lunes, mayo 13, 2024

ADIÓS, CAMARADAS (2) (Vincenzo Vinciguerra)

«Historia de un engaño: 50 años de hegemonía estadounidense en Italia»

Publicamos hoy aquí, después del Capítulo V, el Prefacio del Autor y el Capítulo I de esta obra crucial de Vincenzo Vinciguerra. No podemos pasar por alto la deuda de gratitud con la página de Resistencia y, en especial, a pesar de las diferencias estratégicas, con los traductores

Camaradas, adiós


«Historia de un engaño, en 50 años de hegemonía estadounidense en Italia»

 PREFACIO DEL AUTOR

 

Volver hacia atrás en el tiempo sería tarea vana si no consiguiéramos localizar en el pasado esa línea de continuidad que lo liga, indisolublemente, al presente que, a su vez resulta válido en la medida en que sirve para construir el futuro.

A más de medio siglo de distancia desde la invasión de Europa no ha cambiado en nosotros, con relación a la batalla librada entonces por los ejércitos europeos contra las hordas estadounidenses, la exigencia de liberar al continente de la opresiva tutela de los Estados Unidos de América.

A menudo, a los vencedores se les permite decir la verdad que los vencidos se obstinan en negar. Así, por ejemplo, el senador Bob Dole ante la pregunta sobre cual sería el valor simbólico de aquellos días de junio de 1944, puede responder tranquilamente: <<En mi opinión señalan y simbolizan el comienzo del liderazgo americano en el mundo>>.

Lo sabíamos, lo habíamos sabido siempre: la segunda guerra mundial fue el conflicto donde se decidió quien debía, Europa o los Estados Unidos, escribir la historia del siglo XXI.

Perdió Europa. Hemos perdido medio siglo en reconocer al enemigo y descubrir que la continuidad con el pasado impone la ruptura con los Estados Unidos, la denuncia del Tratado de paz, la expulsión de la Alianza Atlántica y el desmantelamiento de sus estructuras secretas dentro de nuestro territorio.

La reconstrucción del pasado nos permite señalar y reconocer a los enemigos, y encontrar a los amigos con los cuales proseguir una batalla que solo idealmente ha continuado, porque en la realidad se ha detenido en mayo de 1945.

Entre los enemigos podemos – y debemos – incluir ese neofascismo y sus representantes que continúan, todavía hoy, asumiendo su elección de campo, realizada al día siguiente del final de las hostilidades, colocándose del lado del vencedor.

Un neofascismo que ha sabido hallar motivaciones, políticas, históricas, éticas para reorientar las energías de aquellos que creían en Europa contra un enemigo que representaba una amenaza – por lo demás solo hipotética – únicamente para los Estados Unidos de América.

Hoy el neofascismo, digno heredero de aquel fascismo que reveló su naturaleza el 25 de julio de 1943, saborea el gusto de la victoria, el placer de ser oficialmente reconocido e incluido entre los siervos predilectos del amo.

Nosotros que nos reconocemos en el Fascismo de los Ricci y de los Giani, de los Vezzalini, de los Koch, de los Pavolini, de las Brigadas Negras y no de la Décima Mas; de las SS y no de las Waffen SS, podemos complacernos por el final de un equívoco. (1)

El enemigo que, durante medio siglo, se ha revelado habilísimo en el uso de las armas del engaño y de la traición lo tenemos hoy ante nosotros, abiertamente enfrentado a nosotros sin que tal cosa nos alarme y nos preocupe.

Lo conocemos: es un enemigo de medio pelo.

Reconstruir la historia, denunciar el papel de los Rauti, de los Erra, de los Accame, de los Delle Chiaie no deriva de la sobrevaloración de estos, sino de la exigencia de demostrar – y dar a conocer – la guerra que Norteamérica y la OTAN han dirigido contra Europa en estos cincuenta años.

Guerra necesaria, inevitable, porque la victoria militar no era suficiente; era necesario obtener también la política, ideal, moral. Y han logrado esa segunda victoria con la ayuda de los antifascistas y los neofascistas.

No ha sido una «guerra virtual»: ha tenido sus muertos, sus heridos, sus inválidos, sus prisioneros; ha quebrado hombres y conciencias, cosechado víctimas inocentes, destrozado existencias.

El respetado (por los neofascistas, los primeros) Bill Clinton excluye de la conmemoración de la batalla de Anzio a alemanes e italianos. Para él y para América siguen siendo enemigos y como tales, son considerados medio siglo después.

No es solo una muestra de arrogancia. Solamente los pueblos que tienen memoria y aquellos que saben reconocer su propio pasado tienen un futuro. La orgullosa América no se considera obligada a inclinarse ante los vencidos, a reconocer su valor, a equipararles a sus muertos.

Y tiene razón, porque la guerra no ha terminado todavía.

Tampoco nosotros nos inclinamos ante el recuerdo de esa <<mezcla de razas bastardas y mercenarias>> que nos ha derrotado dos veces en medio siglo.

Tampoco para nosotros la guerra ha terminado. Y para hacerla no nos sirven esperanzas de victoria. Nos basta la memoria y la certeza de que aquello que vuelve a empezar es nuestra guerra, sin otros adjetivos.

Opera, 4 de junio de 1994.

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CAPÍTULO I

EL FINAL DE UN EQUÍVOCO

La Europa del odio celebra sus victorias. Fiestas y patíbulos son el contrapunto de la conmemoración del desembarco en las playas de Normandía de las fuerzas de ocupación angloamericanas. Bailes y cantos se acompasan con procesos judiciales y condenas para honrar y servir a los vencedores de ayer y a los amos de siempre.

La pálida Europa de los siervos prohíbe la repatriación del cadáver de León Degrelle, descubre que es delito expresar una opinión discrepante de la «verdad» de los vencedores sobre el «holocausto», inicia la caza de ancianos supervivientes, culpables – dice – de «crímenes contra la humanidad» los cuales, sin embargo, tras medio siglo no había advertido la necesidad de reprimir.

Solo una voz se alza para expresar una discrepancia parcial.. En Francia, a comienzos de los años noventa, el socialista François Mitterrand declara que, en su opinión, << no se puede vivir siempre de recuerdos y de rencores>> – sino que – <<es preciso al contrario olvidar las grandes tragedias nacionales >>.

Le mandan callar y da marcha atrás rápidamente. La Francia victoriosa no puede aún apropiarse de su historia y de su pasado.

La verdad sobre la Francia de Vichy y de Pétain no puede todavía ser revelada.

Una prohibición, ésta, que aparentemente no es válida para la Italia derrotada donde, desde algunos meses, se asiste a la espectacular legitimación, como fuerza política de gobierno, de un partido que se ha proclamado siempre heredero, en el plano histórico e ideal, de la República Social Italiana.

Y sin embargo, la historia de los regímenes colaboracionistas de Vichy y de Salò corre paralela y, mientras que en Francia ninguna fuerza política ha reivindicado nunca la herencia de Petain, en Italia el M.S.I. ha hecho fortuna atribuyéndose abiertamente la de Mussolini.

Los fantasmas de un pasado muerto y sepultado no pueden ser evocados en la Francia que se encamina hacia el año dos mil, porque su impacto sobre el presente sería demasiado destructivo.

Un presunto «neofascismo», vivo y coleante, con su carga de retratos de Mussolini, saludos romanos, estandartes y gallardetes es considerado en Italia tan completamente inofensivo por el poder como para quedar integrado en una coalición de fuerzas políticas de signo antifascista, y gratificado con el desempeño de cargos ministeriales a sus representantes (escrito en 1994, ndr).

Un misterio solo aparente. Francia ha ocultado la historia de Vichy: la ha olvidado y la hecho olvidar sepultándola en los más profundos pliegues de la mala conciencia de sus clases dirigentes que, hoy, habrían de admitir, si se iniciara un proceso de revisión, el haber mentido siempre, de haber falsificado conscientemente la realidad de la obra de Petain que fue tan antialemán como lo fue De Gaulle.

La clase dirigente francesa no quiere reconocer oficialmente, ante su pueblo, que no hubiera existido De Gaulle sin Petain, que no hubiese existido la espada sin el escudo. ¿A quién le interesa rescribir esta historia? ¿A quien beneficiaría narrarla? No a los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Es mejor para ellos mantener la aventura de Vichy en la oscuridad de la historia y evitar que la Francia actual descubra haber vivido durante cincuenta años en el más abyecto de los engaños. Y que pueda exigirles, a los vencedores de ayer y a los amos de hoy, cuentas.

Si Francia ha borrado la historia de Vichy, Italia ha falsificado la de Salò con la colaboración entusiástica de los dirigentes neofascistas que, de este modo, se han ganado el derecho de existir políticamente en la Italia democrática y antifascista.

Hemos escrito en otras páginas (1) (que más adelante recordaremos fragmentariamente) la historia de la República del Norte y de sus Fuerzas Armadas. Trazaremos, aquí, brevemente el recorrido de infamia y mentira seguido por los dirigentes del neofascismo italiano desde 1946 hasta hoy.

Lo haremos siguiendo, en parte, al que se ha convertido en el texto oficial de la historia del Movimiento Social Italiano, escrito por un profesor universitario, Piero Ignazi, antifascista, que ya en la elección del título ( «El polo excluido») demuestra cuán fácil le resulta a cualquiera, también a un estudioso, caer en las trampas de una propaganda sabiamente alimentada durante decenios, incluso con el concurso de todos los que sabían la verdad y la han callado.

Alguno, entre estos últimos, interviene para constatar una verdad evidente que, sin embargo, se pierde en el fragor de una campaña publicitaria que, tras la caída de la Democracia Cristiana, debe presentar a la atención de los italianos al M.S.I. como partido «limpio». Y distante ya de una pasado que no ha «traicionado ni renegado».

En respuesta a Gianfranco Fini que, ante la cercanía del aniversario del 8 de septiembre (2), se ha arrogado el derecho de afirmar que, en Italia, << no puede haber espacio para quien especula sobre la guerra civil. Para continuar colocando al margen de la política a millones de hombres cuyos padres realizaron otra elección>>, Lucio Colletti dedica un comentario sarcástico: <<…el MSI – afirma el intelectual antifascista – está en el Parlamento desde hace mucho, a pesar de que una ley (Scelba) prohibió la reconstrucción del partido fascista. Se debe pensar que no existe continuidad entre Msi y fascismo. Por lo tanto – concluye Colletti – el Msi no se identifica con los combatientes de la República Social los cuales, por otra parte, reciben subsidio del Estado>>.

Una verdad evidente, meridiana, que si se hubiera proclamado a tiempo, hace muchos años, habría evitado lutos y tragedias al país entero, porque habría salvado de la instrumentalización por parte del MSI a millares de jóvenes incapaces, no por culpa suya, de captar la profundidad del abismo al cual mediante engaño los dirigentes del MSI les estaban precipitando.

El Movimiento Social Italiano nació con la finalidad de encerrar a la masa de veteranos fascistas, liquidando sus veleidades revolucionarias, en una cárcel desde la cual dirigirlos electoralmente y, si fuera necesario física y militarmente, contra los «bolcheviques sin Dios» de Palmiro Togliatti (3) y del Frente Popular.

El magma incandescente que se desbordaba en mil torrentes del volcán fascista, no apagado aún, fue encauzado en un único río de lava hacia objetivos funcionales al reforzamiento y consolidación del nuevo régimen.

Fautores de esta cínica operación fueron, según Piero Ignazi, <<algunos expertos emprendedores políticos que canalizaron la galaxia de los grupos y de los movimientos espontáneamente surgidos en distintas partes de Italia y, por lo demás, compuestos de poquísimas personas>>.

Entre los «expertos» políticos estaban, por ejemplo, Arturo Michelini, a la sazón subjefe federal de Roma de la que, tras el 8 de septiembre de 1943, no se movió rechazando adherirse a la República de Salò.

El M.S.I. nació, en teoría, en el ánimo de los veteranos fascistas, como una <<orden de creyentes y de combatientes>>, aferrado fielmente a un pasado que, en la época, era todavía presente, con sus ideales, su historia y sus caídos. Pero, en el arco de apenas dos años, constata Ignazi, el partido de Almirante y Michelini circunscribe, sobre el aspecto interno, su <<área de referencia – a una -…derecha conservadora y populista predominantemente meridional>>.


Nuevamente Piero Ignazi señala, después, cómo aun entre fuertes discrepancias, al término del III Congreso nacional desarrollado en L´Aquila, entre el 26 y el 28 de julio de 1952, en política exterior, la dirección del MSI dentro de su 
<<declaración final>>, extendiéndose sobre el peligro de la <<fuerza disolvente del materialismo marxista, que opera a través de la acción de la Rusia bolchevique>>, deja entender aunque de forma bastante velada que, para contrarrestar esta amenaza, Italia debe reintegrase en el acuerdo de las demás naciones del Occidente libre de las cargas impuestas por el Diktat.

Por más indirecta e implícita que sea – reconoce el historiador – <<la elección de campo está ya decidida>>.

Lamentablemente, Piero Ignazi dedica su análisis a la descripción de los debates, siempre vívidos y virulentos, que acompañan las discrepancias entre las distintas corrientes del MSI, pero no logra captar las conexiones, que también se manifiestan con cierta frecuencia, entre la clase dirigente misina y los representantes del poder político, económico, religioso y militar italiano nacido tras el 8 de septiembre de 1943.

Detenerse en lo que aparece en documentos oficiales, registrar solamente lo se ha dicho en campañas y en debates, escrito en la prensa del partido, para uso y consumo de los afiliados y los simpatizantes, como hace Ignazi, equivale a escribir no solo una historia incompleta sino, peor aún, una crónica de acontecimientos y de actitudes que se sitúan a menudo, si no siempre, al lado opuesto de lo que ha sido dicho y decidido en esa penumbra donde se escribió y ejecutó la verdadera política de una fuerza que, como el MSI, debía aparentar ser de «oposición» al gobierno pero ser, en realidad, soporte del poder.

Así pues, el neofascismo no como el «polo excluido» de la vida política italiana, sino como su «polo oculto» desempeñando un papel que, desde los primeros años setenta, será asumido, desde la izquierda, por el partido comunista italiano. Y la prueba fundamental se desprende del examen de las relaciones establecidas entre el MSI y aquellos centros de poder en los cuales, única y exclusivamente, reside la fuerza y la capacidad de decidir los destinos del Estado y del Nación.

De ahí que sea completamente erróneo el análisis que de las relaciones establecidas entre el MSI, única fuerza verdaderamente representativa del neofascismo italiano, y las Fuerzas Armadas, realiza Piero Ignazi.

<<La relación entre Movimiento Social Italiano y militares hasta los años sesenta – escribe el historiador – mantiene la impronta de una especie de despego e indiferencia. Las razones de este comportamiento se remiten a la historia misma del partido. El MSI, de hecho, nació como el partido de los veteranos de la República Social Italiana, de los «combatientes que no habían hecho traición» de los «no colaboradores» de los Fascists´ criminal camps.

Representa, pues – prosigue Ignazi – la (derrota) de un ejército que no había seguido a la monarquía. No por casualidad, el MSI ha sostenido durante los años cincuenta a las asociaciones de excombatientes de la República Social Italiana, desde la Unión Nacional de combatientes de la RSI (presidida por Graziani y posteriormente, tras la muerte de éste, por Borghese) a todas las de Arma. Y ha pedido la aprobación de leyes de previsión social y de jubilación para estos grupos (pensiones de guerra y reconocimiento de servicio).

La fractura – afirma Ignazi – entre los generales «badoglianos» y los partidarios del «Mariscal de Italia» Graziani no podía ser soldada en tan escaso tiempo. Se puede entonces comprender esa mezcla de indiferencia y despego que trasluce el comportamiento misino hacia las Fuerzas Armadas durante los años cincuenta: el MSI se limita a tributar un homenaje de circunstancias al «valor de las Fuerzas Armadas y a su fundamental misión».

Por ejemplo, en la moción congresual de 1956 se afirma que es preciso » restituir a las FF. AA: la consciencia de su propio destino de defensa de la Patria «: pero – concluye – nada más >>.

Sería demasiado largo resumir en estas páginas, todo lo que hemos puesto en evidencia en el libro "Historia secreta de un pueblo traicionado, 1943-45", inédito todavía por la vileza de «amigos» y voluntad de enemigos.

Aquí, solo podemos sintetizar la trayectoria unitaria que, de común acuerdo, recorrieron los altos mandos militares italianos, tanto en el Sur como en el Norte, con la intención de evitar una fractura total, no cicatrizable, dentro en el interior de las Fuerzas Armadas italianas tras el 8 de septiembre de 1943.

Consecuentemente, no existieron enfrentamientos entre militares italianos tanto del ejército regular «apolítico» de Rodolfo Graziani, como de aquél del Sur. No existió, pues, derramamiento de «sangre fraternal», y la tarea desempeñada por muchos oficiales del ejército de Salò puede ser resumida perfectamente como «alistarse para sabotear» que permitió posteriormente, terminada la guerra, a la totalidad de los mandos superiores de las Fuerzas Armadas republicanas conseguir absoluciones sin cargos o condenas irrisorias por parte de los Tribunales de Excepción que los juzgaron por «alta traición» y «colaboración con el invasor alemán».

Si alguna vez existió algún enfrentamiento en el interior de las Fuerzas Armadas tras el 25 de abril, no fue entre «derrotados» y «vencedores», entre dos distintas y contrapuestas concepciones del honor militar, entre «nordistas» y «sudistas», sino más bien entre los partidarios de la «resistencia tricolor» y los seguidores declarados de la causa de las potencias anglo-sajonas, entre dos diferentes modos de concebir y ejecutar la traición.

Es decir, entre los que atribuían a sus propios méritos la «salvación de Italia» de la ira y de la destrucción germánicas, lograda mediante una falsa adhesión al bando del Tercer Reich, y los que, viceversa, reivindicaban para sí mismo la «gloria» de haber obtenido para Italia, con su posicionamiento contra Salò y Berlín, el reconocimiento de nación cobeligerante por parte de los vencedores del conflicto.


Y si bien nadie ha querido, hasta el día de hoy, penetrar en los secretos de este capítulo de nuestra historia para desmentir lo que escribe Piero Ignazi (y afirma la verdad oficial), basta con revelar cuáles fueron, entre los primeros, los ambientes donde de forma fulminante o, en todo caso rapidísima se recompuso cualquier fractura interna, a saber: los militares y los de policía.

Sin lugar a dudas, se remonta a febrero de 1946 la primera llamada a filas por parte del nuevo ejército italiano, con el único límite de doce meses de servicio militar en lugar de 18, para los «antiguos miembros de las fuerzas armadas de la RSI que tuviesen antecedentes penales».

Y, seis años más tarde, el gobierno italiano mediante «la Ley de 23 de febrero de 1952 n. 93 a efectos de hoja de servicios para los oficiales los servicios prestados en las Fuerzas Armadas de la RSI».

Con este gesto, el régimen democristiano y antifascista animado por el respaldo de las potencias aliadas vencedoras, sancionaba como auténtico el papel «resistencial» desempeñado por el Ejército de la República del Norte, bajo las órdenes del Mariscal de Italia Rodolfo Graziani... Dando público y formal reconocimiento a esa «Salò tricolor» en cuyo nombre afirmaban haber combatido los soldados «gris verde» de la Armada Liguria, de la Guardia Nacional Republicana y de las otras formaciones regulares de la República Social Italiana.

No es producto de la casualidad que, en el momento en el cual quedaba ratificada la pacificación en el interior de las Fuerzas Armadas, con el reingreso en la carrera de los oficiales hasta entonces excluidos del reconocimiento de su «patriotismo» y de su fidelidad a la Nación (contrapuesta a la facción), en la presidencia del M.S.I. estuviera Rodolfo Graziani, cuyo puesto será significativamente ocupado, tras su muerte, por el príncipe Junio Valerio Borghese.

Semejante reconocimiento por parte de un régimen que identificaba como suyos los principios y los valores del antifascismo liberal y católico no podía por menos que reflejarse, pues, sobre la fuerza política – el MSI – de la cual los militares, mediante dos de los más prestigiosos representantes de su casta (Graziani y Borghese), se habían convertido en garantes de su definitiva ruptura con la ideología y con la historia del último fascismo.

De este forma, el régimen admitía de modo oficial, mediante la rehabilitación del Ejército regular republicano y de sus figuras más representativas, a las cuales se les reconocía tanto en sede política como judicial la licitud de la opción escogida el 8 de septiembre de 1943, al Movimiento Social Italiano en el nomenclátor de las fuerzas políticas nacionales legitimadas para actuar también dentro del marco constitucional.

Los dirigentes del MSI, por su parte, habían llevado a cabo desde el principio su abjuración respecto a esa «Salò negra» encarnada por Alessandro Pavolini y por sus Brigadas Negras, haciendo así explícita su opción a favor de la «nación» y contra la «facción»: representada la primera por las Fuerzas Armadas, garantes de la unidad nacional; y la segunda por el fascismo republicano del cual renegaron en lo que respecta a sus ideas, su alternativa y su historia.

Todavía en 1973, Giorgio Almirante, en su autobiografía reafirmaba la validez de esa elección haciendo dimanar su decisión de adherirse a la República de Salò, en octubre de 1943, no del discurso de Benito Mussolini, tras la liberación del Gran Sasso y, mucho menos, del llamamiento de Alessandro Pavolini, sino del discurso pronunciado por Rodolfo Graziani, en Roma, en el Teatro Adriano, a principios de aquel mes de octubre de hace más de cincuenta años.

No debe, pues, provocar estupor el hecho de que, en 1954, Virgilio Spigai, un oficial de la Marina de Guerra, destinado a ascender hasta los grados más altos de las Fuerzas Armadas durante los años 60 y 70, pudiera escribir un libro sobre las empresas militares de la X Flotilla Mas y de su comandante, hasta el 8 de septiembre de 1943, mientras que un ex infante de marina de la división «Decima», Adriano Bolzoni, en una obra autobiográfica, haya querido recordar que, junto a sus camaradas de la «Barbarigo», cantaba una cancioncilla cuyo estribillo repetía: <<Fuego por Dios contra los bárbaros, fuego contra las Brigadas Negras>>.

Resulta, por ello, obvio que de la memoria histórica del ambiente neofascista haya sido literalmente borrada la figura humana y política de Alessandro Pavolini, de forma tan radical que el único en escribir una biografía sobre él, no exenta de expresiones de sincero respeto, fuera un historiador antifascista.(4)

De esta manera, los jefes del neofascismo italiano parlamentario y extraparlamentario, han erradicado de la conciencia de las jóvenes generaciones el recuerdo de la «facción», junto a sus principios y a su patrimonio ideal. En compensación, le han dado la «nación», la misma que, tras medio siglo, gracias también a su determinante colaboración podemos definir como la prostituta Italia.

Con estas premisas, la petición avanzada por Gianfranco Fini por parte del MSI, Giulio Cesco Baghino, por la Unión de Combatientes de la RSI, y Luigi Poli, por la Asociación Nacional de la Guerra de Liberación, en septiembre de 1993 (y obsesivamente repetida hasta hoy), de << confirmar la «pacificación» entre el Ejército del Sur, que permaneció fiel al rey tras el armisticio y el del «Norte», que se unió con Mussolini a Salò>>, se configura como una propia y verdadera estafa histórica y política.

La «pacificación nacional» propuesta por estos tres mercachifles y sus cómplices, deberá en realidad verificarse entre pensionistas y jubilados del mismo Estado, que desde hace medio siglo nada ni nadie separa.

Por lo demás, toda la historia del neofascismo italiano, desde los comienzos hasta hoy, no es otra cosa que el desarrollo de más por cincuenta años de un engaño que todavía no ha sido desenmascarado, simplemente porque hacerlo acarrearía la necesaria violación de demasiados secretos de Estado por parte de un poder que tiene todo el interés en mantenerlos a salvo para garantizarse su propia supervivencia.

Fuentes:

Para el Prefacio: https://resistenciatextos.wordpress.com/2016/08/08/libro-camaradas-adios-de-v-vinciguerra-prefacio-del-autor/

Para el Cap. I: https://resistenciatextos.wordpress.com/2016/08/08/libro-camaradas-adios-de-v-vinciguerra-cap-1o-el-final-de-un-equivoco/

Primera entrada de esta serie de FILOSOFÍA CRÍTICA sobre "Camerati, addio": https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2024/04/adios-camaradas-vincenzo-vinciguerra.html

(Continuará con el Cap. II). 

sábado, mayo 04, 2024

TESIS DE MARZO

Martin Heidegger en su juventud.

El siguiente texto fue publicado en nuestro canal YouTube. Ya ha sido parcialmente publicado aquí pero sin las referencias al tipo de seguidores que esperamos y deseamos como fundamento humano para la fundación del Partido FA/NS. Las consideraciones expuestas también valen para el viejo blog FILOSOFÍA CRÍTICA, fundado en 2007. 

https://www.youtube.com/@JaumeFarrerons/videos

COMUNICADO

Nuestros valores religiosos se secularizaron y han sido, históricamente, los más exitosos: ciencia, filosofia, arte, Estado, derecho, industria, democracia... Instituciones que perdieron, a su vez, la memoria y la conciencia de su origen ario. Y que, en manos de otros valores, extraños, cobardes, falaces, de procedencia judeo-cristiana, han sido pervertidas por la infame oligarquía. Ya no podemos volver al formato religioso, que era como el capullo del que nace la flor, pero sí podemos rememorarlo en el terreno del arte. Nuestra religión es la experiencia de lo sublime que conmemora a los caídos por la nación (Wagner). Sobre todo, tenemos el deber de recuperar la tragedia y la figura del héroe trágico. Sólo así pasaremos de la modernidad masónica decadente, podrida desde dentro por la religión semítica y su capitalismo, a una nueva modernidad, radiante, heroica y digna de nuestros valerosos antepasados. 

Jaume Farrerons 

Aumentar el número de suscriptores no es el principal objetivo de este canal. No tengo siquiera intención de monetizarlo o cosas así. NUNCA cobraré por mi trabajo. Cuantos más suscriptores, mejor, sin duda, pero no "más" a costa de las ideas y principios FA/NS por los que lucho (y lucharé hasta mi muerte) desde hace 40 años. 

TESIS 1: FA/NS A SECAS, SIN ADJETIVOS

Me agradaría que los seguidores del canal fuesen o se convirtieran en verdaderos FA/NS. Pocos, si es necesario, pero selectos y "puros" FA/NS. Resultan difíciles de encontrar, como joyas humanas, y son por ello tanto más valiosos. 

Mi ideal de canal: FA/NS de los pies a la cabeza y sin amalgamas con otras doctrinas o creencias (por ejemplo, los FA/NS cristianos o FA/NS budistas o FA/NS musulmanes...). ¿Lo entienden, verdad? A un liberal no le agradarían demasiado los "liberales nazis", o los "liberales comunistas", ¿por qué a los FA/NS tienen que hacernos gracia unos "FA/NS musulmanes"? O se es FA/NS o se es musulmán. Pues bien, esto tan sencillo no les entra en la cabeza a los "FA/NS cristianos". 

Nacional-REVOLUCIONARIOS. Nacionalistas y SOCIALISTAS, no "ni derechas ni izquierdas, ni izquierdas, ni izquierdas..." (conozco a muchos de estos). La Nación es el PUEBLO (familias, gente, trabajadores...). Aceptado este axioma, todo lo demás se sigue con lógica consecuencia. LAS ÉLITES SE HAN DESNACIONALIZADO. Si existió alguna vez una burguesía nacional, sí, ha fallecido hace décadas. Y si alguna "patria" acarician hoy esas nuevas élites, es Israel. 

ESTATALISTAS, no LIBERALES. La sociedad "de mercado" es nuestra antítesis. Sociedad con mercado, que es como decir cuerpo con estómago (no hay cuerpos sin estómago, como quiere el comunismo: una sociedad sin mercado es como un cuerpo sin estómago, esa "utopía" que siempre termina mal, muy mal). "Con mercado" pues, sí, pero no "DE mercado". Mercado, vale, muy bien, pero en su sitio y con límites: no todo puede entrar en el mercado, no todo es negocio, no estaremos siempre calculando cómo ganar dinero, no todo puede depender de la oferta y la demanda... Ese "tipo humano" que siempre calcula un beneficio económico da ASCO. Resulta muy fácil de entender nuestra idea. Porque tan LOCA es una sociedad sin mercado (comunismo) como una sociedad donde TODO es mercado (liberalismo). 

Ficha policial del revolucionario Mussolini.

Por eso siempre dijimos: ni capitalismo, ni comunismo. No nos creyeron, pero teníamos razón. Y ahora más que nunca se comprende nuestra RAZÓN. Porque el comunismo ya ha fracasado, pero en estos momentos está implosionando el "liberalismo" (EUFEMISMO para "capitalismo" como "inodoro" para "cagadero", con perdón). 

NACIONALISMO, no "patriotismo constitucional anti-nacionalista" o fórmulas derechistas similares. UN "PATRIOTA" QUE SE DECLARA NO-NACIONALISTA (Ciudadanos, PP, Vox...) QUIERE ENGAÑAR, o sea, es un LIBERAL disfrazado que siempre termina traicionando a la patria por el "mercado", léase: en beneficio de la OLIGARQUÍA. Los liberales no tienen patria, excepto quizá Israel, como ya he sugerido, y la palabra "patriotismo" en su boca constituye una blasfemia contra el espíritu nacional.

Los receptores de nuestro mensaje político serán, en un futuro, los TRABAJADORES NACIONALES. Y ello en una lucha DEMOCRÁTICA (= DEMOCRACIA GRIEGA, DEMOCRACIA = PODER DEL PUEBLO, no "democracia LIBERAL" = "elecciones cada 4 años") para derrocar a la OLIGARQUÍA BÍBLICO-SIONISTA PLANETARIA. Uno no puede pretender que defiende los intereses morales y materiales de los trabajadores y, al mismo tiempo, reivindicar la Edad Media (ultraderecha evoliana o duguiniana). Hay "ideas" que no son ideas, sino meros delirios para carne de manicomio. Un ultraderechista NO PUEDE ser FA/NS. Ya Evola escribió su ensayo "El fascismo visto desde la derecha" donde CONFESABA que él no era fascista, sino derechista. Las cosas claras y cada cual en su sitio. 

El nazifascismo no es ultraderecha, ni derecha liberal (ni nada que se le parezca). El FA/NS es una modernidad ALTERNATIVA a la pseudo modernidad masónica actual, a la modernidad caduca que agoniza en estos momentos en tiempo real. El FA/NS tampoco quiere, por tanto, un "retorno" a la Edad Media o a una situación histórica anterior a la Revolución Francesa, antes bien, QUIERE consumar hasta sus últimas consecuencias un proceso de modernización/secularización que la oligarquía judía ha intentado (y logrado) prostituir a toda costa. ¿Por qué? Porque SABE que la secularización inherente a la civilización aria entraña inexorablemente la desaparición de su religión y, por ende, del "pueblo elegido" (que se define por una creencia, no por una raza). 

¿Cómo si no explicar que estemos pasando en tiempo real del progreso al "regreso"? Asistimos a una INVOLUCIÓN GENERALIZADA de las condiciones sociales. Los oligarcas están pudriendo por dentro todas las instituciones modernas (invenciones grecorromanas, arias) mediante el veneno del dinero. Capitalismo contra democracia, ciencia, arte, educación, filosofía, Estado, nación, derecho... TODO SE ESTÁ DERRUMBANDO ANTE NUESTROS OJOS PORQUE SON ELLOS, LA OLIGARQUÍA FINANCIERA, y no nosotros los FA/NS, QUIENES QUIEREN RESTAURAR LA EDAD MEDIA. Pretenden, de hecho, erigir una TEOCRACIA JUDÍA GLOBAL. Y debemos resistirnos a esta inmundicia con todas nuestras fuerzas. 

Mi único "dios" es la NACIÓN, bien lejos de los judíos Yahvé, Cristo y sus discípulos o seguidores agrupados en una Iglesia MUNDIAL. Los FA/NS somos NACIONALISTAS, no los universalistas bíblicos del eslogan "todos hijos de Dios" y "hermanos" o universalistas liberales MASÓNICOS de la "HUMANIDAD" (formulación POLÍTICA de lo mismo: la gran trampa del nacionalismo judío contra los nacionalismos gentiles). Dicho queda. 

Fin.

No engaño, pues, a nadie. 

Les expongo muy resumido el SENTIDO de mi canal y, evidentemente, nada tiene que ver con LA DERECHA liberal y sionista imperante, pero tampoco con la ultraderecha. Para seguidores de Trump, Milei, Abascal, Aznar y demás fraudes pseudo patrióticos hay miles de sitios en la red. Este, no: aquí, insisto en este punto, yo NO promocionaré a la "DERECHA". 

No esperen eso de mí. 

Pero si tú no te sientes FA/NS "puro" o si te sientes de derechas, cristiano, liberal, comunista, anarquista, sionista (lo que sea) y quieres seguirnos, ver, comentar, criticar, cuestionar, etc, no te voy a insultar ni a menospreciar por ello. Debatiremos dentro del respeto. Porque somos personas, no bestias. Sépanlo todos: yo dialogo con todo el mundo, pero, eso sí, dentro de un marco de urbanidad, nivel cultural y racionalidad. NO HABLO CON TROLLS ENMASCARADOS, MENTIROSOS Y DIFAMADORES AUNQUE SE DECLAREN NAZIS Y ENARBOLEN ESVÁSTICAS.  

En este sitio no hay lugar para los Gladio. Éstos, no; yo les ignoraré (como norma). Y serán los únicos a quienes DESPRECIE. Ustedes hagan lo que consideren conveniente con esos perfiles que aparecen aquí de vez en cuando con finalidades claramente intoxicadoras. 

Detención de Mussolini.

TESIS 2: LA IZQUIERDA NACIONAL 

Sobre la IZQUIERDA NACIONAL. El tema de la IZQUIERDA nacional es perfectamente compatible con la idea de SOCIALISMO nacional o nacionalismo REVOLUCIONARIO. Sólo desde que Julius Evola, el ideólogo de los Gladio, sacralizó el término DERECHA (DESTRA), se convirtió la etiqueta "izquierda" en algo equivalente al "mal absoluto" para el área patriótica. Pero el propio Mussolini, fundador del fascismo que, además, tiene en su haber unas obras completas de decenas de tomos doctrinales (la OPERA OMNIA), deja muy claro que el fascismo, como socialismo revolucionario o socialismo nacional que es, pertenece al campo de la izquierda. [Y, añado y subrayo yo, de la izquierda NACIONAL y contra el comunismo y toda IZQUIERDA ANTI-NACIONAL]. Lo dice Mussolini, no yo. ¿El motivo? Los términos izquierda y derecha NO son ideológicos, sino estratégicos y tácticos; y como norte/sur, relativos. Oslo es una ciudad que está al norte de Munich, pero al sur de Narvik. ¿Está Oslo al norte o al sur? Depende. Las etiquetas IZQUIERDA/DERECHA NO comportan o co-implican contenidos DOCTRINALES, sino posiciones TÁCTICAS Y ESTRATÉGICAS respecto al poder/régimen imperante. Cuando una fuerza se opone al poder imperante y se define como revolucionaria es "de izquierdas". Si se identifica con el poder imperante y sirve a ese poder es "de derechas". ¿Nos oponemos o nos identificamos NOSOTROS con el poder imperante (=oligarquía sionista)? Cuando la burguesía desató la Revolución Francesa era de izquierdas respecto de la aristocracia y la monarquía, pero luego, una vez encaramada en la cúspide social, esa misma burguesía devino de derechas respecto de los obreros surgidos como clase tras la revolución industrial. ¿Nos identificamos nosotros con la burguesía (hoy ya oligarquía) o con los trabajadores? Así que el tema "izquierda nacional" NO CONLLEVA NINGUNA CONCESIÓN IDEOLÓGICA al comunismo, si es eso lo que temen ustedes, porque el fascismo es socialista nacional, anti-comunista (por nacional) y anti-capitalista (por socialista). Y sólo los intoxicados por la doctrina Gladio, fabricada expresamente con ese fin, sacralizaron el término DERECHA, una decisión (esta sí) DOCTRINAL para la carne de cañón del poder ocupante, cuyos resultados ya hemos visto y podemos ver en la "neofascista" Giorgia Meloni y en la DESTRA Gladio de la que está surgiendo en todo Occidente la nueva ultraderecha judeo-cristiana: TOTALMENTE VENDIDA AL PODER BÍBLICO-SIONISTA DE LA OLIGARQUÍA. Curiosamente, nunca escucho protestas por la asimilación del fascismo a la ultraderecha. Pero ya me explicarán qué credibilidad pueden tener ante el pueblo trabajador nacional unos nacional-revolucionarios o nacional-SOCIALISTAS que se asimilan sin pestañear al ULTRADERECHISMO más cavernícola (con la idea de restaurar la Edad Media y mamarrachadas semejantes). Así, algunos se declaran nacionalSOCIALISTAS pero su programa consiste en suprimir la seguridad social y re-establecer en Europa el derecho de pernada o la servidumbre de la gleba (entre otras delicatessen medievales). ¿No ven ustedes en todas estas incoherencias la causa de nuestro fracaso absoluto después de 70 años de repetir los mismos errores (en realidad, trampas Gladio) tras la caída de Berlín? ¿Hasta cuándo vamos a picar en el anzuelo de los falsos camaradas Gladio (=matones de la OTAN) a sueldo de las cloacas del Estado vasallo y del poder ocupante? ¿NO ven lo que sucede en Ucrania con los neonazis Gladio sirviendo al judío Zelenski (EEUU/GB/Israel)? Espero que reflexionen ustedes al respecto. Aclaro en este sitio las dudas que me puedan presentar. 

Gracias.

Nietzsche + Marx = fascismo.

TESIS 3: EL LUGAR CENTRAL DEL ARTE 

INSTITUCIONES PAGANAS EN LA EDAD MEDIA CRISTIANA. Sería interesante abundar en ese tema para comprender por qué la edad media ha fascinado a muchos patriotas haciéndoles creer que su fe cristiana era compatible con el nacionalismo. Pero el cristianismo puro es, como he explicado, un "apocalipticismo" que niega toda forma de civilización y "lo mundano" a secas en calidad de mera vanidad transitoria que debe, en breve (¡¡¡en el plazo de una generación como máximo!!!), ser anihilada por la Segunda Venida de Cristo y el Reino de Dios. ¿Qué institución puede, entonces, ser considerada realmente cristiana, aparte de la propia Iglesia (¡¡¡y con inmensas reservas!!!) y el monacato? No, desde el luego, el Estado (gran Leviatán de la paranoia milenarista judeo-cristiana) y, mucho menos, todo lo relacionado con el poder militar, algo esencialmente anti-cristiano a pesar de que éste es, precisamente, el aspecto de la sociedad medieval más admirado por los "patriotas católicos". Así que, dejando al margen la cruz en el escudo y, en general, la simbología, el resto (99.99%) sería pagano en las instituciones militares medievales. Y podría demostrarse que es así entrando al detalle en la historia militar de la época y analizando "ex hypothesi" su transición desde el mundo antiguo al mundo medieval en función de factores puramente internos, es decir, ajenos a la fe.

(Otra respuesta a un seguidor del canal): 

Todo ese enfoque vive de la permanente confusión de unos valores paganos presentados al público con "envoltorio cristiano", situación a la que se presta muy eficazmente la recuperación de la edad media como supuesto mundo ideal o modelo estético-político. Creo que Nietzsche ya dio buena cuenta de ese aspecto de la obra de Wagner que tanto daño ha hecho al nacionalsocialismo abonando el fraude de un NS cristiano (no otro fue el terreno mental explotado, después de la guerra, por la potencia ocupante a la hora de reclutar neonazis o neofascistas Gladio). Pero, incluso así, recordemos que en arquitectura y escultura el NS fue neoclásico, no neomedieval. Hay que tener siempre presente que el NS quería emprender una transición gradual de los valores cristianos (imperantes en el pueblo alemán) a los valores puramente nacionalistas; y hacerlo sin ningún tipo de estridencias o conflictos políticos, arrebatando la educación de las nuevas generaciones a las iglesias para ponerla en manos del Estado nacional. La re-educación del pueblo ya adulto en los principios heroicos, programa cultural de la ópera popular wagneriana, podía empezar adoptando ese "envoltorio" cristiano mientras, de hecho, recuperaba y restauraba los elementos paganos, en este caso germánicos, todavía presentes en la edad media. Así, lo que en el cristiano creyente era contenido se convertía en mera excusa y, a la inversa, la excusa, el caballero, el guerrero, el cruzado, en verdadero contenido.

Jaume Farrerons

Figueres, la Marca Hispànica, 4 de mayo de 2024. 

martes, abril 23, 2024

ADIÓS, CAMARADAS (Vincenzo Vinciguerra)


Vincenzo Vinciguerra. El último fascista. El único verdadero fascista de la posguerra se despide de los traidores "neofascistas" Gladio que, disfrazados de ranas, chapotean sonrientes en las cloacas de la OTAN. Estos infames energúmenos han dedicado su vida al servicio del "pueblo elegido". La mayoría esperan su recompensa en forma de vida eterna en el paraíso (sin contar los pagos en metálico para acudir con la mayor frecuencia posible al prostíbulo que, para ellos, debe de ser una anticipación de "lo alto"). Desde los tiempos en que asesinaban como sicarios del atlantismo a sus compatriotas (por ejemplo, en la estación de Bolonia) hasta hoy, cuando combaten en Ucrania como mercenarios "neonazis" del judío Zelenski, han usurpado, para mayor jolgorio de la sinagoga, el nombre de fascistas y fascismo (o nazis y nazismo). Carne de cañón de la oligarquía sionista. En España, exiliados italianos que Vinciguerra conoció bien o descendientes ideológicos de Ernesto Milá y su pandilla evoliana. No entiendo, la verdad, por qué motivo les reconoce Vinciguerra el honroso título de "camaradas". Sus verdaderos camaradas cayeron en el frente o fueron fusilados por el maquis comunista en un estupendo ejercicio de justicia democrática. Sospecho que la palabra "camaradas" quiere transmitir, sutilmente, una connotación irónica, una discreta burla, un reproche sordo tal vez. Reproducimos el Capítulo V de esta obra, Camerati addio, tan perdida como el propio fascismo, cuyo auténtico sentido hemos dedicado toda nuestra vida a recuperar. Quizá porque, como Vinciguerra o uno de los protagonistas de "Lo que el viento se llevó", sólo luchamos en causas perdidas. 

Concluimos así, con las siguientes líneas que, al igual que todas las demás aquí mencionadas, producen, más que ira y odio, tristeza y desprecio, estas páginas a vosotros dedicadas. No vuestra historia sino parte de ella, rayos de luz sobre ese mundo de tinieblas en el cual habéis vivido, jirones de verdad en la cortina de mentiras detrás de la que escondéis vuestras inútiles existencias.

Hemos marchado juntos, camaradas, durante muchos años, pero no hemos recorrido el mismo camino.

La derrota militar del fascismo no ha servido para unificar su herencia histórica e ideológica. Cada cual, de lo que había sido su patrimonio ideal, su historia y su concepción ética, ha extraído aquéllo que más se adaptaba a su naturaleza, a su carácter y a su estilo.

Somos todos herederos del fascismo, pero no del mismo idéntico sueño que éste ha proyectado en el siglo XX para ser, luego, sofocado no sólo por los enemigos sino también, y, sobre todo, por los «fascistas» como vosotros.

Del mismo modo que de la revolución fascista se habían apoderado los Grandi y los Ciano, los Federzoni y los Bottai, transformándola en maquinaria burocrática al servicio de los intereses de los Saboya y de todo aquello que nació para abatir, y que, al contrario, ha sostenido y reforzado; así vosotros que de estos –y solo de estos– erais herederos, os habéis apropiado indebidamente de toda su historia y la habéis hecho pasar como vuestra.

Si los Grandi y sus cómplices habían colocado al fascismo al servicio de la monarquía, vosotros, camaradas, habéis entregado el neofascismo a los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, a aquéllos que nos habían derrotado. Y lo vuestro, camaradas, se llama traición, expresa y conscientemente hecha.

Los más jóvenes no lo saben, pero los más ancianos recuerdan aún el enfrentamiento que, en los años 1946-52, contrapuso a aquellos que no querían traicionar frente a vosotros, que ya habíais traicionado.

¿Recordáis, quizás, las bellas palabras con las que un oficial de la Marina de Guerra republicana retrató las iniciativas pro-atlánticas de Junio Valerio Borghese? : <<He sido Subsecretario de la Marina de la R.S.I. y siempre creí que nuestra adhesión a la R.S.I. significaba la ruptura definitiva con las castas monárquicas, vaticanistas y capitalistas, es decir con la clase dirigente ratera y corrupta pero, sobre todo, he creído siempre que nuestra adhesión a la R.S.I. significaba la afirmación del principio histórico de Italia de combatir contra las plutocracias occidentales.

En nombre de tal principio histórico, hemos continuado la guerra en la cual han caído, en combate o en emboscadas, centenares de miles de italianos de bandos enemigos. Cuando he leído – proseguía el oficial – las declaraciones atlánticas de Borghese, desde el fondo de mi conciencia de soldado ha surgido esta pregunta: ¿pero cómo? ¿Y nuestra guerra de la «sangre contra el oro», de los pobres contra los ricos? ¿Era necesario, para conseguir vestirse como ingleses y americanos, prolongar durante veinte meses más la guerra sacrificando centenares de miles de italianos?>>.

¿Qué ha quedado de las palabras de Ferrini y de su oposición a las que fueron vuestras opciones y vuestra traición?

Las habéis olvidado, camaradas, y habéis olvidado también que ha existido un fascismo diferente del vuestro, enemigo del vuestro. Un fascismo que, con Berto Ricci, proclamaba que, <<nosotros italianos, que somos también una revolución – y la mayor – no podemos sentirnos más próximos al Londres parlamentario y conservador, al París democrático y conservador que al Moscú comunista … La antiRoma existe, pero no es Moscú. Contra Roma, ciudad del arte, está Chicago, capital del cerdo>>.

¿Lo habéis olvidado, camaradas?

Debíamos combatir contra las pútridas democracias occidentales y, al contrario, habéis elegido someteros a ellas, y habéis comprometido en vuestro cambio de chaqueta histórico y político a millares de jóvenes a los que habéis engañado de la forma más miserable.

¿Cuántos años han pasado, camaradas, desde que ante quinceañeros y veinteañeros, dabais a entender, con aire astuto, que no era «inteligente» oponerse frontalmente al sistema, por ser demasiado poderoso? ¿Lo era, por el contrario, conquistarlo desde dentro? Muchos años, casi cincuenta.

Y el eco de esta mentira no tiene visos de desaparecer. se vuelve a hallar en el juicio que expresa Sandro Provvisionato sobre «Avanguardia Nazionale», de la que destaca <<la ambigüedad entrista de Stefano Delle Chiaie que se hace ilusiones de poder utilizar los aparatos del Estado y acabará por ser utilizado antes y triturado después…>>

En las tesis del «espontaneísta» (del Sismi), Valerio Fioravanti: << Hemos crecido – explica – en medio de este dilema. Quien ejecuta las masacres son los hombres de los servicios secretos infiltrados en la derecha o los miembros de la derecha infiltrados en los servicios…>>

En la banal cháchara de Maurizio Bocací, que declara sentirse «traicionado» por Gianfranco Fini, porque <<un proyecto que preveía la entrada en el sistema para subvertirlo >> pierde credibilidad al aliarse el secretario missino con Berlusconi.

Pero no era verdad. Para vosotros, camaradas, la integración en el sistema no era el medio sino el fin de todo vuestra existencia.

El régimen fascista había transformado la «revolución en administración». Y vosotros, sus dignos herederos, aspirabais a ser funcionarios de Correos. Y os habría bastado con menos.

Os defendéis malamente, camaradas, acusando a aquellos que no reconocen en vosotros a unos «nacionalrevolucionarios», de ser todos ellos colaboradores de los servicios secretos y de la policía, porque las pruebas están en vuestra contra, y la vuestra no es la historia de los vencedores. Es la de los siervos que un día son abandonados a su destino, cuando ya no resultan útiles. Y ahora, camaradas, muchos de vosotros servís para poco o para nada.

Pero durante casi cincuenta años habéis servido para mucho y a muchos.

<< Es constatable – declaraba el ministro Restivo en la sesión parlamentaria del 9 de diciembre de 1969 – primeramente que son a menudo activistas de ciertos sectores del extremismo anarcoide, los protagonistas de los graves incidentes producidos en este último período en el transcurso de manifestaciones públicas y que se caracterizan por una contestación global de la sociedad actual, de la que no excluyen ni partidos, ni sindicatos, definidos por ellos como «correas de transmisión» de la sociedad burguesa>>.

Pero erais vosotros, camaradas, con Giannettini y Guérin-Sérac, Ventura y Valpedra, los que creasteis el «extremismo anarcoide» que tan útil fue, en aquel momento de nuestra historia, al ministerio del Interior.

<<Sí, el `68 ha propiciado la ocasión de nuestro acercamiento. Entonces era normal. Valpedra, Merlino, Delle Chiaie. El giro era así…>>. Declarará Giovanni Ventura en 1986 mezclando, como es habitual, lo verdadero y lo falso.

E indudablemente Mario Foligni no se habría dirigido a Adriano Tilgher para invitarle a participar en la creación del «Nuevo Partido Popular», que debía «dividir desde la derecha la Democracia cristiana», si no hubiese sabido que vosotros erais utilizables para cualquier juego sucio dentro del sistema.

¿Recordáis, camaradas, el Fascismo republicano que se alineaba con los obreros, que trataba de frenar a los grandes industriales, lucrados por la guerra y explotadores del trabajo ajeno? ¿Recordáis al último Federal de Turín1 ahorcado por los comunistas (que, al mismo tiempo, protegían la vida de Vittorio Valletta y los bienes de los Agnelli), llorado por cuantos habían visto en él al defensor de los intereses de los trabajadores frente a la todopoderosa Fiat?

¿Qué habéis hecho vosotros, camaradas, de los Solaro, los Vezzalini y los Pavolini, de quienes habéis osado en declararos herederos?

<<Hemos organizado hasta el momento cuatro escuadras, compuestas cada una de tres hombres más chofer – escribía en 1970 Luigi Cavallo a un «gentilísimo abogado» –. La primera, constituida por mediación de Abelli, está compuesta por cuatro milaneses, otras dos escuadras más, constutidas por mediación del príncipe Borghese, están compuestas por piamonteses…>> ¡De «mamporreros» al servicio de Gianni Agnelli es de lo que habéis hecho, camaradas!

<<Se ha oído a Almirante que, para neutralizar a Pannella2 – cuentan las crónicas de 1982 – reivindicaba con voz en grito: «El fascismo está aquí», provocando frenéticos gritos de «Duce, Duce» y saludos a la romana>>.

<<…Tatarella3ha condenado el fascismo – se lee doce años más tarde – considerado como «negación de la democracia, la libertad y la tolerancia»…>>

El vicesecretario nacional del M.S.I., representante, muy estimado por Giorgio Almirante y compadres, de ese fascismo reinterpretado por los «rufianes del Sur», no ha perdido tiempo en informar a los camaradas de cómo pensaba, de cómo había pensado siempre. Porque no es cosa instrumental lo que dicen hoy, lo era lo que decían ayer.

Habéis creído, camaradas, todo lo que el enemigo os contaba.

<<Nosotros, americanos, solo recientemente nos hemos dado cuenta de que nuestro enemigo mortal era la Rusia soviética. Hemos despertado a esta dura realidad con mucho retraso y hemos tratado, y tratamos, de poner remedio a todo cuanto o no ha sido hecho o ha sido tolerado por las administraciones anteriores.

Nuestro enemigo no ha sido Hitler, no ha sido Mussolini, ni siquiera ha sido Hiro Hito. Solo hoy vemos – continua Jackson – que nuestro verdadero enemigo es Moscú.

En tales circunstancias tenemos la necesidad de oponernos de cualquier forma al comunismo internacional que es la vanguardia del imperialismo soviético>>.

Y, vosotros, camaradas, os lo habéis creído.

Pero quien hablaba así no era un «buen americano» ingenuo, sino Jackson Charles Douglas, consejero de Eisenhower para la guerra psicológica.

De modo más realista, se debe admitir que habéis querido creerlo. Y hoy que la verdad se ha hecho evidente en toda su plenitud, no sabéis hacer nada mejor que callar.

Hoy que el comunismo ha caído en su mismo fango y en sus mentiras, los «ingenuos» americanos y sus aliados han reemprendido la persecución antinazi.

<<Jozsif Szendi tiene 77 años, y hasta ayer por la tarde no era más que un refugiado húngaro escondido en lo profundo de la campiña de Tennesee al final de una fuga rocambolesca emprendida tras la guerra: un padre de familia, un trabajador. Hoy, para la Fiscalía Federal de los Estados Unidos y para una parte de la opinión pública americana, es solo un nazi>>.

<<Se ha abierto en Australia el tercer proceso de instrucción por crímenes de guerra. En el banquillo está Heinrich Wagner, 68 años, antiguo miembro de las fuerzas nazis de ocupación en Ucrania, con las que participó – según la acusación – en la matanza de 124 judíos durante la Segunda Guerra mundial>>.

<<Entre fuertes polémicas y a pesar de la ardorosa oposición de la Cámara de los Lores, el Parlamento ha aprobado el año pasado el «War Criminal act», una ley que permite perseguir a los responsables de crímenes de guerra cometidos fuera de territorio británico por quién, no siendo súbdito inglés, en aquella época, lo haya llegado a ser después…>>.

Stefano Delle Chiaie ha elogiado la elección de Klaus Barbie, oficial de la Gestapo, que, al final del conflicto había – también él – descubierto repentinamente que debía combatir el comunismo, poniéndose del lado de los americanos.

Y así, <<a finales de la guerra, Klaus Barbie, número 239 de la lista de criminales de guerra, no acabó en el banquillo de los acusados. Goza de extraordinarias complicidades, incluida la de los americanos que se valieron de él para misiones de espionaje en Baviera, actividad que dura hasta 1948>>.

Útil hasta final para los proyectos y las estrategias del imperio americano: primero como anticomunista, después como «criminal de guerra» arrojado como carnaza a la opinión pública y a los enemigos del Nacionalsocialismo.

¿Habíais creído, camaradas, que quien había desencadenado una guerra mundial, que ha costado cincuenta millones de muertos, para imponer su dominio al mundo, suprimiendo a Europa, sus ideologías, su cultura y su historia, podría confiaros verdaderamente el gobierno de este país?

Si hubierais pecado tan solo de ingenuidad, si hubierais caído en la trampa de un enemigo más astuto que vosotros, incluso por culpa de vuestra presunción, de la sobrevaloración de vosotros mismos, de la vanidad típica de los imbéciles, seriáis hoy merecedores de compasión.

Pero, al contrario, habéis elegido vuestro camino conscientemente poniéndoos de parte del vencedor, del más fuerte, al extremo de actuar en nombre y por cuenta del poder, con tanta chulería y con tan cínica arrogancia al punto de no poder hoy –admitiendo que tuvierais el coraje físico y moral, civil y político, de hacerlo – reconocer vuestros errores y denunciar las atrocidades del anticomunismo atlántico.

Porque, vosotros, camaradas, sólo podéis chantajear, dentro de ciertos límites, para resolver alguna cuestión personal de aquellos que, entre vosotros, están más comprometidos que el resto. Pero, en el aspecto práctico, habéis sido arrojados fuera como y cuando les ha parecido oportuno a los que os han utilizado.

Amenazabais con revelaciones impactantes, en 1975, cuando se decidió «desde arriba» que Avanguardia Nazionale debía desaparecer, porque había agotado su función.

¿Recordáis lo que escribisteis?

<< Cuando se llegue al proceso, Avanguardia Nazionale, llamará en calidad de testigos a ministros, hombres políticos, secretarios de partido, cuerpos de seguridad y a cuantos, de un modo o de otro, han buscado la amistad de AN primero y, luego, viendo frustradas sus expectativas, han decidido el fin de una organización no encasillable en los juegos del sistema…>>

Y, al contrario, os han arrestado, procesado, condenados y puesto, como organización, fuera de la ley. Y habéis callado. No habéis llamado al estrado de los testigos a nadie, habéis llamado, por el contrario, para que os defienda a Alfredo de Marsico, uno de los «traidores» del 25 de julio de 1943, condenado a muerte en rebeldía por la justicia republicana [de la R.S.I.].

Vosotros, camaradas, los «herederos de la República Social Italiana».

Todavía en la primavera de 1987 habéis repetido la amenaza:

<<Hablará, hablará, asegura Stefano Menicacci, el abogado de Stefano Delle Chiaie>>.

Mas no era verdad. Habéis seguido callando. Delle Chiaie ha sido trasladado desde Caracas, por una razón diametralmente opuesta a la de «hacerlo hablar»: desmentir todo lo que yo sostengo, contraponerlo a mí y a la verdad que estaba perfilando sobre «Ordine Nuovo». No por casualidad lo han detenido en coincidencia exacta con el inicio del proceso por Peteano de Sagrado. Y es – desmentir – lo que Delle Chiaie ha hecho.

Debíais callar, camaradas, porque la única diferencia entre todos vosotros – missinos, ordinovistas, avanguardistas, «espontaneístas» – residía, ocasionalmente, en el aparato del Estado que os utilizaba y os manipulaba, que os usa y os usará hasta que termine arrojándoos fuera, entre los detritus del régimen.

Algunos de vosotros son ahora reciclados bajo el signo del MSI y de Alleanza Nazionale: Gino Agnese, periodista de «Il Tempo», amigo de Guido Giannettini, en contacto con Yves Guerin Serac, es presentado en Nápoles para las elecciones europeas; Fausto Gianfranceschi, ex dinamitero de los FAR, introducido en «Il Tempo» de Roma junto a Pino Rauti, ponente del congreso del Instituto «A.Pollio» de mayo de 1965, es ahora <<escogido por Fini como asesor de Cultura de la Capital>>; el ya citado Piero Buscaroli, por no hablar de los que han hecho carrera como Giulio Macerantini.

Pocos, ciertamente, respecto a todos los que entre vosotros han prestado servicio en los «cuerpos separados», en los servicios de seguridad militares y civiles, en la «organización», los más presentables, aquellos que por haber «estado detrás», son menos conocidos que vosotros.

¿Y los demás? Clemente Graziani ha permanecido «prófugo» de por vida en América Latina sin que nadie lo haya reclamado; Salvatore Francia, el «confidente», va tirando como puede; alguno trabaja en seguros, algún otro está jubilado, todos van dando tumbos por las aceras de un bar a otro rememorando los «buenos tiempos» cuando hacían «política» por cuenta de terceros.

Alguno de vosotros, lo admito, continua haciendo política. Por ejemplo, en Cosenza, ha respaldado la elección como alcalde de Giacomo Mancini, un <<ex militante de Ordine Nuovo porque – ha declarado el ex líder socialista – «los muros ideológicos han caído y la derecha es apreciada por sus capacidades aplicadas a la transparencia administrativa»>>.

Y él, Mancini, el mismo al que vuestro camarada Giorgio Pisanò definía como «ladrón», ha sido recientemente imputado por el delito de «asociación mafiosa». ¿Sorprendidos, camaradas? Quizás no.

Otros están todavía en presidio. Pierluigi Concutelli, alias «Lillo», hace ahora de radical.4 Le acompaña Valerio Viccei, arrepentido y secuestrador que aguarda hoy un tratamiento respetuoso <<por – dice – mi nueva carrera de escritor y por mi inscripción en el partido radical>>.5 Mario Tuti hace saber a los jóvenes que con el pasado <<…ha terminado. Pero entre él y la sociedad hay siempre un abismo. «No me permiten – se lamenta – ni siquiera estudiar guitarra»>>. Otros sufren con resignación su condena, observantes con la «buena conducta», en buenas relaciones con los carceleros y con los encarcelados, listos a explotar todo mínimo resquicio de la «ley Gozzini» y del código penal para arañar un día, un mes, un año de cárcel en espera que el tan ansiado indulto para los «políticos» les ponga en libertad o les conceda, por lo menos, la posibilidad de salir en un plazo de tiempo relativamente breve.

Una humanidad sufriente, la vuestra, camaradas presos, doblegados por los años, abandonados en el universo carcelario del cual habéis asimilado todo: «cultura», conducta, lenguaje, mentalidad.

Después están los «arrepentidos», los que entre vosotros han buscado los atajos para volver afuera: los Calore, los Digilio, gente habituada a desahogarse desenvueltamente colocando en el centro la propia vida, y después, todo lo demás ---si no existe demasiado riesgo, entiéndase bien.

Quedan lejos los tiempos en los que, ataviados a lo Pancho Villa, ostentabais armas y rostro feroz. La cárcel es dura, mejor la «libertad», esa en la que han permanecido vuestros «condotieros» y vuestros «maestros» que tenían otras salidas para haceros pagar sólo a vosotros lo que juntos habíais hecho.

Luego, están los camaradas delincuentes: Carmine Dominici, «avanguardista», secuestrador de personas, «arrepentido»; Gubbini Graziano, «ordinovista», camorrista, medio «arrepentido»; Edgardo Bonazzi, missino, traficante de drogas; Luigi Radici, missino, secuestrador de personas, «arrepentido»; Flavio Campo, avanguardista, falsificador; y tantos otros aún, más o menos conocidos.

Están los «convertidos» al catolicismo, como Gilberto Cavallini, los plañideros que confían a la esposa (por cuestión de imagen) el encargo de demostrar que no son masacradores, como Valerio Fioravanti; los que han reingresado en las filas de la mala vida, como Mauro Addis, hoy en «trabajo externo» en San Vittore, tras haber lamentado en televisión que se restrinjan los beneficios de la «Gozzini» a él, y a los «buenos muchachos» como él, que no podrán ya «reeducarse» como el corazón desearía.

Vuestra historia ha terminado, camaradas. Volved al trabajo cotidiano, en la calle o holgazaneando de bar en bar, viviendo en prisión, pasando el tiempo en una celda en blanco y en negro, en la hora de patio y en compañía, contando los días y calculando las horas, «arrepentidos» o «irreductibles», disociados o convertidos, masticando recuerdos y rencores, habéis terminado para la historia y para la crónica.

Todavía alguno alimenta sus injustificadas ilusiones de ser reclamado, un día, «para más altos destinos», mintiéndose a sí mismo con un poco de morralla alrededor para creerse al menos «educador de almas». Él, Giorgio Freda, que ha elegido para vivir el clima templado del sur, tan distinto de aquel gélido diciembre milanés. Él, el «maestro» que ha presentado, como cualquier malandrín de poca monta, su petición para que se le conceda la «liberación anticipada», por ser preso de «buena conducta», y su instancia de «semilibertad», concedida por ser «parcialmente arrepentido».

Pequeño editor y, más aún, pequeño hombre.

Están también los desadaptados sociales que pasan del manicomio a la cárcel, de la cárcel a la calle, para cometer robos, siempre robos y sólo robos, convencidos de ser los últimos «irreductibles».

También son ellos camaradas ladrones que, sin embargo, no quieren reconocer que lo son, sugestionados por quien, por interés o estulticia, los define aún como «camaradas», incluso cuando van a buscar fondos junto a algún fracasado de izquierda, incapaz también él de volver a una existencia normal.

Son los émulos de los brigadistas rojos, con los cuales viven en presidio y con los cuales comparten eslóganes y fracasos, así que para recordar a uno de ellos no encuentran nada mejor ni más original que readaptar el homenaje, dedicado en su momento por Curcio a Mara Cagol [«Muere un camarada, nacen otros cien. Honor a Kapplerino»].

Se creen «duros» y «puros», pero están próximos a Massimo Carminati que, desde 1981, cuando cayó herido por la policía mientras intentaba cruzar la frontera, no ha encontrado otro camino que el de adentrarse en esa mala vida romana que se sitúa a medio camino entre Forte Braschi y el Viminale6, un cuartel de carabineros y una comisaría de policía, que entre un alijo de droga y una extorsión, un atraco y un robo, no hace ascos en participar en el homicidio de Mino Pecorelli7, pasando luego la pistola a los camaradas de Avanguardia Nazionale en previsión de posibles chantajes a título particular.

Pero no están solamente las críticas. En el momento de la despedida definitiva, también yo debo hacer autocrítica, debo reconocer la verdad sobre mí mismo: he creído en vosotros, camaradas, de forma total y totalitaria, como es propio del carácter y de la naturaleza de quién, habiendo abrazado una idea, hace fe de ella y con ella, por ella, se bate sin dudas y sin límites, sin «peros», «quizás», «matices» de variado género. De forma irracional, ciega, fanática, como sabe hacer quien cree. De forma no «inteligente» diríais vosotros, camaradas, que «inteligentemente» estabais de parte del Poder. Mientras que yo estaba contra él en serio, vosotros lo fingíais.

Pero no me habéis engañado a mí, camaradas, os habéis engañado vosotros mismos. Porque, al final, la línea del frente se ha perfilado, la niebla se ha levantado y nos hemos encontrado de frente: enemigos como habríamos debido serlo siempre y como la historia ha querido que fuéramos.

Nuestra marcha no ha conocido freno. Prosigue sobre esa línea de coherencia, de dignidad y de fidelidad a las ideas y a la historia junto a cuantos se han liberado de vuestro veneno o a él han permanecido inmunes o se asoman hoy al teatro de la vida y de la lucha.

Recordaros a vosotros las palabras con las que el ministerio fiscal del proceso de Verona concluyó su acusación, pidiendo la condena a muerte para Ciano y sus cómplices, es un honor que no merecéis.

Para traidores como vosotros se debe dictar no la muerte, que restituye la dignidad al que sabe afrontarla, sino el odio y el desprecio.

Adiós, camaradas.

Opera, 11 de agosto de 1994

NOTAS

1 NdelT.- Giuseppe Solaro, uno de los más jóvenes y entusiastas dirigentes de la RSI. Ahorcado por los partisanos delante de sus familiares tras la «liberación» de la capital piamontesa en mayo de 1945, su cuerpo fue arrastrado por las calles de la ciudad y arrojado al río junto con los cadáveres de otros tantos represaliados durantes las «radiantes jornadas» de la llamada «primavera de sangre»…

2 NdelT.- Líder del Partido radical italiano.

3 NdelT.- Dirigente de Alianza nacional, diputado neofascista y ministro del gobierno Berlusconi.

4 NdelT.- Concutelli fue el responsable material del asesinato del juez Occorsio (10/VII/76). El arma utilizada en el atentado fue un sub-fusil Ingrham suministrado por la policía española a los neofascistas italianos para acciones armadas en el País Vasco. «Lillo», comandante militar del Movimiento político Ordine Nuovo, ya condenado y encarcelado, ha continuado matando dentro de las prisiones italianas con el visto bueno de las autoridades penitenciarias. Concretamente a dos camaradas suyos- Ermanno Buzzi y Carmine Palladino- «culpables» de estar a punto de confesar las implicaciones entre aparatos de seguridad, «terroristas negros» y masacres de Estado. Todo un «angelito».

5 NdelT.- Resulta por lo menos curiosa la implicación del partido de Marco Panella y Emma Bonino en iniciativas a favor de la revisión de las condenas de conocidos elementos neofascistas. La más sonada, surgida pocos años después de haberse escrito «Camaradas, adiós», ha sido impulsada también por los radicales italianos como Comité «¿Y si no fueran culpables?» , y pretende la revisión de la condena a cadena perpetua de Valerio Fioravanti y Francesca Mambro, condenados en firme por la matanza de la estación de Bolonia (2/VIII/1982, 82 muertos y cientos de heridos). A esta iniciativa se han unido – como no podía ser de otra manera- varios parlamentarios de Alianza Nacional (ex Msi). No han faltado, en este sentido, «conmovedoras» misivas ante el Vaticano. «Giusva» Fioravanti y su esposa Francesca Mambro están inscritos desde entonces en el Partido Radical.

 6 NdelT.- Respectivas sedes de los Servicios secretos y del Ministerio del Interior italianos.

 7 NdelT.- Periodista italiano de información política, director de la revista OP, especialmente bien informada sobre temas de actualidad y noticias «reservadas», gracias a los contactos privilegiados de Pecorelli con representantes de la clase política y los servicios de información. Fue asesinado en marzo de 1979, sin duda por «exceso de conocimientos»…

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Fuente: https://resistenciatextos.wordpress.com/2016/08/08/libro-camaradas-adios-de-v-vinciguerra-cap-5o-adios-camaradas/#more-944

Texto completo (traducido al español por RESISTENCIA) de Camerati addio:

https://resistenciatextos.wordpress.com/2016/08/08/libro-camaradas-adios-de-v-vinciguerra/

«Camerati, addio. Storia di un inganno, in cinquant´anni di egemonia statunitense in Italia». Edizioni di Avanguardia, 2000, Trapani, C.P. 170-91100)

Leer tambien: 

1/ https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2024/04/fascismo-y-antifascismo-vincenzo.html

2/ https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2022/12/no-son-fascistas-sino-mercenarios-de-la.html

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https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2013/11/aviso-legal-20-xi-2013.html