martes, septiembre 04, 2012

¿Obama versus Osama? Teoría del enemigo constructo

En la foto podemos observar al mestizo universal Barack Obama, Premio Nobel de la Paz y presidente de los Estados Unidos de América, disfrutando en tiempo real de la "ejecución selectiva" (ilegal) de Osama Bin Laden, su presunta antítesis política terrorista. El modelo de homo democraticus encarna a un asesino con buena conciencia, pero, en realidad, de alguna manera -desde la Revolución Francesa y su "terror fraternal" tan bien analizado por Sartre-, siempre ha sido así. Esta imagen y su consiguiente fórmula moral resume la miseria de nuestro tiempo. La "nueva era"  iniciada en 1945 condénsase simbólicamente en el imaginario colectivo del "antifascismo". Derechos Humanos, Democracia, Humanismo y demás ídolos del sistema oligárquico, constituyen las herramientas ideológicas de expolio, matanza y genocidio más eficaces que la memoria registra. El asesinato de Bin Laden se justifica apelando a dichos ídolos conceptuales. Trátase, cuando hablamos del discurso antifascista, de una auténtica máquina de saquear y exterminar al servicio de los mayores criminales de la historiaDe ahí la producción simbólica del "islamofascismo". Esta afirmación, que puede acreditarse, punto por punto, con cifras y datos en la mano, y así lo hemos hecho en una buena cantidad de entradas de esta bitácora (de manera que me ahorraré los enlaces y las demostraciones para no repetir una vez más lo ya dicho en innumerables ocasiones), constituye nuestro punto de partida.
 
Una pregunta que se desprende con naturalidad de la constatación anterior es: ¿estamos moralmente autorizados a utilizar la violencia contra los genocidas, asesinos y criminales corruptos que nos gobiernan?

La estrategia de la revolución democrática

Nos han planteado en reiteradas ocasiones la cuestión de la violencia en aquello que podríamos denominar "la estrategia de la revolución". Nuestra postura ha sido clara: el recurso al terrorismo, además de inmoral y de atentar contra la esencia misma de la verdad, favorece a la oligarquía.  O dicho en otros términos: el "terrorismo" es aquello que la oligarquía espera y desea para justificar el ejercicio de la denominada "justicia infinita", respuesta bestial "legitimada" a partir de los "valores democráticos y humanitarios" en que se sustenta, en última instancia, el poder oligárquico. Esa violencia previa hay que provocarla, permitirla o inventarla, como el presunto hundimiento español de un navío americano en el puerto de La Habana que "diera lugar" a la Guerra de Cuba. La guerra burguesa es, pese a Clausewitz, la continuación de la política por otros medios. Las guerras de la modernidad siempre se ganan políticamente y la primera victoria para tener una guerra ya casi ganada de antemano es la legitimación simbólica, la bestialización del enemigo. Construir un enemigo, fabricarlo, fijarle unos límites estrechos que nunca podrá ya traspasar, he aquí la silenciosa batalla de la propaganda (=mentira) que precede al choque de las armas y en la que el burgués oligárquico siempre se ha mostrado más eficaz que sus adversarios, absortos en las axiologías del honor militar.

Vamos a separar la objeción ética de la objeción estratégica al terrorismo y, en general, al uso de la violencia contra la oligarquía sionista transnacional. Dejaremos la reflexión ética para el final.

En cuanto al problema estratégico, conviene, antes de abordarlo, entrar en una serie de consideraciones de hecho en las que deberá anclarse nuestra argumentación, pues estrategia es sinónimo de eficacia y el criterio de validez del discurso estratégico remite a sus resultados efectivos, inseparables de un análisis puramente fáctico de "la realidad" (suponiendo que eso sea posible).

Para empezar, conviene recordar que en algún momento del siglo XX  terminaron de una vez por todas las revoluciones basadas en la simple inercia demográfica o, para ser más concreto, en el peso quasi físico de la mayoría de los ciudadanos, cuya "fuerza" podía confiar en derrotar, tarde o temprano, a las organizaciones armadas del Estado. No es que hayan dejado de darse las revoluciones violentas, es que en occidente son técnicamente inviables, porque el poder oligárquico ha compensado con sus artilugios sofisticadísimos cualquier factor de tipo numérico que pueda convertir al "pueblo en armas" en fundamento de facto, y no sólo prescriptivo o de iure, de la soberanía.

Por otro lado, en los llamados "países centrales", cuya enumeración dejamos al lector pero que incluyen en cualquier caso Europa y América del Norte, además del Japón, el poder oligárquico ha dependido cada vez más de la legitimación, es decir, de la creencia en la existencia de regímenes democráticos, hecho que limita el uso de la violencia estatal contra los ciudadanos. La oligarquía no puede sacarles partido a sus mortíferos recursos tecnológicos de cualquier manera, al menos a plena luz del día.

En consecuencia, podría concluirse que la estrategia de la revolución debe ser pacífica y orientada a erosionar los fundamentos del discurso autolegitimatorio -el antifascismo- emanado de las agencias propagandísticas oligárquicas. El colapso del sistema occidental, como el de la antigua Unión Soviética, sólo puede consistir en una suerte de implosión interna por deslegitimación. El propio sistema, con sus medidas represivas, nos indica cuál es su pilar ideológico central y, a la par, su punto más vulnerable: el relato oficial del Holocausto. Sólo por este motivo prohibiría el código penal el simple cuestionamiento o duda sobre ciertos dogmas  historiográficos en un descarado ejercicio de liberticidio y atentado contra la ciencia. La fragilidad de "el Holocausto" (Finkelstein) camina de la mano de su carácter propagandístico, del que los políticos y dirigentes oligárquicos son perfectamente conscientes.

Frente a este planteamiento crítico, que es el nuestro y cuyas bases teóricas venimos exponiendo en este blog desde el año 2007, tenemos a quienes defienden abiertamente el uso de la violencia terrorista, por ejemplo, el famoso "Carlos", a saber, Ilich Ramírez Sánchez, también conocido como "Chacal":

Soy y seré combatiente revolucionario. Y la revolución es hoy, antes que nada, islámica... El Islam y el marxismo-leninismo son las dos escuelas de las que extraje lo mejor de mis análisis... Un atentado vale más que todos los panfletos para fracturar la espesa pared de la ignorancia y de la indiferencia, más que toda una biblioteca de sabios análisis, que, al fin, no sirven más que para nutrir ineptas disputas entre iniciados e intelectócratas. Un atentado resuena como un trueno en la sombra espesa de las conciencias obesas, enbrutecidas en el confort del egoísmo más estúpido. Hace, de un solo golpe, volar en pedazos el consenso de fachada. Cierto que no todo es beneficio en este tipo de operación: hay cristalización de la condena, radicalización del sentimiento de rechazo, odios latentes que se refuerzan y se revelan. Cada cual elige su campo... El terrorismo, y esto va a sorprendernos, es una especie de himno a lo humano. Porque resitúa al hombre de carne y sangre en el centro de la batalla. No es ya el robot, el bombardero furtivo, los drones de combate; el sahid (mártir) que se inmola haciendo estallar su cinturón es un hombre solo, confrontado al miedo a un entorno hostil, su elección es esencialmente humana, no es la de un loco ni la de un fanático, sino la del hombre confrontado a la omnipotencia de la máquina.

Sin embargo, las consecuencias del atentado terrorista no son sólo las que anota "Carlos". Verbi gratia, los atentados del 11-S fueron muy útiles para argüir la invasión de Afganistán e Irak a pesar de que, por ejemplo, el régimen de Saddam Hussein nada tenía que ver con Al-Qaeda. Además, existen sospechas más que fundadas de que los Estados Unidos conocieron previamente la planificación del atentado y "dejaron hacer" a los terroristas. No sólo eso, los orígenes de Al-Qaeda se remontan a la Arabia Saudí, fuente ideológica y económica del integrismo islámico a la par que... aliado de EE UU. A nuestro entender, hay que ser un auténtico inepto para creer que el atentado del 11-S ha favorecido a alguna causa revolucionaria, antes bien, ante el hundimiento de la URSS, justifica el mantenimiento de un clima bélico y las correspondientes medidas de recorte de libertades, vigilancia policial, negocio armamentístico, así como las coartadas para la intervención militar... Evidencias, todas éstas, que son quizá lugares comunes, pero no por ello menos ciertas a pesar del mar de información y supuestas conspiraciones con que se intenta banalizar lo patente.

La máxima expresión de un poder político consiste en que éste pueda "fabricar" incluso a su propio enemigo. No cabe duda de que, en el hemisferio occidental, la oligarquía sionista transnacional ha alcanzado la cúspide de sus capacidades de destrucción, manipulación, coacción, explotación y colonización, tanto material como mental. El llamado islamofascismo, condensación virtual-propagandística de "fascismo", comunismo e islamismo (los sucesivos "adversarios" del sistema capitalista-liberal en la última centuria), ejemplifica bien el concepto estratégico de "anticipación del enemigo" como imaginario susceptible de exonerar las propias actuaciones agresivas y de exterminio. De ahí que la fórmula "Obama versus Osama" esconda una impostura. Osama no es más que la proyección invertida de la sombra de Obama. Gracias a semejante ficción política, el sistema puede atraer hacia sí a todos aquellos incautos desafectos que estén dispuestos a oponerse al sistema para, de alguna manera, localizarlos, identificarlos, encuadrarlos, controlarlos y hacerlos trabajar involuntariamente en provecho del mismo sistema, aunque sea en el triste papel circense-mediático reservado al "enemigo constructo". Nuevamente "Carlos":
Cheikh Osama bin Laden, al hacer frente a los imperialistas yankis, se ha convertido en el héroe de todos los oprimidos, sean o no musulmanes. No representa, y sería un error pensarlo, una tendencia milenarista o mesiánica del Islam, a la manera del mahdismo sudanés. No tiene vocación de ser el Enviado, es un yihadista, un combatiente por la umma y de los grupos dispersos y desunidos de la umma. Dicho de otro modo, es un internacionalista panislamista. Pensamos además que es un error atribuir la resistencia antiamericana que inflama los países islámicos a la sola persona de Osama bin Laden... Yo pediría a Bin Laden que prosiga la obra iniciada en Jartum y, ante todo, que desarrolle las relaciones de orden estratégico entre los múltiples componentes del movimiento yihadista, sin omitir a las organizaciones no religiosas, pero sí, en todo caso, antiimperialistas.

A nuestro modesto entender, tanto Osama bin Laden como Al-Qaeda han sido, son, "peones" inconscientes de Washington que, a través del crucial eslabón de la cadena denominado Arabia Saudí, desempeñan ciertas funciones simbólicas al servicio de occidente; negocio sucio y repugnante, pero también harto eficaz. Quien es capaz de diseñar la figura de su enemigo, fijando las reglas y el campo de juego donde pueda operar una fantasmal "disidencia", ya la ha derrotado de antemano.

Pero, si no Osama, ¿quién?

El modelo orientativo de una disidencia no constructa estaría encarnado, para nosotros, por personas como Alexander Solzhenitsyn. Su estrategia pacífica de mostrar y proclamar la verdad sin derramar una sola gota de sangre señala el estrecho camino que conduce a la luz en medio de las tinieblas de la "información".

Sólo un aspecto del islamismo antójase decisivo en la estrategia de la revolución, a saber, el papel de Irán como soporte material y moral en el cuestionamiento de la "ideología del Holocausto". Verdadera "bomba atómica", pero conceptual, el régimen de Teherán, que nada tiene que ver con Al-Qaeda, ha sabido encontrar en el tema de los "mitos fundacionales del Estado de Israel" la grieta a partir de la cual puede ser demolido el edificio simbólico del poder oligárquico. ¿Cómo? Haciendo estallar su fuente de legitimación en el interior mismo de los llamados "países centrales". Necesitamos, por tanto, un nuevo Solzhenitsyn, un modelo de disidente, cuya materia de trabajo no será sólo el gulag, sino los crímenes de los vencedores occidentales de la Segunda Guerra Mundial y la manipulación propagandística del holocausto, orquestada para ocultarlos. El oxígeno de semejante estrategia, sin embargo, no vendrá de la Rusia de Putin ni de la China postcomunista. No serán éstos los poderes que sustenten semejante disidencia, la cual les afecta muy negativamente por su propio pasado marxista-leninista. Sólo Irán se encuentra, como poder político realmente soberano (subrayemos que ningún país de occidente es soberano, excepto Israel), en la posición "simbólica" de otorgar un apoyo decisivo a la causa de la verdad. A su vez, ésta no podrá consistir en la simple negación del holocausto, al estilo de Faurisson, sino en su reinterpretación siguiendo la vía metodológica emprendida por Nolte.

No conozco otro sentido de lucha por la libertad que el mensaje pacífico y paciente de la razón: hacer llegar a los ciudadanos, a través de la denuncia de la corrupción, el trasfondo inmenso de criminalidad oligárquica e infecta descomposición moral que hace posible aquélla como el fondo podrido hediondo del que nace el moho. La corrupción es, en efecto, enorme, la crisis, descomunal, pero es muy poca cosa comparada con aquello que escóndese detrás: la impostura y la violencia asesina fundamental en que se asienta desde su nacimiento el régimen presuntamente "democrático". Llevar el mensaje a los ciudadanos no significa, empero, explicarles de buenas a primeras la historia del plan de liquidación política de Prusia y la subsiguiente exageración del holocausto que sirvió para encubrir el otro genocidio, perpetrado por los vencedores, sino tirar del hilo de los temas sociales y económicos que afectan diariamente a los trabajadores, minar la confianza del pueblo en la casta política oligárquica para, poco a poco, generar el marco horizontal-simbólico, la condición social contextual, en que pueda ser asumido el lenguaje de denuncia de la criminalidad radical, genocida e impune, que sostiene las instituciones occidentales. Sólo en ese momento podrán entender las grandes masas el verdadero significado de la palabra "oligarquía" y se convertirán en terreno fértil para el análisis de los métodos revolucionarios capaces de combatirla.  


La objeción ética: filosofía versus oligarquía
 
Al lado de gentes como Obama, Bush, Roosevelt, Truman, Stalin, Mao o Churchill, Adolf Hitler parece en ocasiones una hermanita de la caridad a pesar de sus indudables atrocidades, de las que puede decirse que fueron, en casi todos los casos, puramente reactivas. Algo que, desde luego, no justifica el asesinato de niños, por mucho que algunos opinen lo contrario en nombre del mismo pseudo "realismo" que caracteriza precisamente a nuestro enemigo hereditario.  Si la cuestión es ser "realista" y encima el más "realista" de todos, entonces unámonos a la oligarquía, ofrezcámosle nuestros servicios y talento, seguro que degustaremos como poco algunas de las migajas del pastel. Ciertos "patriotas" (¿?) islamófobos ya lo están en ello. Y otros vienen jugando al enemigo constructo desde su evoliana cuna. ¿Rechazamos aquello que representa la oligarquía hasta lo más profundo de nuestra alma, sí o no? Entonces, hay que olvidarse del realismo tal como es entendido por cualquier espécimen oligárquico. Nuestros motivos no pueden ser realistas de ninguna de las maneras porque la lucha contra el sistema, si es coherente, sólo nos traerá sufrimiento: si erramos o fracasamos, este "resultado nulo" supone la pérdida vana de nuestra vida; si acertamos, esto sólo significa que le estamos haciendo daño al dispositivo de poder oligárquico y que ante so después se revolverá contra nosotros para darnos "nuestro merecido". En consecuencia, sufrimiento es siempre lo que podemos esperar. ¿Es esto realista? Sí, pero en otro sentido al utilizado en el lenguaje imperante, un sentido donde el vocablo no significa conducente al éxito, al bienestar, a la conformidad con lo que hay, aunque nos produzca vómitos. Significa fidelidad a la verdad.
 
 
Pero, por otro lado, si bandeamos el uso común del término y entramos en un debate más filosófico, podría afirmarse que la oligarquía, con todo su "realismo", casi podría definirse como la negación de la realidad. Y nosotros apostaríamos, frente al real-ilusionismo del sistema capitalista-financiero, por un "realismo heroico". Habría que añadir, entonces, que la mentira, a fuerza de obtener consenso, se ha ido convirtiendo en una suerte de pseudo realidad, y que el "realitarismo" oligárquico equivale a algo así como la substanciación mediático-virtual de lo irreal. Obsérvese que, en esta última opción, lo real (verdadero) se ha desvanecido detrás de la "pantalla total" del mundo Matrix. Lo real-real se ha convertido en idealismo, por ejemplo, cuando te dicen o te aconsejan que seas realista, esto significa que has de tragarte todas las fábulas del imaginario felicitario antifascista, institucionalizadas y, por ende, "reales". Y debes olvidarte, justamente, de la realidad, de la verdad, de la muerte, que mundo oligárquico quiere siempre alejar de  la conciencia, siendo así que teme su efecto liberador, corrosivo para los intereses de la reinversión constante y del consumo, por no hablar del poder potencial de una ciencia sin mordazas.

Suponiendo que nosotros seamos los realistas en el sentido concreto que acabo de definir, ¿se sigue de ese realismo una pauta de conducta como la que caracteriza a los asesinos oligárquicos?  Desde luego, quien proclama la verdad de la muerte no está esgrimiendo una herramienta muy útil de cara al asesinato o a la dominación de sus virtuales víctimas. Para asesinar a la gente, es mucho más eficiente la táctica de explicarles que nosotros somos los depositarios del ideario del "amor", la "esperanza", la "paz"... Dicho discurso alevoso busca distender al adversario, favorecer "la confianza", el diálogo... Ya sabemos dónde termina todo eso. Pero la alternativa no es la violencia, el envés del antifascismo, sino otro discurso cuyo efecto resulte altamente destructivo, por sí mismo, para la malla simbólica humanitaria. El discurso de la verdad.
 
Ese discurso revolucionario que, de alguna manera, es brutal porque que rechaza las ilusiones, las mentiras, el cloroformo y el azúcar burgués, cristiano o progresista, sólo puede sostenerse estratégicamente desde una postura rigurosa, disciplinada, de ascetismo extremo por lo que respecta al uso de la fuerza. En el momento en que los símbolos "verdad", "muerte" y "asesinato" entren en contacto, el sistema oligárquico dispondrá de todos los medios propagandísticos para identificar la alternativa revolucionaria con el "fascismo" y, por ende, con el mal absoluto. La verdad de la muerte como praxis debe quedar siempre un paso atrás de cualquier forma de violencia u homicidio.

Entiendo así que la única postura coherente con la verdad, y el "realismo heroico" inherente a ella, sería el rechazo de la violencia por una cuestión de principio, no de estrategia o táctica políticas. Si la verdad es algo más que una teoría, si las ideas,  antes que a meras representaciones incrustadas en nuestra cabeza y compatibles con todo tipo de pautas de conducta, equivalen a un acto, entonces la verdad entraña su propia forma de proceder. Y mientras que a la mentira (es decir, al utopismo de la felicidad) le es consustancial la violencia, la coacción, la fuerza o la manipulación (una violencia psicológica), pues como tal ha renunciado a la validez vinculante que emana del simple factum de que algo "es", la verdad, en cambio, se sostiene por sí misma. Por decirlo de otra manera, la verdad posee su propia figura de la fuerza, y ésta no es coactiva, ni física, ni siquiera "material", sino puramente espiritual. Así, quienes elijan la verdad han de aprender, en primer lugar, a morir, no a matar (Sócrates). La muerte del sujeto revolucionario representa, en el extremo, la encarnación misma de su libre causa y la más eficaz patencia de su victoria sobre el enemigo. Hete aquí la filosofía. Y el auténtico heroísmo.

La pregunta era cómo luchar contra la oligarquía con la sola verdad en las manos, sin armas. Respuesta: la verdad misma debe hacer estallar desde dentro la burbuja del mundo ficcional o, simplemente, no es "verdad" y ese mundo presuntamente ficcional no sería tal, sino, en alguna medida, "real", con lo que los motivos de la lucha revolucionaria quedarían deslegitimados. La oligarquía encarna, a nuestro entender, un poder concebido expresa y deliberadamente no sólo de espaldas a la verdad, sino contra la verdad (Leo Strauss). El dispositivo de dominación oligárquico equivale a la mentira en estado químicamente puro. Si es así, la verdad debe de poder desatar sus propios efectos corrosivos, como Solzhenitsyn demostró en su momento con el régimen de la URSS. 
 
No somos santos buenistas, queremos vencer. La cuestión es cómo. Pretender derrotar a la oligarquía por la fuerza implica construir una fuerza equivalente o, incluso, superior a la existente, y reproducir los patrones conductuales oligárquicos de manipulación con mayor eficiencia todavía. Ahora bien, si esa fuerza alternativa triunfara, ¿qué habríamos cambiado? Nada. Sólo saldría fortalecido el poder oligárquico pero bajo una simbología ligeramente distinta en el plano del significante (no del significado), siendo así que dicho poder viene formándose desde hace siglos mediante sucesivos aluviones revolucionarios de esas características.
 
Quien quiera oír, oiga.
 
DOCUMENTOS ANEXOS

El libro sobre el asesinato de Bin Laden, 'best seller' antes de salir a la venta

http://www.elmundo.es/america/2012/08/31/estados_unidos/1346401047.html

El libro sobre el asesinato de Osama Bin Laden escrito por uno de los militares que participó en la operación se ha convertido es un "best seller" en EEUU días antes de su debut oficial gracias a la avalancha de pedidos por adelantado.

El libro de 336 páginas desplazó esta semana a la novela erótica 'Fifty Shades of Gray', de la británica Erika Leonard, en la lista de los más vendidos y llega preñado de controversias y posibles consecuencias legales.

De hecho, este jueves el Pentágono acusó al ex militar autor del libro de incumplir el compromiso de confidencialidad que había firmado y advirtió de que está considerando acciones legales contra él.

'No Easy Day', escrito bajo el seudónimo de 'Mark Owen' por el ex oficial de la unidad de élite SEAL de la Marina estadounidense Matt Bissonnette -junto con el periodista Kevin Maurer- saldrá a la venta el 4 de septiembre.

La casa editorial, Penguin, había programado el lanzamiento de la primera edición con 300.000 ejemplares para el 11 de septiembre, cuando se cumplen once años de los ataques terroristas en EEUU tramados por Bin Laden, pero ante la demanda popular adelantó la distribución una semana.

Bissonnette, de 36 años y quien se retiró el año pasado, tiene cientos de operaciones en su hoja de servicio, cinco Estrellas de Bronce (por valor) y una condecoración Corazón Púrpura (por heridas en combate).

Según copias del libro obtenidas por medios locales, la descripción de Bissonnette de la forma en la que los 23 SEAL asesinaron a Bin Laden el 1 de mayo de 2011 en Abottabad (Pakistán) contradice la versión oficial.

De acuerdo con el relato de Bissonnette, él subía unas escaleras hacia el tercer piso de la residencia de Bin Laden, detrás del primer SEAL en la línea, cuando escuchó dos detonaciones amortiguadas por silenciador. Su camarada había visto a un hombre que se asomaba a mirar desde una puerta y le disparó.

Cuando los miembros del "Equipo 6", los mejores militares de los SEAL, llegaron a la habitación encontraron a un hombre en el suelo "con sangre y los sesos fuera del cráneo" y a dos mujeres que gritaban aterrorizadas.

Los soldados apartaron a las mujeres y dispararon varias veces contra Bin Laden, que se convulsionaba en el suelo.

En la habitación, según el relato, los marines encontraron un rifle AK-47 y una pistola Makarov, ambas descargadas. Bin Laden "ni siquiera se había preparado para defenderse", sostiene el libro.

Según la versión oficial, los SEAL encontraron resistencia de los protectores de Bin Laden y cuando llegaron a la habitación en la que estaba el exlíder de Al Qaeda éste hizo un gesto para alcanzar un arma, por lo que lo mataron.

La Casa Blanca sostiene que hubo un fuego cruzado durante 40 minutos en el interior del complejo de Bin Laden.

Bissonnette asegura en el libro que él y sus colegas se burlaron de la versión oficial del "tiroteo de 40 minutos".

La Casa Blanca también aseguró en su día que Bin Laden usó al menos a una de sus mujeres como escudo, sugiriendo que se escondió tras una de ellas mientras oponía resistencia a los SEAL.

El que el libro ofrezca una versión tan distinta y mucho más detallada del incidente, así como los comentarios cáusticos del autor sobre la forma en la que el Gobierno del presidente Barack Obama sacó ventaja de la operación, ha disparado el interés de los lectores.

Bissonnette dice, por ejemplo, que aunque Obama se reunió con los soldados a su regreso a Estados Unidos nunca cumplió la promesa de invitarlos a una cerveza en la Casa Blanca.

Los soldados, que ya no simpatizaban con el presidente, comentan que nunca creyeron en las promesas de Obama, ni antes ni después de su elección.

El título de 'No Easy Day' (No es un día fácil) hace referencia a una expresión en el argot de los SEAL -que junto con la Fuerza Delta del Ejército es una de las unidades de combate más eficaces del mundo- según la cual "el único día fácil fue ayer".

Bissonnette habría incumplido el compromiso de confidencialidad que había firmado y que incluye el sometimiento a revisión de los militares de todo tipo de testimonio personal que vaya a publicarse.

Así lo recuerda una carta enviada este jueves al ex oficial por el máximo representante legal del Pentágono, Jeh Charles Johnson, que subraya además que la publicación del libro "agravará el incumplimiento y la violación" de los acuerdos firmados.

El Gobierno de EEUU ha sido muy severo a la hora de incautar las ganancias de los autores que han revelado información secreta. Quizá por ello Bissonnette ha dicho ya que buena parte de las recaudaciones se destinarán a ayudar a las familias de SEAL muertos.

http://www.la-razon.com/mundo/Surgen-relatos-muerte-lider-Qaeda_0_1684631548.html


Uno de los comandos que mató a Bin Laden afirma que éste se hallaba desarmado

La Razón / Walter Vásquez

 
02:28 / 09 de septiembre de 2012.- Un libro que incluye un polémico relato del ataque que acabó con la vida de Osama bin Laden y otro que califica al primero como “una gran traición” proporcionan datos de una de las unidades militares más eficaces y secretas del mundo, los SEAL.

No fue un día fácil (No Easy Day), de Mark Bissonnette (con el seudónimo de Mark Owen), un oficial retirado de la unidad de élite SEAL de la Marina estadounidense, salió a la venta el martes rodeado de polémica.

El Pentágono reiteró que el Gobierno continúa revisando la obra y considera “que contiene información secreta y delicada, lo que constituye una violación del acuerdo de confidencialidad” firmado por Bissonnette.

El ex SEAL ofrece en 336 páginas su relato del ataque que acabó con la vida del jefe de Al Qaeda en mayo de 2011. A diferencia de lo que en su día aseguró la Casa Blanca, el oficial retirado asegura que Bin Laden no estaba armado y no opuso resistencia al ataque.

Por su parte, un grupo de exintegrantes de unidades de operaciones especiales lanzó un libro digital titulado No fue una operación fácil: El análisis no clasificado de la misión que mató a Osama Bin Laden (No Easy Op: The Unclassified Analysis of the Mission that Killed Osama bin Laden), que examina la versión de Bissonnette.

En una entrevista concedida a la cadena CBS que se emitirá hoy, el exmilitar explica que su obra pretende rendir homenaje a aquellos que murieron el 11 de septiembre de 2001, y aseguró no tener pretensiones de lanzarlo “a la arena política”, según EFE.

La página online Huffington Post, retomada por el Daily Mail, logró tener una copia de la cual difundió algunos anticipos. Mientras subían por una estrecha escalera, el jefe del operativo comando vio un hombre que sacaba la cabeza por una puerta: “estábamos a menos de cinco escalones de la parte superior cuando escuché tiros con silenciador”, escribe Owen.

“Desde mi posición no podía decir si las balas había impactado en el blanco”, pero “el hombre había desaparecido en la oscura habitación”. Al entrar, los comandos vieron mujeres arrojadas sobre el cadáver de Bin Laden, que tenía puesto una camiseta blanca sin mangas, pantalones color caqui anchos y túnica beige, informó ANSA.

 

Procesarán al autor de ‘No Easy Day’

EFE - El Pentágono acusó al exmarine Mark Bissonnette, que participó en la operación en la que fue asesinado Osama Bin Laden, de incumplir el compromiso de confidencialidad que había firmado al escribir un libro en el que cuenta los detalles de ese ataque e iniciará acciones legales en su contra.

“A juicio del Departamento de Defensa, ha habido un incumplimiento sustancial y una violación de los acuerdos de no revelación que usted ha firmado”, según la misiva enviada por el máximo representante legal del Pentágono a Mark Owen, seudónimo del exoficial de la unidad SEAL de la Marina de EEUU.

De acuerdo con el relato de Bissonnette, Bin Laden “ni siquiera se había preparado para defenderse”.

En la carta, el Pentágono también advierte de que la publicación del libro “agravará el incumplimiento y la violación” de los acuerdos firmados por el exmarine.

EEUU sigue orando por las víctimas

Rezos

Mañana concluyen los tres días de oración que el presidente estadounidense, Barack Obama, declaró por las casi 3.000 víctimas de los atentados del 11-S.

Pedido

Obama pidió no olvidar jamás a las víctimas de aquellos atentados, que pusieron a todo EEUU ante “sus más oscuros días”. EFE



10 comentarios:

Miguel dijo...

No entiendo como puede haber alguien que todavía defienda la actividad terrorista como un camino viable.

Cualquiera que se haya tomado la molestia de estudiar la historia del fenómeno terrorista en el siglo XX puede comprender que no es más que la crónica de un fracaso tras otro.

Los atentados de las Brigadas Rojas y los grupos neofascistas en Italia, el IRA, la Baader-Meinhof en Alemania, ETA o incluso el terrorismo relativamente incruento de los separatistas corsos no sólo fallaron en lograr sus objetivos, sino que reforzaron al aparato estatal que pretendían derribar al darle justificación para aumentar las medidas de represión y control, dotarle de legitimidad ante la población y ofrecer la oportunidad a los mass media de arruinar ante el público la imagen de la causa que decían defender.

E incluso si nos remontásemos más en el tiempo, al siglo XIX, veríamos como el terrorismo anarquista en España e Italia o el nihilista en Rusia no lograron alcanzar sus metas.

Por eso siento escalofríos cuando oigo hablar de que se debe recurrir a la lucha armada y que estamos al borde una nueva guerra civil, algo que se puede encontrar fácilmente en los ambientes franquistas, siempre tan influenciados por esa mística del 18 de Julio y el Movimiento Nacional. Si algún día deciden cometer actos violentos, eso no sólo les afectaría a ellos, sino a otros grupos ideológicos y organizaciones.

El poder establecido sólo precisa de una excusa para aplastarnos, no seamos tan necios de servírsela en bandeja.

ENSPO dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que dices, Miguel.

Parece obvio, pero los foros están llenos de propuestas de violencia como respuesta a la crisis.

Estamos, por lo demás, esperando las aportaciones de Jackobs, quien pidió una entrada sobre el tema para debatir la estrategia de "lucha armada". ¿Dónde estás, Jackobs?

Marcos dijo...

La violencia en algún punto es inevitable si queremos una verdadera revolución. Ningún poder se suicida ni tolera que mediante una argumentación racional o una disputa jurídica se lo neutralice. Porque sabemos muy bien que la oligarquía mundial está hecha de intereses muy concretos. Y sería ingenuo olvidar que el poder económico siempre dispone de la violencia con o sin la verdad de su lado, y en Argentina eso lo conocemos muy bien. Tal es así que cuando la oligarquía extranjera y local impuso una dictadura represiva (1955-1973), con períodos de elecciones, si, pero donde el peronismo estaba proscripto, en nuestro país se dieron experiencias armadas que hicieron tambalear el sistema porque: a) había una identidad política mayoritaria constituida (el peronismo) b) el gobierno de perón en 1955 había sido derrocado por la fuerza, y se prohibió el mismísimo uso de la palabra "peron", "peronismo", y todo uso de símbolos relacionados c) y los fusilamientos, la persecusión y la represión eran moneda corriente.

En esa situación el asesinato de Aramburu (uno de los dictadores asesinos) en 1970 a manos de Montoneros (guerrilla peronista) significó un cambio de época. En Argentina no triunfó una revolución en sentido estricto, pero se logró forzar una retirada estratégica de los militares que permitió el regreso de Perón y su triunfo en las urnas, democraticamente. El problema es que los dispositivos represivos siguieron intactos, y la violencia armada, latente. Perón murió al muy poco tiempo de asumir por su vejez, y luego siguió una época de dura represión ilegal por parte de grupos de la ultra-derecha y el ejército que culminó en el peor y más duro gobierno militar (1976-1983) con 30.000 desaparecidos.

Por cuanto me animo a decir que hay un punto en el cual la violencia es inevitable si realmente queremos cambiar de sistema y no de significante.

Los contextos en los cuales es posible la lucha armada son muy particulares, como el descripto del caso nuestro en Argentina y el que permitió el triunfo de la revolución cubana.

Otro ejemplo pacífico de revolución social abortado por la violencia sistémica, además del Peronismo, es lo que se llamó "la vía chilena al socialismo" de Salvador Allende.

Cabría agregar también que los actuales gobiernos democráticos de América Latina también sufrieron intentos de golpe de estado. Fallidos en Venezuela, Ecuador, y Bolivia; pero en Honduras y Paraguay, exitosos. Cuando se tocan intereses (aún cuando no se plantea necesariamente la eliminación del capitalismo) la violencia es inevitable. Ahora bien, la lucha armada nunca es la única opción y MUY POCAS VECES es la mejor a los fines de un cambio social. Y algo también importante, una lucha armada, una resistencia armada legítima (que incluso está contemplada en muchas constituciones del mundo), no equivale a hablar, lisa y llanamente de terrorismo.

Mientras tengamos la posibilidad de usar las grietas del sistema en ejercicio de las libertades civiles que consagra, hagámoslo. Pero cuando nos cierren las puertas de toda participación política y repriman a las mayorías, no está de más pensar en la lucha armada como forma de propaganda y justicia popular. Pero repito, que esa decisión depende del contexto,...y creo que es imposible que en Occidente hoy sea posible una lucha armada NR, coincido plenamente que hoy nos cabe una lucha cultural y pacífica contra la oligarquía global y sus mentiras.

Marcos dijo...

Una última opinión: me parece un error político centrar el combate contra la oligarquía global en su "corrupción" como si el problema fuera que el sistema es bueno pero los hombres son malos. Nunca es reducible la lucha política a términos de mero honestismo. De hecho, eso es lo que hacen los grandes medios de comunicación hoy día en Argentina para conspirar contra los cambios en paz: equiparan "corrupción" con política.

Ni la oligarquía ni el imperialismo son política por definición, son rapiña económica. Son la usurpación ilegítima de las instituciones políticas por parte de unas pocas corporaciones. En nuestro país cuando se expropió YPF de manos de REPSOL los grandes medios denunciaban la "intervención" del Estado, la "injerencia" del estado, cuando en realidad sólo se estaba recuperando una empresa estatal privatizada a precio vil durante un gobierno neoliberal. Nosotros tenemos, en todo caso, que denunciar el "intervencionismo" del mercado y de los intereses privados, en el terreno de la política. Es tan así que en los cajones de la YPF recien expropiada a REPSOL se encontraron listados de "publicidad no-convencional" (sic). Dinero que iba a parar a los bolsillos de reconocidos periodistas y políticos de la oposición, con nombre y apellido. Indignante.

Espero les sirva este aporte. Un abrazo nacional revolucionario y sigan adelante con la lucha... este blog es todo un símbolo para los que como Heidegger creemos que: "Querer saber es la lucha por lo verdadero".

ENSPO dijo...

No se centra el combate en la corrupción, se tira de la incompetencia para llegar a la corrupción, se tira de la corrupción para llegar al crimnen, y finalmente se tira del crimen para llegar al genocidio. Son grados de iniciación del ciudadano en su salida de la caverna platónica. Pero si usted empieza diciendo que los aliados querían exterminar a Alemania enun genocidio y que asesinaron a 13 millones de alemanes civiles o prisioneros desarmados, nadie se lo va a creer. Hay que empezar por los niveles más "bajos" y aceptables de verdad. Sólo poco a poco se irá dando cuenta el ciudadano que vive en el mundo de Orwell. Si usted se lee el post otra vez, verá que es eso lo que se ha explicado. La denuncia y la conciencia social de la corrupción como primer paso para minar la credibilitat de la casta política y poder dar el paso siguiente en una escala ascendente.

Marcos dijo...

Me parece muy bien pensado el hecho de desenmascarar el genocidio que sostiene la existencia del capitalismo tras 1945 paso por paso... pero sólo les sugiero (a la luz de nuestra experiencia local) que es más revolucionario y a efectos prácticos más directo denunciar la usurpación del poder político que realiza el poder económico con sus lobbys (el verdadero y único poder en la sombras) que comenzar por enjuiciar la "honestidad" de la casta política que de "política" tiene poco. Si no salvamos "el concepto de lo político" de manos de los mercaderes, y lo oponemos a ellos, estaremos tarde o temprano en problemas.

ENSPO dijo...

Lo que usted sugiere como primer escalón es lo mismo que nosotros, pero con otras palabras. Aquello que en Europa es la incompetencia y la corrupción equivale a lo mismo que la usurpación del poder político democrático por el poder económico de los lobbys. La incompetencia y la corrupción es la forma de denominar idéntico fenómeno pero utilizando palabras y expresiones más sencillas y básicas o populares,aquéllas que todo el mundo pueda comprender. A partir de ahí, ascendemos en la escala al nivel de comprensión de la criminalidad ordinaria (por ejemplo, asesinato de periodistas, vínculos con mafias, etc.) y, finalmente y únicamente entonces, alcanzan las gentes la madurez política e ideológica para comprender el carácter no sólo incompetente, corrupto y criminal de la oligarquía, sino su naturaleza GENOCIDA. LOS MAYORES ASESINOS DE LA HISTORIA. En ese punto comienza la REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA. Saludos, compañero Marcos.

Anónimo dijo...

En relación a lo que comenta Miguel sobre el fenómeno terrorista y su fracaso hay que decir que en muchos casos el objetivo de dichos grupos no es derrocar a sistema alguno, sino realizar atentados para favorecer a intereses de otros que quieren sólo atemorizar,aterrorizar,o eliminar a algún tipo de oposición dentro del sistema,por eso mismo una gran mayoría de las llamadas organizaciones terroristas son creadas por los propios estados o son apoyadas y financiadas por potencias extranjeras. Si hay algún grupo llamado terrorista que quiere combatir al sistema de forma directa, es desmantelado y reprimido sin piedad alguna. Por eso hay grupos terroristas que perviven durante años, porque no interesa acabar con ellos.

Anónimo dijo...

LO QUE DICE EL ULTIMO ANONIMO ES ABSOLUTAMENE CIERTO Y VAMOS AL EJEMPLO DE MARCOS CON LOS MONTONEROS. QUE FUERON CREADOS POR EL SERVICIO DE INTELIGENCIA DEL GOBIERNO DE ONGANIA AL SOLO EFECTO DE SACARSE DE ENCIMA A ARAMBURU QUE PLANEABA UN GOLPE DE ESTADO, COSA QUE SABE TODO ARGENTINO MEDIANAMENTE INFORMADO Y NO INTOXICADO POR LA HISTORIA POLITICAMENTE CORRECTA (EL RELATO) DE LA CLEPTOCRACIA KIRCHNERISTA. EL RESTO DE LA HISTORIA DE LOS MONTONEROS ES UN FRACASO TRAS OTRO Y EN DEFINITIVA DETERMINARON CON SU ACCIONAR LA REPRESIÓN DE LOS MILITARES Y LA CONSECUENTE INSTALACIÓN HASTA EL PRESENTE DEL NEOLIBERALISMO Y LA TIRANIA DE LA DEUDA EXTERNA UNICA RAZON DE EXISTIR DE LOS GOBIERNOS DEL SISTEMA DE DOMINACIÓN QUE IMPERA EN ARGENTINA. EL SEGUNDO POSTEO DE MARCOS NOS DICE DONDE LE APRIETA EL ZAPATO. EL GOBIERNO DE LOS MONTONEROS RECICLADOS ES EL MAS CORRUPTO QUE RECUERDE LA HISTORIA ARGENTINA. REUNE LAS DOS CARACTERISTICAS QUE SE DIERON EN ESTE BLOG SOBRE LOS GOBERNANTES DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL: CORRUPTOS Y ASESINOS.

Anónimo dijo...

Suscribo lo del ulimo anonimo, los que gobiernan acualmente en argentina eran miembros de la banda Montoneros y esbirros de Fidel Castro y no querian ninguna revolucion nacional sino una revolución marxista. No eran peronistas el mismo Perón los expulso publicamente como infiltrados. La prueba de lo que pretendian era el marxismo lo cita marcos cuando se refiere a Salvador Allende un Mason esoterista del Partido Socialista muy dependiente de Castro que llevó a chile al desastre y finalmente puso leña en el fuego para que esa nación cayera en los experimentos neoliberales y en la dictadura de Pinochet.
Podria llegar a decirse que el Peronismo Historico fue Nacional Revolucionario pero el peronismo actual es solo una banda de asaltantes de la hacienda publica y especialmente el kirchnerismo es una criatura del Nuevo Orden Mundial con poses izquierdistas, economia capitalista solamente orientada a pagar la deuda externa fraudulenta, (pagó al contado 10 mil millones al FMI con el aplauso arrobado de toda la izquierda servil al Poder Mundial) curiosamente, esa deuda fue fabricada en gran escala por los militares que el kirchnerismo estan juzgando con la legislacion sionista de Newremberg (convirtieron el tema de la represion al castrismo en el Holocausto del subdesarrollo). Condenan la dictadura de Videla pero se arrodillan ante la peor herencia de ese gobierno (y de los demas gobiernos de la democracia)El fraude del siglo y la sumisión al poder financiero global: La Deuda. Vayan a contarle a otros que estos ladrones son revolucionarios y nacionalistas...