar los extremos a los que ha llegado la crisis y, sobretodo, sus causas, para entender que existe una conexión intrínseca entre corrupción e incompetencia o mal funcionamiento del sistema. Cuando lo que importa de un político, alto cargo o funcionario es su fidelidad a la hora de amparar las corruptelas de sus superiores y no su capacidad, preparación y honestidad, el sistema económico tiene que entrar en quiebra antes o después. Es lo que ha sucedido tras décadas de impúdicos pelotazos. Los políticos corruptos e incompetentes, financiados por los bancos (a los que han sacado del agujero con dinero público para luego recortárselo a los pensionistas y a los trabajadores de la administración), consintieron el tipo de negocios crediticios podridos que están en la raíz del desastre financiero causante de la crisis. Son los políticos quienes han tolerado que el mundo del dinero pudiera hacer ciertas cosas sin incumplir la ley y son los políticos quienes permitirán, en el futuro, que esto siga siendo así, aunque de manera más disimulada, para que nada cambie y la oligarquía "antifascista" siga controlando la mayor parte del planeta.

Pero aunque huelan a mierda, insisto, ¿son nuestros políticos también unos criminales? ¿Unos genocidas? Por las informaciones que hemos ido ventilando en este blog sabemos que sí. Todo el sistema político actual se basa en la ocultación e impunidad de inmensos y espantosos genocidios, perpetrados por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial y ocultados tras una pantalla de propaganda denominada "Auschwitz", holocausto, Shoah... Se utiliza un genocidio para encubrir otros genocidios. Cuando éstos son denunciados, la cláusula legal aplicada es la de banalización del genocidio judío. En suma, el Estado te acusará de banalización para... mantener impunes sus propios genocidios. Mas esta cortina de humo no sólo sirve para manipular el pasado, un historial vergonzoso que convendría maquillar, minimizar, olvidar..., sino que resulta muy útil sobre todo para seguir cometiendo crímenes en el presente. El juicio de Nüremberg ya resultó imprescindible para que los sionistas pudieran aplicar en 1948 el plan Dalet contra el pueblo palestino sin esperar más que meras "objeciones" de la ONU o de las tropas del mandato inglés.

Abu Grahib (2004)
Nüremberg también sirvió para legitimar a las dictaduras estalinista y maoísta, que después de esa pantomima pseudo legal pudieron todavía exterminar a 80 millones de personas, es decir, muchas más de las que ya habían asesinado antes de la celebérrima "cruzada contra el fascismo" en defensa de los "derechos humanos". De Hiroshima a Vietnam, de la Nakba a Iraq. La impunidad de tales atrocidades se produjo y sigue produciéndose ante las narices de las Naciones Unidas, que ha permitido la organización, por parte del régimen genocida chino, de unas olimpiadas. Y los políticos socialistas del Parlamento Europeo se negaron a condenar el comunismo como doctrina contraria a las normas humanitarias internacionales, lo que en toda regla cabría tipificar como delito de banalización y conducir a la cárcel a centenares de ellos.

Acabamos de enterarnos de las torturas perpetradas y ocultadas por los Estados Unidos en Irak.

Esta información ha sido filtrada por una página web llamada Wikileaks. Las imágenes de los crímenes americanos son impresionantes, se puede ver, por ejemplo, como un helicóptero de los "buenos" ametralla a unos prisioneros desarmados:


Las torturas están pues totalmente probadas, decenas de miles de civiles han muerto bajo el imperio de los sionistas antifascistas de observancia occidental hollywoodiense... Y esto no ocurre por primera vez en Irak. Recordemos el escándalo de Abu Grahib en el 2004.

A la derecha, Höss, torturado por los americanos
según testimonios presenciales de su detención.
Pero lo peor no es eso. De la misma manera que, por ejemplo, la indignidad más radical del gulag no es el gulag mismo, sino su impunidad, podemos preguntarnos: ¿cómo ha reaccionado ese poder mundial incontestable ante la evidencia de las denuncias? Respuesta: como una auténtica organización criminal, intentando inculpar al responsable de la página web e imputándole en falso a tales efectos un delito de violación. La civilizada Suecia, el país de los premios Nobel a terroristas, no podía decepcionar esta vez tampoco a los amos oligárquicos del hemisferio occidental. Y una jueza "democrática" se ha prestado a ello. En resumen: el gobierno de los Estados Unidos actúa como una mafia, incurre en guerras de agresión basadas en mentiras, tortura y asesina sin empacho, comete o consiente verdaderos genocidios y, si alguien osa denunciar estos hechos con pruebas palmarias (imágenes de ametrallamientos), la Estatua de la Libertad intenta tapar la boca del díscolo involucrándolo en actos delictivos a base de falsas querellas presentadas por prostitutas a sueldo de la camorra sionista.

Son estos mismos ejemplares de bonhomía antifascista los que torturaron y amenazaron a Rudolf Höss, comandante de Auschwitz, para extraer de él las "confesiones" que iban a "probar" la existencia del relato oficial de "el Holocausto" (Finkelstein), cuando, de ser ciertas dichas acusaciones, hubiera bastado una simple pericial de los cadáveres para detectar la substancia mortal que los habría supuestamente asfixiado en cámaras de gas. Pero, ¿no fue Donald Rumsfeld quien reconoció que se había utilizado la tortura, de manera sistemática, en Guantánamo y otros lugares, con el fin de obtener información?


Es un hecho ya probado que los aliados torturaban de forma sistemática a los prisioneros alemanes. ¿Por qué hemos de suponer que en la posguerra, y estando en juego el relato de los hechos del mayor conflicto bélico de la historia que se transmitiría a las futuras generaciones, habría de ser diferente? El tiempo pone a cada cual en su lugar y ahora ya sabemos cómo son realmente los "defensores de la libertad" y demás santones de la propaganda de Hollywood. Hoy tenemos  la certeza absoluta de que su narración de la historia no es sólo dudosa o manipulada, sino ante todo un arma ideológica que debe permitirles acaparar el poder bajo la apariencia de una democracia,

Lo que significa, en último término, justificar y hasta legalizar la persecución policial de sus críticos y adversarios. Algo que no tiene absolutamente nada que ver con la idea "humanitaria" que justificó la Segunda Guerra Mundial.  Los "vencedores" no son mejores que los nazis y podemos empezar a plantearnos, con buenos motivos si, en realidad, son incluso peores. Todos las víctimas de la persecución racial, genocidios, crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad son iguales por definición. Reclamamos la aplicación objetiva de la legalidad vigente en materia de genocidio y memoria histórica. Que los criminales que nos gobiernan sean juzgados con la misma vara de medir que los nazis o, en su defecto, que se abolan las leyes correspondientes.

Jaume Farrerons
19 de noviembre de 2010

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si la gente supiera como se hacen la política y las salchichas, ni comería salchichas ni confiaría en los políticos...

ENSPO dijo...

Para los interesados en el tema de la influencia del famoso lobby judío, cuya existencia algunos niegan, enlazo aquí con el informe del sociólogo americano de izquierdas James Petras:

http://adecafcom.puntoforo.com/viewtopic.php?p=8774#8774