viernes, octubre 11, 2019

POR QUÉ SOY DE IZQUIERDAS











SIGNIFICANTE Y SIGNIFICADO DE LA PALABRA IZQUIERDA. CARTA ABIERTA A LA ULTRADERECHA DEL COSCORRÓN. No se aprendieron la primera lección del libro de lenguaje. ¿Recordáis? Emisor, receptor, mensaje; significante y significado; denotación y connotación... ¿Para qué servían estas paparruchas? Pues bien, si las hubiesen estudiado a fondo y entendido, quizá los ultras hubieran podido rescatar a la nación de sus usurpadores oligárquicos. Pero no lo hicieron. El discurso "ni derechas, ni izquierdas" es ultraderechismo incompatible con el concepto mismo de revolución nacional.

Durante la Revolución Francesa, el espacio social de la izquierda era ocupado por la burguesía capitalista y el de la derecha por la aristocracia terrateniente. Después de la Revolución Francesa, la burguesía capitalista pasó a ocupar el espacio de la derecha y fueron los trabajadores, los obreros industriales, quienes encarnaron el de la izquierda. Ergo: izquierda y derecha no designan ideologías ni partidos, sino polaridades de fuerzas sociales que pueden ser encarnadas por muy diversas ideologías, partidos, líderes, etcétera, en función de las circunstancias.  En la Polonia bajo ocupación comunista, la derecha era encarnada por el Partido Comunista y la izquierda por el sindicato católico Solidarnosc. En definitiva, cuando hablamos de ideologías (y partidos) de izquierdas o ideologías (y partidos) de derechas estamos cometiendo un gravísimo error categorial que tiene consecuencias políticas devastadoras para la causa nacional-revolucionaria. 

 LA IZQUIERDA NO ES UNA IDEOLOGÍA SINO UN DETERMINADO GRUPO SOCIAL

No se puede confundir la ideología con el grupo o espacio sociológico. El espacio social es el que es y tiene un nombre: izquierda (o derecha).


La izquierda no es una ideología, sino el término político formal que designa en cada caso ---en cada coyuntura histórica determinada--- el espacio social ocupado por la gran mayoría de la población. Para esa mayoría, el pueblo, que es la base orgánica viva de toda política nacional, "izquierda" connota desde la Revolución Industrial la "defensa de los intereses morales y materiales de los trabajadores". Y es izquierdista quien defiende esos intereses. La cuestión será entonces cómo lo hace, los medios para lograr ese fin, y aquí comienzan los programas políticos, las propuestas de uno u otro signo, las ideologías: comunistas, anarquistas, socialdemócratas, nacionalrevolucionarias, etc.

Eso es lo que la gente, la mayoría, entiende cuando escucha la palabra "izquierda". El grupo social, no la ideología.

En política importa cómo entienden y qué significado les dan a los significantes los destinatarios (receptores) del mensaje político, la gente, no lo que entienden los emisores de ese acto de comunicación, los políticos

Si quieres comunicarte con un noruego, aprendes noruego, no esperas a que el noruego hable español. 

Aunque los políticos creyeran que "izquierda" significa aborto, ateísmo, pecado, homosexualidad, feminismo"..., no es esto lo que entienden los trabajadores cuando oyen o leen el significante "izquierda". Para los trabajadores, izquierda es su grupo social.

Así que al decirle a un trabajador que tu partido no es de derecha pero tampoco de izquierda, lo que le estás comunicando en realidad al destinatario del mensaje ----un obrero, pongamos por caso--- es que tu partido rechaza los intereses morales y materiales de los trabajadores. Y seguramente ya no querrá escuchar más. Pero será por culpa tuya, porque eres un inepto y confundes significante y significado en ese acto eminentemente social de la comunicación política que se llama propaganda.

 
El trabajador patriota soñado por los ultras.

LA USURPACIÓN DE LA IZQUIERDA POR LA IDEOLOGÍA INDIVIDUALISTA LIBERAL

En estos momentos, dicho espacio social, la izquierda, está ocupado por ideas y fuerzas políticas que se llaman izquierdistas pero no lo son. Su astucia ---que contrasta con la estupidez de los patriotas--- consiste precisamente en auto-denominarse izquierdistas para identificarse con el mencionado espacio social, de manera que el lenguaje ya asimile irreflexivamente significante social y significado ideológico. Los ultras han caído, los primeros, en la trampa de dicha asimilación. Pero, ¿qué tiene de izquierdista el aborto? Nada. El aborto es una idea liberal. Burguesa. Y también el feminismo. Y la inmigración, vale decir, la mano de obra barata para el capitalista.

Ya sabemos de qué ideas se trata y no entraremos ahora a analizarlas. Nos interesa sólo el significante, no el significado. Esas ideas, que denominaré individualistas, proceden en todo caso de la religión judeo-cristiana secularizada y no son ideas de "izquierdas", sino, antes bien, valores oriundos del espacio social de la derecha. Pero, insisto en ello, dichas ideas o valores han usurpado nuestro espacio, que se designa siempre con la palabra correspondiente, el término "izquierda". Hecho que no va a cambiar aunque en un seminario ideológico, los políticos ultras "decidan" que izquierda significa "demonio", "mal absoluto", "pecado"... y usen así el vocablo en su sectaria jerga grupal.

Si, por nuestra parte, aceptamos ---como quiere, por ejemplo, el neoliberal Soros--- que las ideas usurpadoras en cuestión son izquierdistas, no sólo eso, que encarnan nada más y nada menos que la quintaesencia de "la izquierda" ("sinistra" = Satanás), lo que estamos haciendo es entregar ese espacio social al enemigo ideológico.

Esto es lo que ocurre con los cretinos fachas ultracatólicos anti-izquierdistas encubiertos que todavía utilizan la vieja y obsoleta fórmula ultraderechista "ni derechas ni izquierdas" y se sienten geniales, como si hubieran descubierto el planeta Raticulín. Con semejante eslogan caduco nunca penetrarán políticamente en el espacio social popular, mayoritario, para el cual está bien claro que el verdadero significado de "izquierda" es, como ya he dicho y repetiré mil veces, "la defensa de los intereses materiales y morales de los trabajadores".

Hasta ahora, la izquierdofobia ultra ha mantenido a los patriotas bien alejados, qué digo, en las antípodas políticas de los trabajadores, todo ello por culpa, entre otras causas, de esta incapacidad de entender que las palabras son hechos sociales y significan lo que significan aunque el individuo les dé otro a su conveniencia. En efecto, a despecho de que "para uno mismo", por ejemplo, gato signifique "extraterrestre satánico", cuando la gente oiga la palabra gato en un mitin electoral no interpretará extraterrestre satánico, sino dulce animalito de compañía, de manera que la propuesta programática de matar a todos los gatos será interpretada como cosa propia de un maniático chiflado. Porque lo que importa en política, insisto, es lo que entiende la gente con una determinada palabra, no lo que entiendes tú cuando le pides el voto.

Llevo 30 años explicando esto ----la hegemonía del significante en el acto de comunicación--- y los ultras todavía no lo han entendido. ¡¡¡Tan ineptos son!!! Regalaron el espacio social mayoritario a ideologías que ellos denominan "de izquierdas", pero que son de procedencia derechista, como la política de inmigración, liberal y capitalista hasta la náusea... Al reconocerlas como políticas e ideologías "izquierdistas", los ultras han aceptado , empero, a sabiendas o no, la entrada masiva de inmigrantes, que los trabajadores interpretan como cosa humanitaria y progresista, vale  decir, los ultras han firmado de antemano el acta de rendición que certifica su la derrota política.

Y así vamos, con la patria/nación por un lado y el pueblo por el otro como si fueran dos extraños incapaces de reconocerse, cuando son miembros de la misma familia, ¡¡¡hermanos!!!

La nación le dice al pueblo que no le dirigirá la palabra hasta que deje de ser de izquierdas. Y el pueblo, con razón, le responde a la "patria" que se siente a esperar con el resto de los derechistas.

Gracias, "patriotas", por ser tan idiotas.

Y ahora seguid con vuestro empetrecido y arqueológico "ni derechas, ni izquierdas".

Jaume Farrerons
Izquierda Nacional de los Trabajadores (INTRA)
Presidente, la Marca Hispànica, 11 de octubre de 2019

9 comentarios:

José Ubalde dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
FDelga dijo...

¿Desde cuándo la socialdemocracia ha defendido los intereses d elos trabajadores?, la socilademocracia suele ser definida como el ala derecha del socialismo, pero hablando en términos generales la izquierda de siempre nunca ha defendido a los trabajadores, es un producto de los poderes económicos, al igual que la derecha, para dividir a la sociedad en esa absurda división derecha-izquierda.
Referente a la estatización de los medios de producción, estaríamos hablando a algo simlar a lo que ocurrió en la antigua URSS y los llamados regimenes comunistas en general, lo cual fue un fracaso y un atraso, pero con la variante de que serían gestionados también por los trabajadores según expones mediante un sindicato único nacional. Yo no digo que una parte importante de los medios de producción estén en manos del estado, sobre todo la industria pesada, pero pienso que hay que permitir la iniciativa privada, siempre claro que sea con un fin social y nunca especulativo.

ENSPO dijo...

FDelga Parece que no ha entendido el sentido del post. Vuélvaselo a leer porque a veces uno tiene la sensación de estar hablando con una pared.

FDelga dijo...

Sí lo he entendido, soy yo el que tiene la sensación de hablar con una pared y de las más gruesas, me da la impresión de que es usted muy opaco.

ENSPO dijo...

Para FDelga: usted no ha entendido el artículo. Ignora que no habla sobre fuerzas políticas, sino sobre grupos sociales. Empieza usted su réplica con la pregunta retórica: ¿desde cuándo la socialdemocracia ha defendido los intereses de los trabajadores? Ya no hace falta continuar leyendo. Le sugiero que vuelva al artículo e intente captar el significado de la palabra "izquierda" para esos trabajadores a los que ha mencionado.

Celtix dijo...

Para comprender la incapacidad —o desinterés— del nacionalismo español para entender la lucha obrera hay que tener presente el carácter y evolución del mismo en las últimas décadas.

Aunque formalmente lo niegue, el individuo que se identifica como nacionalista español tiene, por regla general, unas constantes ideológicas que lo definen como perteneciente a la extrema derecha (estado confesional, concepción ultraconservadora de la sociedad, retorno a unas formas de vida "tradicionales" idealizadas, etc.) Por mucho que no acepten la etiqueta, su (ultra)derechismo queda desvelado en cuanto abren la boca.

Tienen sus ideólogos (José Antonio, Ramiro de Maeztu, Vázquez de Mella, etc.), pero —como han observado casi todos los que han estudiado el fenómeno— no han sido capaces de renovar sus doctrinas y conceptos. Normalmente denominan como "lealtad a los principios" a dicha incapacidad de adaptación.

Y aquí está la clave de todo: ¿cómo interpretan fenómenos actuales tan importantes como las empresas multinacionales o la OTAN, si como es lógico no pudieron analizarlos Víctor Pradera o Menéndez Pelayo, por ejemplo? La respuesta a esta pregunta es que lo hacen a través de los medios de comunicación de la derecha neoliberal, de los que han ido adoptando sus teorías.

Por decirlo de otra manera, la evolución de la extrema derecha ha seguido la misma senda que el resto de la derecha, salvo excepciones. Lo que explica en parte sus reiterados fracasos electorales.

Tomemos a Francia como ejemplo. El Front National ha crecido en el país vecino a costa de la izquierda al arrebatarle el voto obrero. ¿Pero qué tiene un neoliberal que ofrecer a la clase obrera aparte de salarios bajos y pérdida de derechos? Sólo promesas de un futuro de prosperidad y bienestar mientras piden que los obreros acepten condiciones laborales cada vez más tercermundistas; para evitar, precisamente, la deslocalización industrial a países del Tercer Mundo.

Ya lo explicaba Ricardo Sáenz de Ynestrillas hace unos años: los ultraderechistas no critican al PP por considerar que tienen grandes diferencias ideológicas con él, sino por considerarlo una versión blanda y timorata de la derecha.

Celtix dijo...

Conviene aclarar que no me identifico con los postulados del Front National, simplemente he mencionado a esa organización política en mi anterior comentario como muestra de las transformaciones electorales que se dan en Europa.

Por otra parte, y relacionado con el tema de la entrada, también quisiera señalar que hay personas en España que se adhieren al concepto de "Socialismo nacional" pero no parecen saber explicar muy bien en qué consistiría. Suelen indicar que no guardaría relación con el Marxismo, puesto que respetaría la propiedad privada y la iniciativa empresarial. Pero no tienen respuestas claras cuando se les pregunta cuales serían sus diferencias respecto al Capitalismo.

Si se les pide mayores explicaciones sobre ello, todo queda en vagas e imprecisas referencias a la "justicia social".

No hablo de individuos ignorantes y burdos, esto ocurre incluso con personas de convicciones y cierta inteligencia.

Celtix dijo...

Al releer los comentarios de esta entrada me ha llamado poderosamente la atención el comentario de FDelga. Me ha resultado muy significativo y, en buena medida, sus palabras dan la razón a lo escrito en la entrada.

Primero carga contra las izquierdas (socialdemocracia y comunismo, concretamente). Pero a continuación hace la siguiente afirmación: "Yo no digo que una parte importante de los medios de producción estén en manos del estado, sobre todo la industria pesada, pero pienso que hay que permitir la iniciativa privada, siempre claro que sea con un fin social y nunca especulativo." (Entiendo que FDelga ha cometido un lapsus calami y quería decir "los medios de producción NO estén en manos del estado", porque, de lo contrario, la frase no tendría sentido).

Es decir, habla de una concepción económica que actualmente sólo sería aceptada por gentes que se identificasen como izquierdistas (más moderados o más radicales). Hoy, la inmensa mayoría de la derecha se identifica con los postulados neoliberales y rechazaría las palabras de FDelga como una intromisión inaceptable, un ataque a las libertades individuales.

He aquí la contradicción: se rechaza a las izquierdas, pero se hace una formulación que sólo se vería con agrado en ese campo político.

Llego tarde a este intercambio de ideas, así que no sé si FDelga estará todavía abierto al debate.

ENSPO dijo...

No hace falta ser comunista para implementar políticas de izquierda que comporten una redistribución de la riqueza en beneficio de los trabajadores nacionales, es decir, de la inmensa mayoría de nuestros compatriotas. Nuestro problema ---como fascistas--- con la socialdemocracia es de valores éticos, el tipo de sociedad consumista que la socialdemocracia comparte con el liberalismo capitalista occidental. Se trataría de desarrollar una economía mixta, de izquierdas en este sentido, pero opuesta a los valores disolventes e individualistas/hedonistas del consumismo. Y a tales efectos no es necesario implantar el comunismo, cuyos "resultados" ya conocemos.