UN ENCLAVE DE LIBREPENSAMIENTO PARA EL ANÁLISIS DE LA IDEOLOGÍA OLIGÁRQUICA. Ilustración nacional-revolucionaria y políticas de izquierda patriótica. La fundamentación de las alternativas socialistas a la modernidad burguesa.
Estamos reeditando uno a uno los textos de 2007 a 2015. Se sigue en esta tarea, en general, aunque con alguna excepción, el orden del más antiguo al más reciente.
Por otra parte, en breve reemprenderemos la publicación de entradas inéditas que se difundirán por Twitter y otros medios de la red.
Saludos cordiales.
Los administradores de FILOSOFÍA CRÍTICA.
La Marca Hispànica, a 6 de octubre de 2015
Nos despedimos. Gracias a todos. Unos doscientos cincuenta artículos, donde habíamos denunciado con abundante documentación probatoria los genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, así como las incontables atrocidades de la misma naturaleza perpetradas por el comunismo o por la oligarquía liberal occidental antes y después de Hitler,son aquí y ahora objeto de autocensura. Las causas de esta decisión resultan de sobra conocidas y las hemos explicado repetidas veces. Volveremos a hacer accesibles al público estos textos cuando exista otra vez algún amago de libertad de expresión en el Reino de España. Pero mucho nos tememos que esta situación, ya dudosa y precaria con anterioridad a la ley Gallardón, no volverá a darse jamás en nuestro desgraciado país.
Jaume Farrerons
La Marca Hispánica
8 de junio del 2015
Por la verdad y la justicia. Derechos humanos para todos, sin excepción.
Manifiesto:
En 2015 se cumplen 70 años de la derrota del nazismo
ante una alianza mundial de potencias que debía acabar de una vez por
todas con las injusticias y traer la felicidad al mundo.
Por supuesto, no lo hizo, pero lo peor es que los vencedores ya habían
perpetrado y perpetraron -antes, durante y después del conflicto- toda
clase de genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, los
cuales han sido simplemente borrados de la memoria histórica.
En efecto, burlando las normas vigentes al respecto, se han proclamado,
juzgado y condenado una y mil veces los delitos o presuntos delitos de los
vencidos, pero los políticos, los fiscales y los jueces de la
"democracia", que eran corruptos y tenían las manos
manchadas de sangre, silenciaron y mantienen todavía hoy jurídicamente
ocultos los delitos de los aliados.
Por tanto, los que todavía no hemos sido sometidos en nuestro fuero
interno a los dictados del opresor oligárquico, tenemos el derecho y el
deber de cuestionar la legitimidad de aquellos poderes asesinos e impunes, así
como la veracidad de su narración historiográfica, autojustificadora y
puramente propagandística.
Han tenido mucho tiempo para demostrar que su vocación democrática y
humanitaria era genuina. Hoy podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que
mienten.
En Alemania centenares de miles de prisioneros de la Wehrmacht exterminados por los aliados
yacen en fosas que las autoridades actuales se niegan a abrir. Esos soldados
alemanes son el símbolo del fraude en que susténtase el régimen
oligárquico todo a escala planetaria.
Nadie está obligado a creer en la palabra ni en la
sinceridad de los criminales, pero conviene recordar que la
oligarquía financiera y los políticos "democráticos" lo
son. ¿Aceptarás tú su versión de los hechos?
Esta postura no se confunde y nada tiene que ver
con una defensa ideológica del nazismo o una justificación de los crímenes
que el régimen de Hitler haya podido cometer. Por la verdad y la justicia: derechos
humanos para todos, sin excepción. Reconocimiento de las víctimas y castigo a
los asesinos. Jaume Farrerons La Marca Hispànica 5 de junio de 2015 UNBEKANNTER SOLDAT (SOLDADO DESCONOCIDO) TREUER SOLDAT (SOLDADO FIEL) QUE NUNCA NOS TRAICIONASTE (AL PUEBLO ALEMÁN)...
USA: LA FUNDACIÓN DE UNA MÁQUINA DE OPRESIÓN, SAQUEO Y EXTERMINIO A ESCALA MUNDIAL
Con una orden que creemos no tiene precedentes en los anales de una nación civilizada, el Congreso ordenó la completa destrucción de este pueblo en cuanto nación (...), comprendidas mujeres y niños.
(Egerton Ryerson: "The Loyalists of America and Their Times: From 1620 to 1816", 2 volúmenes, Nueva York, Haskell House, 1880, vol. II, p. 100).
Nuestra intención es abundar, siguiendo una
secuencia cronológica, en todos y cada uno de los genocidios, crímenes de
guerra, crímenes contra la paz y crímenes contra la humanidad perpetrados por
el país delincuente par excellence de la historia moderna: los Estados Unidos de América.
Sólo a partir de esta evidencia documental se pondrá de manifiesto la extremada
hipocresía de un dispositivo de poder "atlantista", con sede militar
en el Pentágono, económica en Wall Street, propagandística en Hollywood y religiosa en Jerusalén,
dedicado a "amparar" los "derechos humanos y la democracia"
en el hemisferio occidental. Todo ello, empero, mediante intervenciones
armadas, apoyo a dictaduras policiales sangrientas y bandas terroristas
de extrema derecha, bloqueos económicos, esclavización, genocidios e intensísimas campañas de
difamación contra los disidentes, resistentes o simples desafectos a todos los
niveles: individuos, grupos, naciones, Estados... El
historial oligárquico de atrocidades, asesinatos en masa y
fechorías es tan espantoso, que las pretensiones de este
país en calidad de presunto "guardián de la paz mundial" sólo pueden
ser interpretadas como una burla añadida a sus numerosísimas víctimas.
La historia de las relaciones gubernamentales con los indígenas es un vergonzoso registro de tratados rotos y promesas incumplidas. La historia de las relaciones fronterizas del hombre blanco con los indígenas es un registro asqueante de asesinatos, ultrajes, robos e injusticias cometidas por los blancos, como regla, y como excepción de ocasionales estallidos salvajes y hechos incalificablemente bárbaros de desquite por parte de los indígenas.
Informe al Presidente Grant (1869)
Existe una línea conductora que va hasta los comienzos de la historia estadounidense. El ataque contra la población indígena durante la conquista del país fue genocida; y la gente no se da cuenta de eso, lo celebra; (…) entonces llegaron a la matanza de los indígenas pequot de esta área (New England), donde los colonizadores simplemente los atacaron, los quemaron y asesinaron a todos, los hombres, mujeres y niños… Esa es una de las glorias de nuestro pasado colonial…
Noam Chomsky
De los delitos y las ideas
Si forma parte de los designios de la Providencia destruir a estos salvajes con el fin de darle espacio a los cultivadores de tierra, me parece probable que el ron sea el instrumento apropiado. Este ya ha exterminado a todas las tribus que habitaban con anterioridad en la costa.
Benjamin Franklin, Autobiografía, Writings, a cargo de J. A. Leo Lemay,
Library of America, Nueva York, p. 1422.
El primero de esos delitos de lesa humanidad es el
genocidio de los indios pieles-rojas. Unos 5 millones de personas como mínimo
fueron exterminadas por la acción combinada de los colonos y del gobierno
estadounidense. El congreso de los EEUU ordenó la aniquilación de este pueblo como
"solución final" al problema indio.
Nuestras fuentes de información son las siguientes: 1/ Marc
Ferro: El libro negro del colonialismo, Madrid, La Esfera de los Libros, 2005;
2/ VV. AA.: El libro negro del capitalismo, Txalaparta, Tafalla, Nafarroa,
2001 (cuarta edición, 2008); 3/ Domenico Losurdo: Contrahistoria del
liberalismo, Barcelona, El Viejo Topo, 2007.
Pero aquí no nos limitaremos a elaborar un catálogo de hechos acompañado de la correspondiente condena y manifestación de indignación. Como página de filosofía crítica, nos interesa establecer la relación existente entre los crímenes perpetrados y la ideología de los perpetradores. Éstos eran liberales y cristianos. No estaban incumpliendo unos preceptos religiosos, morales y políticos, no estamos ante un acto de hipocresía, como podría pretenderse a fin de exonerar las doctrinas y archivar el caso en el expediente de la excepcionalidad anecdótica. Tanto el análisis de los delitos y las ideas cuanto el desarrollo histórico posterior de los "Estados Unidos de América" ponen en evidencia que el recurso citado faltaría gravemente a la verdad, convirtiéndose en un acto de complicidad y convalidación, por activa y por pasiva, del genocidio cometido. El fundamento ideológico del exterminio de los indios pieles-rojas es una doctrina liberal-cristiana perfectamente vigente en el "mundo occidental". El enemigo fue y es "el Demonio" (actualmente: los "fascistas"). Los adversarios, reales o supuestos, son definidos como "eje del mal". Una vez deshumanizados, procédese a su persecución, explotación o exterminio sin mayores contemplaciones. La justificación delirante, teológica, no es cosa del ayer, sino que los intelectuales liberales, es decir, personas como Arcadi Espada o Gabriel Albiac, por decir algo que resulte olfativamente familiar en el podrido Reino de España, la emplean con toda naturalidad, aquélla que corresponde a "lo obvio" del burgués satisfecho. El exterminio de los indios no se experimenta con aquella vivencia casi litúrgica asociada a una película sobre el Holocausto. La gente puede reír y divertirse en el cine mientras matan a los indios. Se trata de algo muy parecido a lo que sucede con las películas de alemanes. Véase "Malditos bastardos", por ejemplo. También Hollywood, en su tradicional versión sobre el pueblo indio, emite un mensaje relativo a la crueldad de los pieles rojas, a su salvajismo, a su primitiva ética heroica y guerrera que contrasta con la moral cristiana del protagonista blanco, arquetipo dulzarrón, pero letal, de "La casa de la pradera". Si queremos entender la banalización del genocidio indio, es decir, su carácter circense, relacionado con la industria del ocio y el entretenimiento consumista de la "buena gente" burguesa, tenemos que adentrarnos en el lenguaje de la Biblia. Un ejemplo bien reciente de justificación biempensante del genocidio:
El Estado judío no habría nacido sin la expulsión de 700.000 palestinos. Así pues, había que expulsarlos. No había otra opción que expulsar a la población. (...) Tampoco la gran democracia estadounidense se podría haber creado sin la aniquilación de los indios. Hay casos en que el buen fin general justifica los actos implacables y crueles que se cometen en el curso de la historia.
Nadie ha protestado por esta "justificación del hecho". La oligarquía occidental ostenta el "derecho de genocidio" en nombre de su elección divina, destino manifiesto o como se quiera llamar a su sistemática ideología de opresión, saqueo y exterminio.
Jaume Farrerons
La Marca Hispànica 29 de octubre de 2014 ANEXO DOCUMENTAL
La verdad absoluta de la muerte "heroica", gratuita, sin compensación, sólo por mor de la comunidad nacional, es nuestra única "fe". El genuino auto-sacrificio excluye la vida eterna, el más allá, el paraíso o cualquier otra imagen similar... Realízanse sólo por deber y honor: en eso consiste su valía. El concepto teológico o religioso de la salvación equivale a fomentar un trato horrendo, propio de mercachifles, con lo sagrado. A partir de ese momento, el virus moral del "yo" presuntamente inmortal irá poco a poco corroyéndolo todo.
Mientras la idea pagana originaria e inmemorial no arda de nuevo en nuestros corazones con una pasión inexorable y dejemos, en consecuencia, de ser cristianos, el "patriotismo" se reducirá a mera farsa. Porque Jerusalén, con semejantes cartas, siempre gana la partida.
Pongamos fin, pues, a la mentira de Jesús de Nazaret. Unos extranjeros la difundieron hace milenios por estas tierras de héroes y mirad la cobarde degeneración, ved en qué nos hemos convertido. De la verdad tendremos que volver a ser conscientemente, en vida, testimonios e instrumentos. !Hete aquí el dios de nuestros antepasados europeos!
Quien quiera oír, oiga.
Jaume Farrerons
La Marca Hispànica
5 de junio del 2015
"El sistema financiero internacional mata cada año a más personas de las que perecieron en la Segunda Guerra Mundial, pero al menos Hitler estaba loco, ¿no es cierto?"
(Ken Livingstone, ex miembro del Partido Laborista y candidato independiente a la alcaldía de Londres, citado en La industria del Holocausto, Norman Finkelstein, 2002, p. 52).
****** “Si ciertos actos y violaciones de Tratados son crímenes, son crímenes tanto si los comete Estados Unidos como si los comete Alemania”, indicó Bertrand Russell.
****
"El Estado judío no habría nacido sin la expulsión de 700.000 palestinos. Así pues, había que expulsarlos. No había otra opción que expulsar a la población. (...) Tampoco la gran democracia estadounidense se podría haber creado sin la aniquilación de los indios. Hay casos en que el buen fin general justifica los actos implacables y crueles que se cometen en el curso de la historia."Benny Morris, historiador israelí
"Las imágenes que vemos de madres y niños de regiones enteras de África sometidas al azote de las sequías y otras catástrofes nos recuerdan a los campos de concentración de la Alemania nazi (...) No tenemos un Nüremberg que pueda juzgar el orden económico que se nos ha impuesto, en el que cada tres años mueren de hambre y enfermedades que podrían prevenirse más hombres, mujeres y niños de los que murieron en la Segunda Guerra Mundial."
(Fidel Castro, en entrevista de John Rice para "Associated Press", "Castro Viciously Attacks Capitalism", 13 de abril de 2000, citado por Finkelstein, N., op. cit., pp. 52-53)
Con este post iniciamos una reflexión, largo tiempo pendiente en FILOSOFÍA CRÍTICA, sobre el Führer de los alemanes, Adolf Hitler. Alguien que pasa por la "encarnación humana del mal absoluto" en unas sociedades presuntamente laicas.
Sociedades que parecen haber rebuscado en los cubos de basuras de sus prostíbulos las coartadas para "emanciparse" de la "superstición religiosa", la Edad Media, la reacción, el AncienRégime...
Rebeláronse pues, así, los "hombres más puramente hombres" (Merleau-Ponty) contra sus amos feudales, pero sólo para reinstaurar inmediatamente otra esclavitud, la cual, bajo el "liberalismo anglosajón", alcanza dimensiones monstruosas. Esgrimió, esta raza superior "progre", el "bienestar" (consumismo enfermizo), la "felicidad" (incluidos "placeres" como la drogadicción y la pederastia), la "fraternidad" (terror revolucionario policial, exterminio de masas, despotismo político, tortura), la "razón" (excusas, circunloquios, "racionalizaciones" en el sentido freudiano, palabrería, intelectualismo mendaz) y la "libertad" (el "deseo", o sea, la transgresión de todas las normas y del principio normativo en cuanto tal)... Valores que desembocan en la exigencia metafísica de un "placer sin límites" (Herbert Marcuse): del Marqués de Sade (la "filosofía en el tocador") al terrorismo hedonista (bien acreditado en los orígenes drogodependientes de ETA), toda una novedosa galería de horrores. Porque lo cotidiano aburre y siempre queda alguna nueva norma por vulnerar, alguna "represión" que reducir a polvo cósmico ad maiorem Dei gloriam (donde Deus = ego, yo). El modernísimo derramamiento de sangre y el tormento forman parte del bienestar al Yo debido tanto cuanto la pedofilia.
"podía sentir perfectamente cómo las niñas de cinco años habían aprendido a excitarme"
(Daniel Cohn-Bendit, actual parlamentario europeo por el partido de Stéphane Hessel, consigna publicada en 1976)
Sociedades que pretendían haber dejado atrás la fe en el ámbito público, es decir, la fundamentación confesional del poder político, contemplan ahora cómo esa misma fe retorna radicalizada en calidad de fundamentalismo fanático. Por cuanto aquéllas nunca abandonaron el secreto anclaje dogmático, el cual más bien secularizaron para dar forma aparentemente "científica" a añejos delirios escatológicos y soteriológicos judeocristianos (Nietzsche dixit).
!Verdadero milagro amparado por ley, como antaño la resurrección de Cristo, el judío-Dios, en los confines de la Antigüedad greco-romana!
Los tiempos modernos que promovieran la "libertad de expre-Sión" (incluidas, como digo, la pornografía, la literatura de las parafilias y la defensa "racionalmente" argumentada de prácticas de facto, ya citadas, como el consumo de estupefacientes o el sexo adulto con niños) institucionalizan actualmente, en abierta contradicción con sus principios, esta inédita inquisición jurídica liberticida que encarna la figura del fiscal contra los delitos "fascistas" de opinión, Torquemada de turno persiguiendo toda "duda" (=descreimiento) respecto de la nueva "fe laica".
Porque, sépanlo, la societyterminó, después de acumular un grueso expediente de ignominiosas fechorías, crímenes y mentiras, evacuando cierto cuento, un relatopueril en que deponer su cómoda indecencia axiológica elevada a la categoría de american way of life forzoso: la narración de la tribu occidental. Estupidez, maniqueísmo y simplismo son palabras harto comedidas para calificar la historieta antifascista oficial, que deja a la pretendida Ilustración en estado de coma.
Pero la sinvergonzonería del "hombre moderno" ni siquiera se inmuta. Hace ya mucho tiempo -más o menos desde la "Gloriosa Revolución" inglesa del siglo XVII- que este engendro hizo compatible el esclavismo, la corrupción política masiva y hasta el genocidio, con la verborragia hipócrita sobre la "democracia" y los "derechos humanos". Las "ideas modernas" sólo alcanzan en el lavado de cerebro de la "cruzada" humanista "contra Alemania" y el "nazismo" su culminación, paradigma y modelo para eterno escarnio de las habladurías sobre el mito del "progreso".
Una fábula que hoy toca ya a su fin en Europa, lugar maldito donde desatárase la universal plaga contemporánea de la "felicidad" del "individuo" en tanto que valor supremo obligatorio para todos.
Hete aquí el contexto "hermenéutico" ---interpretativo--- en que resucita el espectro de Adolf Hitler como la otra cara, también mítica, del "relato progresista" en descomposición.
Federación Catalana de Tiro al Fascista.
La ideología del Holocausto (=el Infierno) y sus funciones represivas
El fragmento que transcribimos a continuación ha sido escrito por alguien a quien nunca se le ha reprochado su brutal sinceridad y que el fiscal Aguilar jamás sentaría en el banquillo de los acusados por delitos de odio. Evidentemente, no es Hitler, sino el "bueno" de Maurice Merleau-Ponty:
El marxismo se abre sobre un horizonte futuro donde el 'hombre es para el hombre el ser supremo'. (...) La tarea esencial del marxismo será pues buscar una violencia que se supere en el sentido del porvenir humano. (...) La astucia, la mentira, la sangre derramada, la dictadura, se justifican si hacen posible el poder del proletariado, y en esta medida solamente. La política marxista es, en su forma, dictatorial y totalitaria.Pero esta dictadura es la de los hombres más puramente hombres (...) (Merleau-Ponty, M., Humanismo y terror, Buenos Aires, Leviatán, 1956, p. 12).
Pasen y vean el racismo del progresista frente a quienquiera que resulte estigmatizado como "fascista". Algo que, además, se hereda: los fascistas nunca cambian, me confesaba un periodista de "El País" sin ser capaz de explicarme cómo cambió Jesús (de) Polanco de franquista a azote progresista de nazis malos. Los progres erígense en raza superior. Son los hombres "más puramente hombres". ¿Algo que envidiar a la raza aria de Adolf Hitler? Quienes osen oponérseles encuádranse además en la categoría de bestias y podrán ser cazados como tales. El actor Joel Joan, espejo de indepes catalanistas (versión fecal, cumbayá o caganera del "progre" universal), proclamó en pleno Nou Camp, el estadio del FC Barcelona, su pertenencia al Club de Tir al Feixista (Club de Tiro al Fascista). Stalin, imagino, eyaculó inmediatamente en su tumba, siendo así que él fue precisamente uno de los más distinguidos fundadores de ese selecto club de almas bellas con "derecho" a matar.
Podríamos citar decenas de "perlas" similares de autores progresistas ---filósofos de reconocido prestigio--- justificando la intolerancia, la dictadura, la discriminación, la violencia, la mentira, el crimen, incitando incluso al asesinato de masas tout court... Pero tales pretensiones, más que del nazismo, proceden de la "feliz" idea judía de un "pueblo escogido".
El individuo moderno ha avisado de que iba a exterminar en masa ycumplido su palabra. Los documentos están ahí para quien quiera cotejarlos: de la masacre de la Vendée a Vietnam, Palestina, Pol Pot e Iraq. Pero diabolízase a Hitler por "Auschwitz" (=plan de genocidio exhaustivo con cámaras de gas y hornos crematorios), algo sobre lo que, precisamente, como los historiadores profesionales tienen que reconocer muy a su pesar, no cabe mostrar documentos probatorios (sólo quedan testimonios de los propios interesados y confesiones extraídas bajo amenaza o, por decirlo suavemente, "a puñetazo limpio"). Ni una pericial aliada a posteriori de los cuerpos "gaseados" o una simple orden oficial. Al final, hasta el judío Goldhagen tiene que reconocerlo:
(...) suele creerse que los alemanes mataron a los judíos, por lo general, en cámaras de gas, y que sin éstas, los medios modernos de transporte y una burocracia eficaz, los alemanes no habrían podido matar a millones de judíos. Persiste la creencia de que, de alguna manera, sólo la tecnología posibilitó un horror a semejante escala (...) Existe la creencia generalizada de que las cámaras de gas, debido a su eficacia (que se exagera mucho), fueron un instrumento necesario para la carnicería genocida, y que los alemanes decidieron construir cámaras de gas en primer lugar porque necesitaban unos medios más eficaces para matar judíos. (...) Todos estos criterios, que configuran básicamente la comprensión del Holocausto, se han sostenido sin discusión, como si fuesen verdades evidentes por sí mismas. Han sido prácticamente artículos de fe, procedentes de fuentes distintas de la investigación histórica, han sustituido el conocimiento fidedigno y han distorsionado el modo de entender este período (Daniel Goldhagen, Los verdugos voluntarios de Hitler, Madrid, Taurus, 2003, pp. 29-39)
¿Entonces? Todo este tiempo, hasta que llegó Goldhagen, se habría encarcelado a los revisionistas en base a puras suposiciones. Más claro no se puede hablar. Pero, ¿cómo ha sido esto posible? ¿Cuáles son esas fuentes, esos artículos de fe y por qué tendríamos que creer ahora en la novísima versión de Goldhagen? !Ya conocemos unas cuantas historietas milagrosas, a cual más ridícula, de la escatología judía, empezando por la resurrección de Cristo...!
La modernidad, promesa de refulgencias intelectuales deslumbrantes, conocimiento, racionalidad, ciencia, habrá sido ante todo la era de la mentira consciente, de la falsificación propagandística deliberada de la historia, del marketing comercial y político de masas, del uso de las ciencias humanas al servicio de la manipulación de la mente y la fabricación de la opinión pública, de la ocultación mafiosa, sectaria, delictiva, de la verdad como forma normal del funcionamiento de las administraciones (obstrucción a la justicia sistemática y planificada por los políticos profesionales en todos los ámbitos de la sociedad oligárquica...).
El susodichoindividuo moderno insiste todavía, empero, aunque cada vez con menor convicción a la vista de las asambleas de indignados menesterosas de soma consumista, en declararse libre y feliz. No sufre demasiado, de momento ("la crisis pasará"), a causa de las comunicaciones intervenidas por los servicios secretos de Sión, con ingenios mecánicos automáticos del horrendo "mestizo universal" Barak Obama sobrevolando su cabeza a la espera de una orden para ejecutarle ipso facto por vía administrativa.
Testaferros políticos del criminal "sistema financiero
internacional".
El individuo progresista y liberal. El sujeto cartesiano, el "yo", Yahvé "en pequeño"... se ha apoderado de todo. Pero, ¿quién es ese personaje? Un inane prepotente con corbata dedicado por entero, en su expresión suprema (el capitalismo financiero), a negocios fraudulentos, un individuo cuya actividad normal es robar, estafar, blanquear, sobornar, defraudar..., que esnifa "rayas" de coca y visita prostíbulos como aliciente habitual para la realización de contratos comerciales... O bien, por el lado de la izquierda, un tirano vendedor de paraísos (también un progresistarodeado de harenes, como Mao Tse-tung) que sólo ha conseguido, en nombre de la realización de sus ideales comunistas humanitarios, perpetrar en el siglo XX (y mano a mano con el capitalismo liberal), los mayores exterminios de masas, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad que la historia recuerda. La utopía. En versión ácrata: la comuna que retorna a los tiempos felices del "buen salvaje" amamantado por la Madre Naturaleza. En definitiva, la cheká y luego, de propina, el gulag. Cataluña cuenta (todo un honor) con el primer horno crematorio de Occidente, pero, !ay! sus usuarios-víctimas eran "fascistas". Para los anarquistas: el chute de heroína y ese placer sadiano en despellejar vivo al sacerdote católico (peligrosa competencia en el negocio de entontecer a los rebaños adocenados con milagrosas recetas y elixires políticos del "paraíso") para luego ir de paseíllo con un cuerpo ya casi inerte machacado a golpes. En ocasiones: funcionarios del NKVD drogados torturando a quienquiera que mostrare síntomas de "fascismo" (=escepticismo, pesimismo, infelicidad), borrachos y arrobados ante el inminente advenimiento del socialismo "científico" profetizado por Marx. !!!Modernidad!!!
Ladominación oligárquica deja tras de sí, sólo en el Tercer Mundo, unos 500 millones de víctimas.
¿El mal absoluto? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo?
En el lado burgués cristiano-liberal la cosa no pinta tampoco demasiado bien: el chimpancé "civilizado" de Wall Street, tratante de negros y esclavista desde sus legendarios orígenes angloamericanos, se "chuta" a su vez con la religión (e incluso construye casas con apertura automática de techo para el momento en que Dios le "abduzca" a los cielos), arroja sin mala conciencia la bomba atómica(Hiroshima, Nagasaki) a civiles indefensos o perpetra el puro etnicidio (pieles rojas) para merecido castigo de infieles "pecadores" que usurpaban aquellas extensas tierras americanas "sin dueño"... La conocida justicia infinita de Yahvé. Tenemos la versión profética secularizada (izquierda) o la versión bíblica standard en estado puro (extrema derecha) o secularizada a su vez (neoliberalismo). Todas confluyen hacia "lo mismo", así que el neoliberal puede ser un fundamentalista cristiano y convertir el mercado "mundial" en la nueva frontera del utopismo felicitario y, a la postre, en una definición actualizada del progreso donde utopía y cacotopía se confunden con idéntica facilidad que en el gulag comunista. !No sólo el comunismo y el fascismo, según pretende la "ilustración liberal" El delirio del puritano ex alcohólico renacido Bush, practicando el anatema veterotestamentario contra los amalecitas paganos, forma parte también, por tanto, del imaginario moderno.La lista de delicatessen del "humanismo cristiano" occidental, cuyo último episodio es Iraq, resultaría cansina e interminable. Nos ocuparemos de ella en otro lugar.
Hitler antítesis de Bárcenas
Es necesario, a estas alturas y después de contemplar este proceso de humana descomposición con la suficiente perspectiva, tener la capacidad y la valentía de comprender que estamos siempre ante la misma porquería, a saber: el hombre moderno ---el Yo--- en su lucha patética por hacerse con el fetiche hedonista; el sublime fariseo, dotado de "alma igual e inmortal", capaz de cualquier cosa para convertir en vivencia subjetivamente efectiva (en términos de placer) su anhelada huida ante el ser; la negación prelógica de la elemental evidencia existencial: verdad = muerte. Éste y no otro es el concepto hermenéutico que unifica la modernidadcomo un todo y permite además identificar su procedencia en el pasado religioso premoderno, judaico, de Europa.
¿Auschwitz? ¡No! El "mundo feliz" de la oligarquía
medio siglo después de la derrota de Hitler.
Para olvidar su cobarde ignominia, el homo oeconomicus capitalista y su mera variante progre ---Deng Xiaoping testifica--- han fabricado en la etapa tardía del recurrente basurero transgresor una suerte de religión cívica secular: el antifascismo (a derecha e izquierda), relato para ilotas que incluye mitos preilustrados como, pongamos por caso, un demonio: Hitler, un cielo: el paraíso social (comunista, socialdemócrata, ácrata o liberal-sionista), y un infierno: Auschwitz. Antes de existir como un "ser real" inmerso en la historia, Hitler es para nosotros occidentales un mito, la formulación en negativo de todos nuestros sueños. Tenemos que arrancar la envoltura semiótica añadida que perfila la figura del personaje hollywoodiense con el fin de llegar al hombre mismo. Me perdonarán así los lectores por lo poco que, por ahora, estoy hablando aquí del Führer como tal. Hitler es inseparable de nuestra realidad histórica actual, representa su rostro invertido.Es menester rastrear los nexos de sentido que conectan ambos extremos del imaginario antifascista vigente.
Distintas formulaciones del "reino de Dios" secularizado (el modo de producción comunista, la sociedad de consumo reformista, la comuna subcultural ácrata y, últimamente, el ya citado "mercado mundial" neoliberal o, por ejemplo, la "independencia de Cataluña", porque la fertilidad del profetismo judío es inagotable)susténtanse efectivamente en idénticos valores. La zanahoria cambió a menudo de marca, tamaño o color, pero siempre fue una golosina para justificar las tropelías de los promotores de la modernidad hedonista, atizando el látigo sobre las espaldas de masas serviles descerebradas. Fellahs del alma a quienes, hoy como ayer, se les había prometido el caramelito metafísico y metapolítico habitual, a saber: que, "ajusticiando" a éste o aquél "fascista", la felicidad caerá inmediatamente de "lo alto" como un regalo. Es menester, pretenden los amos, una fase de exterminio, de "limpieza", de recortes, de dolor, de represión..., pero París bien vale una misa. Es dolor bueno. Un dolor "con significado útil", pues conduce al no-dolor, más todavía, a la eyaculación histórico-social colectivo-universal paradisíaca. Ignoran quienes firman el "contrato jerosolitano" que con ello acaban de convalidar también, en la letra pequeña, su propia sentencia de muerte, pues que los corderos terminarán, cuando llegue el momento, imputados en la causa general sin límite de los "saboteadores" y en calidad, precisamente, de "fascistas". No. Ya se columbran a lo lejos los "brotes verdes". Pronto, muy pronto, podremos consumir de nuevo... Quizá algún desahuciado se quedó en el camino, pero, consolémonos: era "nazismo puro". No hagan caso de lo que hayan podido percibir (ideas delirantes) en los tiempos de penuria que corren, demasiada información para su frágil y sencilla tranquilidad espiritual, lobotomizada en el esquema [demócratas buenos/fascistas malos]. El "mercado" recuperado cumplirá la promesa narcotizante que le caracteriza y, en menos de lo que canta un gallo, olvidarán ustedes determinadas verdades incómodas, incompatibles con una digestión u orgasmo satisfactorios:
"Los escraches son nazismo puro"
(María Dolores de Cospedal, "número 2" del Partido Popular y posible madame "heredera" del lupanar de Mariano Rajoy)
A efectos de darle a esta bazofia discursiva pseudo intelectual una apariencia de racionalidad, el hombre moderno ha falsificado todas las ciencias humanas y sociales convirtiendo a los antaño tan belicosos "intelectuales" en funcionarios docentes orondos e inocuos, ha prohibido por ley cuestionar la versión oficial y obligatoria del relato (impuesta en las escuelas a las proles de futuros esclavos), ha comprado el saber mediante la "industria cultural" (que aplica la autocensura), ha destrozado los ecosistemas, allanado las culturas y pueblos del mundo..., todo ello mientras continuaba perpetrando crímenes de masas uno tras otro y acosaba, encarcelaba, asesinaba..., a los críticos que osaren denunciar o disentir del dogma "políticamente correcto". O sea: a los "fascistas", categoría que incluye, por ejemplo, a desahuciados que, en vez de suicidarse como deben, se "atreven" a cosas tan genocidas y "nazis" cuales son el intolerable esputo a sus criminales señorías, el escrache...
“¿Es el Gobierno de los Estados Unidos culpable de genocidio contra el pueblo de Vietnam? Sí (unánime)”, concluía el Tribunal Russell.
La oligarquía puede torturar, ejecutar sin juicio, exterminar en masa... Tiene derecho a ello y no es-óiganlo- nazismo puro, sino, antes bien, antifascismo, laudable combate por la "libertad" y la dicha del género humano.
Sin embargo, a la vista de las evidencias, alguien podría pensar que el antifascismo puede ser peor que el fascismo; los hechos parecen acreditar esta cuestión aparentemente chocante que cada vez más gente empieza a plantearse como, al menos, digna de consideración. Ya veremos qué pasará cuando el desahuciado, parado y divorciado, en lugar de arrojarse por el balcón de su ex vivienda, decida que un político, como poco, o un banquero (tanto monta monta tanto), le acompañará -!oh, sí!- a los infiernos. ¿Cómo calificará eso Cospedal si un escrache es ya para ella "nazismo puro" y el genocidio de Vietnam (o el de Iraq), nada de nada? ¿Qué actuaciones pueden esperarse del poder oligárquico en semejante escenario?
Mujeres lloran el suicidio de un desahuciado.
No existe atrocidad alguna por la que se haya imputado a Hitler ---en algunos casos, como Katyn, con pruebas amañadas--- que no hayan cometido también, en mayor medida incluso y con total impunidad (cuando no legitimándola en la vomitiva salmodia de los "derechos humanos"), nuestros actuales gobernantes, así como todos aquellos líderes históricos fundacionales que construyeron "el mundo occidental" antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Con una diferencia en favor del Führer: Hitler no robó a su pueblo, Hitler no se enriqueció a costa de los trabajadores alemanes. Pero, se dirá, Hitler cometió pese a todo un horrendo genocidio y nuestros gobernantes, no. Los políticos demócratas podrán ser parásitos perfumados, ladrones vulgares, imbéciles integrales, pero... no han perpetrado crímenes contra la humanidad.
El contable del PP como ejemplo del tipo humano que representa la alternativa a Hitler. No comete genocidios. Resulta incomparablemente más benigno que el Führer.
Bárcenas y Hitler. Desde luego, Bárcenas no es un "fanático", es sólo un pillo. Pensar que miles de "Bárcenas" en todo el mundo ocasionan el hambre y la miseria del Tercer Mundo es puro delirio. La alta finanza, la especulación con alimentos de primera necesidad y la corrupción no son tan letales como "Auschwitz", así que los ciudadanos tienen que tragar con estas cosas porque si no lo hacen puede venir otro coco-Hitler y crear un nuevo "infierno en la tierra".
Del sacrificio de nuestros soldados y por mi comunión con ellos en la muerte, nunca desaparecerá de la historia de Alemania la semilla de un radiante renacimiento del movimiento nacionalsocialista y, por tanto, de una verdadera comunidad de naciones.
Muchos hombres y mujeres valientes han decidido unir sus vidas con la mía.
Hasta el último momento les he suplicado, y finalmente ordenado, no hacerlo y tomar parte en la postrera batalla de la nación.
He rogado a los dirigentes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea reforzar por todos los medios el espíritu de resistencia de nuestros soldados en el sentido nacionalsocialista, con especial referencia al hecho de que también yo mismo, como creador y fundador de ese movimiento, he preferido la muerte a la cobarde abdicación o, peor, la capitulación.
Adolf Hitler, Mi testamento político, Berlín, 29 de abril de 1945
Hitler: el hombre que no quiso obedecer
Se engañan los políticos cuando sospechan ---como suspicaces gruñidores de naturaleza porcina--- que el pueblo no acepta la austeridad, el trabajo, el sacrificio, la obediencia... En la orgía de los recortes, estos laboriosos neoliberales no dejan de predicar a la gran masa de la población aquello que ellos mismos rehúyen como la peste. Recetan así a perezosos súbditos que supuestamente no quieren trabajar, que se jubilan demasiado pronto, que se cogen la baja médica de forma tramposa, que viven por encima de sus posibilidades y deberían, pues, pillines, "apretarse el cinturón", la medicina del sufrimiento. Sus señorías no saben empero cómo se escribe la palabra "tra-ba-jo", practican el absentismo-sin necesidad-de-justificante médico, promueven leyes que les otorgan toda clase de escandalosos privilegios en materia laboral y de seguridad social, disfrutan de auto generosísimos complementos que nadie controla, aceptan propinas a cambio de favores e influencias, vulneran la ley con total impunidad (Rahola: "usted no sabe quién soy yo"), cobran dobles y triples sueldos más dietas y corrupción... !Vivir por encima de sus posibilidades! Pero ¿alguien nos habrá enseñado quizás los secretos del absentismo laboral, señores diputados? ¿Es que los señoritingos "inversores" trabajan? ¿No representa el capitalismo usurero, cima de la modernidad judeo-cristiana secularizada más rabiosamente actual, la negación del trabajo? ¿Cómo se puede imponer a machamartillo esa celebérrima "ética del trabajo" para beneficio de un poder fundamentado en el capital puro, es decir, en el parasitismo de un dinero que crece con el trabajo, sí, pero de los demás? ¿Y no es el rico inversor, aquel que vive del sudor ajeno, el paradigma humano entorno al cual se construye la sociedad neoliberal triunfante, aquí o, ya también, en la China comunista? Esta línea divisoria que opone oligarquía y pueblo ---el trabajo productivo real, vinculado a una población y un territorio versus el parasitismo bancario saqueador/opresor, aéreo, etéreo, gaseoso, apátrida...--- fue el punto de partida de la política de Hitler y, por ende, de la II Guerra Mundial. Hitler nunca "trabajó", es decir, no fue siervo de usureros y se negó expresamente a ello. A la postre, toda Alemania se convirtió en algo así como un rebelde contra el dispositivo usurario internacional. Hitler, por otro lado, no dejó nunca, empero, de trabajar por su "idea", equivocada por supuesto, en el único y verdadero sentido de la palabra "trabajo" digna de respeto, que implica como poco "creer" en lo que uno hace. Y, desde luego, las guerras de agresión no fueron inventadas por Hitler y han seguido produciéndose, después del Führer, con genocidios y víctimas inocentes incluidas, hasta los tiempos actuales y medio siglo después del triunfo de la "cruzada antifascista", la última, "justa", que iba presuntamente a terminar con todas las guerras.
Hitler, soldado condecorado de primera línea, en 1916. Los pueblos quieren ---para bien o para mal--- autoridad, sí, pero ejercida sólo por aquellos que merecen ostentar la alta jerarquía de una nación orgullosa de sí misma. Dispuestos a morir por ella. El resumen de España, desde hace siglos, es el menosprecio: Bárcenas. En cambio los alemanes, un hecho que no puede negarse, siguieron a su Führer hasta el final.Algún intelectual debería explicar este misterio.
¿Quién, en efecto, "seguiría" en nuestros días, y únicamente hasta la vuelta de la esquina, a un mentiroso mediocre y pusilánime como Mariano Rajoy, el testaferro políticodel poder financiero? Goldhagen dice que todos los alemanes eran unos asesinos, "explicación" harto sofisticada del holocausto, como ven. Al menos, los españoles quizá no somos tan idiotas como parecemos por haber confiado al actual presidente del gobierno los destinos de la nación.
En este sentido, está claro que nosotros no deberíamos hacer el más mínimo sacrificio por los "liberadores nacionales" burgueses, personajes como Artur Mas, Jordi Pujol o alguno de sus hijos, colegas, correligionarios, amiguetes, amantes... Aunque no deje de leer, escribir, pensar, de luchar, de "trabajar", en suma, con todo lo que tengo a mano..., confieso a título personal que no me ofende ser calificado de fascista. En cualquier caso: no consiento que el capital se "acumule" a costa de mi vida. Y verter sangre por el Estado propio (="en propiedad") de las 200 familias oligárquicas catalanas, todavía menos. Pues que tampoco percibo diferencias relevantes entre Madrid y Barcelona. Quizá en Barcelona la desvergüenza sea incluso mayor por envolver la corrupción con la senyera patriótica y acusar a los "españoles" de un saqueo que en realidad es obra de la rapacidad pseudo catalanista. Así las cosas, decidí tiempo ha que nunca sería carne de cañón de negocios corruptos, ni vulneraría, como funcionario, la ley (que los oligarcas mismos promulgan e incumplen de forma sistemática) por "lealtad" a alguna de las santas garrapatas con corbata que vampirizan la Generalitat. La patria catalana, sí. Pero, ¿qué patria? ¿La cuenta corriente de papá Mas en Suiza? ¿Cómo nos pueden reclamar lealtad aquéllos que han traicionado a su Constitución, Estado, Pueblo..., y pisoteado todos los valores ético-políticos habidos y por haber? Nosotros, al igual que los alemanes actuales aunque por distintas razones, ya no tenemos patria, nuestra tarea consiste precisamente en construirla. En suma: no nos arrodillaremos y esta actitud de resistencia comporta reducir al máximo cualquier colaboración con el sistema (trabajo, voto, consumo...). ¿Por qué explico todo esto? Hitler fue un vagabundo en Viena. Y es importante entender este punto porque la generalización de actitudes de rebelión radical, de desobediencia civil y desafección profunda, supondría el derrumbamiento del sistema oligárquico. El mito de Hitler empieza, en el fondo, con una suerte de "insumisión metafísica". Hitler es el hombre a quien más odia la oligarquía financiera filo-sionista mundial.¿Por qué? Queremos respuestas, no propaganda.
¿Hasta cuándo seremos las víctimas de los usureros?
¿Cuál es, pues, en suma, el crimen cometido por Hitler que motivaría su diabolización?No es Auschwitz la causa del estigma. Tenemos tantos equivalentes de Auschwitz como políticos y naciones implicadas en la construcción del capitalismo, el sionismo y el comunismo desde los inicios de la Modernidad. El gran delito que no se le perdona a Hitler ha sido oponerse a la actual oligarquía y actuar contra ella con los mismos métodos "criminales", "violentos" e "inmorales" que los oligarcas habían empero utilizado siempre antes que él en defensa de sus propios intereses particulares, pero, en el caso de Hitler, en defensa de los intereses de su patria. ¿Podrían haberse empleado otras tácticas y estrategias en el señalado marco histórico de dominación oligárquica? Invito a los ciudadanos a oponerse a alguno de los húmedos gusanos del poder corrupto respetando las "pacíficas y democráticas" reglas del juego: tribunales, sindicatos, concurrencia electoral, defensor del pueblo, prensa "libre"... Entonces entenderán que esas instituciones son sólo un teatrillo donde la oligarquía dicta por teléfono pomposas "resoluciones" con sello oficial y aplasta literalmente a los ciudadanos recalcitrantes reprochándoles incluso su "temeridad" por recurrir al Tribunal Constitucional (ejemplo basado en hechos reales: una sentencia del Tribunal Superior de Injusticia de Cataluña). La palabra es tongo, un fraude generalizado, obsceno, masivo... !!!No existe, para el genuino disidente, democracia alguna en Occidente!!! Así que ya saben por qué recurrió Lenin a la revolución. Marx, antes que Hitler, negó que la democracia liberal existiera realmente y Sartre, un siglo después, calificaba las elecciones de trampa para tontos ---élections, piège à cons---, defendiendo todos ellos, santones del progresismo, abiertamente, la violencia revolucionaria. Los poderes oligárquicos no comprenden, según el marxismo leninismo, otra cosa: en el fondo, sólo entienden su propio lenguaje, aunque los oligarcas, a veces, asesinen "sólo" mediante "leyes", sentencias judiciales o "deposiciones administrativas": desahucios, despidos, expedientes, sanciones, multas, dilaciones interminables de los tribunales, letales listas de espera, persecuciones de la fiscalía o de hacienda, encarcelamiento de desafectos, recortes, acoso laboral a los funcionarios honestos, terceros grados o indultos bochornosos, muerte civil en la prensa impuesta a los disidentes, tortura policial y penitenciaria, etc.... Y no comprenden estos políticos-mafiosos nada más porque ellos mismos son los primeros en tener muy claro, como técnicos expertos en el montaje, que el entero aparato institucional "democrático" (=liberal) no es otra cosa que la tramoya propagandística de un dispositivo de poder; de unamáquina despiadada cuyo objeto principal es mantener "quietecitas" a masas amorfas y adocenadas de viles "consumidores/contribuyentes" (que no "ciudadanos") ayunos de espíritu.
El gran capital como único
y verdadero "mal absoluto".
El derecho natural ha justificado siempre el uso de la fuerza contra los déspotas, contra los prevaricadores, contra los que no respetan la ley y oprimen a los pueblos. Así razonó Hitler (siguiendo a Marx y Lenin) frente a las potencias "liberales" y "progresistas" del mundo moderno. Por favor, que alguien me convenza de que ese "loco" se equivocaba y me rescate de mis propias conclusiones, un tanto desazonadoras, sobre la "democracia" capitalista occidental.
Hitler no puede ser juzgado comparativamente poniendo sólo en la balanza tales métodos deplorables. Pero si aceptásemos que Hitler fue simplemente un tirano genocida, siempre quedaría ahí la verdadera piedra del escándalo, a saber: que nuestros políticos, además de genocidas,son corruptos y saqueadores de su propio pueblo, al que no reconocen como tal.Hitler sólo puede ser en verdad juzgado: 1/ por su efectiva lealtad o traición al pueblo alemán; 2/ en defecto de lo anterior, como parte de la política del siglo XX, en la cualtodos los jefes de Estado occidentales (y ya no digamos los comunistas) merecerían la misma absoluta reprobación que el Führer. No valen las dobles varas de medir y mientras éstas ostentábanse obscenamente entre los cánticos adormecedores del "estado del bienestar" consumista, la gente estaba dispuesta a olvidar ciertas cosas, pero ahora quizá pronto ya no. Y, llegados a este punto, nuestros gobernantes tienen mucho que callar, porque las víctimas de sus fechorías y abusos, de uno u otro tipo, son, en Europa, sus propios conciudadanos. Porque dichos gobernantes sólo permanecen leales a un supuesto "pueblo elegido" que no es el suyo. Porque cometen los mismos crímenes que Hitler pero con total impunidad y en calidad de traidores, léase: títeres de un proyecto racista, supremacista y criminal ---el sionismo, el Estado de Israel--- con el que no mantienen ningún otro vínculo que su propia cobarde abyección de ratas rastreras deseosas de trepar;deseosas. en definitiva, como cualquier mafioso, de dinero, poder y placer. !!!Ésa es su "democracia"!!!Porque se arrodillan ante el ídolo Sión por puro temor e interés y en criminal perjuicio de sus compatriotas, felonía que no puede achacársele a ese "loco" llamado Adolf Hitler.
Para Marx, Lenin y... Hitler, la alta finanza y el poder oligárquico sólo entienden un lenguaje: el de la fuerza.
Sabedores de esta realidad, a nuestros gobernantes sólo les quedaba jugar la carta más nefasta: no construir una verdadera democracia, eso jamás, sino convertir a Hitler en Satán e idiotizar a la población para mantener el dogma antifascista frente a cualquier evidencia u honradez intelectual: "somos unos canallas, cómo continuar ocultándolo ya, sí, pero siempre hay algo peor que nosotros: el demonio Adolf Hitler, el mal absoluto." El tiempo ha pasado y la verdad va saliendo, empero, a la luz. La "ideología del Holocausto" (Finkelstein) resultó un fraude, otro más, de enormes dimensiones y múltiples funciones (entre otras, legitimar el Estado de Israel). ¿Podría no serlo a la vista de la idiosincrasia moral de sus beneficiarios sionistas, hogaño patente? A fin de seguir nutriendo la impostura tendrán pues los políticos profesionales oligárquicos que pudrirlo absolutamente todo: ciencia, ilustración, librepensamiento, democracia representativa, economía de mercado... Todo o, al menos, todo aquello con que antaño pretendían encubrir su secreta servidumbre mercenaria a los colonos de Jerusalén.Son ellos mismos quienes están destruyendo ese idolatrado "mundo libre" de cartón piedra (que nunca existió en realidad excepto en cuanto escenario) para aferrarse como casta a los privilegios que les presta, a cambio de lacayuna sumisión, la extrema derecha judía. Nuestros vergonzantes "políticos" han emprendido, de manera consciente, lenta, pero decidida y en ocasiones hasta descarada,la transición del liberalismo oligárquico pseudo democrático a la oligarquía autoritaria sionista sin máscaras.Pero, a medida que el montaje teatral "humanitario" se viene abajo, la figura de Adolf Hitler cambia de forma ante millones de jóvenes que despiertan de un largo sueño; que sienten haber sido víctimas del más perverso engaño por parte de los desacreditados referentes éticos de una sociedad moral, económica y políticamente en ruinas. La propia oligarquía es, empero, la responsable de haber erigido un mito que ahora camina solo, fuera de control, y que puede volvérsele en contra.
Bárcenas nos permite comprender quién es realmente, en la mente torticera de personajillos como Rajoy, Cospedal o Mas, el horrendo tirano Adolf Hitler: somos nosotros, el pueblo, todos; las gentes (=gentiles), incluso los pobres desahuciados, queriendo, siendo ya, para los oligarcas, potenciales ejecutores de un exterminio. El suyo. Y tienen miedo.
Pero no vamos a caer en la trampa que nos tienden las emociones y el propio sistema oligárquico. Quisiera recordar aquí que hemos rechazado toda forma de violencia por razones éticas, pero también técnicas. !No es sólo una cuestión de abstracta "moralidad" o decencia el hecho de negarse a aceptar unos métodos que, tarde o temprano, nos colocarían ante la disyuntiva de tener asesinar en masa a civiles inocentes! Empero, ello no nos obliga a renunciar a la posibilidad de la pena de muerte dictada por un tribunal democrático en cumplimiento de las mismas normas por las que Eichmann fuera juzgado en Jerusalén y colgado de una soga en el año 1962. Nuestros motivos y propuestas para el derrocamiento de la oligarquía han sido expuestos repetidas veces en esta bitácora; exhaustivamente desarrolladas las encontrarán en el libro "La manipulación de los indignados" (Madrid, 2012). A los textos me remito.
El Tribunal Russell -creado en 1967 por un grupo de intelectuales (Bertrand Russell, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir,…) para investigar los crímenes de guerra cometidos durante la guerra de Vietnam- se ha puesto en marcha de nuevo, con el nombre de Tribunal Russell para Palestina. Su objetivo: juzgar de manera simbólica a Israel por violar los derechos de los palestinos, así como a otros países y organismos por su complicidad en el conflicto.
La iniciativa está impulsada por el director de la Fundación Bertrand Russell, Ken Coates -quien también participó en el tribunal de 1967-, por la educadora y activista israelí Nurit Peled, Premio Sajarov 2001 y por Leila Shahid, delegada de Palestina ante la Unión Europea.
Más de un centenar de intelectuales, políticos y personalidades judiciales apoyan el proyecto, entre ellos Noam Chomsky, José Saramago, Juan Goytisolo, Eduardo Galeano, Naomi Klein, el ex secretario general de la ONU Butros Ghali el ex presidente del Tribunal Internacional de la Haya Mohamed Bedjaoui, el magistrado emérito del Tribunal Supremo español José Antonio Pallín, el director de cine Ken Loach, o el guionista Paul Laverty (guionista de varias películas de Ken Loach, entre otras).
Los integrantes del Tribunal han estado reunidos estos días de atrás en Bruselas y han anunciado que pretenden celebrar el juicio simbólico el próximo año. Sus impulsores han escrito un manifiesto en el que indican que
“la reciente guerra impulsada por el gobierno y ejército israelíes en la franja de Gaza, ya anteriormente bajo bloqueo, subraya la responsabilidad particular de Estados Unidos y de la UE en la perpetuación de la injusticia cometida contra el pueblo palestino, despojado de sus derechos fundamentales. Es importante movilizar a la opinión pública internacional para que la ONU y sus Estados miembros adopten medidas necesarias para acabar con la impunidad del Estado de Israel y para alcanzar una solución justa y duradera para este conflicto. (…)
Este Tribunal es una iniciativa civil que promueve la ley internacional como el elemento fundamental de la cuestión palestino-israelí. Además de la responsabilidad de Israel, pretende demostrar la complicidad de terceros Estados y organizaciones internacionales que, a través de su pasividad o de su apoyo directo, permiten a Israel violar los derechos de los palestinos (…)”.
En 1967, en el inicio de las sesiones del primer Tribunal Russell, Jean Paul Sartre señaló:
“En los últimos veinte años el gran acto histórico ha sido la lucha por la libertad de las naciones subdesarrolladas. Los imperios coloniales se han desmoronado (…) Todo ha ocurrido con sangre, sudor y sufrimiento. Un tribunal como el de Nüremberg se ha convertido en una necesidad permanente”.
Tras las investigaciones –durante las que testificaron decenas de personas- el Tribunal Russell para Vietnam concluyó que Estados Unidos era culpable de “haber bombardeado objetivos civiles de manera deliberada, sistemática y a gran escala”, así como de haber empleado armas prohibidas por la ley internacional y de haber tratado de manera inhumana e ilegal a sus prisioneros de guerra.
“¿Es el Gobierno de los Estados Unidos culpable de genocidio contra el pueblo de Vietnam? Sí (unánime)”, concluía el Tribunal Russell.
“El gobierno estadounidense –señaló Sartre- es culpable de haber preferido una política de guerra y agresión en vez de una política de paz, la única otra alternativa, porque eso habría implicado una necesaria reconsideración de los principales objetivos impuestos por las grandes compañías imperialistas a través de los grupos de presión. Estados Unidos es culpable de continuar e intensificar la guerra, aunque todos sus líderes entienden cada día mejor, por medio de los informes de los jefes militares, que el único modo de ganar es vaciar Vietnam de vietnamitas. (…) Cuando un campesino muere en su campo de arroz, abatido por una máquina de guerra, todos somos golpeados”.
“Si ciertos actos y violaciones de Tratados son crímenes, son crímenes tanto si los comete Estados Unidos como Alemania”, indicó Bertrand Russell.
La sentencia del Tribunal no era más que simbólica. Como dijeron sus integrantes:
“Somos conscientes de que nadie nos ha dado un mandato, sino que hemos tomado la iniciativa, y también sabemos que nadie podría habernos dado un mandato. Es verdad que nuestro tribunal no es una institución. (…) No hemos sido contratados o financiados por gobiernos (…) El Tribunal Russell cree que su legitimidad proviene de su absoluta falta de poder y de su universalidad. No tenemos poder: esa es la garantía de nuestra independencia. Como no representamos a ningún gobierno o partido, no podemos recibir órdenes. Examinaremos los hechos “en nuestras almas y conciencias”, como decimos o, si lo prefieren, en la completa libertad de nuestros espíritus.”
En 1974 se creó un Tribunal Russell II, con el objetivo de investigar las actuaciones de diversos gobiernos de América Latina. En aquella ocasión colaboraron con el Tribunal intelectuales como García Márquez, Julio Cortázar, James Petras, Lázaro Cárdenas o Alfred Kastler. En sus conclusiones de 1975 declararon culpables de violaciones graves, repetidas y sistemáticas de los derechos humanos a las autoridades de Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia a las que acusaron de crímenes contra la humanidad.
También declararon culpables a los gobiernos de Guatemala, Haití, Paraguay y la República Dominicana y expresaron su profunda inquietud por los arrestos, persecuciones, torturas y asesinatos de militantes, obreros y profesionales en Argentina.
“Decidimos abrir de inmediato una investigación para establecer la amplitud de la responsabilidad del gobierno argentino a este respecto”, indicaron.
Así mismo el Tribunal denunció que “las empresas norteamericanas organizan en su provecho el saqueo de los recursos de toda índole de América Latina y las violaciones de los derechos fundamentales del ser humano que acompañan ese saqueo; que el gobierno estadounidense y las oligarquías locales son coautores de ese pillaje, de esas violaciones de los derechos y de esa estrategia, así como de sus consecuencias”.
Posteriormente se han creado otros tribunales civiles similares, como el Brussels Tribunal, fundado en 2004 con el objetivo de investigar los crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en Irak. Está integrado por intelectuales, artistas, y activistas. Algunos de sus miembros honoríficos son José Saramago, Eduardo Galeano, o Harold Pinter.
Ahora el Tribunal Russell para Palestina abre la puerta a una nueva iniciativa que nos recuerda que siempre se pueden tomar medidas contra la injusticia a través de la movilización de la sociedad civil. Que siempre se puede hacer algo. Que aún hoy, aunque no corran buenos tiempos, sigue habiendo intelectuales de todo el mundo dispuestos a gritar: “No en mi nombre”.
Las conclusiones del juicio simbólico que se celebrará el próximo año quedarán en los anales de la Historia. Las futuras generaciones las leerán como nosotros ahora repasamos las sentencias del primer Tribunal Russell para Vietnam y del Tribunal Russell II, capaz de ver y condenar, antes que tantos otros grupos, las atrocidades de las dictaduras de América Latina. Siempre hay pioneros en esto de la justicia. No me cabe duda de que el Tribunal Russell seguirá siendo uno de ellos.
ESTA OBRA RESUME LA PARTE CENSURADA DE LA BITÁCORA FILOSOFÍA CRÍTICA DE 2007 A 2012
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universitat de girona conferència presentació del llibre sobre la manipulació dels indignats
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la guerra santa
Algo igualmente, de mayor trascendencia, si cabe, y posiblemente más desastroso por sus consecuencias a lo largo de la historia occidental, es la idea de la guerra santa. La idea de un dios que lucha en favor de su pueblo contra sus enemigos proviene del período más primitivo de la historia de Israel, y ha dado pie con su influencia sobre judíos, cristianos y musulmanes para legitimar diversos movimientos de violencia internacional, intercultural e interreligiosa hasta la actualidad. (Trevor Ling, Las grandes religiones de oriente y occidente, t. I., Madrid, Itsmo, 1972, p. 46).
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"El Estado judío no habría nacido sin la expulsión de 700.000 palestinos. Así pues, había que expulsarlos. No había otra opción que expulsar a la población. (...) Tampoco la gran democracia estadounidense se podría haber creado sin la aniquilación de los indios. Hay casos en que el buen fin general justifica los actos implacables y crueles que se cometen en el curso de la historia."
Wenn das Dasein vorlaufend den Tod in sich mächtig werden lässt, versteht es sich, frei für ihn, in der eigenen Übermacht seiner endlichen Freiheit, um in dieser, die je nur "ist" im Gewählthaben der Wahl, die Ohnmacht der Überlassenheit an es selbst zu übernehmen und für die Zufälle der erschlossenen Situation hellsichtig zu übernehmen.
Martin Heidegger, Sein und Zeit (1927), p. 384 de la edición alemana de 1986.