viernes, abril 29, 2011

La gran prensa comienza a reconocer el holocausto alemán



LA POSGUERRA INCONFESABLE

La verdad va saliendo a la luz

http://www.adecaf.com/geno/dresde/dresde/postguerra%20inconfesable.pdf

http://www.adecaf.com/geno/dresde/dresde/La%20hora%20terrible%20de%20los%20vencidos.pdf

Poco a poco, las investigaciones historiográficas que hasta ahora sólo eran conocidas por especialistas o por personas interesadas en el tema como las que visitan esta bitácora, empiezan a llegar al gran público a través de la prensa escrita. Un ejemplo es el artículo "La posguerra inconfesable", publicado por La Vanguardia el 17 de abril de 2011 y en el que se reconoce un total de tres millones de víctimas alemanas entre militares prisioneros  y civiles durante la posguerra, es decir, vencida ya Alemania. Evidentemente, se trata de cifras muy rebajadas, que contrastan con las que hemos calculado nosotros, con un mínimo de 6 millones de víctimas; la de 3 millones es insostenible, basta con hacer el siguiente cómputo a la baja:


  • Bombardeos crematorios contra civiles.........1.100.000
  • Limpieza étnica provincias del Este...............2.500.000 
  • Limpieza étnica germanohablantes................1.000.000
  • Prisioneros de guerra.......................................2.000.000
  • Muerte tras violación..........................................200.000
  • Hambruna planificada (p. Morgenthau)........2.000.000
  • Campos para civiles.............................................100.000
  • TOTAL.............................................................8.900.000


Estamos ante el mayor genocidio de la historia y, desde luego, la prensa tardará muchos años, incluso décadas, en ajustar los cómputos de victimización, que pueden llegar hasta los 13 millones. El global varía sobre todo en función de cómo se calculen el número de afectados por las hambrunas que organizara el banquero Henry Morgenthau. No tenemos otro modo de determinar la gravedad de un genocidio que sumando muertos. Otra cosa sería fijar víctimas de primera y segunda clase, como pretenden los racistas de la extrema derecha judía.

Jaume Farrerons
La Marca Hispànica

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