"Los y las filosionistas catalanes son cómplices de genocidio, de tortura y de limpieza étnica": así concluye un artículo publicado en enero de 2009 en la hoja informativa Aturem-ho! contra la Operación Plomo Fundido, hecho histórico más conocido como la masacre de Gaza. Entre los filosionistas catalanes se citan a los siguientes personajes académicos, políticos o mediáticos: Joan B. Culla, Miquel Sellarès, Jaume Renyer, Lluís Bassat, Vicenç Villatoro, Pilar Rahola... Ésta denunció amenazas de la "izquierda fascista". Es el mismo lenguaje que el de la asociación AGON (Grupo de Estudios Filosóficos), la cual cuenta con apoyos en Convivencia Cívica Catalana (CCC) y otros sectores de la "derecha liberal" española caracterizados por su posición ferozmente filoisraelí. Independentistas catalanes (pro Terra Lliure) como Jaume Renyer y españolistas rabiosos al estilo de Federico Jiménez Losantos (víctima de la banda terrorista catalana Terra Lliure) tienen así algo en común que compartir, a saber: la adoración de Israel, todo ello a pesar de que se califican mútuamente de "fascistas", es decir, de asesinos, pues no otra cosa significa, como sabemos, la palabra "fascista" en el lenguaje cotidiano fabricado por el poder. !Cómo se deben de reír en la sinagoga contemplando estos espectáculos bochornosos, esta carrera de los lacayos, con codazos incluidos, para postrarse los primeros ante el pueblo elegido! "!Vea qué bien le sirve su esclavo gentil! !Mire cómo persigo a los nazis, mi rabino! ¿Observe cómo insulto a "los alemanes", la "raza perpetradora" (Goldhagen)? ¿Está contenta la verdadera "raza superior" con las ofrendas de su seguro servidor? ¿Desea algo más de mí el amo? ¿Cómo piensa recompensarme? !Yo soy de confianza, sepa que, incluso desde mi despacho de la fiscalía (o la redacción del diario), obdedezco como un perro y doy saltitos si me lo manda la ultraderecha sionista, guau, guau, guau...!"
"Quien se resiste es, pues, esto... fascista."
(Josep Maria Navarro, "Aturem-ho!", enero 2009)
Millones de "fascistas" asesinados esperan justicia.
Para la derecha atlantista españolera se trata de hacerse un huequecito calentito bajo las alas del gran pájaro estadounidense y, por tanto, de Israel. Para los nacionalistas catalanes, como explicamos en otro post, la aspiración consiste en "puentear" la escala jerárquica de las oligarquías regionales y autóctonas (cipayas) para entrar en contacto directo con la cúpula mundial, a saber, la oligarquía sionista-israelí. A tales efectos, desde la Plaza de Sant Jaume se presentan ofrendas a Tel Aviv, como el caso Kalki, típico producto catalán en forma de montaje policial, que no en vano fue abortado por Madrid dada la endeblez de los fundamentos del fiscal-inquisidor M. A. Aguilar. La "independencia" de Catalunya no puede consistir en otra cosa que en convertir esta comunidad autónoma en una suerte de mayordomo, criado encumbrado y con librea, pero criado a la postre, contratado entre el resto del personal de servicio universal con que cuenta a manos llenas la comunidad organizada del "pueblo elegido". Los voluntarios para la servidumbre (bien remunerada) son, en efecto, muchos, como vimos en el post anterior dedicado a las fechorías pseudo intelectuales del grupúsculo AGON.
En Cataluña se pueden pasar ocho años de calvario judicial por "opinar", siempre que el poder oligárquico local dé gusto con ese gesto a Israel, pero, por la misma razón, una amenaza genocida a los no catalanistas perperada, verbi gratia, nada menos que por el diario "Avui" (carne de subvención oficial de la Generalitat), quedará impune en la "ciutat de la pau". Véase, en efecto, el caso Oriol Malló y su artículo de 30 de junio de 2005 Falangistes taxidermistes. Ya sabemos que Malló huyó a México tras la denuncia de que fuera merecido objeto, pero los responsables de la publicación se quedaron en Cataluña tan tranquilos, como si supieran que unas incitaciones directas al delito étnico por parte de un diario semioficial no darían lugar, en este país mierdoso de chulescos mafiosos y súbditos cobardes, a las correspondientes responsabilidades penales. Y tenían razón. Pero ESTO es lo que publicaron:
Boicoteémosles, marquémoles a hierro candente, hagámosles la vida imposible para que sufran en carne propia aquello que ellos nos dieron cuando realmente mandaban. (...) Nosotros queremos también exterminaros.
Vicenç Villatoro: "No es un ataque desproporcionado".
Quisiera recordar que los imputados del caso Kalki, a pesar de los intentos del fiscal Aguilar de difuminar tales matices, lo eran como presuntos distribuidores (ni siquiera editores), no como autores de las frases por las que se les atribuía un delito de GENOCIDIO. La misma norma no se aplicó, en cambio, curiosamente, a quienes editaron el artículo de Malló. El motivo, obvio: en Cataluña, las víctimas de las instigaciones "legales" al odio serían las consideradas fascistas, y habiendo 100 millones de presuntos fascistas exterminados en todo el planeta sin que la "justicia internacional" haya movido jamás un dedo para perseguir a los victimarios, ¿qué importarían unos pocos fascistas más asesinados en Cataluña? ¿No consintió Lluís Companys la liquidación de 8000 catalanes "fascistas" durante su mandato al frente de la Generalitat republicana? A los "fascistas" -quienesquiera que éstos sean- se les puede matar, ya no digamos imputar en falso (caso Kalki) o "hacerles la vida imposible", "marcarles", "boicotearles"...; esto no sólo sale gratis, sino que contará con el apoyo de toda la red de "complicidades" e ilegalismos (corrupción incluida) que caracteriza el fenómeno del "catalanismo" en nuestra putrefacta comunidad autónoma.
El argumento que los cómplices mediáticos y plumíferos de la masacre de Gaza utilizaron en sus escritos fue, en este sentido, que la "democracia" tiene derecho a defenderse frente a los "fascistas". El diario "Avui", insistiendo en su apología del genocidio (hay que leer en cambio los artículos de Jordi Panyella sobre el caso Kalki), dejaba a Llorenç Villatoro espacio subvencionado para legitimar el exterminio de niños con un artículo, de 7 de enero de 2009, titulado "No es un ataque desproporcionado". Según explica "Aturem-ho!" con toda la razón del mundo, el argumento de los filosionistas apela a una supuesta "defensa" y, añadimos nosotros, no se alejaría mucho del que esgrime Oriol Malló (o AGON ante el "peligro alemán"), a saber, el "derecho" de los buenos a la eliminación preventiva del "otro" (=fascista):
La verdad del antifascismo en imágenes.La idea clave que utilizan esta serie de personajes públicos catalanes es que una democracia debe defenderse de sus agresores fascistas. Es decir, que el pueblo palestino, expulsado de su tierra, asediado y asesinado cada día no puede resistir a sus agresores. El movimiento solidario con Palestina cree que los apologistas basaron su argumentación en el hecho de que "quien se resiste es, pues, esto... fascista, o tal vez fundamentalista -que es el sinónimo à la mode entre la intelectualidad moderna y progresista".
Boicotejem-los, marquem-los a foc roent, fem-los la vida impossible perquè sofreixin en carn pròpia allò que ells van donar-nos quan realment manaven. I pelaven. Donem-los la intolerància que ells van repartir quan en tingueren ocasió, perquè és clar, quan hi havia els tancs al carrer l'amic Companys no tertuliejava sobre nacionalisme amb el Caudillo, sinó tot al contrari. (...) / Ja vau elegir bé, reputes, el Taxidermista! Voleu que els catalans, si encara en queden, se suïcidin en grup o abracin la fe espanyola. Perfecte. Però jo us demano coherència. Haver-ho dit durant la Segona República i haver-vos exposat que gent com jo, gent millor que jo, perdó, us fotéssim el tret de gràcia abans que vosaltres, sense collons de disparar, deleguéssiu en la xusma les ordres d'assassinar-nos. No delegueu més ni doneu lliçons de democràcia i de respecte. No exigiu el que els vostres mentors ens van negar. Digueu-ho clar, amics d'afables converses i visions magistrals, ens voleu exterminar, ara que sabeu, a més, que som pocs, covards i febles i que tothom us escolta amb temor reverencial. Doncs nosaltres també volem exterminar-vos.
"Boicoteémosles, marquémoles a hierro candente, hagámosles la vida imposible para que sufran en carne propia aquello que ellos nos dieron cuando realmente mandaban. (...) Decidlo claro, amigos de afables charlas y visiones magistrales, nos queréis exterminar, ahora que sabéis, además, que somos pocos, cobardes y débiles y que todo el mundo os escucha con temor reverencial. Pues nosotros también queremos exterminaros" (Diario "Avui", subvencionado por la Generalitat de Catalunya, 30 de junio de 2005).
"Ens estudiaria com el taxidermista
colecciona papallones mortes" (Oriol Malló)
"Ens estudiaria com el taxidermista
colecciona papallones mortes" (Oriol Malló)
Israel en estado puro: los israelíes no perpetran un genocidio en Palestina, al contrario, se defienden de los "fascistas" para impedir un "nuevo Holocausto". Israel como modelo del nacionalismo catalán, racista y xenófobo respecto de "España" (=los castellanos, pueblo genocida y asesino).
AGON no puede mirar de frente estas cuestiones. Es más fácil, y más provechoso, insultar a "los alemanes".
AGON no puede mirar de frente estas cuestiones. Es más fácil, y más provechoso, insultar a "los alemanes".
Por una nueva izquierda
Pilar Rahola en su artículo "El relativismo ético", publicado en "La Vanguadia" el 7 de enero de 2009, cébase en la debilidad de una izquierda que nunca ha condenado el gulag y que sigue atrapada en la trampa del antifascismo, para hacer añicos sus críticas a la política norteamericana e israelí, con la excusa de que se trata de dos democracias modélicas y los izquierdistas (a los que califica de monos de Gibraltar) sólo tienen ojos para las indignaciones morales que les interesan políticamente. Izquierda cautiva de su propio antifascismo, será calificada de "fascista" y queda muy claro que desde esa izquierda no se puede luchar contra una oligarquía transnacional que monopoliza, contra toda evidencia pero ayudada decisivamente por la pantalla mediática, el mantra de los "derechos humanos" y del "holocausto". Para comprobarlo basta una simple lectura del artículo de "Aturem-ho!". El autor, Josep Maria Navarro, se pregunta, poniéndolo en boca de "las solidarias":
Buena parte de las solidarias reflexionan: "!Sin duda! ¿Gente de bien? Osaríamos decir esto de los golpistas de los crímenes de guerra serbios durante la guerra de los Balcanes? ¿Osaríamos decir esto de los negacionistas de los crímenes nazis contra los judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Osaríamos decir esto de los partidarios de los crímenes planificados o quizá de genocidios? ¿Cómo calificaríamos a los supporters de los militares argentinos y chilenos a lo largo de las dictaduras militares de aquellos países".
Rahola, Villatoro, Culla: ¿taxidermistas
de niños "fascistas"?
Ni una palabra sobre los crímenes del comunismo. Un discurso, por tanto, harto vulnerable. La vieja izquierda radical antifascista sobrevive en la UCI gracias a las prórrogas mediáticas que, por interés propio, le concede Hollywood. Por una parte, el gulag no puede privar a la Shoah de su absoluto protagonismo. Máxime cuando las víctimas del régimen marxista-leninista eran acusadas de fascistas, siendo sus victimarios, en demasiados casos, judíos bolcheviques; una escena, ésta del judío torturando al "fascista", que el modelo de ciudadano-idiota occidental no podría, en suma, "comprender", ni soportar (su cerebro mononeuronal estallaría), dando lugar a desagradables "malentendidos" sobre las nociones usuales del "bien" y el "mal" difundidas, día sí, día también, por la propaganda sionista. Por otra parte, para la extrema derecha judía esta existencia fantasmal, exangüe, de la vieja izquierda radical, es más últil que la muerte, pues la definitiva desaparición del enfermo dejaría libre un espacio político clave y peligroso, que en cambio puede permanecer, así (en su forma terminal actual) controlado indefinidamente, bajo una espada de Damocles informativa, por el peso aplastante de su propio pasado. Dichas prórrogas están empero condicionadas a una obediencia lacayuna en materia de nacionalismo judío. En el fondo, la izquierda radical lo sabe, bien sea de forma confusa, y en ocasiones pretende rebelarse contra semejante cautiverio, pero no parece demasiado consciente o capaz de asumir cuál es su situación histórica real. Un ejemplo de lo que le pasa a la vieja izquierda radical cuando no limita su papel a callejera partida de la porra antifascista del dispositivo oligárquico lo tenemos en el artículo de Pilar Rahola. La sionista alaba a la izquierda, le señala cuál es su lugar, humilde pero seguro, en el tinglado oligárquico. Pero le recuerda también lo que puede pasarle si traspasa la línea roja de la sumisión a quienes verdaderamente mandan en el mundo: los ultraderechistas de las barras y las estrellas (de David). La lucha contra la oligarquía transnacional que controla el hemisferio occidental, incluida Catalunya (y ya conocemos a sus franquiciados mediáticos locales) es una lucha contra el racismo y la extrema derecha (judía) que sólo puede desplegarse de forma coherente desde posiciones de izquierda radical. Pero de una izquierda radical que háyase depurado de su herencia comunista y, con ella, del mito de Auschwitz que tan útil ha resultado a Moscú y Pekín para encubrir las monstruosas dimensiones del gulag. Si la izquierda no es capaz de plantear este debate interno y esta ruptura higiénica con una simbología manchada de sangre, nada podrá hacer políticamente como tal izquierda en términos de eficaz subversión antisistémica. Toda su actuación quedará emponzoñada por una historia criminal y una mentira de dimensiones gigantescas que será puesta en escena cada vez que la ultraderecha racista y supremacista judía lo considere conveniente.
"Fascista" ajusticiado.
Villatoro rubrica la sentencia.
Por ello, el camino, ya no sólo para los socialpatriotas, sino para los hombres de izquierdas que quieran, de verdad, derrotar al sionismo (el poder que gobierna el mundo) pasa por la condena de los crímenes del pasado comunista y la reflexión sobre las causas ideológicas que los hicieron posibles. Urge una nueva izquierda que no se dedique a rituales lingüísticos como escribir "las solidarias" y otras cretinadas progres. Una izquierda de verdad, dispuesta a luchar por el pueblo autóctono de cada país, por recuperar sus apoyos y credibilidad entre los trabajadores; una izquierda dispuesta a combatir el capitalismo y no a vivir de él a base de liberaciones sindicales; una izquierda que deje de utilizar la simbología de las luchas obreras para cubrir escaños financiados por bancos o, en su defecto, organizaciones radicales comunistas y anarquistas acostumbradas a vegetar de la subvención municipal en la más patética marginalidad drogadicta. Es necesario acabar con toda esa vetero-izquierda anarco-marxista y construir la izquierda nacional-revolucionaria. Contra ella nada podrá hacer ya una Pilar Rahola. Pero antes, esa izquierda tendrá que pasar por el calvario de la autocrítica y empezar desde cero, con la sola y desnuda verdad como único equipaje para un larguísimo viaje a las auténticas fuentes de la subversión.
"Quien se resiste es, pues, esto... fascista."
Josep Maria Navarro
Documentos anexos
Traducción al castellano del artículo ("panfleto pro terrorista") que supuestamente incitaba al odio y a la violencia. Cotéjese con el incendiario panfleto, este sí, del catalanista Oriol Malló publicado por el diario Avui (véase más abajo original y traducción).
LA SOLIDARIDAD CON PALESTINA SEÑALA TAMBIÉN AL FILOSIONISMO CATALÁN
Josep Maria Navarro
Desde la aparición del conflicto palestino, el movimiento internacionalista y de solidaridad con palestina siempre se ha enorgullecido de no hacer de inquisidores ni señalar a nadie. La frase "Todo el mundo tiene derecho a ser amigo de quien quiera y de opinar lo que quiera" resumiría el pensamiento de las entidades solidarias. Ahora bien, llegados a la situación actual, con un genocidio en marcha en la zona de Gaza, con una barbarie desencadenada con tanta crueldad sobre la población atrapada en guetos, con tanta irracionalidad y brutalidad... Llegados ya a un opunto que consideran "sin retorno, de violencia y matanza", las entidades solidarias con el pueblo palestino denuncian e identifican a los que consideran apologistas catalanes de tanta destrucción y violencia. Personas que, según el movimiento internacionalista, tienen todas las tribunas periodísticas a su alcance para mentir, decir verdades a medias, insultar a las personas que son solidarias con un pueblo mártir. Algunos ejemplos son las frases "monos aulladores de Gibraltar", una perla de Pilar Rahola ("La Vanguardia", 7-1-2009) y "No es un ataque desproporcionado", decia Vicenç Villatoro ("Avui", 7-1-2009).
La lista de personajes es larga. Además de los mencionados encontramos: Joan B. Culla, Miquel Sellarès, Jaume Renyer, Lluís Bassat... La idea clave que utilizan esta serie de personajes públicos catalanes es que una democracia tiene debe defenderse de sus agresores fascistas. Es decir, que el pueblo palestino, asediado y asesinado cada día no puede resistir a sus agresores. El movimiento solidario con Palestina cree que los apologistas basan su argumentación en el hecho que "quien se resiste es, pues, esto... fascista, o tal vez fundamentalista -que es el sinónimo à la mode entre la intelectualidad moderna y progresista".
Los defensores catalanes a ultranza de Israel se amparan en diferentes organizaciones -Associació de Relacions Culturals Catalunya-Israel (ARCCI), Fundació Acta-, y desarrollan sin problemas su papel de lobby sionista en los medios de comunicación, en los partidos políticos, entre el empresariado catalán y cierto asociacionismo catalanista.
Mientras, las entidades solidarias con el pueblo palestinop consideran que es imperdonable que estas personas disfruten tranquilamente de los honores de ser consideradas como demócratas, biempensantes, gente comedida en sus opiniones, gente de bien... De hecho, buena parte de las solidarias reflexionan: "!Sin duda! ¿Gente de bien? Osaríamos decir esto de los apologistas de los crímenes de guerra serbios durante la guerra de los Balcanes? ¿Osaríamos decir esto de los negacionistas de los crímenes nazis contra los judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Osaríamos decir esto de los partidarios de los crímenes planificados o quizá de genocidios? ¿Cómo calificaríamos a los supporters de los militares argentinos y chilenos a lo largo de las dictaduras criminales de aquellos países?
Todo esto hace que diversas voces planteen una cuestión: "¿Qué hace que se acepten tranquilamente las opiniones de los que algunos denominan nuestros filosionistas?" Según opiniones del movimiento internacionalista todo se explica por la arabofobia y la islamofobia compartida por nuestro establishment político, mediático, cultural y empresarial. Ante este hecho, las solidarias con Palestina aseguran que es necesario decir "!Basta! Basta de callar, de no decir las cosas por su nombre, de aceptar democráticamente la opinión de aquellos que -satisfechos- aprueban los asesinatos selectivos y los desgraciados daños colaterales entre la población civil". Pues, aunque no quieren privar a nadie del derecho a expresarse incluso en favor de los asesinos sionistas, las internacionalistas reclaman tener derecho de expresar libremente lo que piensan. Y una de estas es que "los y las filosionistas catalanes son cómplices de genocidio, de torturas y de limpieza étnica".
Enero 2009
Tants articles estèrils i encara ningú els ha entès: els intel·lectuals "antinacionalistes" són somniadors, quixots de l'ideal. Ells somnien i Boadella rebla el clau: tant de bo els tancs poguessin entrar de nou a Barcelona i alliberar-la dels pecats maçònics que la van dur per la falsa ruta. Es diuen republicans però jo crec que es mereixen un blasó d'honor. Són la nova falange. Abans la Ballena Alegre, ara el Taxidermista. Són valents, decidits, homes sense por. Però no del tot. Falta catarsi. Falta parlar clar i espanyol. Els catalans no saben què volen. No són, en el millor dels casos, bons espanyols. Van afusellar-ne tants com van poder, van enviar-ne milers a l'exili i van condemnar al silenci la gran majoria. Però són malparits. No ploren d'agraïment pel fet que la Falange els permetés sobreviure una estona. Els falangistes, gent culta, intel·lectuals purs, només volien que fóssim bons espanyols, catòlics, ultramoderns, virils, però érem bruts, republicans, heretges i volíem dividir i no pas unir, que això és Espanya; una unitat mística forjada sobre el linxament i el genocidi o, per ser més fins, una germanor a base de fogueres purificadores. Qui no ho entengui ha de morir i els falangistes volien que els catalans ens apuntéssim sincerament al carro de la victòria.
Els meus bons amics Espada, De Azúa o Boadella ja ho saben perquè ja els ho hem explicat quan fèiem pinya en fòrums babèlics: el feixisme també neix a Catalunya, el nostre catolicisme, tenyit de fals progressisme, odiava la religió republicana catalana i van trobar amb Franco l'excusa ideal per sotmetre el país a una purga expiatòria de la qual en sortiríem nets de culpa, robotitzats i idiotes, servils i mal·leables. Però els romàntics de la Falange esperaven força més i jo els entenc: que el català es parlés flojito i en la intimitat, que els catalans s'entreguessin, feliços, a la nova Espanya i que la qüestió catalana, aquesta nosa perpètua, desaparegués un cop liquidats, físicament també, els seus usuaris, com per exemple els intel·lectuals catalanistes. Ara exigeixen que se'ls escolti i se'ls obrin les tribunes públiques. Però jo, al contrari, penso que hem de respectar el seu esperit romàntic.
Boicotejem-los, marquem-los a foc roent, fem-los la vida impossible perquè sofreixin en carn pròpia allò que ells van donar-nos quan realment manaven. I pelaven. Donem-los la intolerància que ells van repartir quan en tingueren ocasió, perquè és clar, quan hi havia els tancs al carrer l'amic Companys no tertuliejava sobre nacionalisme amb el Caudillo, sinó tot al contrari. Més franquesa, amics Boadella, Espada i De Azúa, refotut Félix, que treies els ulls de les conques, allà a l'Antic Forn, mentre ens deies, a mi i a l'Alfons Martí, llavors escriptor inèdit, ara reconegut i respectat, que la humanitat havia de tornar als sacrificis humans i al canibalisme per recuperar la virilitat de la massa que com a bon fill de franquista sabies criminal i espanyola. Ai, dimoniet Boadella, com ens coneixem, jo que tanta propaganda t'he fet, Déu i el poble em perdonin, que per no tenir nassos de matar els militars que et perseguien et converteixes en un d'ells, com jo ho vaig fer una bona temporada quan us servia de mascota i, en lloc de vomitar sobre la Guàrdia Civil, vaig preferir menjar-me el fibló de la tortura i optar per preses més fàcils, com el catalanisme, abans de pensar, com ara, que algun dia m'esperarà la sagrada hora de la venjança. I, com no, benvolgut Espada, comisario Espada, fill de porter, el típic repel·lent espieta que en una Catalunya sana ens faria de comissari a Via Laietana, a la Brigada Social, és clar, i ens pegaria i ens estudiaria com el taxidermista col·lecciona les papallones mortes o els caps dels enemics caiguts.
Ja vau elegir bé, reputes, el Taxidermista! Voleu que els catalans, si encara en queden, se suïcidin en grup o abracin la fe espanyola. Perfecte. Però jo us demano coherència. Haver-ho dit durant la Segona República i haver-vos exposat que gent com jo, gent millor que jo, perdó, us fotéssim el tret de gràcia abans que vosaltres, sense collons de disparar, deleguéssiu en la xusma les ordres d'assassinar-nos. No delegueu més ni doneu lliçons de democràcia i de respecte. No exigiu els que els vostres mentors ens van negar. Digueu-ho clar, amics d'afables converses i visions magistrals, ens voleu exterminar, ara que sabeu, a més, que som pocs, covards i febles i que tothom us escolta amb temor reverencial. Doncs nosaltres també volem exterminar-vos. Que carai. Divertim-nos fins a morir que la guerra, a cara descoberta, potser ja ha començat.
Els meus bons amics Espada, De Azúa o Boadella ja ho saben perquè ja els ho hem explicat quan fèiem pinya en fòrums babèlics: el feixisme també neix a Catalunya, el nostre catolicisme, tenyit de fals progressisme, odiava la religió republicana catalana i van trobar amb Franco l'excusa ideal per sotmetre el país a una purga expiatòria de la qual en sortiríem nets de culpa, robotitzats i idiotes, servils i mal·leables. Però els romàntics de la Falange esperaven força més i jo els entenc: que el català es parlés flojito i en la intimitat, que els catalans s'entreguessin, feliços, a la nova Espanya i que la qüestió catalana, aquesta nosa perpètua, desaparegués un cop liquidats, físicament també, els seus usuaris, com per exemple els intel·lectuals catalanistes. Ara exigeixen que se'ls escolti i se'ls obrin les tribunes públiques. Però jo, al contrari, penso que hem de respectar el seu esperit romàntic.
Boicotejem-los, marquem-los a foc roent, fem-los la vida impossible perquè sofreixin en carn pròpia allò que ells van donar-nos quan realment manaven. I pelaven. Donem-los la intolerància que ells van repartir quan en tingueren ocasió, perquè és clar, quan hi havia els tancs al carrer l'amic Companys no tertuliejava sobre nacionalisme amb el Caudillo, sinó tot al contrari. Més franquesa, amics Boadella, Espada i De Azúa, refotut Félix, que treies els ulls de les conques, allà a l'Antic Forn, mentre ens deies, a mi i a l'Alfons Martí, llavors escriptor inèdit, ara reconegut i respectat, que la humanitat havia de tornar als sacrificis humans i al canibalisme per recuperar la virilitat de la massa que com a bon fill de franquista sabies criminal i espanyola. Ai, dimoniet Boadella, com ens coneixem, jo que tanta propaganda t'he fet, Déu i el poble em perdonin, que per no tenir nassos de matar els militars que et perseguien et converteixes en un d'ells, com jo ho vaig fer una bona temporada quan us servia de mascota i, en lloc de vomitar sobre la Guàrdia Civil, vaig preferir menjar-me el fibló de la tortura i optar per preses més fàcils, com el catalanisme, abans de pensar, com ara, que algun dia m'esperarà la sagrada hora de la venjança. I, com no, benvolgut Espada, comisario Espada, fill de porter, el típic repel·lent espieta que en una Catalunya sana ens faria de comissari a Via Laietana, a la Brigada Social, és clar, i ens pegaria i ens estudiaria com el taxidermista col·lecciona les papallones mortes o els caps dels enemics caiguts.
Ja vau elegir bé, reputes, el Taxidermista! Voleu que els catalans, si encara en queden, se suïcidin en grup o abracin la fe espanyola. Perfecte. Però jo us demano coherència. Haver-ho dit durant la Segona República i haver-vos exposat que gent com jo, gent millor que jo, perdó, us fotéssim el tret de gràcia abans que vosaltres, sense collons de disparar, deleguéssiu en la xusma les ordres d'assassinar-nos. No delegueu més ni doneu lliçons de democràcia i de respecte. No exigiu els que els vostres mentors ens van negar. Digueu-ho clar, amics d'afables converses i visions magistrals, ens voleu exterminar, ara que sabeu, a més, que som pocs, covards i febles i que tothom us escolta amb temor reverencial. Doncs nosaltres també volem exterminar-vos. Que carai. Divertim-nos fins a morir que la guerra, a cara descoberta, potser ja ha començat.
Oriol Malló. Periodista i escriptor
Traducción al castellano
Falangistas taxidermistas
Tantos artículos estériles y todavía nadie los ha comprendido: los intelectuales "antinacionalistas" son soñadores, quijotes del ideal. Ellos sueñan y Boadella clava el clavo: ojalá los tanques pudiesen entrar de nuevo a Barcelona y liberarla de los pecados masónicos que la llevaron por la falsa ruta. Se dicen republicanos pero yo creo que se merecen un blasón de honor. Son la nueva falange. Antes la Ballena Alegre, ahora el Taxidermista. Son valientes, decididos, hombres sin miedo. Pero no totalmente. Falta catarsis. Falta hablar claro y español. Los catalanes no saben lo que quieren. No son, en el mejor de los casos, buenos españoles. Fusilaron tanto como pudieron, enviaron a miles al exilio y condenaron al silencio a la gran mayoría. Pero son malnacidos. No lloran de agradecimiento por el hecho que la Falange les permitiera sobrevivir un rato. Los falangistas, gente culta, intelectuales puros, sólo querían que fuésemos buenos españoles, católicos, ultramodernos, viriles, pero éramos sucios, republicanos, herejes y queríamos dividir y no unir, que esto es España; una unidad mística forjada sobre el linchamiento y el genocidio o, para ser más finos, una hermandad a base de hogueras purificadoras. Quien no lo comprenda debe morir y los falangistas querían que los catalanes nos apuntáramos sinceramente al carro de la victoria.
Mis buenos amigos Espada, De Azúa o Boadella ya lo saben porque ya se lo hemos explicado cuando hacían piña en fórums babélicos: el fascismo también nace en Cataluña, nuestro catolicismo, teñido de falso progresismo, odiaba la religión republicana catalana y encontró con Franco la excusa ideal para someter el país a una purga expiatoria de la cual salían limpios de culpa, robotizados e idiotas, serviles y maleables. Pero los románticos de la Falange esperaban mucho más, y yo los entiendo: que el catalán se hablara flojito y en la intimidad, que los catalanes se entregaran, felices, a la nueva España y que la cuestión catalana, esta molestia perpetua, desapareciera una vez liquidados, físicamente también, sus usuarios, como por ejemplo los intelectuales catalanistas. Ahora exigen que se les escuche y se les abran las tribunas públicas. Pero yo, al contrario, pienso que debemos respetar su espíritu romántico.
Boicoteémoslos, marquémosles a fuego ardiente, hagámosles la vida imposible para que sufran en campo propio aquello que ellos dieron cuando mandaban realmente. Y pelaban. Démosles la intolerancia que ellos repartieron cuando tuvieron ocasión, porque está claro, cuando habían los tanques en la calle el amigo Companys no tertulieaba con el Caudillo, sino todo lo contrario. Más franqueza, amigos Boadella, Espada y De Azúa, jodido Félix, que sacabas los ojos de las cuencas, allá en el Antic Forn, mientras nos decías, a mí y a Alfons Martí, entonces escritor inédito, hoy reconocido y respetado, que la humanidad tenía que volver a los sacrificios humanos y al canibalismo para recuperar la virilidad de la masa que como buen hijo de franquista sabías criminal y española. Ay, diablillo Boadella, cómo nos conocemos, yo que tanta propaganda te he hecho, Dios y el pueblo me perdonen, que por no tener narices de matar a los militares que te perseguían te conviertes en uno de ellos, como yo lo hice cuando os servía de mascota una buena temporada y, en lugar de vomitar sobre la Guardia Civil, preferí comerme el aguijón de la tortura y optar por presas más fáciles, como el catalanismo, antes de pensar, como ahora, que algún día me esperaba la sagrada hora de la venganza. Y, cómo no, apreciado Espada, comisario Espada, hijo de portera, el típico repelente espía que en una Cataluña sana nos haría de comisario en Vía Laietana, en la Brigada Social, claro está, y nos pegaría y nos estudiaría como el taxidermista colecciona las mariposas muertas o las cabezas de los enemigos caídos.
Ya elegisteis bien, reputas, el Taxidermista! Queréis que los catalanes, si todavía quedan, se suiciden en grupo o abracen la fe española. Perfecto. Pero yo os pido coherencia. Haberlo dicho durante la Segunda República y haberos expuesto a que gente como yo, gente mejor que yo, perdón, os metieran el tiro de gracia antes que vosotros, sin cojones para disparar, delegaseis en la chusma las órdenes de asesinarnos. No deleguéis más ni deis lecciones de democracia y respeto. No exijáis lo que nuestros mentores nos negaron. Decidlo claro, amigos de afables conversaciones y visiones magistrales, nos queréis exterminar, ahora que sabéis, además, que somos pocos, cobardes y frágiles, y que todos os escuchan con temor reverencial. Pues nosotros también queremos exterminaros. Qué caray. Divirtámonos hasta morir que la guerra, a cara descubierta, tal vez ya ha empezado.
http://www.tv3.cat/videos/972089/Aturem-la-Guerra-respon-a-Pilar-Rahola
ResponderEliminarhttp://elproblemadeorwell.wordpress.com/2009/01/18/rahola-o-el-colmo-de-la-hipocresia-mediatica/
ResponderEliminarhttp://vimeo.com/2820400
ResponderEliminar