jueves, noviembre 11, 2021

ALEXANDER DUGIN EN ESPAÑA. (1) JOSEP ALSINA O POR QUÉ LA CABRA SIEMPRE TIRA AL MONTE (PARTE I)

 

(Alain de Benoist)

 Josep Alsina, catedrático de biología, doctor en filosofía y profesor de instituto, ya jubilado, es uno de los promotores de Dugin en España. Por su parte, el famoso y hoy evoliano pero antaño nacional-bolchevique Alexander Dugin asegura basarse en Martin Heidegger para "fundamentar" su Cuarta Teoría Política. Sin embargo, hasta hace poco, Heidegger era un personaje desconocido o despreciado entre los evolianos españoles (¿será menester evocar las invectivas de Evola contra Heidegger en Cabalgar el tigre?). Josep Alsina comenzó su acercamiento al filósofo alemán desde posiciones ideológicas antagónicas a las de la ultraderecha tradicionalista. No fue, salvo error u omisión, sino en otoño de 2010 cuando Alsina se puso en contacto conmigo por iniciativa propia para manifestarme su coincidencia total con mi artículo "Disidencia y crítica", publicado en la revista "Nihil Obstat" (nº 12, pp. 141-146) dos años atrás (2008). No entraré aquí en cuestiones personales, sólo enlazo el texto para que pueda comprobarse a qué planteamientos nacional-revolucionarios dio su adhesión Alsina en privado y el chirriante contraste de los mismos con su realidad inmediatamente posterior y actual.


Conviene aclarar que por esas mismas fechas se tramitaba la fundación de la Izquierda Nacional de los Trabajadores (INTRA), proyecto político que Alsina conocía y se comprometió también a apoyar en lógica coherencia con los preceptos expuestos en "Disidencia y crítica". 


Alexander Dugin (izquierda), ideólogo de referencia de Alsina, con el cabalista y sionista judío Avigdor Eskin. 

En "Disidencia y crítica" el significante "fascismo" quedaba definitivamente apartado de la acción política, aunque no de la reflexión filosófica e historiográfica. Las razones que motivaron esta decisión estratégica eran las siguientes en palabras de entonces: 

De la circunstancia descrita se siguen fulminantemente las siguientes conclusiones: 1/ no es posible ni aceptable reivindicación política alguna del fascismo, aunque sí cabe una reinterpretación crítica del relato histórico antifascista; 2/ una vez despertados de los ingenuos sueños negacionistas, se trata de renunciar a toda la estrategia defensiva que vaya ligada al lastre de tener que blanquear los movimientos fascistas históricos, por lo menos si lo que se espera es poder algún día procesar a los vencedores y a sus actuales descendientes políticos, ya por acción, ya por omisión, como encausados por la ejecución, banalización y/o negación del mayor genocidio de la historia. Este planteamiento supone reivindicar sin complejos la doctrina de los derechos humanos y condenar todos los genocidios sin excepción, porque una práctica unilateral como la vigente (condenar sólo el holocausto judío) vuelta del revés, carecería de fuerza lógica y moral frente a un enemigo que controla las instituciones y puede desacreditar todo proyecto crítico apelando a cualquier información, por insignificante que fuere, que lo vincule al "fascismo". En este sentido, conviene insistir en que sólo esta renuncia facultará, en el futuro, acuñar una narración histórica objetiva sobre los movimientos y regímenes fascistas que permita además comprender cómo resultó a la postre posible que millones de personas fueran exterminadas bajo la acusación de ser "fascistas" por los aliados comunistas de occidente y que, a renglón seguido, un sistema político basado en los "derechos humanos" no sólo legitimara el hecho apelando al único recurso de la fuerza bruta, de la impunidad y, finalmente, del olvido, sino que institucionalizara el lenguaje antifascista forjado por Stalin y los suyos -quienes teorizaron y fundamentaron tales crímenes- y lo elevara a la categoría de discurso oficial de los sistemas democráticos, todo ello a fin de difamar y estigmatizar en cuanto "fascistas" (asesinos en la jerga "democrática") a los críticos y desafectos de la oligarquía financiera (filo)sionista mundial. 

Debe reconocerse que, en este punto, Alsina ha sido coherente con su fallido engagement de 2010. Un hecho que queda acreditado en el video del debate cara a cara con Jordi Borràs, donde Alsina "suelta lastre" de su pasado en el PENS (neonazi) y reconoce la realidad del holocausto. Sin embargo, también debe matizarse que no era ésta una aportación demasiado llamativa de "Disidencia y crítica", porque el MSR y casi todos los partidos (supuestamente) NR llevaban ya mucho tiempo rehuyendo la reivindicación de la etiqueta "fascista" o "fascismo" en el ámbito político público. La cuestión más novedosa y relevante planteada por "Disidencia y crítica" tenía que ser, pues, otra, a saber: la ruptura frontal con la extrema derecha y la ubicación definitiva del proyecto político NR ("fascista") en el campo de la extrema izquierda revolucionaria. Léanlo con lupa porque, a tenor de su posicionamento inmediatamente posterior, resulta escandaloso que Alsina reivindicara en privado y sin matizaciones las tesis de "Disidencia y crítica": 

A la izquierda y contra la extrema derecha como enemigo a destruirDe las anteriores consideraciones se desprenden en cascada toda una serie de consecuencias, devastadoras para los Torrentes y otros gurús de la ultra, que rompen definitivamente la putrefacta amalgama de ultraderechismo y pretensiones presuntamente "revolucionarias" o NR que han convertido esta sigla en el hazmerreir del periodismo liberal, y esta vez con razón. Por ello propongo que nos olvidemos ya también de la sigla "NR", totalmente desacreditada, y empecemos a utilizar el término alternativo ND, "nacional-democrático". En este artículo seguiré hablando de "nacional-revolucionarios", bien entendido que no me refiero a los grupúsculos ultras que acostumbran a utilizar el término, es decir, a desprestigiarlo de la manera más penosa.El militante nacional-revolucionario de izquierdas (o "nacional-democrático") no debe, desde el punto de vista ideológico, profesar ninguna religión de raíz judeocristiana o monoteísta (judaísmo, cristianismo, islamismo). Otra cuestión es que en los proyectos políticos NR se mantenga una actitud de laicismo y neutralidad religiosa, corriéndose un piadoso velo sobre la cuestión a efectos tácticos. En general, todas las creencias monoteístas descienden de la fe doctrinal en Yahvé, el dios de Abraham que ha institucionalizado, en sus versiones sagradas o laicas, la idea de un "reino de Dios", llámese resurrección de los muertos, utopía, paraíso totalitario comunista, sociedad de consumo, cultura de la transgresión drogodependiente, mercado mundial liberal o cualesquiera de los espejismos criminales y versiones culturales de lo mismo que el futuro pueda todavía deparar. Todas ellas proceden de idéntico tronco doctrinal, fuente de los valores felicitarios, raíz de la creencia en el supuesto final feliz de la historia y motivo de la negación de las dimensiones trágica, proverista y heroica de la existencia, arraigadas éstas, por el contrario, en el tronco indogermánico y grecorromano de la cultura europea. Efectivamente, Europa ha pagado muy caro el hecho de haber acogido en su seno, la sede de Roma, esta religión semita. Los NR, quiénes si no, hemos de ser conscientes de las consecuencias de nuestros planteamientos y emprender una tarea rica en presagios y resonancias bíblicas, a saber: la desjuidaización axiológica -que no étnica- de nuestro solar histórico. Por ende, un militante nacional-revolucionario de élite no puede ser católico alegremente y deviene ajeno, ya sólo por el simple hecho de no serlo, a toda complicidad de fondo con el campo ultraderechista español. /El enemigo político concreto del militante nacional-revolucionario europeo es la extrema derecha judía y su ideología religiosa, racista y supremacista, a saber, el sionismo, que ejerce un poder poco menos que sin réplica a escala hemisférica utilizando como brazo armado al ejército de los Estados Unidos, como central de propaganda los estudios de Hollywood (que evacúan regularmente las producciones cinematográficas sobre el Holocausto), y como sede física y epicentro simbólico de sus actuaciones criminales contra la humanidad la entidad sionista denominada Estado de Israel. El concepto central del racismo, la superioridad racial, fue definido por el judaísmo en términos de "pueblo elegido" y llevado a la práctica en forma de asesinatos masivos y genocidas (anatema) que el Antiguo Testamento describe con profusión y deleite. El proyecto liberal de globalización económica mundial, como antaño el comunismo y en sus orígenes la fe profética, no es más que otro instrumento para la realización de los anhelos etnicistas inscritos en la fe hebrea y secularizados por los sionistas, directrices de raigambre milenaria que implican la disolución de todos los pueblos de la tierra en el crisol de un mercado planetario empapado en valores hedonistas, individualistas, relativistas y materialistas, donde sólo el pueblo elegido, en una posición económica, política y moral hegemónica, conservaría su identidad como garantía de su supuesta superioridad intrínseca. / En consecuencia, el militante nacional-revolucionario tiene buenos motivos para rechazar todo lo que hieda a extrema derecha, es decir, a religión monoteísta, a todo lo que exhale el tufo sanguinario del déspota del desierto llamado Yahvé, reflejo idealizado del faraón egipcio, cuando es precisamente este campo político "ultra", y no la "democracia", como se nos pretende hacer creer, el que decide actualmente -pensemos en la "justicia infinita" de Bush- los destinos de la humanidad en el camino sin retorno hacia la realización de la locura mesiánica sionista. Y es que, gracias a la "ideología del holocausto" (Finkelstein), la extrema derecha judía es el único ejemplar en el mundo de esta corriente ideológica genérica -el catalanismo actual sólo suspira por ello- que puede actuar con total impunidad y sin que se la impute políticamente en cuanto tal. La postura nacional-revolucionaria de rechazo del racismo es así perfectamente coherente con la hostilidad ideológica hacia el sionismo (ultraderechista y racista) y con la doctrina de los derechos humanos, que debe permitirnos condenar y castigar los genocidios y crímenes contra la humanidad perpetrados tanto por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial cuanto por los propios sionistas en tierra palestina dos años después del juicio de Nüremberg; todos ellos todavía impunes. Ahora bien, el militante nacional-revolucionario no es un antisemita porque, en primer lugar, constatada su procedencia religiosa, judía y sionista, como hemos visto ya, rechaza el racismo; y, en segundo lugar, porque hebreos son quienes están criticando con mayor ferocidad las ideas y las prácticas sionistas (pensemos en Chomsky, Finkelstein, Brenner, Pappé, etc.). Por lo demás, es absolutamente impensable que la cultura europea se desprenda, sin amputar su propia sustancia, de las contribuciones culturales, filosóficas y científicas de infinidad de autores judíos que no por serlo desde el punto de vista étnico han de sustentar las ideas que rechazamos. Por el mismo motivo, el militante nacional-revolucionario de izquierdas ("nacional-democrático", ND) no tendrá empacho alguno en criticar al nazismo en cuanto inversión "aria" del judaísmo del pueblo escogido y en aplicar a los crímenes del Tercer Reich el mismo rasero que al resto de los genocidios modernos. Y si no se actúa así de forma enérgica y decidida, renunciando a los paños calientes en las cuestiones clave que todo lo deciden, los NR volveremos a deslizarnos imperceptiblemente hacia el estéril espacio político de la extrema derecha.

Josep Alsina.

Y se añadía, sin empacho, lo siguiente:

El militante nacional-revolucionario, cuando se lo preguntan, se declara de izquierdas. Su postura no es un interclasismo de centro o un ninismo (ni.., ni...) supuestamente tercerista que resulta muy útil para maquillar las propias vergüenzas de sacristía (u horóscopo egipcio, tanto da). La palabra "izquierda", expresamente reivindicada, es la piedra de toque para distinguir a los nacional-revolucionarios de los ultraderechistas y reaccionarios tradicionaleros. Dicha palabra, izquierda, identifica aquí sin ambages a los trabajadores, inmensa mayoría del pueblo de la nación y únicos perjudicados por una criminal política de inmigración promovida por la derecha liberal y la ultraderecha sionista -en su proyecto de mercado mundial y crisol racial- que, en cambio, beneficia económicamente a las clases medias y no digamos ya a las altas oligarquías financieras que la han desencadenado con el fin de importar mano de obra semiesclava, allanar en mescolanza las diferencias culturales del planeta entero (devenido así mero "mercado") y reventar el precio del trabajo. Por tanto, cuando alguien quiera saber si él mismo u otro forma parte de la ultra o del campo NR, sólo tiene que preguntar o preguntarse por su ubicación topográfica (a la izquierda, al centro o a la derecha) del arco político parlamentario. Es fácil. No se trata de una cuestión ideológica (la palabra izquierda carece de sustancia o significado doctrinal), sino de puro significante, léase: de posicionamiento político. La más mínima duda, la menor vacilación a la hora de responder, ya indica que no estamos ante un militante nacional-revolucionario. Por tanto, insistamos en ello: a la izquierda o con la extrema derecha. No existe, en nuestra coyuntura histórica actual, una alternativa a dicha dicotomía que permita, como antaño, eludir las responsabilidades y seguir siendo NR en la imaginación onírica mientras, por otro lado, se codea uno con la escoria más rancia, patética e impresentable de la eterna reacción.


¡¡¡Todo ello suscrito por Josep Alsina!!! Desde el punto de vista ideológico y cultural, dicho posicionamiento comportaba implicaciones que iban mucho más allá de la política de "derechas e izquierdas" y "Disidencia y crítica" las dejaba bien claras. Hételas aquí:

Ciencia y racionalidad filosófica versus magia y mito. Los lacayos del sistema, sabedores de las debilidades del imaginario simbólico occidental, han intentado inocular en el seno de las filas nacional-revolucionarias la creencia de que dicha postura está inexorablemente vinculada a una "excitante" y banal "superación" de la ciencia, léase: la magia; al rechazo de los derechos humanos en nombre del culto terrorista de la violencia por la violencia y del racismo; al desprecio de la racionalidad en beneficio de la mística y el mito; al odio contra la democracia, que cabría "superar" emprendiendo el atrayente camino que conduce a una nueva dictadura, basada en esta ocasión, cómo no, en la obediencia ciega a ciertos dirigentes, depositarios del saber revelado, que no pueden ser racionalmente contradichos porque sientan sus divinas posaderas en un limbo sobrehumano más allá de toda crítica, de todo argumento, de toda fundamentación, y ostentan la legítima prerrogativa de usar la calumnia o la amenaza contra los desafectos al sagrado carisma. Sugerir que semejante bazofia infame sea otra cosa que un intento de conducir el proyecto NR a su propio suicidio voluntario, como no se trate de la misma soberbia delirante y esquizofrénica de quienes la promovieron y en la medida en que se la creyeron ellos mismos en un patético ejercicio de autoengaño untado de dinerito contante y sonante, se nos antoja inaceptable. Las consecuencias están, empero, muy a la vista cuando repasamos el cuadro de las "élites" intelectuales NR, lectores avezados al culto de escritores declaradamente reaccionarios como Julius Evola o René Guénon, pero incapaces, aunque no por culpa suya sino de nuestros supuestos "referentes" "morales" (!es un decir!), de acceder a un pensador de la talla de Martin Heidegger, el filósofo más importante del siglo XX y, no por azar, alguien que fuera militante y crítico del partido nacionalsocialista alemán, anticipando en dicha crítica interna del fascismo las posiciones nacional-revolucionarias del proyecto potencialista.Disponemos, en efecto, de dos pilares filosóficos de primera magnitud como punto de partida de la tarea crítica, a saber, Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger, y con ellos de la entera tradición filosófica europea surgida en Grecia, racional, que no racionalista, y en cualquier caso conducente de forma inexorable a la realidad histórica de los fascismos, alfa y omega de la modernidad. No necesitamos, en definitiva, convertirnos en observantes del "pensamiento tradicional", procedente de una pseudo tradición que sólo existe en la mente de unos pocos panfletarios semianalfabetos, individuos que, en el mejor de los casos, se han revelado como meros cretinos que esperan avistar presuntas naves espaciales hitlerianas afincadas en la Antártida y, en el peor, aparecen en la nómina de los servicios de inteligencia atlantistas. Decir adiós al pasado es una decisión vital para el proyecto NR. No vamos a sustituir a un escritor por otro porque lo diga quien suscribe el presente texto: valga el crédito histórico-mundial de Heidegger como punto de partida fáctico que se acredita a sí mismo y que podrá responder a posteriori de dichas pretensiones sin que nadie tenga que confiar en "revelación" alguna u obedecer a indecentes sugerencias de "superioridad jerárquica", rango "iniciático" del interlocutor o milongas "tradicionalistas" por el estilo. / Dicho esto, tendremos que salir al paso de algunas posibles objeciones. En efecto: si como NR aceptamos los derechos humanos, la democracia, la racionalidad, la ciencia y el socialismo, ¿en qué nos distinguimos del sistema liberal-burgués que pretendemos combatir? Pero ya hemos visto que, incluso en el caso del fascismo, que no es el nuestro pero al que estamos históricamente vinculados, las diferencias entre las potencias del Eje y los aliados tenían un claro carácter axiológico, es decir, relativo a los valores éticos supremospero los fascistas no rechazaban la modernidad en su conjunto, algo que les distingue, según los politólogos y a pesar de la propaganda, de la extrema derecha reaccionaria (la misma que nos ha inyectado su veneno religioso e irracionalista). No se puede sostener que los aliados representaran la democracia frente a la dictadura, cuando uno de los socios destacados de la "cruzada antifascista" encarnaba precisamente la tiranía más totalitaria y asesina que la historia recuerda. La crisis de la democracia liberal es un fenómeno de época fundamentado racionalmente por el marxismo. Carece de sentido afirmar que Alemania rechazara la ciencia en nombre de la magia, siendo así que los alemanes fueron precisamente los últimos adversarios militares de los Estados Unidos que mostraron una significativa superioridad tecnológica en el campo de batalla, ni que, como hemos visto, los derrotados representaran la negación de los "derechos humanos", cuando el fascismo resulta impensable al margen de la reacción contra la barbarie bolchevique, que legitimó la lucha fascista (incluso, inicialmente, a ojos de los gobiernos occidentales) como defensa de la más básica civilidad europea. La línea de fractura hay que buscarla, por tanto, en el dark side, la negación fascista de la tradición judeocristiana, en el rechazo del imaginario utópico-progresista, de raíz religiosa pero secularizado por las sociedades industriales veteromodernas; en la defensa fascista de unos valores trágico-heroicos de ascendencia griega y, de forma radical, en lo que denominaré aquí principio de incompatibilidad entre la verdad y la felicidad que, emanado de la filosofía de Nietzsche y sistematizado por Heidegger en su ontología fundamental, atenta contra la entraña misma de la moralidad liberal burguesa y, a la par, de la ideología marxista-leninista que nutría de legitimidad los sistemas comunistas. Consecuentemente, podemos afirmar que el fascismo fue condenado a los infiernos no tanto por sus crímenes o su presunto irracionalismo cuanto por su exigencia de consumar el proyecto de racionalización occidental en una conciencia lúcida que excluye las ilusiones felicitarias, utópicas y proféticas de las primeras versiones, inevitablemente burguesas, del ideario ilustrado. / Conviene apostillar, en este sentido, que la filosofía de Marx no rompe en ningún momento con los valores hedonistas y eudemonistas burgueses, sino que se limita a exigir su realización, subrayando con razón las contradicciones entre el discurso oficial de las sociedades liberales y la brutal realidad del capitalismo decimonónico. El fascismo aspiraba a un socialismo que tomase nota de la obsolescencia axiológica judeocristiana y asumiera heroicamente la verdad trágica como destino inexorable de la razón occidental. Y en ello estamos, siendo así que los vencedores de la Segunda Guerra Mundial no han dejado de proclamar en la teoría los viejos valores del Sermón de la Montaña mientras los pisoteaban en la práctica, con tanta mayor eficiencia cuanto que cualquier adversario del sistema liberal-burgués sionista puede ser declarado, por el simple hecho de serlo, enemigo de la humanidad ("fascista").
Alsina, formador de los militantes del MSR 

Fue entonces cuando comenzó el interés de Alsina por Heidegger. Un filósofo al que desconocía completamente y sobre cuyos rudimentos le dediqué las correspondientes explicaciones verbales, escritos y recomendaciones de lectura. Conservo todavía los e-mails donde el propio Alsina, experto en historia de la ciencia, reconocía que no era un verdadero filósofo, apreciación a la que yo no di importancia ---como si de una amable manifestación de falsa modestia se tratara--- pero que en el caso de su saber sobre Heidegger antojábaseme harto sincera. No mentía Alsina, empero, tampoco en lo demás (¡¡¡no es filósofo ---quizá sí entomólogo--- en ningún sentido de la palabra!!!). Porque, de la mano de Dugin, el uso que ha hecho Alsina de la obra de Martin Heidegger constituye uno de los más abyectos ejercicios de anti-filosofía que conozco desde los tiempos de Julius Evola. Imposible dejar de rememorar, en este horrendo contexto de falsedad e hipocresía, el comentario de Josep Alsina en respuesta a mis amargas críticas del MSR (Movimiento Social Republicano) ---partido en el que militaba Alsina de manera oficiosa a pesar de negarlo en la entrevista con Mónica Terribas--- por su incapacidad de dar el salto definitivo a la izquierda nacional. Un evento esperado que había justificado el nacimiento y la existencia misma de la sigla y que, lamentablemente, concluía con su penosa reincorporación, por aquéllas mismas fechas, a la extrema derecha evoliana de Ernesto Milá. 


La foto de la vergüenza: tras su ruptura con el programa político que redactara Jaume Farrerons, los dirigentes "nacional-revolucionarios" del MSR posan con Ernesto Milá y toda la tropa del partido de Torrente, España 2000. De los aspavientos social-republicanos por la República de Salò se olvidó también Josep Alsina, pero, a la postre, todo quedaba en casa, léase: en la extrema derecha de siempre.

Josep Alsina (con sorna): "la cabra siempre tira al monte". Un sarcasmo. Poco tiempo después esa burla podía empero aplicársele a él mismo. En efecto, Alsina no sólo incumplió el compromiso de ruptura con la ultraderecha y de apoyo a la naciente Izquierda Nacional de los Trabajadores (INTRA), sino que traicionó, junto con el resto de sus dirigentes, la ideología NR del MSR dedicando todos sus esfuerzos, con la ayuda inestimable del sionista Alexander Duguin, a hundir la filosofía heideggeriana en el lodo pseudo intelectual infecto de René Guénon y Julius Evola. 

Véase respecto del MSR y su "retorno cabizbajo" ---como hijo pródigo--- al evolianismo ultra de Ernesto Milá, los siguientes artículos de FILOSOFÍA CRÍTICA:

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2012/05/el-programa-politico-del-msr-1997.html

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2012/05/llopart-plagia-farrerons-2010.html

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2012/06/materiales-adicionales-para-la.html

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2012/05/usurpacion-amputacion-y-tergoversacion.html

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2012/06/usurpacion-amputacion-y-tergiversacion_28.html

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2012/06/usurpacion-amputacion-y-tergiversacion_02.html

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2012/07/usurpacion-amputacion-y-tergiversacion.html

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2012/06/usurpacion-amputacion-y-tergiversacion_04.html


Alsina en una foto más reciente. 

JOSEP ALSINA EN COSA DE MESES: DE MILITANTE DEL MSR (NI DERECHAS, NI IZQUIERDAS...) A NR DE IZQUIERDAS Y, ACTO SEGUIDO, FILÓSOFO DE LA ULTRADERECHISTA CUARTA TEORÍA POLÍTICA DE ALEXANDER DUGIN 

No es una "evolución" que se pueda justificar intelectualmente, sino la inversión completa del sentido de un compromiso que, por tanto, sólo cabe explicar como consecuencia de un engaño consciente. Sobre el motivo de ese fraude, cuyo único objeto era, en todo caso, el personalísimo beneficio de Josep Alsina (en términos de visibilidad pública), no entraremos en el presente artículo. Me limitaré a poner en evidencia de qué manera ha manipulado Alsina a Heidegger. Para resumir la pseudo filosofía de Alexander Dugin ---que Alsina se limita a suscribir sin originalidad alguna--- nos basaremos en las declaraciones literales del propio Dugin. De esta manera eliminamos de un plumazo el problema de la presunta "interpretación errónea" o tendenciosa del ideólogo evoliano ruso que podría atribuírsenos. Dugin es, intelectualmente hablando, una caricatura de Joseph de Maistre y, por ende, su profeta Alsina también. Con ello sólo quedará en evidencia la contradicción de Alsina con el compromiso NR de 2010, es decir, la catadura moral del retratado en cuanto ideólogo de quita y pon, pero acto seguido ---en una entrada posterior--- argumentaremos por qué la denominada Cuarta Teoría Política de Dugin no puede fundamentarse en la filosofía de Martin Heidegger, según pretende Dugin. Los errores exegéticos de Alsina, que ignora, desconoce y manipula a Heidegger sin escrúpulos intelectuales o científicos, se documentarán y acreditarán referenciando escritos del propio Alsina. 

Dugin, ideólogo de referencia de Josep Alsina, con un grupo de cabalistas judíos y el omnipresente sionista israelí Avigdor Eskin. 

Antes de continuar quisiera, sin embargo, detenerme en una rapsódica digresión ética sobre el rol de los ideólogos en la política. Parece evidente y no menesteroso de demostración que el ideólogo y el líder o dirigente de masas representan papeles bastante distintos dentro de los partidos. El ideólogo ocupa, normalmente, un segundo plano mediático y aporta ideas, textos, programas, estudios, referencias intelectuales, normas e incluso un ejemplo moral de integridad en consonancia con los valores que el partido o movimiento pretende reivindicar (en este último caso también es exigible al líder dicha ejemplaridad). Debe ante todo, el ideólogo, permanecer fiel a la ideología del partido, la que sea, por encima de la sigla. Su lealtad al partido es condicional: el ideólogo sólo deberá ser devoto de la organización en la medida en que la organización respete la ideología que dice servir. ¡¡¡En eso consiste la obligación del ideólogo como ideólogo más allá de su mera militancia!!! De ahí que el ideólogo sea un punto de referencia estable en medio del oleaje de intereses, logos, figuras mediáticas, grupos y oportunismos varios característicos de la política. El ideólogo puede cambiar de marca ---tantas veces cuantas considere necesarias--- si es capaz de demostrar que los dirigentes del partido saliente han traicionado o vulnerado la ideología o los de otro partido ---entrante--- tienen más posibilidades de implementarla con fidelidad y eficacia. En comparación con el ideólogo, al líder o dirigente político se le concede, en cambio, un cierto margen de acción para aplicar distintas tácticas que resulten efectivas a efectos puramente prácticos. El político se interesa por los resultados, pero no puede salirse de un marco ideológico institucionalizado por los estatutos que, naturalmente, impiden a priori algunas cosas. Un determinado grado de oportunismo es inherente, siendo realistas, al político, pero un oportunismo salvaje y desvergonzado es incompatible con la figura del gran estadista. El ideólogo y su ideología constituyen la identidad, el anclaje ético de un movimiento político, cuyas líneas rojas o límites amparados estatutarimente si necesario fuere, ninguna táctica puede contradecir sin desnaturalizar y desacreditar el proyecto todo

¿Qué ocurre, entonces, cuando un presunto ideólogo cambia de ideas, principios y normas en función de tácticas u otras motivaciones, quizá más inconfesables todavía? Respuesta: pierde su credibilidad como ideólogo. ¡Y no hablo de la filosofía, cuyo principio ético fundamental es el compromiso con la verdad! (La prohibición de mentir). Al ideólogo, que aprende de los filósofos y de los científicos, ni siquiera se le pide tanto como al filósofo porque el ideólogo no puede pretender convertir el partido en un ágora filosófica. El ideólogo debe recordarle al líder y a los dirigentes políticos que ciertas doctrinas o pautas de conducta entran en contradicción con la ideología y, en consecuencia, que el partido o el movimiento en cuestión no puede hacerlas suyas por meras razones administrativas, económicas, coyunturales, tácticas o estratégicas de ocasión. Cuando el ideólogo, por las circunstancias que fuere, ejerce él mismo de político, se impone ventajosamente su propio "NO" y debería ser el político más fiable u honesto (aunque desgraciadamente no acostumbra a ser el más hábil o carismático debido a su idiosincrasia intelectual). Así las cosas, si no es un verdadero ideólogo utilizará las ideas en lugar de servirlas y casi siempre actuará en función de su propio provecho personal. Es entonces un falso ideólogo y no vale ni como ideólogo ni como político. 


Pues bien, el Sr. Josep Alsina, como él mismo reconoce en un correo electrónico, no es un auténtico filósofo a despecho de su doctorado en historia de la ciencia: carece de los conocimientos, desconoce el compromiso ético con la verdad a cualquier precio que caracteriza a los genuinos filósofos y, por ende, es incapaz de comprender que la filosofía de Martin Heidegger resulta de todo punto incompatible con la ideología de Alexander Dugin. Pero tampoco es un ideólogo: puede cambiar de ideología en cuestión de días por razones tácticas de oportunidad y en función de intereses puramente individuales. Ni ---como queda en evidencia por el video--- menos todavía es un político: tuvo la oportunidad de arrollar a Mónica Terribas en el tema de los derechos humanos y los genocidios del sistema oligárquico occidental, pero Alsina ni siquiera se mostró capaz de explicar en qué consistían el fascismo o el nacionalismo revolucionario o cualquiera que fuera a la sazón la "ideología" de Alsina. Véase minuto 11:27 de la grabación, cuando Mónica Terribas le pregunta a Alsina qué defiende el MSR. Respuesta de Alsina: el nacionalismo revolucionario, ¿Qué es el nacionalismo revolucionario? Ninguna respuesta, impagable ocasión perdida, sólo balones fuera, a saber: que ha abandonado dicho partido tan pronto se ha enterado que estaba repleto de skin-heads.  Pero el MSR estaba repleto de skin-heads desde hacía muchos años y Alsina no podía desconocerlo porque aparecían nada menos que en sus listas electorales. Curiosamente, la crisis del MSR coincide con las fechas ---octubre 2010--- en que Alsina entra en contacto conmigo dándome la razón en todo lo que yo había criticado de este partido durante años:

https://web.archive.org/web/20140427181206/http://www.tribunadeeuropa.com/?p=3890

Sobre la presencia de skin heads en el MSR (con enlaces a artículos de prensa):

https://www.antifeixistes.org/8029_radiografia-del-partit-neofeixista-msr-anuncien-un-ateneo-social-republicano-al-barri-de-la-torre-valencia.htm

Debe quedar claro que el MSR había sido, hasta la fundación de la INTRA, el único partido español que intentó, de forma sincera y hasta cierto punto eficaz, refundar el nacionalismo revolucionario. Y ya he recordado en otros lugares que la idea de la izquierda nacional como única sigla política viable de un genuino fascismo no es mía, sino de Juan Antonio Llopart, secretario general del MSR. Con mayor razón, pues, no me cansaré de repetirlo, elevaba yo mis críticas al MSR ---y directamente al mismísmo Llopart--- por no dar el paso definitivo hacia la izquierda nacional. Cuestión a la que Llopart me respondía, como he explicado ya en varias ocasiones y ahora reitero: "si declaro el MSR de izquierda nacional me quedo sin militantes". ¡¡¡No rechazaba la idea, sino que la consideraba técnicamente inviable!!! Y esto debía saberlo el propio Alsina, quien militaba "oficiosamente", lo subrayo, en el MSR. Así las cosas, pues, había fracasado la función pedagógica, formativa y educativa del partido respecto de una militancia NR intoxicada por las ideas de la extrema derecha y el evolianismo en particular. Fracaso que compete al Sr. Alsina como "formador" (él mismo reconoce ese papel en el video) del MSR. La ideología del MSR había sido redactada por mí con la norma programática de Alternativa Europea-Liga Social Republicana (precedente del MSR): a Alsina sólo le tocaba explicarla a los militantes, preparándolos para el decisivo tránsito de la extrema derecha evoliana o el ninismo pseudo falangista (ni derechas, ni izquierdas) a la izquierda nacional. Pero, ¿sabía siquiera Alsina lo que tenía que hacer? Lo dudo mucho. Cuando en 2010 me dio finalmente la razón, ya sabemos cuál fue su compromiso, pero también su contradictoria actitud posterior. Finalmente, como era de esperar, el MSR fue asaltado literalmente por su extrema derecha interna (como le ocurrió a Anglada en la PxC) y terminó disolviéndose (como la PxC). El máximo responsable del "golpe de Estado" ultraderechista dentro del MSR, el Sr. Jordi de la Fuente, está ahora en... Vox. Pero Alsina, con su reconversión al evolianismo duginista, no anda muy lejos ideológicamente del traidor. Reproducimos a continuación el comunicado del ala nacional-revolucionaria del MSR después de abandonar el partido como consecuencia del putsch ultraderechista y, acto seguido, una entrevista a Juan Antonio Llopart en "Tribuna de Europa":

Ante la necesidad de clarificar públicamente las razones que han empujado a una parte importante de la estructura de mandos nacionales, así como delegados territoriales y militantes de diferentes provincias a comunicar su baja del MSR, exponemos:

Primero:

Consideramos que la actuación de algunos miembros de nuestro Movimiento no ha sido en absoluto la correcta, generando situaciones contrarias a la razón de ser y al espíritu con el que se creó nuestro Movimiento y a su ideología. Nunca hemos pretendido cargos ni hemos actuado por personalismo alguno, siempre hemos actuado –equivocadamente o no- buscando lo mejor para nuestro Movimiento y para los Ideales que nos empujaron a militar en él. Nunca ha primado en nosotros nuestro ego sino la voluntad de servicio, nuestro trabajo siempre ha sido desinteresado y en pos de los Principios emanados de nuestra Norma Programática y demás documentos oficiales aprobados por nuestro Movimiento, bien en los Congresos o en las reuniones del CC o CE.

Segundo:

La presentación de propuestas, saltándose los conductos establecidos, y no informando a la dirección nacional, generó en el MSR un periodo de inactividad, duda y malestar que con el tiempo fue creciendo en lugar de subsanarse. Que tras solicitar de forma reiterada la necesidad de una reunión para enderezar el rumbo de la situación, y una vez efectuada ésta, quienes han visto sus propuestas en parte rechazadas, han faltado al acuerdo de regenerar la confianza, provocando una situación de deriva, así como una falta de disciplina hacia lo acordado por todos en la citada reunión, incidiendo de forma reiterada y torticera en los asuntos internos aclarados y aprobados en la misma.

Tercero:

Ante la deriva hacia una ruptura de la organización, una mayoría del Comité Ejecutivo del MSR decide, de forma generosa y con la firme voluntad de no crear mayor perjuicio al MSR, darse de baja de forma oficial del mismo y del Movimiento. Con la conformidad, tras la constitución de una Junta Gestora, de realizar los traspasos de documentación que fuesen necesarios. Prima en nosotros la transparencia, nos importa el trabajo y la confianza, si ello falla, falla todo.

Cuarto:

Ante la falta de conocimiento y formas, que genera inicialmente y en parte esta situación, y que continua enturbiando el proceso, nos vemos en la obligación de hacer público este comunicado. Algo que hubiésemos preferido quedase de forma interna por el bien del MSR, Movimiento que algunos hemos fundado y dirigido, y otros cesantes han ocupado el lugar que les ha correspondido, actuando siempre con absoluta lealtad, servicio y entrega de forma evidente e indiscutible durante toda nuestra militancia, cuestión que nos vemos obligados a recordar.

Quinto:

La voluntad de quienes esto escribimos, no es otra que trasmitir, de forma clara y bajo una sola voz, sin entrar en corralas de vecinas, la situación que genera nuestra baja del MSR. “

Firmado:

Antonio Martínez Cayuela, Presidente Honorífico del MSR.

Juan Antonio Llopart, Secretario General del MSR.

Y la UST, que deja de pertenecer al nuevo MSR

 …así como otros militantes y delegaciones.

Véase abajo en Documentos Anexos la Norma Programática del MSR. 

La entrevista: 

Juan Antonio Llopart sobre la ruptura con el MSR (20 Agosto, 2014)

Por admin TdE/. Esta Tribuna tiene el privilegio de contar con la aceptación de una entrevista a Juan A. Llopart ex Secretario General del Movimiento Social Republicano (MSR), fundador, uno de los creadores de su programa y norma programática. Durante 15 años ha sufrido persecuciones, no sólo por su extinta editorial ENR, sino por su incansable labor política nunca de sillón, siempre en primera línea junto a los militantes. Su lucha patriota comenzó hace casi 40 años, 15 de ellos dedicados enteramente al MSR.

“No se puede pretender cambiar el mundo si somos un triste reflejo de lo que decimos querer cambiar.”

-No podemos empezar la entrevista de otra forma: ¿por qué de tu marcha del MSR?

Entiendo que sea así. Quisiera aclarar, de entrada, que nadie me pidió que me marchara del MSR, ni nadie pidió mi cese como Secretario General, tome la decisión por mi propia voluntad, tras meditarla mucho y a mi pesar.

-¿Por qué a tu pesar?

Bien, no hay que olvidar que el MSR fue un proyecto en el cual yo participé desde su fundación, del cual fui casi siempre, salvo en muy cortos periodos de tiempo, su máximo responsable, podríamos decir que yo fui una pieza importante tanto en la creación de los planos como en su construcción y diseño. Nadie, con sentido común, puede dudar que mi marcha haya sido para mi algo nada agradable.

-…pero con eso no me contestas.

Mira, no es ningún secreto, y estaba hablado con la dirección del MSR, así como con otras personas, que el próximo año tenía decidido dejar la Secretaría General del MSR y ponerme a disposición del partido para ocupar el lugar que se me asignara; había barajado para ello la posibilidad de adelantar el 5º Congreso o que coincidiera con las que hubieran sido las X Jornadas de la Disidencia … pero, todo acabó de otra forma.

Estaba claro, en mi opinión, que en el último año las cosas no iban como tenían que ir y que había que enderezar al MSR en el rumbo trazado y aprobado en su 4º Congreso. Quizá algunos no entiendan que los documentos que se aprueban en un Congreso están para hacerse cumplir, al igual que las resoluciones que aprueba el Comité Ejecutivo, no son, en absoluto, papel mojado ni decisiones baladíes.

-¿Quieres decir que no se seguía la línea aprobada en el 4º Congreso y se desoía lo marcado por el C.E.?

No voy a entrar en muchos detalles, por varios motivos, el primero, porque en el MSR sigue habiendo personas que valoro y aprecio, el segundo, porque no quiero dar carnaza a aquellos que la buscan.

Me decía un amigo que cuando alguien se afilia a un partido lo hace porque cree en ese proyecto, porque esta de acuerdo mayoritariamente con su programa político, con su norma programática, con su línea política… con su nombre, y si no esta de acuerdo en un alto porcentaje con todo ello, sencillamente no se afilia. Cuando alguien que no lleva ni un año afiliado quiere cambiar el nombre, la línea política, la dirección, etc…. queda claro que algo falla. Cuando alguien habla de fracaso electoral, cuando no se han invertido más de 2.500 euros en la campaña a nivel nacional, cuando los “me gusta” en Facebook no superan los 2.800, las visitas al vídeo electoral han superado por poco las 7.000… y tan sólo se han pegado unos pocos miles de carteles, hablar de fracaso no es más que una excusa, una excusa infantil teniendo en cuenta que además se habían cumplido los objetivos marcados. Cuando se llega a un consenso para de alguna forma volver a coger el timón y encauzar de nuevo el rumbo y ese consenso se rompe tres días después por los mismos que han hablado de fracaso… lo que ocurre claramente es que hay una voluntad de tensar una cuerda, imponer cambios, etc.… y llegada esa situación: los que molestamos nos vamos y dejamos vía libre.

-¿Hay pues culpables de lo que ha pasado en el MSR?

Sí, uno, Juan Antonio Llopart. Como máximo responsable del MSR he sido culpable de permitir que se creara tal situación en el partido.

-Entonces, ¿por qué abandonar y no participar en un Congreso Extraordinario?

Yo no he abandonado, me he ido de un partido que ya no era el que yo había diseñado años atrás, su esencia y su espíritu ya no eran los mismos, ya no existía un Equipo dirigente unido ni una Comunidad Militante tal y como yo la entiendo. Yo creo en los que se han ido, en los que de buena fe se apuntaron a un proyecto que veían serio y se han quedado presos de la desilusión, sigo creyendo en casi todos aquellos buenos camaradas que durante años formamos “piña”, con los que codo con codo fuimos construyendo y armando un proyecto, dejándonos muchas horas en él, gestando trabajo e ilusión; no creo en los “guadianas”, ni en los que ponen mala cara por no encabezar una lista electoral, en los que exigen cargos sin siquiera cumplir con el que ya tienen, en los que crean cizaña, en los falsarios, en los que están pero podrían no estar, en los que actúan sin importarles la esencia del proyecto y lo quieren moldear a su manera a espaldas de la razón misma del por qué del MSR.

¿Cómo voy a confiar en aquellos que de forma desleal y a espaldas de la dirección, proponían cambios radicales o amenazaban con crear corrientes internas o con aquellos que compartían actos y relaciones con elementos contrarios al propio MSR?

-Crees, ¿qué el MSR a cambiado en relación al que tú fundaste?

Así lo creo. El tiempo dará o quitará razones. Sólo deseo que aquellos camaradas que aprecio y admiro y que siguen en el MSR actúen como siempre han actuado, con lealtad a unas ideas y con los mismos Principios que hemos compartido durante años, mi mano siempre estará tendida para ellos.

-¿Háblanos de tu nuevo proyecto?

Para empezar, no es “mi” nuevo proyecto, es un proyecto que hemos iniciado todos los que nos hemos ido del MSR, mayoritariamente jóvenes, nuestra principal intención era mantenernos juntos, unidos… salió la idea de fundar un movimiento, y empezamos a darle cuerpo entre todos; en ningún momento nos fuimos con esa intención. Mi propósito, en un principio, y viendo lo que iba ocurriendo, era quedarme como afiliado de base, y sólo consideraba esa posibilidad si el MSR cambiaba de línea ideológica.

Yo presido la Comisión Gestora de Soberanía y Libertad hasta el Congreso Constituyente, y es ahí donde se decidirá quienes formarán parte de la dirección del SyL. Yo no busco ningún cargo, ya lo tenía; ni he protagonizado ninguna “pataleta”, me fui por lealtad a las ideas, dignidad y camaradería.

-¿Por qué Soberanía y Libertad?

Es sencillo, ¿España es una nación Soberana, es Europa Soberana o estamos en manos de los Mercados? ¿Existe Libertad para defender nuestros Valores, el pueblo es en verdad libre? Esta claro que no, por eso reclamamos: Soberanía y Libertad.

Que nadie espere un partido más, tenemos la ideas muy claras, sabemos lo que NO queremos, y teniendo ese NO diáfano, el camino será mucho más ágil. Si un movimiento tiene claro lo que no se quiere, es mucho más fácil avanzar.

-¿Empezar de cero?

Evidentemente. Mira, cuando te ves con la obligación de empezar de cero, ¿qué haces? corregir los errores, repensar el proyecto, cambiar aquello que no ha funcionado… lo construyes de forma diferente, adecuada a la situación, pero mantienes la esencia, el espíritu, la base ideológica y los Valores… es de sentido común.

-Bien, pero ¿es viable?

Buscamos formar Cuadros dirigentes y Militantes políticos, no buscamos llenar el libro de afiliados a toda costa, rechazamos de plano la cantidad, no queremos elementos vacíos por dentro y llenos de símbolos por fuera, queremos Jerarquía y Disciplina, Formación y Militancia; Cultura y Acción… el que quiera otra cosa, tiene donde elegir.

Hace más de 50 años alguien escribía lo siguiente y es de una actualidad incontestable:

“Tener la esperanza de unir a incapaces es perseverar en el error y es necesario rendirse a la evidencia. Los pocos elementos de valor quedan paralizados por los chalados que les rodean. El juicio popular no se equivoca. Así, hacen un mal considerable al nacionalismo con el que, frecuentemente, son confundidos. Hacen huir a los elementos sanos y acaban con todo reclutamiento de calidad.

Con ellos, no puede existir la unión. Todo lo contrario, es necesario proclamar las diferencias fundamentales que los separan de nosotros. Los chalados deben ser, despiadadamente, descartados. Solamente así será posible atraer elementos nuevos, atraer a seguidores eficaces.”

El Área padece cáncer, y en vez de prevenirlo y atajarlo de raíz antes de que se extienda de forma irremediable, se sigue con las “tiritas” y los analgésicos; la única cura posible es “cortar por lo sano” y las partes amputadas merecen ser ubicadas en un bote de formol para que expertos examinen todas las patologías.

-¿…y elecciones?

Nuestra forma de trabajar será diferente,  esta claro que no descartamos participar en unas elecciones, pero no es nuestro fin, es tan sólo un frente más, nunca renunciaremos a nuestros Principios a cambio de votos, queremos que se nos vote por nuestros Principios. Nunca me cansaré de repetirlo.

En el Área mayoritariamente se buscan votos…

Nosotros somos lo que somos, no voy a entrar en un debate acerca del Área, somos Militantes de una Idea; luchamos para y por nuestro Pueblo; buscamos, primero, una necesaria revolución interior. No nos interesa el hombre moderno, ocioso, insolidario, egoísta… No se puede pretender cambiar el mundo si somos un triste reflejo de lo que decimos querer cambiar. La búsqueda de votos a cualquier precio es revolcarse en la basura, es obtener “votos basura”, algo totalmente contrario a nuestra propia razón de ser.

-¿Cómo vas a reaccionar ante las críticas por el nacimiento de Soberanía y Libertad?

Nuestra mejor respuesta será nuestro trabajo. Existe la mala costumbre de opinar siempre de los demás sin antes opinar acerca de uno mismo, cualquier tipo opina y cree sentar cátedra con sus opiniones aunque no sepa ni hacer la o con un compás. Las redes sociales son el basurero principal de la masa. Tienen una parte buena, y a ella nos acogemos, pero, ¿es preciso contestar a quien te escupe?, sinceramente, no.

Aparecerán, como siempre los que lamentarán la existencia de una nueva sigla, pero, ¿por qué criticar antes de conocer? ¿Por qué una nueva sigla sirve sólo para dividir?

No hemos nacido para ser uno más, hemos nacido para marcar la diferencia. Somos aire fresco, aunque alguien pueda pensar lo contrario.

-¿Qué quieres decir?

Muy sencillo, nosotros no miramos a nuestro alrededor supuestamente más cercano para luego hacer, sencillamente, hacemos. Recuerdo muchas críticas tiempo atrás, y luego: sólo he visto malas copias de todo lo criticado. ¿Quiénes fuimos los primeros en hablar de Identidad, de hablar de un acercamiento a Rusia, de celebrar unas Jornadas culturales abiertas, de crear un Movimiento radicalmente social, etc.…?

Ahora toca replegarse para avanzar, conseguir, como decía Dominique Venner, que cada acción, por pequeña que sea, sea levadura para la masa.

-¿Lo que propones tiene algo que ver con un frente cultural de base política?

Llámalo como quieras, pero nacemos con la voluntad de ser un movimiento político-social extremadamente formado, disciplinado y de acción social, amoldado a nuestro siglo, sin encasillamientos caducos ni corsés inservibles, el Pueblo demanda soluciones y nuestra Nación exige sacrificios.

-¿Objetivos inmediatos?

Preparar todo lo necesario para la celebración del Congreso Constituyente, dar a conocer al máximo de personas el Manifiesto Fundacional de Soberanía y Libertad, constituir formalmente las primeras delegaciones, preparar una primera campaña de lanzamiento, organizar campañas contra el independentismo catalán en relación al próximo 9N y no entrar en “guerras” absurdas con provocadores de la ultraderecha o de la ultraizquierda.

Muchas gracias por tus respuestas ¿Quieres añadir algo más?

Sí, por supuesto, querría agradecer a todos los que han puesto ilusión en este proyecto llamado Soberanía y Libertad, su empuje ha sido clave para que todo empezara a rodar; y en especial, agradecer a dos personas su compromiso y su fe en las ideas –que en el fondo son las que nunca te traicionan-, me refiero a Antonio Martínez Cayuela y a Carmen Martín Padial, ambos son un ejemplo para mi; y por último, agradecer a todos los que se han preocupado de corazón por todo lo que ha pasado, lo que demuestra que al margen de siglas existe camaradería si existen Principios.

Llopart se fue con Alsina y otros, pero sólo para fundar, no la izquierda nacional, sino algo llamado Soberanía y Libertad, proyecto del que nunca más se supo. Porque SyL no se asentó en la ideología como en el caso del MSR (aunque éste no fuera consecuente hasta el final), sino, como está de moda hacerlo últimamente, creose a los meros efectos de explotar situaciones estratégicas y tácticas coyunturales, hecho que queda reflejado en la sigla correspondiente, la cual queda obsoleta cuando esas situaciones cambian o desaparecen. ¿Y qué ha hecho, a todo esto, Josep Alsina, como ancla ideológica del proyecto? Pues, nada de nada. Fue incapaz de educar y formar a los militantes del MSR en la norma programática del partido (a mí, aclaro, nunca me llamaron para hacerlo). Ahora Alsina ha dejado de ser nacional-revolucionario y se ha (re)-convertido  (¿otra vez?) en evoliano (extrema derecha). Ya no es nacionalista, sino que, como Ciudadanos, habla de "patria", el nacionalismo es algo malo (la cháchara liberal habitual).  La principal preocupación de Alsina es su carrera como el "intelectual de derechas" que siempre fue y ha intentado abrirse paso en cosas como Societat Civil Catalana, pero no le ha salido demasiado bien la jugada. 


¿Qué significa, en definitiva, Josep Alsina en términos políticos? Pues Alsina, sin personalidad ni carácter ideológico alguno excepto un vago derechismo carlista de procedencia familiar, es sólo Alsina y se representa a sí mismo. Por cuanto Alsina ha devenido al fin políticamente alsinista y, por lo demás, insisto, nada. Cero. El criterio último de la conducta de Alsina será siempre ---podemos afirmarlo por experiencia propia--- la obtención de un beneficio privado. Que, ojo, no será necesariamente un beneficio económico ---y normalmente no lo es: Alsina no se mueve por dinero---, sino un bien relacionado con el prestigio o estatus o ego vacío de Josep Alsina. Por ejemplo, Alsina se retractará de su compromiso con la INTRA ---donde dije digo, digo Diego--- después de que el secretario general del MSR, temeroso de que abandonara el partido social-republicano por la Izquierda Nacional de los Trabajadores, le ofreciera la dirección de "Nihil Obstat". No protestará el "ideólogo" Alsina cuando el líder del MSR se revuelque con los torrentistas ultras de España2000 a pesar de la contradicción ideológica flagrante entre esa alianza y el programa político de la organización. Pero luego negará Alsina, ante Mónica Terribas, su adhesión al MSR (véase video). El hilo conductor que permite interpretar los actos de Josep Alsina, como el de casi todos los personajes públicos de la decadente actualidad social mundial, es en una palabra él y nada más que él mismo como valor supremo de Alsina. Es el Individuo Absoluto de Evola o el Sujeto Radical de Dugin, esencia del liberalismo en cuanto versión política seculariada del judeo-cristianismo. Les he mostrado, pues, al no-filósofo, no-ideólogo y no-político profesor de instituto jubilado Josep Alsina sin maquillaje, es decir, en su melancólica verdad. Pasemos, acto seguido (parte II), tras dicha fugaz pincelada biográfica, a acreditar nuestras afirmaciones por lo que respecta al objeto ideológico y filosófico del presente artículo. 

Jaume Farrerons

La Marca Hispánica, 11 de noviembre de 2021

ANEXO DOCUMENTAL

Alsina reconoce que no es un "filósofo de verdad" porque, a pesar de ostentar un título de doctor en filosofía, obtuvo dichas credenciales de posgrado en un programa de historia de la ciencia (Alsina es licenciado en biología, no ha cursado nunca estudios universitarios de filosofía pura). Quien suscribe se licenció en filosofía y obtuvo su doctorado con una tesis sobre Heidegger y el fascismo. 

E-mail de Josep Alsina a Jaume Farrerons el 19-09-2010 a las 20:06:

Hola Jaume

Per descontat que pots publicar l'article sobre ciencia i esglesia. Seria bo que fesis constar que es va llegir com a ponencia a les Jornades acdèmiques del Mil·lenari de la proclamació d'Oliba com a Abat del Monestir de Ripoll, celebrades a Ripoll el 26 i 27 d'abril de 2008, organitazades per la Fundacio "JOSEP ALSINA I CLOTA" i la Universitat Abad Oliba.

Respecte a presidir la societat em sembla be, encara que potser podres tobar algu més adecuat que jo (que fos filosof de veritat). Jo soc doctor en filosofia, pero en un programa de doctorat de història de la ciència.

Respecte a les Jornades de Vic no crec que pugui participar-hi. Tinc varies presentaciopns del llibre de Lain, i tindre molts caps de setmana ocupats.

Ens veiem un  dia i parlem

Josep 



NORMA PROGRAMÁTICA DEL MSR

Subrayamos en amarillo aquellos puntos que, además de haber sido redactados por mí cuando elaboré el programa de Alternativa Europea-LSR, Josep Alsina ha suscrito y son de todo punto incompatibles con cualquier lectura posible del evolianismo porque pertenecen, precisamente, a la esencia de la Modernidad que los reaccionarios ultramontanos niegan. 

Norma programática

Un movimiento político se configura alrededor de un conjunto de ideas y propuestas diferenciadoras que le distingan con claridad del resto de las fuerzas políticas en presencia; es decir, su originalidad fundamental se manifiesta en su Norma Programática.

El Movimiento Social Republicano (MSR) se define como un partido trasversal cuyos ejes de acción política son: la Comunidad Nacional, la República y la Socialización. Y en base a estos tres ejes construye su Norma Programática expresada en los siguientes puntos:

COMUNIDAD NACIONAL

1. La Historia de toda Nación es un vasto sistema de incorporación en torno a un proyecto colectivo común orientado hacia el futuro. El MSR concibe a España como un conjunto de pueblos unidos a lo largo de varios siglos de historia común, en un proceso integrador que inspiró la etapa más gloriosa de la España Imperial y que fue desvirtuado por el centralismo borbónico.

2. El MSR pondrá todo su esfuerzo en simultanear la lucha por la descentralización solidaria con la aspiración por mantener la Unidad Nacional. Rechazamos todo medio coercitivo que trate de imponer una unidad nacional sobre bases uniformadoras que justifiquen un genocidio étnico-cultural, anticipo, en pequeña escala, del mundialismo liberal del mercado. Del mismo modo, lucharemos contra todo intento micronacionalista que pretenda la creación de nuevos Estados, una dinámica disgregadora e insolidaria cuyo único resultado sería un retroceso de siglos en la historia común de los pueblos de España.

3. Consideramos que la idea de España sólo es compatible con el reconocimiento de las identidades de los pueblos que la forman y reivindicamos sus tradiciones, lenguas y culturas, en la medida en que constituyen la verdadera riqueza colectiva de dichos pueblos. La estructura territorial del Estado se adecuará a esta realidad plural para garantizar la participación de las distintas comunidades en las tareas políticas del conjunto de España.

4. El MSR considera que lo decisivo para que una nación exista no es sólo el pasado, sino la voluntad manifiesta de realizar una empresa colectiva como horizonte común: la única justificación de la Comunidad Nacional es vivir juntos para hacer algo importante, para construir un destino común.

5. El MSR reivindica Europa como Patria común de todos los europeos, como empresa colectiva y proyecto de futuro. El término Europa delimita el conjunto de pueblos, culturas, valores e instituciones que nos definen en cuanto, realidad común y diferenciada del resto del mundo. La actual Unión Europea, fundamentada únicamente en conceptos económicos y mercantiles, es la antítesis de la que nosotros aspiramos.

6. Lucharemos contra las ideas de mercado mundial, globalización, mundialismo y todo lo que esto comporta, para forjar un espacio político autónomo en cuyo seno vuelva a florecer la esencia de los valores europeos. En este sentido, señalamos a los Estados Unidos de América como enemigo de la causa de los pueblos y principal baluarte político, militar, económico y cultural del imperialismo apátrida, del capitalismo más exacerbado, de los lobbys económicos y del pensamiento único, ingredientes de lo que se denomina “Nuevo Orden Mundial”. Igualmente señalamos como enemigos de la Patria Europea, a los aliados de la política globalizadora de los EE.UU. Apoyaremos a todas aquellas instituciones, colectivos o personas que desde dentro de los EE.UU., y de otros países, luchen contra los enemigos de Europa y por nuestros mismos Valores políticos, sociales y éticos.

7. También somos herederos de la Historia. Entendemos a Iberoamérica como una gran nación disgregada en territorios. Lo iberoamericano se nos aparece no sólo como proyecto geopolítico de constitución de un gran espacio con personalidad propia en el ámbito mundial, sino también como identidad cultural específica y común a diversos pueblos, mientras que el neoliberalismo, por el contrario, se nos muestra como último avatar del proceso de homogeneización del planeta en torno al patrón del Mercado. El MSR mostrará un apoyo explícito a las luchas de liberación con que dichos pueblos resisten a la tiranía explotadora del imperialismo norteamericano, siempre y cuando, estas luchas se enmarquen, también, en la misma lucha que el MSR realiza frente a posicionamientos marxistas o filomarxistas.

REPÚBLICA

8. El MSR propugna la implantación de la República Social Española como única vía para una verdadera democratización de nuestra sociedad y rechaza la actual monarquía borbónica. Aprovecharemos los mecanismos de reforma de la actual Constitución para conseguir una auténtica ruptura con el sistema que ella define y sustenta, y la redacción de una nueva carta magna basada en unos valores alternativos a la sociedad liberal-burguesa. Entendemos la República Social como un proyecto de refundación de España desde sus realidades culturales y nacionales.

9. La República Social no sólo supone un nuevo diseño o modelo de Estado que respetará la realidad primordial de la Comunidad Nacional, sino ante todo un proyecto histórico capaz de materializar el concepto de soberanía popular, abriendo al tejido comunitario el control efectivo de los mecanismos de gobierno. A estos efectos, se legislará una nueva estructura democrática que acabe de una vez por todas con la partitocracia, las listas cerradas y bloqueadas, y liquide el tutelaje ejercido por las oligarquías económicas, las cuales operan como auténticos guardianes de los poderes políticos y financieros y, por tanto, como correas de transmisión de las plutocracias apátridas. El nuevo Estado se declarará laico en materia religiosa, dejando ésta dentro del ámbito personal y de la sociedad civil. El presidente de la República será elegido en circunscripción única para todo el territorio nacional.

10. La democratización de las instituciones no se detiene en los partidos, sino que afecta a las empresas, a las instituciones educativas y académicas, a los medios de comunicación y, en general, a todos aquellos ámbitos susceptibles de incidir en la vida cotidiana de los ciudadanos. ElMSR aspira a la construcción de un modelo sociopolítico tendente hacia la democracia participativa que garantice la acción popular en la dirección política y en la toma de decisiones a todos los niveles. En el mismo sentido, se potenciarán los mecanismos de las iniciativas parlamentarias populares y el carácter vinculante de los referéndums.

11. El proceso de democratización real es sólo el primer paso para forjar una alternativa global a la sociedad de consumo y superar los valores individualistas, materialistas y relativistas que el liberalismo impone para extender el imperio canallesco del mercado mundial. La alternativa social-europeísta a la sociedad de consumo es una propuesta de valores éticos que prioriza el interés de la comunidad orgánica, al cual se someterán los intereses económicos y políticos, para la formación de un nuevo tipo humano, capaz de asumir la verdad, la creación cultural y el servicio a la Comunidad Nacional como centro de su existencia y eje vertebrador de su personalidad.

12. El MSR potenciará el municipio como entidad política y agente socializador de los ciudadanos. En este sentido, propiciará políticas tendentes a aproximar al ciudadano a la gestión de los recursos y, por tanto, a municipalizar aquellos servicios que puedan ser gestionados directamente desde los ayuntamientos. Propugnamos la socialización del suelo urbano como una de las medidas para impedir la especulación y acometer el problema de la vivienda con planes sociales.

13. Los municipios, como órganos intermedios del tejido comunitario de la Comunidad Nacional, articularán un nuevo sistema de representación política basado en el diputado de distrito, directamente sometido al mandato de la ciudadanía y responsable ante ella del cumplimiento de los imperativos populares; es decir, del programa político, entendido como un contrato entre electores y elegidos. Su remuneración nunca podrá ser superior al de un salario medio. Se limitará tal cargo únicamente a aquellos que no tengan ningún tipo de relación con empresas o instituciones relacionadas con el ejercicio de sus funciones, tanto en el periodo de su mandato como antes de éste, y que a lo largo de su vida hayan demostrado ser personas honradas. La violación de esta responsabilidad tendrá como consecuencia la revocación inmediata del mandato y será considerado como delito de máxima gravedad, fuertemente penado por ley. La ley limitará los márgenes de gastos en las campañas electorales, garantizará la igualdad de oportunidades de todos los candidatos, prohibirá las donaciones anónimas o encubiertas, donaciones y condonaciones de deudas por parte de bancos, cajas u otras entidades análogas e impedirá la intromisión de cualesquiera poderes fácticos en los procesos electorales.

14. El MSR propondrá alianzas estratégicas con todas aquellas naciones que, independientemente de su cultura, raza, religión o cualquier otra consideración, hayan levantado un baluarte contra el imperialismo norteamericano y la implantación del mercado mundial. De lo anterior se desprende que la postura política del MSR es resueltamente contraria a la existencia de la OTAN, institución que denunciamos como instrumento del imperialismo yanqui para ejercer su dominio mundial, así como del Banco Mundial, el FMI, la ONU y todas aquellas instituciones que sirvan a los intereses del “Nuevo Orden Mundial”.

15. El MSR apuesta por una profunda reforma de las Fuerzas Armadas, orientada a un cambio en nuestra doctrina militar, a la modernización de las estructuras y al desarrollo de medios tecnológicos y armamentísticos de alto poder disuasorio. Dicha reforma combinará elementos de profesionalización, a efectos de lograr una eficacia óptima, con una socialización del Ejército, potenciando las tropas populares y el sentido de responsabilidad hacia la defensa de la Patria. No se aceptará, salvo en casos muy concretos y limitados, la integración en nuestras FF.AA. de personas de países no europeos.

SOCIALIZACIÓN

16. Tras la caída del comunismo y la debacle histórico de la izquierda, el capitalismo entra en su última fase de expansión: mundialización de los mercados, globalización económica y retroceso de los derechos sociales y laborales conquistados por los trabajadores tras casi dos siglos de luchas. Las consecuencias de las políticas de ajuste neoliberales y su extensión a nivel mundial agudizarán las contradicciones del capitalismo, incapacitado como modelo para ofrecer soluciones globales: fractura Norte-Sur, retorno de la lucha de clases, catástrofe ecológica, poder de las multinacionales, oleadas migratorias, crisis económicas a escala mundial, millones de parados, pérdida de valores e identidades culturales, etc. El MSR considera que dichas contradicciones sólo pueden resolverse desmontando el capitalismo liberal y sustituyéndolo por un modelo socioeconómico de signo radicalmente contrario basado en el concepto de Socialización.

17. La Socialización se fundamenta en el principio de que los intereses de la Comunidad Nacional están por encima de los intereses particulares de los individuos y los grupos. Y es, ante todo, una actitud ética. En consecuencia, la Socialización implica la supeditación de lo económico a lo político, la dirección política de la economía nacional a través de la planificación, la transformación de las formas de propiedad y la consideración del Trabajo como servicio a la Comunidad Nacional.

18. El MSR procederá a la nacionalización de todos los sectores industriales y financieros estratégicos, incluido el control de producción monetaria y los créditos bancarios, a fin de evitar la usura contra el Estado y la sociedad; así como, de los servicios indispensables para la comunidad y cuyo control político directo resulte vital para los intereses de la Comunidad Nacional y, en general, para el desarrollo del proceso transformador dirigido a desmontar el sistema capitalista y sus consecuencias sociales contra el pueblo y el bien común.

19. El MSR propone una transformación radical de la empresa y de la posición de los trabajadores en el seno de la misma. La empresa debe ser “socializada”, atendiendo a la directa participación de los trabajadores en su gestión.

Estos fines se realizarán modificando la estructura de los consejos de administración de las empresas, tomando la forma de sociedades de capital, en las cuales deberá incluirse, con derechos y deberes iguales a los representantes del capital, una representación electa de los trabajadores de la empresa. Para las empresas individuales o que no revistan la forma de sociedades de capital, la representación de los trabajadores dependientes deberá asegurarse en forma apropiada.

Los representantes de los trabajadores participarán con pleno derecho en todas las deliberaciones y decisiones inherentes a la gestión de la empresa y asumirán, en igualdad con los representantes del capital, los deberes organizativos y dirigenciales que pueda creer la organización de la empresa.

La empresa socializada en forma societaria tiene un “jefe”, designado por el consejo de administración. En otras empresas socializadas el “jefe” puede ser el mismo empresario individual. En todo caso, el jefe de empresa es responsable de la gestión de la empresa acorde con la planificación del programa económico nacional.

La socialización interesa a todos los sectores del proceso productivo, y su objetivo es superar en el seno de la sociedad el predominio del capital y de la propiedad privada de los medios de producción insertándolos en el proceso de participación del trabajo en la gestión de la empresa y en la organización programada del proceso económico en su conjunto. La propiedad, en otros términos, debe ser entendida como uno de los elementos del proceso productivo y no como el árbitro entre este y el trabajo, en todas sus expresiones: manual, técnico, intelectual; como un elemento importante y no como objeto de una relación de subordinación y explotación.

20. El MSR entiende la producción económica no como un programa elaborado por los organismos burocráticos e impuesto desde lo alto al mundo de la actividad económica, sino como resultado del concurso y de la participación de todos los actores del proceso productivo.

En la organización del Estado deberá estar, por ello, prevista la formación de un conjunto de órganos representativos que, partiendo de la empresa socializada, elaboren en varios niveles territoriales el programa en el cual deberá transformarse mediante su actividad el sistema económico de la producción y de la distribución.

Los programas sectoriales y territoriales deberán estar coordinados y resumidos en un plano nacional según la obra de un órgano central representativo de todos los actores del proceso económico: el Consejo Nacional de la Economía.

21. La estructura administrativa y política del Estado también deberá adecuarse conforme a la nueva realidad de una colectividad socializada. Para este objetivo es necesaria la formación de órganos representativos, expresión de las categorías sociales en todas sus formas: económicas, culturales, profesionales, en razón de las respectivas funciones en el cuadro de la colectividad, y en grado de regular la vida bajo esta nueva luz de las necesidades reales, de los intereses concretos y de las posibilidades efectivas.

22. El MSR propone una profunda transformación del mercado laboral tendente a la supresión del mismo y la consecución del pleno empleo, la cual incluye las siguientes medidas:

— Reducción de la jornada laboral hasta las 35 horas semanales y prohibición de las horas extras.

— Salarios y pensiones dignas y adecuadas a los crecimientos y cambios económicos del país.

— Extensión de la cobertura por desempleo y reforma radical del Instituto Nacional de Empleo para convertirlo en la institución universal dedicada a la oferta del empleo.

— Todos los parados dedicarán su jornada de trabajo a actividades sociales y cívicas de servicio a la comunidad canalizadas a través del Instituto Nacional de Trabajo. Los sindicatos dejarán de estar subvencionados por el Estado.

— Prohibición de las ETT’s y reducción de las posibilidades de contratación temporal.

— Consecución de la igualdad de la mujer en todos los ámbitos sociales y laborales, de acuerdo con el principio “a igual trabajo, igual salario”.

—Medidas penales inmediatas para los responsables de despidos improcedentes por causa de maternidad. De idéntica manera por denegación de contrato a una mujer encinta.

— Protección de los colectivos más desfavorecidos como los minusválidos y los marginados. Incorporándolos, según sus capacidades, a la normalidad de la vida laboral.

El Nuevo Estado perseguirá de forma implacable cualquier forma de explotación que no respete los derechos de los trabajadores. Igualmente perseguirá a aquellos que abusen o se aprovechen de los beneficios y medios de protección concedidos por parte del Estado a todos los ciudadanos.

23. El MSR considera que la tierra debe ser propiedad de quienes directamente la trabajan, por ello propugnamos el encauzamiento progresivo hacia una auténtica Reforma Agraria Integral y la imperiosa obligación de dignificar al trabajador del campo y aumentar su calidad de vida. Para llevarla a cabo, si es necesario, expropiando las fincas sin explotación o con explotación deficiente, fomentando la investigación y el desarrollo tecnológico, eliminando el abuso de los intermediarios, protegiendo las empresas comunitarias y autogestionarias y la agro-ganadería de manera global. Nos oponemos visceralmente a la entrada masiva de productos agroalimentarios foráneos, bajos en costos y obtenidos casi en semi-esclavitud, que merman y limitan hasta casi arruinar el mercado agroalimentario nacional y a sus productores. La finalidad última es la integración del ciudadano en su entorno natural, fruto de una conciencia ecológica integral y unas raíces culturales que han conformado nuestro ser como pueblo y que distan de encontrarse en las megalópolis contemporáneas.

24. La crisis ecológica, al igual que los problemas de la drogadicción y el crimen organizado, pertenecen a la esencia de la sociedad de consumo construida sobre pautas culturales de carácter hedonista, individualista, materialista y economicista. Desde el MSR consideramos que las presiones sociales promovidas por el ideario de la “felicidad”, cuya raíz no es económica sino axiológica, es el origen de las fuerzas que orientan al capitalismo en la dirección de producir unos determinados bienes destinados a las masas, en lugar de hacerlo en la dirección que beneficie a la comunidad entera y de forma equilibrada. Esto produce unas relaciones entre la sociedad y el medio natural en las que el hombre no opera como una entidad racional, sino como una plaga o una catástrofe natural carente de espíritu. El MSR entiende que la preservación de la Naturaleza implica la supresión de la sociedad de consumo como estructura social objetiva y como sistema de valores subjetivo, y la definición de un ecologismo integral alejado de las utopías de felicidad progresistas, y más próximo a la realidad de la existencia humana.

25. Vivimos en una sociedad que se dirige irremediablemente hacia una comunidad de ancianos debido al alarmante descenso de la natalidad. Por ello, el MSR incentivará a las familias con hijos mediante exenciones fiscales, ayudas directas, gratuidad de determinados servicios, salario social para el miembro de la pareja que realice las tareas domésticas y se dedique al cuidado de los hijos, ampliación de los permisos de lactancia,prohibición del aborto en todos los supuestos y, en definitiva, todas aquellas medidas que favorezcan la recuperación demográfica de nuestro pueblo, y coloquen a la familia en el lugar que le corresponde como base de nuestra civilización. De la misma forma, se impulsarán iniciativas que garanticen la igualdad de derechos y el respeto social hacia las madres solteras, existiendo para éstas una cobertura social de carácter especial adaptada a sus circunstancias

26. El MSR defenderá el modelo público de Sanidad. Velará por la mejora de la gestión de los centros, contra su masificación y las listas de espera interminables, por el control de los productos farmacéuticos para evitar el lucro de las empresas del ramo a costa de la salud de los ciudadanos, por un radical incremento de las partidas destinadas a investigación y desarrollo y, sobre todo, la elaboración de un gran Plan Nacional de Salud basado en la medicina preventiva. Esta filosofía de servicio a la comunidad se extenderá a todas las esferas de la Seguridad Social.

27. El MSR considera que el Estado, junto a la familia, deberá tener en la educación una de sus misiones más importantes. Para ello propugnará una profunda reforma de la institución escolar tendente a potenciar la formación ética integral de la persona y la revalorización de la figura del maestro y del profesor, concebidos como depositarios de los valores comunitarios que han de ser transmitidos a las futuras generaciones. Propugnamos un modelo educativo integral, público y de carácter laico, que atienda a todos los factores de la formación: educación cívica, física, técnica, la cultura clásica, las humanidades, las artes y todas aquellas materias que sirvan para proveer al alumno de una amplia cultura general que contribuya a su formación integral como persona. La enseñanza será gratuita en todos los niveles, seleccionando a los estudiantes de acuerdo con su capacidad y respetando la igualdad de oportunidades. El MSR potenciará la divulgación y potenciación de toda expresión artístico-cultural heredera de la tradición grecorromana y del humanismo renacentista. Consideramos como uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad, la formación en el Arte y la Cultura.

28. El sistema capitalista mundial en su fase actual ha forzado una serie de movimientos migratoriosmasivos, provenientes de las zonas más desfavorecidas del planeta hacia nuestro continente. La escasez de los recursos más elementales para subsistir y la promesa de un paraíso inexistente animan este fenómeno. El producto final no es más que una nueva versión de la esclavitud, donde una serie de empresarios criminales -con el consentimiento de la clase política dirigente- aprovechan la indefensión legal del inmigrante para explotarlo. Las consecuencias conllevan asimismo el desarraigo y el consiguiente choque cultural que perjudica, tanto a nuestra identidad cultural y nacional, como a la de los propios inmigrantes. El MSR, que entiende la xenofobia como una purulenta secreción de la mentalidad burguesa, considera que es necesario que cada cultura se desenvuelva dentro de su ámbito natural y se opone a eso que eufemísticamente se ha dado en llamar “sociedades multiculturales”. Por tanto, nos oponemos férreamente a todo tipo de inmigración descontrolada y masiva cuyo destino sea Europa en general y España en particular. Europa deberá colaborar resueltamente en el desarrollo del Tercer Mundo mediante la intervención política, las ayudas económicas y la formación necesaria para permitir que todos los pueblos que lo componen puedan vivir dignamente y así evitar el drama humano de la inmigración.

29. Para acometer esta ingente tarea, el MSR llama a grandes sectores de la población española, especialmente a los trabajadores y a los jóvenes, al compromiso y a la acción. El respeto a nuestro pasado glorioso, la oposición a la decadencia actual y la responsabilidad con las generaciones venideras deben ser suficientes para animar ese compromiso. El mundo que vivimos representa una anormalidad promovida por la ideología burguesa, la subcultura izquierdista de la trasgresión y el individualismo sociológico en todas sus versiones, tanto liberal como libertaria. Es un mundo que forma parte de la crisis de transformación y liquidación final de la sociedad tradicional europea. La Europa del futuro debe tomar conciencia de sus valores auténticos, ligados a la espiritualidad tradicional de nuestros pueblos, para llevar adelante la realización del proyecto histórico iniciado con Grecia y Roma y edificar al fin, una sociedad justa de hombres libres.

Fuente: https://movimientosocialrepublicano.wordpress.com/norma-programatica/


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