La verdad absoluta de la muerte "heroica", gratuita, sin compensación, sólo por mor de la comunidad nacional, es nuestra única "fe". El genuino auto-sacrificio excluye la vida eterna, el más allá, el paraíso o cualquier otra imagen similar... Realízanse sólo por deber y honor: en eso consiste su valía. El concepto teológico o religioso de la salvación equivale a fomentar un trato horrendo, propio de mercachifles, con lo sagrado. A partir de ese momento, el virus moral del "yo" presuntamente inmortal irá poco a poco corroyéndolo todo.
Mientras la idea pagana originaria e inmemorial no arda de nuevo en nuestros corazones con una pasión inexorable y dejemos, en consecuencia, de ser cristianos, el "patriotismo" se reducirá a mera farsa. Porque Jerusalén, con semejantes cartas, siempre gana la partida.
Pongamos fin, pues, a la mentira de Jesús de Nazaret. Unos extranjeros la difundieron hace milenios por estas tierras de héroes y mirad la cobarde degeneración, ved en qué nos hemos convertido. De la verdad tendremos que volver a ser conscientemente, en vida, testimonios e instrumentos. !Hete aquí el dios de nuestros antepasados europeos!
Quien quiera oír, oiga.
Jaume Farrerons
La Marca Hispànica
5 de junio del 2015
Dresden en ruinas (1945).
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