lunes, octubre 22, 2012

Milton Friedman y la ideología oligárquica (3)

John Maynard Keynes: "Todo el mundo sería un hedonista si pudiera. (...) Nuestros objetivos fundamentales en la vida eran sobre todo... el amor".
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Estamos siguiendo una vía indirecta hacia la comprensión política del neoliberalismo, fenómeno que poco tiene que ver con las cadenas de ecuaciones matemáticas de la obra académica de Milton Friedman. Primero hemos identificado aquella doctrina económica que, durante mucho tiempo, fue considerada la "negación" del ideario neoliberal, a saber, el keynesianismo. Pudimos comprobar también, empero, con estupefacción, que el "keynesianismo" no fue más que la forma "políticamente correcta" de designar y adaptar a los valores de las sociedades hedonistas europeas de posguerra un modelo socio-económico cuyo origen habría que rastrear en dos direcciones: 1/ la Alemania imperial bismarkiana; 2/ los fascismos o "socialismos nacionales" derrotados por la alianza liberal-comunista.
 
Dicho modelo suele denominarse pudorosamente "economía mixta" y, en el caso alemán, fue erigido por el nacionalsocialismo como baluarte para evitar el "contagio" europeo de la revolución bolchevique, con toda la barbarie que ésta implicaba y que a la sazón, estando ya perfectamente documentada antes del ascenso al poder de Adolf Hitler, provocó la justificada alarma de viejas naciones cultas como Alemania. Para los fascistas se trataba así de impulsar una sinergia entre los aspectos positivos del mercado, el patriotismo y el socialismo, con medidas correctoras y protectoras en favor de los trabajadores, todo ello bajo un Estado autoritario que frenase, mediante el uso de la fuerza si necesario fuere, el avance del comunismo y en defensa de la "civilización occidental". Desde luego, la opinión que los "liberales" tenían del fascismo en los años veinte y treinta en nada se parece a lo que nos cuentan ahora los neoliberales del cheque escolar. Veamos, por ejemplo, cómo describe Ludwig von Mises (el primer doctrinario histórico de lo que medio siglo después será el neoliberalismo) a los futuros aliados de EEUU e Inglaterra, los revolucionarios comunistas: 
Estas últimas concesiones al liberalismo desaparecieron cuando, concluido ya el gran conflicto, accedieron al poder los socialdemócratas marxistas, convencidos como estaban de que la era liberal-capitalista había concluido para siempre. La tercera internacional justifica cualesquiera medios que puedan, en su opinión, contribuir a la consecución de los fines perseguidos. Quien no comulgue íntegramente con la línea del partido, merece la muerte; amenaza que, desde luego, no deja hacerse efectiva, sin respetar ni edad ni sexo, en aquellas zonas donde los marxistas puedan libremente operar. / Esta mentalidad de aniquilar al disidente, recurriendo incluso al asesinato, ha dado lugar al nacimiento de amplios movimientos de oposición. Se les han abierto, de pronto, los ojos a los detractores antimarxistas del liberalismo. Porque éstos, hasta hace poco, admitían que, incluso en la pugna política, por agria que ésta fuera y por odioso que el contrario resultara, existían ciertas reglas que no podían ser transgredidas; nadie, por ejemplo, podía nunca recurrir al homicidio para imponer sus propias ideas. Por eso, mal que bien, respetaban los medios de expresión, escritos y orales, de la oposición. Pero, de pronto, advirtieron, sobresaltados, que habían surgido unas gentes que hacían mofa de todo lo anterior, hallándose dispuestas a emplear cualesquiera artes para triunfar (Mises, L., Liberalismo, Barcelona, 1994, pp. 68-69, original alemán Liberalismus, del año 1927).
 
¿Quiénes eran estos antimarxistas detractores del liberalismo a los cuales, de repente, se les habrían "abierto los ojos"? Pues precisamente, según Mises, los fascistas:
La idea fundamental de los aludidos movimientos, que cabe designar en términos generales como fascistas, de acuerdo con el nombre del correspondiente partido italiano, el mayor y más disciplinado, supone recurrir, en la lucha contra el socialismo, a los métodos despiadados y sin escrúpulos que él mismo emplea (Mises, L., op. cit., ibidem).
Y añade:
Los recientes desmanes y asesinatos de los soviets han hecho que alemanes e italianos olvidaran los tradicionales frenos de la justicia y la moralidad, lanzándose por el camino del sangriento contraataque. Los actos de los fascistas son reacciones reflejas, provocadas por la indignación que lo efectuado por los marxistas en todas partes desatara. Pasado el inicial momento de iracundia, sin embargo, el fascio ha ido moderándose, lo que seguramente se acentuará con el paso del tiempo (Misses, L., op cit., p. 70).
Los liberales apoyan de alguna manera a los fascistas, ¿por qué? Mises lo explica en 1927, pero, por ejemplo, "Intereconomía" nunca se atrevería a recordar fragmentos como los citados o el siguiente:
Hay quienes apoyan a los fascistas, pese a su programa intervencionista, por cuanto piensan que se detendrán a medio camino, sin alcanzar nunca los extremos destruccionistas, carentes de sentido, de los archienemigos de la civilizacíón, los comunistas (ibidem).
 
Ludwig von Mises: "Los actos de los fascistas
son reacciones reflejas, provocadas
por la indignación".
Desde luego, Mises ofrece una visión muy idealizada de los liberales, a los que presenta como caballeros respetuosos de la ley a pesar de las atrocidades que ya habían perpetrado mucho antes de que el comunismo existiera, pero lo cierto es que la barbarie comunista legitimó en su momento una contra violencia fascista y el temor al ocaso de la civilizacíón que el régimen de Moscú representaba por su mera forma de proceder menos que por sus ideas. No obstante, los países occidentales, liberales de pro, terminaron aliándose con la URSS contra Alemania. ¿Por qué? La excusa no puede consistir aquí en relatar una vez más "los crímenes cometidos a la postre por los fascistas", siendo así que, cuando se celebra esa alianza entre Occidente y "los archienemigos de la civilización" (1941), los bolcheviques ya cuentan en su haber con 13 millones de víctimas, mientras que el holocausto, incluso en la versión oficial, ni siquiera ha empezado (!sólo comenzará a finales de 1942 y una vez iniciada la campaña inglesa de bombardeos incendiarios contra los civiles alemanes!). El verdadero factor explicativo es quizá "económico": el fascismo ha sorprendido a los liberales, quienes pensaron que no estaban ante un régimen socialista "de verdad" y que los fascistas "se detendrían" antes de llevar "hasta sus últimas consecuencias" el modelo de economía mixta. El proyecto "socialista nacional" -comprendiéronlo ahora de pronto los banqueros-, no contemplaba una dictadura transitoria, pantomima pseudo patriótica que evitara a los ricos la ignominia de tener que beber hasta las heces el amargo caliz de la colectivización comunista: en las entrañas del fascismo anidaba un "sistema socialista propio", con posibilidades de viabilidad económica y social, tan peligroso o más que el marxista-leninista, pues no se basaba en la barbarie revolucionaria (las revoluciones fascistas escasa sangre derramaron, y Hitler llegó al poder democráticamente), sino en un principio prusiano, alternativo al inglés, de civilización europea, donde lo social y lo nacional subordinaban el imperativo económico del beneficio a los intereses superiores de la política y de la cultura. En consecuencia, el fascismo debía ser exterminado. En 1941 se filtró en un libro titulado Germany must perish el tipo motivaciones genocidas de la guerra occidental contra Alemania. Fue el conocimiento de ese plan por parte de las autoridades alemanas el que generó las condiciones del holocausto. Pero después de la Segunda Guerra Mundial, los vencedores se cuidaron muy mucho de aplicar un programa neoliberal y de desmantelar las economías mixtas ideadas por los fascistas. Salvaron el esqueleto de la estructura y lo rellenaron de pautas de conducta (consumo) basadas en criterios hedonistas, con los que, sin embargo, no podría funcionar a la larga; forjaron en fin un "Estado social y democrático de derecho" perecedero con la doble misión de desacreditar al comunismo y de impedir que el fascismo volviera a resurgir. Es este montaje, el pseudo socialismo consumista de mercado, el que recibió el nombre de keynesianismo, cuya clave está en los "valores de bienestar" pero que, respecto a este punto, se coloca en las antípodas del fascismo. Para documentar la importancia de los valores en el keynesianismo recomendamos la lectura del artículo de Robert Skidelsky "La rebelión contra los victorianos":
El intento de basar la revolución keynesiana en una nueva toma de conciencia puede, pero no debería, chocar al economista profesional. Cada sistema económico depende de una apropiada disposición psíquica o "ética". (...) Los ataques al ahorro, que aparecen en los escritos económicos de Keynes, desde mi punto de vista pueden ser rastreados hasta su nueva ética personal. La aceptación política y social de la revolución keynesiana puede, a su vez, rastrerase hasta una conciencia social modificada, cuya base material fue provista por el comienzo de una economía de consumo masivo a finales del siglo XIX (Skidelsky, R., El fin de la era keynesiana, Barcelona, Laia, 1977, pp. 20, 21).
El cambio subjetivo de valores burgués que va a convertirse en modelo para las posteriores "sociedades de consumo" tiene su expresión en palabras del propio Keynes citadas por Skidelsky:
"Nuestros objetivos fundamentales en la vida eran el amor, la creación y el disfrute de la experiencia estética y la búsqueda del conocimiento. Entre ellos, el amor era con mucho el principal" (in op. cit., p. 25).
Desde luego, cuando la mutación burguesa de valores llegue a las capas inferiores de la escala social, los resultados no serán tan refinados. Puede describirse esta evolución como la consecuencia de la crisis de las doctrinas religiosas entre la propia burguesía (op. cit., p. 22) y como la evolución de un eudemonismo de la felicidad, basado en la creencia en la salvación del alma, a un "materialismo" del placer inmediato que niega el ahorro. En efecto, el ahorro, para los puritanos victorianos, equivalía a una renuncia al placer. El éxito económico se convertía en un signo divino de la propia elección. Pero la bancarrota de esta fe entendida así como "pacto comercial entre Dios y el creyente", tiene consecuencias materialistas cuando esa creencia se desmorona y una de las "partes" del contrato no puede "cumplir" sus obligaciones soteriológicas. Es famosa la frase de Keynes: "A largo plazo, todos muertos" (op. cit., p. 24). Pero, aunque Skidelsky no lo dice, encuentra su equivalente en las mismísimas Sagradas Escrituras: "Si los muertos no resucitan comamos y bebamos que mañana moriremos" (Primera Carta a los Corintios, 15, 32). En suma, a pesar de su aparente ascetismo, en el puritanismo, que es lo más próximo en occidente al judaísmo, se encontraban enquistados los gérmenes del hedonismo:
El objetivo de la autodisciplina, en el sistema puritano, era destruir la alegría espontánea de vivir y así librar tiempo y energía para el serio negocio de amontonar  dinero y éxitos para mayor gloria de Dios y la seguridad del alma inmortal de cada uno (Skidelsky, R., op. cit., p. 24).
 
El puritanismo remonta sus orígenes al calvinismo y se encuentra en la base del programa neoliberal, el cual no es sólo un programa económico, sino ante todo un intento de restablecer las condiciones religiosas que hacen posible el ahorro (interpretando de alguna manera las tesis del sociólogo conservador Daniel Bell, véase foto a la izquierda). Para los orígenes puritanos del calvinismo, Skidelsky es claro: allí donde el keynesianismo muestra su disposición psicológica y ética hedonista de base, la más clara forma de vinculación entre economía, psicología y valores la ilustró Max Weber con sus estudios sobre las raíces religiosas del capitalismo moderno:
La más famosa asociación de esta clase es la establecida entre protestantismo y capitalismo. Max Weber argumentó que la intensa ansiedad creada por la doctrina calvinista de la predestinación produjo una ética de "ascetismo mundano" favorable al capitalismo, en particular, la idea de una vida dirigida hacia una meta, en la que un programa de proyectos a desarrollar se liga sistemáticamente a recursos limitados de tiempo y energía, fue esencial para el desarrollo de la racionalidad capitalista. Por tanto es difícilmente sorprendente que el cambio de prioridades económicas implicadas en a revolución keynesiana hubiera tenido su origen en un cambio de "ética" (Skidelsky, R., op. cit., p. 20).
En su famosísimo estudio del año 1976 The Cultural Contradictions of Capitalism, Daniel Bell analiza la contradicción central entre "sociedad de producción" y "sociedad de consumo" en el seno del capitalismo o, dicho en otros términos, el cortocircuito de keynesianismo y puritanismo. La sociedad de producción y, por ende, el capitalismo, no pueden perpetuarse por mucho tiempo asentadas en una base psicológica y ética hedonista. Una consecuencia que se puede extraer del análisis de Bell es la de un programa de desmantelamiento de la sociedad de consumo. Pero, y hete aquí lo más importante, esta doctrina comporta, según como se lea, "recuperar" los fundamentos religiosos del sistema capitalista, es decir, la actitud ética que hace posible el ahorro y, por ende, la constante reinversión del capitalEl proyecto neoliberal genera una agenda política neoconservadora ligada a un fundamentalismo que ya no es calvinista, sino explícitamente judío, es decir, cristiano-sionista. Y aquello que se desmorona no es tanto el consumismo en sí, cuanto la economía mixta de protección social que ha permitido el acceso al consumo de amplias capas de la población. En su lugar, aparece la sociedad oligárquica del siglo XXI, polarizada entre una "élite" hiperminoritaria ("pueblo elegido cristiano sionista") y una masa amorfa semiesclava ("gentiles fascistas"), sociedad que deberá consumir si produce en gran escala, ciertamente, pero no ya bienes de carácter hedonista para una mayoría de los ciudadanos, sino al servicio de "lo religioso puritano-judío", en una suerte de faraonismo mesiánico de guerras santas ligado a la construcción estadounidense del Eretz Israel.

Excurso sobre el fascismo

El único elemento importante en que la socialdemocracia superaba a las economías mixtas del Eje era la democracia, incluso en su dudosa versión liberal, frente a dictaduras carismáticas cuya continuidad, como sistema político, era por definición imposible, al depender de la azarosa aparición de líderes y personalidades de características únicas. El pacifismo socialdemócrata, en cambio, era sólo una consecuencia de su hedonismo. En el caso específico del nacionalsocialismo (no del fascismo en general), el racismo constituye un handicap tan importante que a la postre resultará determinante en la derrota alemana en el frente del Este y, por ende, en el resultado de la Segunda Guerra Mundial. 
 
Después de la Segunda Guerra Mundial, las finalidades de los regímenes liberal-democráticos a la hora de promover en Europa occidental el keynesianismo, es decir, una economía mixta, no fueron, pues, del todo distintas a las de los fascistas, a saber, evitar que todo el continente cayera en manos de Moscú, pero los principios axiológicos y éticos que guiaron esa combinación de mercado y protección social desde el año 1945 eran de tipo hedonista, no heroico-patriótico, de manera que la sociedad de consumo surgida bajo los auspicios del antifacismo estaba condenada a la quiebra. En efecto, la "protección social", en un contexto axiológico consumista del "bienestar", degenera en parasitismo como consecuencia de la propia lógica del marco cultural, del que referentes públicos de la sociedad como los políticos corruptos son los primeros responsables. El Estado social deviene un lastre insoportable por la sobrecarga de demandas amparadas en un anhelo pasivo de felicidad que las autoridades deben supuestamente satisfacer. !Los propios "representantes del pueblo" dan ejemplo! Las políticas keynesianas de estímulo de la demanda no pueden a la postre impedir el colapso fiscal del sistema. A esto se añade, a partir del año 1989, el hecho de que el comunismo ha dejado de representar una seria amenaza para occidente.
 
"Mi socialismo es distinto del marxismo. (...)
 Os pido que llevéis con vosotros la convicción de que el socialismo,
tal cual lo comprendemos, aspira,
no a la felicidad de los individuos,
sino a la grandeza y al porvenir de la nación toda. Es un socialismo heroico.
Es el ligamen de una fraternidad de armas
que no enriquece a nadie y todo lo pone en común."

Las intenciones de los gobernantes y de las élites burguesas capitalistas no eran precisamente humanitarias cuando gestionaron el keynesianismo, como no lo fueron tampoco las de los regímenes fascistas. Una vez concluida su función de escaparate consumista frente al Telón de Acero, los democráticos estados del bienestar europeos estaban destinados al desmantelamiento. Los actuales acontecimientos que se viven en Europa señalan el final de un proceso para el que los propios europeos hemos estado ciegos. Y los indignados que protestan por los recortes, no pueden imaginarse que ni tan siquiera con la mejor de las voluntades, el tipo de sociedad que ellos añoran no volverá jamás porque es contradictoria en sus mismos fundamentos. Además, han logrado convencerles, gracias a impostores como Stéphane Hessel, que los "recortes" de las garantías de protección laboral o sanitaria y otras conquistas sociales son culpa de los fascistas, como si Wall Street no fuera, más bien, un ícono del antifascismo. ¿El fascismo vuelve? No, al contrario, estamos transitando hacia la fase terminal de un proyecto de erradicación del "fascismo" que en la actualidad empieza a mostrar su verdadera faz incluso ante los más lerdos. Primero se derrotó al fascismo militar (1945) y políticamente (juicio-farsa de Nüremberg); luego se procedió a su erradicación axiológica (1945-1989) con el fomento consciente de "valores antiheroicos" (Marcuse) y el consumismo (que incluye el consumo de drogas y perversiones sexuales como la pederastia), finalmente se van a liquidar las postreras ruinas del Tercer Reich, a saber: las economías mixtas, el Estado social proteccionista e intervencionista (1989-2013). Habrá que añadir, como cláusula secreta del protocolo antifascista, la desaparición (2013-2050), por sustitución étnica (inmigración), de los contigentes demográficos -las etnias europeas en tanto que puro sustrato biológico- que sirvieron en su día a "la causa del Anticristo" (Walter Benjamin). Como lerdos que son, y al parecer han sido siempre (de otra manera no nos explicamos tanta estupidez), a los actuales indignados se les ha hecho creer que sus males proceden de... Adolf Hitler -el mayor enemigo histórico de la oligarquía financiera-; de que, en una palabra, los "señores de la tijera" son nazis de las SS disfrazados de tecnócratas económicos de Chicago. !Oponerse a quienes hoy criticamos los preceptos de "libre circulación de la mano de obra" (=inmigración masiva), pilar central de la globalización neoliberal, es decir, a los "fascistas" (y somos los únicos en atrevernos a expresar públicamente esta crítica), va a devolverles el trabajo y la vivienda -o eso promete Hessel- a las familias en paro que la alta finanza sionista está arrojando cada día a la intemperie! !Y los indignado-lobotomizados, producto tardío de la aculturación axiológica de Europa (segunda fase del proyecto antifascista) se lo creen a pies juntillas!
 
En un determinado momento de la historia comienza a adquirir preponderancia el neoliberalismo, frente al keynesianismo, en cuanto doctrina económica. Es el inicio del asalto al poder de la alta finanza que ya pronosticara Hitler si Alemania perdía la guerra, como hemos señalado en el post anterior.

No entraremos aquí en otros aspectos del nacionalsocialismo susceptibles de crítica o franca reprobación (!de ello ya se encargan demasiados especialistas en el tema!), sino que nos limitaremos a constatar el acierto de ciertas predicciones y enfoques "nazis" en materia de "mammonismo", los cuales el tiempo no ha hecho más que confirmar ad nauseam. Con todo, conviene señalar que dichos elementos de crítica al fascismo caminan en dos direcciones: 1/ los valores trágico-heroicos del fascismo tenían una expresión  básicamente militarista, circunstancia que condujo a una suerte de expansionismo compulsivo crónico en que la industria de fabricación de armas y la retórica del régimen quedaban encadenados a la misma rueda del destino; 2/ los fascismos eran dictaduras, pero la historia griega acredita que la tragedia, el héroe trágico, el pensamiento racional y la democracia son hijos de una mima matriz cultural. La Izquierda Nacional de los Trabajadores (INTRA) fundada por Jaume Farrerons, no es, en este sentido, un proyecto fascista, sino nacional-revolucionario (NR) o "socialista nacional" que combina nacionalismodemocracia, economía mixta y unos valores trágico-heroicos expresados en la cultura y la ciencia, no en la guerra. Nunca se ha dado históricamente, hasta el momento, esta forma de gobierno, que fundamentalmente se resume en un Estado social y nacional democrático basado en el valor verdad ("la verdad en sí misma y por sí misma") y ajeno tanto al consumismo cuanto al militarismo expansionista. Como antecedentes teóricos y políticos de nuestra izquierda nacional tenemos a los nacional-revolucionarios de izquierdas prefascistas (Sorel) y al primer fascismo hasta el programa de 13 de mayo de 1919, que era pacifista, democrático e incluso "feminista" (igualdad de voto para la mujer) en una época en que la mitad de la nación carecía de derechos políticos bajo la Tercera República francesa o en la famosa isla de Su Majestad.
 
Gottfried Feder, economista
nacionalsocialista
autor de un Manifiesto contra la usura
A finales de los setenta, con la crisis del petróleo, se produce el giro ideológico que pondrá fin a las "economías mixtas", pero Europa todavía no se entera de lo que se le viene encima. Los primeros experimentos neoliberales realízanse en el Cono Sur y tienen como víctimas a prósperas economías proteccionistas que, no obstante, atentaban contra el dogma capitalista del librecambio. Habitualmente, las dictaduras sudamericanas son consideradas ejemplos postfascistas de fascismo, cuando en realidad combatieron y erradicaron a movimientos como el peronismo, de ideología nacional-revolucionaria, en provecho de los intereses de Washington y Tel Aviv. La ortodoxia económica aplicada en esos países-víctima fue la diseñada por Milton Friedman. La ola de aquello que empezó en Iberoamérica a finales de los setenta, alcanza ahora las costas de Europa ante la perplejidad de unos tontos del haba que creían en el "amor" pero dejaban morir de hambre a millones de personas del Tercer Mundo mientras ellos disfrutaban de su cochecito utilitario y sus vacaciones pagadas. Los avisos han sido, empero, muchos y el proceso, lento, se ha aplicado a los Estados europeos con suma cautela precisamente por ser dichos países las patrias del fascismo y de las economías mixtas. Europa se enorgullecía neciamente de su "modelo social" frente a EEUU ignorando la realidad de que ese modelo no era más que lo poco que quedaba del fascismo y una fase ya casi perimida en un vasto programa de implantación de la oligarquía financiera sionista a escala mundial. Quienes tenemos cierta edad podemos todavía recordar el pasmo que nos produjo en los años setenta y ochenta el tipo de argumentación con que se justificó la abolición de la legislación laboral franquista, a saber, que era demasiado protectora del trabajador. !Y decíase esto en los inicios de la "democracia"! ¿Pero no hablaban ya entonces claro quienes ahora nos conducen al matadero social?
 
La historia del neoliberalismo es la historia de un retroceso de los derechos sociales de "la gente" (=los gentiles) a manos de quienes pretenden representar los valores del humanismo, los derechos humanos y el lloriqueo por "Auschwitz". Europa, desde los años ochenta, comienza a ser víctima de dos fenómenos paralelos: 1/ la llegada masiva de inmigrantes extra-europeos que presionan a la baja el valor del trabajo y gracias a los cuales los empresarios pueden practicar el más descarado dumping en perjuicio de los trabajadores autóctonos; 2/ los recortes en la protección social que había justificado, en su día, frente al comunismo, la existencia de un "capitalismo con rostro humano". A partir de este momento, el rostro del capitalismo volverá a ser inhumano, y la retórica humanitaria del mismo añadirá sólo una nota de crueldad y de cinismo al tipo de sociedad, basada en el poder de los ricos que, en nombre de la "democracia" y, no lo olvidemos, del antifascismo, vuelve ahora su guadaña contra nosotros. Contra los trabajadores de la nación.
 
Continuará en una entrada que se enlazará aquí en su momento:
 

39 comentarios:

Frel dijo...

Es cierto que Keynes nunca fue un economista partidario del intervencionismo del eatado en la economía y el mercado, por mucho que algunos quieran pintarlo de esta forma, como bien indica el texto era partidario de un capitalismo con rostro humano, más social, pero nada más. Pienso que lo más sobresaliente que hizo en su carrera como economista fue negarse a firmar el nefasto tratado de Versalles y abandonar la comisión de dicho tratado, en este sentido Keynes fue tanjante y aquí realmente sí demostró ser humano, quien haya leído su obra: "Las consecuencias económicas de la paz" lo sabe.
Buen texto, claro y conciso, escrito con lógica y con conocimiento sobre el tema.



Buen texto, claro y conciso, coincido con su redactado.

Anónimo dijo...

Buenas,

Este artículo me parece brillante. Hace un tiempo que llevo leyendo los articulos que en este blog se presentan.

Juan Antonio, filósofo
saludos

ENSPO dijo...

Dentro del campo burgués, Keynes fue uno de los pocos que tuvo la lucidez y la honradez de reconocer que el Tratado de Versalles era un abuso. Por lo demás, Keynes se limitó a trabajar a favor de un sistema que ha utilizado su doctrina para perpetuarse y llegar al punto en que estamos ahora.

Saludos Frel y José Antonio, nos alegramos de vuestro interés y participación.

Anónimo dijo...

En esto de la apreciación histórica siempre se dan las versiones más opuestas imaginables (casi todas interesadas). Por ejemplo Ernst Nolte que dice que justo antes de la invasión alemana a Polonia, motivada ésta por el afán de "expansionismo vital" que movía al Reich según él, la minoría alemana vivía allí sin ningún problema e incluso eran vistos los alemanes con buenos ojos por los polacos que temían a la revolución bolchevique amenazara a extenderse a su país y así se sentían más cercanos al discurso antibolchevique de Hitler. Pero si lees a Salvador Borrego o a Bochaca se la pasan enumerando atrocidades, vejaciones y abusos de los polacos contra la minoría alemana lo que acabaría provocando la enérgica reacción del Reich para proteger a sus súbditos en país vecino, para ellos la ideología NS se caracteriza por la defensa a ultranza de la soberanía del propio pueblo ante todo y jamás en un obsesivo "expansionismo militar" como el de la URSS. En cambio Nolte parece seguir de alguna forma la corriente de pensamiento típico del antifascista: "La obsesión de Hitler era conquistar el mundo entero por la fuerza"; como Sadam hace poco, vamos... (por lo tanto había que pararles los pies, añado). En teoría el investigador "serio", el verdadero historiador, es Nolte...¿Dónde quedó la cosa?

ENSPO dijo...

Lamentablemente, las cosas no son en blanco y negro, sino que la objetividad fuerza a aceptar muchas gamas de grises. Los planes hitlerianos de extenderse hacia el Este no se pueden negar, forman parte de su ideología política. También su idea racista de esclavizar a los eslavos, un dogma que le costó la guerra en la pugna entre Koch y Rosemberg. La pregunta es: ¿cabe conquistar Ucrania sin pasar por Polonia? Este dato es perfectamente compatible con el hecho de que las minorías alemanas en Polonia fueran maltratadas y que Nolte no haya acertado con el tema. Aceptar la directriz interpretativa general de Nolte no significa aceptar ciegamente TODOS LOS DETALLES DE LA MISMA. Siempre "en general", puede afirmarse que los fascismos concibieron los valores heroicos en términos militares. Fíjate en lo que dice Hiter sobre la "fraternidad de armas". No en vano se fojaron, esas ideologías, en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Pero el heroísmo no tiene que ser necesariamente de tipo militar, es una actitud existencial básica que PUEDE expresarse en ese ámbito y debe hacerlo cuando es necesario que así sea, pero también en la vida cotidiana, en nuestras relaciones con la VERDAD y, por ende , en la ciencia y el pensamiento, en el arte, etc., incluso en las relaciones humanas más básicas, hay heroísmo (lealtad) o no lo hay. El fascismo está limitado en muchos aspectos. De la misma manera que propugnamos un análisis objetivo del fenómeno fascista en lo que concierne a la propaganda antifascista, tenemos el DEBER de criticar del fascismo aquello que consideramos que ha de ser criticado desde una posición fundamental de defensa del valor-VERDAD. No otra es la misión de este blog. Nuestro compromiso político (por razones expuestas en diversos lugares del sitio) es nacional-revolucionario de izquierdas, no neofascista.

Frel dijo...

La historia oficial siempre ha deformado la historia a su manera y lo que le ha convenido, lo de la invasión de Polonia por el Oeste es sabida la versión oficial que nada tiene que ver con lo que ocurrió, por lo menos el enfoque que le dan y lo que ocultan en referencia a lo que otros hicieron. No tiene sentido afirmar que los alemanes invadieron Polonia para conquistar medio mundo, cuando los soviéticos dos semanas después(el 16 de Septiembre de 1939)invadieron también dicho país por el Este atacando a la población civil sin piedad alguna (fueron mucho más violentos que los alemanes) ya que estaba totalmente indefensa por el hecho de que el ejército polaco estaba combatiendo en el Oeste contra los alemanes. La invasión de dicho país por alemanes y soviéticos fue producto como se sabe del pacto de no agresión firmado entre ambas naciones(pacto Molotov-Ribbentrop), con la intención de recuperar los territorios de Polonia que les arrebataron a Alemania y al imperio ruso a raíz del tratado de Versalles, la diferencia es que a los alemanes le declararon la guerra y a los soviéticos no, este es un aspecto histórico que incluso en los libros de la enseñanza oficial siempre se ha ocultado con una intención claramente perversa. Fue una trampa que le tendieron a los alemanes, fue la excusa que utilizaron para declararle la guerra a Alemania.

ENSPO dijo...

Yo no he dicho un plan alemán para la conquista del mundo, sino un plan alemán de expansión hacia el Este. Y la hipocrésía anglo-francesa, mil veces denunciada en este blog, de declararle la guerra a Alemania y no a la URSS, o la evidencia del expansionismo estalinista (invasión de Polonia, Finlandia, Países Bálticos), no cambia el hecho de que los nazis hubieran planeado expandirse hacia el Este y esclavizar a los eslavos. No veo por qué una cosa tenga que excluir a la otra. Nos han vendido una película de aliados buenos y alemanes malos, ¿vamos a buscar la verdad o a invertir simplemente los papeles de la película? Nuestro compromiso es con la verdad.

Frel dijo...

Es interesante el comentario realizado por el segundo anónimo en relación a la actitud de hostilidad del gobierno polaco contra los alemanes que vivían en Polonia, en los territotios que habían pertenecido a Alemania, la historia oficial siempre ha ocultado esta situación omo es obvio, pero lo cierto es que uno de los motivos por los cuales Hitler entró en Polonia fue para socorrer a los alemanes que estaban siendo perseguidos y expulsados de sus tierras e incluso se dieron casos de asesinatos. La versión no oficial, o sea, la silenciada afirma que los gobiernos de Inglaterra y Francia presionaron contínuamente al gobierno polaco para que persiguiera a la población alemana con la idea de provocar a Hitler y que éste enviara las tropas a Polonia para invadirla por el Oeste. A parte de los dos autores que comenta el anónimo en cuestión, hay un libro muy interesante sobre el tema, además documentado con fotografías: "Cómo se gestó la II guerra mundial" de R.v. Wehrt. En dicho libro el autor afirma que Hitler dudó de invadir Polonia hasta el último momento y que lo hizo para socrorrer a la población alemana, la cual no se explicaba como Hitler tardaba tanto en mandar las tropas a Polonia, es de suponer que esta situación al margen de lo pactado con los soviéticos contribuyó a la entrada de las tropas alemanas en Polonia y con ello algunos tener la excusa perfecta para declararle la guerra.

Frel dijo...

El expansionismo de la URRS durante la guerra y el que vino cuando finalizó la misma, extendiendo sus tentáculos por toda la Europa del Este, al igual que los EE.UU. en Europa occidental y las guerras coloniales por gran parte del planeta llevadas a cabo por las dos superpotencias y sus aliados.
Hipócritas a más no poder.

ENSPO dijo...

Si tantas ganas tenían Inglaterra y Francia de atacar a Alemania, ¿cómo se explican el pacto de Münich? Es sabido que el propio Hitler les tenía por unos cobardes que no irían a la guerra si invadía Polonia. Una historia muy distinta es la de Churchill. Hitler quería invadir Polonia y expandirse hacia el Este, ese era su plan, su idea, su vida. Por eso atacó a la URSS incluso cuando no debía haberlo hecho estratégicamente hablando pues caía en la trampa de la guerra en dos frentes. Y para colmo le declaró la guerra a EEUU. No se pueden negar las evidencias.

Anónimo dijo...

Aunque no tenga relación directa con el post, creo conveniente avisar que en Barcelona, el sábado 27, a las 18:30h en Libreria Europa se imparte una conferencia sobre EL HEROE Y EL HEROÍSMO.
La información está en el enlace de MONTALBO en este blog de FILOSOFIA CRÍTICA ó en
http://montalbo.wordpress.com/2012/10/26/conferencia-sobre-el-heroe-y-el-heroismo/
Pido comprensiva generosidad para este anuncio. reo será de interés para muchos lectores de este blog.

Miguel dijo...

Bueno, sobre el tema de la IIª Guerra Mundial y sus diversos pormenores debo reconocer que no estoy muy ducho, pues no soy excesivamente aficionado a los temas bélicos.

Sólo indicaré que según el historiador John Lukacs, la expansión hacia el Este de Europa no ocupaba un lugar tan importante en la mente de Hitler. En su opinión, al lider NS no hay que estudiarlo tanto desde lo escrito en "Mi lucha" (que sería una obra primeriza y poco madura), sino que su pensamiento más desarrollado se encontraría en lo que se suele denominar "El segundo libro de Hitler" (en España se ha editado bajo el título de "Raza y Destino").

Aunque la expansión hacia los países eslavos era uno de los tópicos del nacionalismo alemán ya incluso antes de 1914 (Luddendorf lo mencionó en alguno de sus escritos), según Lukacs, retomar la Drang nach Osten de los caballeros teutónicos no era un punto central en los proyectos hitlerianos.

Aunque repito que no he leído exhaustivamente la bibliografía disponible sobre la conflagración mundial, recomiendo la lectura de estos dos libros de John Lukacs

http://www.casadellibro.com/libro-el-hitler-de-la-historia-juicio-a-los-biografos-de-hitler/9788475065953/905290

http://www.casadellibro.com/libro-junio-de-1941-hitler-y-stalin/9788475067858/1129066

ENSPO dijo...

Esta afirmación de que el ataque el Este no tenía importancia para Hitler simplemente no se sostiene ante el más superficial examen de los hechos. Recordemos que Hitler ofreció la paz a Churchill en varias ocasiones, sólo para quedar con las manos libres en el Este; que Hitler rompió un pacto con Stalin con ese mismo fin. Hitler perdió la guerra cuando ya la había ganado sólo por empeñarse en la Operación Barbarroja. La documentación al respecto es tan abundante, que no vala la pena debatirlo. Y la fuente que citas, traducida como "Raza y destino", por favor aclara qué libro es ese, tan decisivo que pasa por delante de nada menos que el Mein Kampf, donde Hitler explica lo que piensa hacer y lo hace, pues lo dicho en Mein Kampf queda confirmado por la política efectiva en el Este, de principio a fin.

Miguel dijo...

Ni afirmo ni niego nada respecto a la política que Hitler tuviese para con Europa Oriental, ya he dicho en mi anterior comentario que no tengo un especial conocimiento sobre lo acaecido en la IIª Guerra Mundial.

Insisto en ésto porque percibo cierta agresividad en su respuesta.

Tan sólo he citado las tesis de Lukacs (más o menos como las recuerdo, pues leí los libros hace un par de años y mi memoria puede fallar), que en su calidad de historiador reputado -judío por vía paterna, dicho sea de paso- creo que tiene más autoridad que mi humilde persona en estas cuestiones.

"Raza y destino" es este libro

http://www.libreriaeuropa.es/ficha.php?codart=STIN

ENSPO dijo...

"Percibo cierta agresividad en su respuesta", dice Miguel.

Aquí sólo se ha afirmado que esta tesis de que para Hitler el Este carecía de importancia no se sostiene ante la simple evidencia y la avalancha documental que acredita cuáles eran los verdaderos planes de Hitler. ¿Por qué Hitler atacó Rusia si no le importaba el Este? ¿Por qué, dominando ya toda Europa y aliado de la URSS, debía llevar a su pueblo a la ruina abriendo el temido segundo frente mientras Inglaterra todavía resistía (aunque por sí sola no era una amenaza, empezaba a serlo, precisamente, aliada a la URSS)?

¿Le parece a usted "agresivo" manifestar una opinión? ¿Dónde está la agresión? ¿Se ha empleado alguna palabra insultante? Si es así, nuestras disculpas, pero no detecto nada en la respuesta que pueda ser calificado de "agresivo", la verdad.

Miguel dijo...

Bien, si usted no pretendía ser agresivo, habrá sido un fallo de percepción por mi parte así que retiro lo dicho y presento mis excusas.

Y vaya por delante que no pretendo convencerle de nada a usted ni a los lectores del blog. Sencillamente he señalado las tesis de un historiador que en su día a mi también me resultaron llamativas.

Sobre un ataque alemán a la URSS que no estuviese inspirado por el deseo de un espacio vital, ¿quizá Hitler tuvo miedo de la concentración de fuerzas del Ejército Rojo en la frontera y decidió adelantarse a un posible ataque de Stalin?. No lo sé, no soy la persona autorizada para poder responder a esa pregunta.

Según Viktor Suvorov, los alemanes se adelantaron al Kremlin al atacar en junio del 41

http://www.larazon.es/noticia/7521-el-dia-en-que-hitler-pudo-ganar

http://www.barnesreview.org/the-chief-culprit-stalins-grand-design-to-start-world-war-ii-p-259.html?zenid=744bbd790bb629edccb487feb34de513&cPath=80_45

Por supuesto, hay historiadores que no son de esa opinión.

Me limito a señalar otras teorías que hay al respecto. Carezco de un volumen grande de lecturas sobre el conflicto bélico, así que mi postura se limita a un neutral "doctores tiene la iglesia".

ENSPO dijo...

Algunas informaciones tenemos sobre el tema que usted menciona, pero ese dato, caso de confirmarse, sólo afectaría a la fecha del ataque alemán, no a los planes hitlerianos de expandirse hacia el Este. Quizá Hitler adelantara la ejecución táctica de esos planes, pero la geoestrategia general del Tercer Reich era la que era, no se puede negar que Alemania renunció a las colonias tropicales y al tradicional migrar de los germanos en dirección Sur porque pretendía colonizar Ucrania y esclavizar a la población eslava. Que Alemania ofreció la paz a Inglaterra en conherencia con esta concepción, que Alemania no declaró la guerra a Francia y Gran Bretaña porque no le interesaba esa guerra, sino mover población hacia las estepas y forjar allí una clase campesina fuerte de colonizadores. Fíjese en lo que ocurre con Checoslovaquia, y esto antes de la invasión de Polonia: una vez recuperados los Sudetes, Alemania se apropia también de Bohemia-Moravia, donde no hay minorías alemanas, está poblado por checos, vulnerando con ello el Tratado de Munich, que justificaba los Sudetes en nombre precisamente del principio de unidad étnica y nacional defendido en su día por Wilson. ¿Cómo explicar la anexión de Bohemia-Moravia sin una política expansiva? ¿Y la apropiación de media Polonia? ¿Cómo la explica usted si la finalidad de Hitler era sólo Danzig y el resto de los territorios poblados por alemanes? Eso sin contar las evidencias documentales que se pueden aportar sobre los planes de Hitler, que comportan, entre otras delicatessen, la desaparición de la nación polaca, comenzando por el exterminio de su intelectualidad.

Miguel dijo...

No he negado en ningún momento que Hitler pretendiese someter Checoslovaquia y Polonia, o que nunca dejase de ver a la Unión Soviética como un enemigo al que inevitablemente se enfrentaría por una razón u otra.

Tampoco he negado que los alemanes deseasen llevar a cabo planes expansivos a costa del territorio de Rusia, aunque tal vez esa no fuese la motivación determinante para el ataque de 1941. Simplemente he tratado (y recalco lo de "tratado", pues no soy historiador, como ya he dicho varias veces) de responder a la pregunta que usted me ha hecho: "¿Por qué, dominando ya toda Europa y aliado de la URSS, debía llevar a su pueblo a la ruina abriendo el temido segundo frente mientras Inglaterra todavía resistía (aunque por sí sola no era una amenaza, empezaba a serlo, precisamente, aliada a la URSS)?".

Me he limitado a indicar la postura de un historiador (si observa mi comentario, escribo constantemente "según Lukacs" o "en opinión de Lukacs") que afirmaba que los planes del III Reich en Europa Oriental no suponían la parte central de su política, no que estos fueran inexistentes. Lo que creo entra en contradicción con la frase que usted formula para contestar a Frel de "Hitler quería invadir Polonia y expandirse hacia el Este, ese era su plan, su idea, su vida".

No recuerdo los pormenores de la argumentación de Lukacs, así que me he limitado a enunciar las tesis a grosso modo y ha indicar los libros para quien pudiera estar interesado.

Esa era mi intención, nada más, en ningún momento he pretendido decir que Hitler no aspirase a ensanchar sus fronteras o que fuese una inofensiva ursulina.

ENSPO dijo...

Si no he entendido mal, usted cuestionaba que existiera una geoestrategia alemana de expansión hacia el Este o, dicho en términos más llanos, que el Este tuviera importancia para Hitler a partir de cierta fecha que ahora no recuerdo. Y a nuestro entender esta pretensión es insostenible, con todos los matices que se quiera plantear sobre el momento u ocasión de la Operación Barbarroja. La evidencia, la documentación existente, etc., indican que Alemania, desde el principio, miró hacia el Este como espacio para construir un imperio de dimensiones demográficas y territoriales comparables al británico, pero con carácter continental. Los detalles no los discutimos, simplemente sostenemos que este hecho no se puede minimizar sin incurrir en una grave distorsión de la realidad histórica. La Alemania de Hitler era militarista y expansionista. Esta es la verdad, hay que asumirla aunque no aceptemos el "relato oficial" de cómo sucedieron las cosas y aunque en la otra parte fueran iguales, o peores incluso, las responsabilidades morales y planteamientos imperialistas.

Frel dijo...

El hecho de que Hitler atacara a la URSS fue debido tal como afirman agunos historiadores a que los soviéticos estaban dispuestos a atacar a Alemania y los germnanos lo percibieron y por eso atacaron, de hecho los soviéticos tenían un ejército entero desplegado en las fronteras con Polonia hasta Rumanía.
No es difícil intuir que los soviéticos querían atacar a Alemania ya que por el Oeste y por el norte le iban a tacar franceses e ingleses(El ejemplo de Dunquerque y la invasión inglesa del sur de Noruega así lo demuestran), por lo tanto era perfectamente asumible el ataque soviético por el Este y de esa forma rodear el ataque contra Alemania.
De hecho fueron Francia e Inglaterra quien le declararon la guerra a Alemania y no al revés.

Toño dijo...

Repito que en ningún momento he dicho que el Este no tuviera importancia para Hitler o que el NS careciera de planes expansionistas o que los alemanes no cometiesen desafueros en su campaña rusa. Lukacs en ningún momento niega nada de eso (ni yo creo haberlo hecho).

Mis frases exactas han sido "la expansión hacia el Este de Europa no ocupaba un lugar TAN importante en la mente de Hitler" y "retomar la Drang nach Osten de los caballeros teutónicos no era un punto CENTRAL en los proyectos hitlerianos."

En la sinopsis de "Junio de 1941: Hitler y Stalin" se nos dice:"Lukacs desafía las ideas comúnmente aceptadas en torno a la mayor ofensiva militar de la historia y sugiere que el objetivo último de Hitler era Inglaterra. Si la Rusia comunista era derrotada, tanto Inglaterra como Estados Unidos se replantearían su decisión de enfrentarse a Alemania."

Eso puede conectar con la tesis de Suvorov de que Hitler pudo haber iniciado Barbarroja por temor al Ejército Rojo, pues existe la posibilidad de que Rusia NO fuera el objetivo principal, al menos en ese momento, y todo se precipitase para Hitler. O por decirlo de otro modo, los nazis podían anhelar y proyectar la conquista del territorio ruso (que era uno de los tópicos del nacionalismo alemán) pero consideraban más importante y prioritario batir a otros enemigos.

La verdad, no creo poder explicarlo mejor.

Miguel dijo...

Perdone quería publicar como Miguel, me he equivodado de nombre.

Frel dijo...

No hay que olvidar que el objetivo de Stalin era apoderarse de la mitad este de Europa, como así ocurrió después de la guerra, a raíz de las conferencia de Yalta y de Potsdam, por eso es fácil pensar que los soviéticos en alianza con las potencias liberales estaban dispuestos a atacar a Alemania y expandirse por la Europa del este, pero los alemanes se adelantaron viendo lo que se avecinaba, sobre todo por lo que estaba ocurriendo por el Oeste y por el norte con los franceses y británicos.
Muchos en Europa percibieron el pacto de no agresión entre la URSS y Alemania como un acto de sumo cinismo, ya que en teoría eran dos potencias contrarias políticamente, dicho pacto lo firmaron con la intención de recuperar los territorios que les arrebataron a las dos potencias a raíz del tratado de Versalles, no fue por otro motivo. Aunque la actutud de Stalin fue mucho más cínica ya que desde 1937 propuso una alianza a Francia, Inglaterra, Polonia y Rumanía contra Alemania, o sea, jugando a dos bazas, por eso causó gran estupor en toda Europa la firma del pacto con los alemanes.

Frel dijo...

Opino igual que Miguel cuando afirma que el ataque a la URSS por parte de Alemania no fue motivado primeramente por una supuesta expansión alemana hacia el Este, al margen de que en un futuro tuviera intención de realizarlo, pienso que lo hicieron tal como se ha afirmado en algún que otro mensaje para impedir un ataque soviético que tarde o temprano iba a producirse.
Referente a Inglaterra y Francia se sabe que Hitler les hizo numerosas ofertas de paz, especialmente a Inglaterra, pero fueron rechazadas, él siempre dijo que no quería la guerra con ambos países, por eso afirmó en su día que las democracias europeas eran decadentes.

ENSPO dijo...

Aquello que hemos estado debatiendo aquí es si había una política alemana de expansión militar hacia el Este, un hecho que nos parece incuestionable. Tambien hemos dicho que los motivos por los que el ataque a la URSS se adelantara (presuntamente), no modifican el fondo del asunto: la doctrina geoestratética del Tercer Reich y su voluntad de esclavizar a los eslavos.

ENSPO dijo...

No cuestionamos la existencia de una política expansionista por parte de la URSS. En ningún momento hemos negado este dato, hemos dicho que la existencia de dicha política no refuta la afirmación de que Alemania abrigara, a su vez, un proyecto de anexión militar hacia el Este.

!Una cosa no quita la otra, es así de sencillo!

Léanse nuestros posts, nuestra postura es muy clara al respecto.

ENSPO dijo...

"Aunque la expansión hacia los países eslavos era uno de los tópicos del nacionalismo alemán ya incluso antes de 1914 (Luddendorf lo mencionó en alguno de sus escritos), según Lukacs, retomar la Drang nach Osten de los caballeros teutónicos no era un punto central en los proyectos hitlerianos."

De esta frase hemos desprendido que usted cuestionaba la existencia de una política de expansión alemana hacia el Este. Quizá tenga el fragmento otra interpretación, pero usted dice LITERALMENTE que el Drang nach Osten no era el punto central de los proyectos hitlerianos. Bien, pues, a nuestro entender, lo era.

Frel dijo...

Vamos a ver ,yo no he cuestionado en ningún momento que ustedes hayan negado el ímpetu expansionista de los soviéticos, es más usted lo comenta en algún que otro mensaje.
Referente al expansionismo del III Reich hacia el este con la intención de esclavizar a los eslavos pues pienso que resulta quizás un poco atrevido afirmar esto, hay quien parte de la base de que se ha malinterpretado esa teoría, la cual Hitler expone en Mein Kampf, que lo que pretendía era crear una especie de estado-nación europeo, compartiendo todos los posibles recursos para equilibrar los territorios(países) de ese estado nación, se sabe que estaba un poco obsesionado con los recursos naturales y minerales de algunas de las repúblicas de la antigua URSS, especialmente de Ucrania y que dichos recursos serían muy importantes para toda Europa.
La historia oficial lo interpreta tal como afirma ENSPO, hay quien discrepa o sugiere que hay cierta ambigüedad en el tema.

ENSPO dijo...

Hitler en Mein Kampf deja claro que considera a los eslavos un pueblo de esclavos que deberá seguir siéndolo como siervo de los germanos. Posteriormente, su desprecio hacia ellos es tal que cuando los alemanes entran en Ucrania y son recibidos como liberadores por la población civil, la respuesta alemana es despectiva, en consonancia con la doctrina de Mein Kampf. Erich Koch y Rosemberg mantienen una pugna sobre la política a seguir en el país ocupado. Rosemberg es favorable a tratar a los ucranianos como aliados, Koch pretende aplicar la doctrina que considera genuinamente hitleriana e interpretar con rectitud las ideas de su jefe. ¿A quién de los dos le da la razón el Führer? A Koch. Y por culpa de este estúpido racismo, Hitler perderá la guerra, ni más ni menos.

Usted podría decirme que la postura de Rosemberg acredita otra posibilidad interna en el nacionalsocialismo, cierto, pero una opción que no encuentra apoyo por parte del máximo mandatario. Es Hitler quien inclina finalmente la balanza en favor de Koch. La idea de una Europa unida con Alemania en el centro existe en el nazismo, pero excluye a los eslavos, considerados no-arios, entre otros. Hitler admiraba a Inglaterra, pero detestaba a Rusia o Polonia. Lo único que consideró digno de imitación de la URSS fue el despiadado despotismo estaliniano.

A nuestro entender, pretender que la política del Este no ocupaba un lugar central en la mente de Hitler y que lo principal para él era derrotar a Inglaterra y Estados Unidos simplemente no se sostiene (dicho sea en el marco del debate y sin ninguna hostilidad hacia quienes sostengan la tesis contraria). Si hubiera sido así, no habría buscado la paz con Inglaterra (a la que consideraba un pueblo ario y admiraba profundamente) con el fin de poder invadir Rusia lo antes posible. Que los rusos iban a atacar antes es sólo una hipótesis, harto dudosa. Aunque la aceptásemos, la geoestrategia CENTRAL del Tercer Reich era el Drang nach Osten. Y todo lo que sabemos sobre el tema tiende a avalar esta idea.

Anónimo dijo...

Suvorov aporta demasiadas pruebas de que el ataque soviético contra Alemania estaba planificado mucho antes con ayuda norteamericana y listo para una rápida victoria soviética. La relación de capacidades en armamento están claras, Alemania no tenía un ejercito comparable con el soviético, y la prueba es que la operación barbarrosa solo encontró unidades de ataque del ejercito soviético en su larga marcha hacia Moscú: ni una sola unidad defensiva y un ejercito de partisanos como reserva. Todo perfectamente planificado: ocupación relámpago de Alemania y en caso de fracasar, un ejercito partisano de 2,5 millones de hombres acribillando la retaguardia nazi. Como dicen los yanquis: elije tu veneno. Hitler tomó una brillante decisión militar atacando a la URSS, no tenía otra opción y de no ser por ello... imaginen.

http://www.youtube.com/watch?v=I7zVLfjWzmE

Suvorov plantea algo que coincide con muchas cosas que conocemos: que Soviéticos y Estadounidenses fueron casados por la mafia financiera e industrial que dominaba al presidente Rossevelt y sus políticas pro-comunista y anti-nazis. Stalin realizó una estrategia de ajedrez, mediante el pacto con Hitler, pretendía que Europa se desangrara para entrar como un cuchillo hasta Lisboa. Dicen varios historiadores que Stalin llamaba a Hitler el Rompehielos, en alusión de su papel en esta estrategia. Lo mismo hizo EEUU en la 1ª y 2ª GM, esperar a que la presa estuviera agotada para entrar a recoger la pieza. El pacto germano soviético garantizaba a Hitler esas materias primas vitales para la supervivencia de Alemania que que el capitalismo no le iba a permitir conseguir de ninguna otra manera. Asi que yo me quedo con esta versión de la historia mucho más realista. Hitler fue engañado en una jugada de ajedrez de la inteligencia y el estado mayor soviético y hubiera sido barrido sin ese engaño. Si Rusia hubiera mantenido un suministro de materias primas a la Alemania nacionalsocialta en vez de casarse con EEUU, no creo que hubiera lanzado una guerra, de no ser estrictamente necesario como sucedió en la práctica, ni entonces ni nunca, por cuanto el Oriente hubiera acabado cayendo ante la superioridad del sistema económico y social alemán pacíficamente, o hubieran convivido contra el enemigo común: la oligarquía anglo-sionista (si esto cabe creérselo de la URRSS, país que nació a los piés de Wall Street y como China le debía todo a la finanza judía).

El hecho de declararle la guerra a los EEUU es irrelevante, pues EEUU llevaba apoyando un estrategia de guerra contra Alemania desde antes de 1939 y apoyando el esfuerzo bélico británico y soviético desde un principio, por tanto, poder atacar los convoys useños que alimentaban y escoltaban el éxito del esfuerzo bélico británico. Y no hay que olvidar el pacto con Japón.

ENSPO dijo...

Ya hemos dicho que la existencia de un plan soviético de ataque es perfectamente compatible con una geoestrategia alemana de expansión hacia el Este.

Pero de todo lo que cuenta usted sobre el presunto e inminente ataque soviético a Alemania hay cosas que me gustaría que aclarara: ¿cómo explica usted la sorpresa soviética ante el ataque alemán? ¿No controlaban los rusos la concentración de tropas alemanas si precisamente ellos estaban preparando una ofensiva? A mí no se me ocurriría ni en sueños preparar un ataque a un país y al mismo tiempo ignorar sus dispositivos de defensa/ataque en la mismísima frontera. Y que los rusos fueron pillados en calzoncillos es algo que nadie niega.

Anónimo dijo...

Es perfectamente legítimo que te hagas esas preguntas. En el año 1941 no existían satélites y la preparación del ataque alemán fue extremadamente sigilosa. Les pilló en calzoncillos por buenas razones, la primera de todas es que los soviéticos estaban centrados en una ofensiva inminente (Moscú estaba muy lejos de la frontera e incluso un ataque alemán una repetición de lo de Napoleón y para esa contingencia habían ubicado al ejercito irregular partisano, un avispero) y se hallaban en una posición netamente superior, pues el ejercito alemán, conforme a las informaciones de la inteligencia soviética, no amenazaba estar en condiciones de poder iniciar una ofensiva.Los soviéticos estaban al tanto del movimiento de tropas alemanas al norte pero estaban considerados ejercicios tácticos. La totalidad de las tropas y oficialidad alemana en el terreno, ignoraban completamente que el alto mando preparaba una ofensiva, así que difícilmente podían saberlo el espionaje soviético. Ni se les ocurrió la idea. La superioridad soviética en la frontera era en muchos puntos de 1 a 6, la aviación soviética estaba en superioridad, con sus aeródromos a poca distancia de la linea fronteriza listos para el el ataque mientras que como medida defensiva, la aviación alemana tardaría bastante en llegar al campo de batalla, dando tiempo a una respuesta suficientemente fuerte. Hitler explicó esto públicamente en la radio, diciendo que dudó muchas veces antes de dar la orden, haciendo hincapié en el extremo sigilo con que se preparó todo una vez estuvo convencido de la inminencia del ataque soviético, cuyos movimientos y superioridad eran evidentes. Hitler solo tenía 2 opciones frente a su aliado soviético: iniciaba la operación barbarrosa o permitía una derrota fulminante. Los vídeos que he referenciado lo explican muy bien, con esos tanques que desarrollaban 100 km/hora y por tanto diseñados para rodar por las autopista del Reich. Una buena respuesta a tus dudas es que el ejercito alemán atacó sin uniformes de invierno, planos topográficos ni conocimiento del estado de las redes de transporte, una verdadera improvisación impropia de un plan premeditadamente perseguido por alemanes. Los alemanes, una vez tomada la decisión de atacar, creían que o bien llegarían a Moscú y el sistema colpasaría o bien se crearía un frente estable o se llegaría a un tratado de paz en plan guerra fría muchos kms al este de Alemania. Creo no equivocarme al pensar que fue una opción ineludible y que en caso de no iniciarse, el ataque soviético hubiera sido demoledor.El material bélico soviético que cayó embolsado fue el material más valorado a lo largo del conflicto por los generales alemanes. Los tanques soviéticos eran infinitamente superiores a los tanques alemanes de 1941 y lo fueron durante casi todo el resto de la guerra, cuando llegaron los nuevos modelos. Estoy seguro de que si la URSS hubiera sido un aliado confiable y se hubiera llegado a un acuerdo de paz en el frente occidental, Hitler hubiera estado quietecito en su frontera oriental y se hubiera dedicado a proseguir con su proyecto nacional y socialista con la ayuda imprescindible de las materias primas rusas. La batalla ideológica con el comunismo se hubiera librado en el terreno económico y moral: una victoria segura.

ENSPO dijo...

Nada que objetar, siempre y cuando no se concluya de ahí que la geoestrategia del Tercer Reich estaba orientada a la anexión de territorios en el Este. Que tuvieran que atacar la URSS antes de lo previsto, por razones tácticas, no cambia el fondo del asunto.

Frel dijo...

Coincido en gran parte con el texto redactado por el último anónimo, salvo en el aparatdo militarista, afirmar que la URSS era muy superior tanto por tierra como por aire ahí discrepo, en número de tropas sí puesto que el ejército soviético era bastante más numeroso. Si realmente la URSS era tan superior militarmente a Alemania por qué tanto los EE.UU. como Inglaterra le dieron tanto armamento a los soviéticos, estamos hablando de varios convoys repletos de armamento, desde aviones a tanques y otros tipos de armas de guerra, a no ser que se lo dieran para que los soviéticos vencieran con más rapidez y efectividad a los alemanes, es la única explicación coherente que encuentro sobre el tema.
Si se hubieran dado las condiciones que describe en la parte final del texto yo creo también que hubiera habido muchas posibilidades de que Hitler hubiera tenido las tropas alemanas quietas en la frontera con el Este, pero claro esas condiciones eran un sueño irrealizable ya que fue la oligrarquía financiera sionista la que le declaró la guerra al régimen NS.

Anónimo dijo...

Verás, ante todo felicitarte por el contenido de esta entrada que es lo importante. El tema que discutimos ahora es secundario. La política hacia el este del III Reich (Hitler) estaba orientada a la anexión de territorios en el Este pero no por ser parte de la ideología nacional socialista, sino por ser parte de la situación geopolítica alemana. Creo que se puede hacer esa distinción. Hitler hubiera sido muy feliz rodeado de estados pacíficos y que no pusieran trabas a la adquisición de materias primas y al comercio en términos honorables. Hubiera tenido trabajo de sobra que realizar durante décadas, tan solo con centrarse en los territorios alemanes de Prusia oriental y a psoteriori los recién connquistados territorios del versallesco estado Polaco, que hubiera sido gobernado como un protectorado, no como una granja de esclavos y esto era lógico por el problemático avance de siglos de estos pueblos hacia el oeste y el odio almacenado y por cierto amparado por la Iglesia de Roma durante los mismos. El joven estado polaco ambicionaba con ser la potencia hegemónica en Europa Central bajo las lisongas y promesas de Gran Bretaña y Francia. La URSS, solo un poco más tarde, los convirtió también en un protectorado, como la FDR fue un protectorado judeo-americano, no crudamente una granja de esclavos, aunque todo depende de como se miren y como se verbalicen las cosas. Prusia oriental y Polonia eran de por si vastos territorios en su mayor parte anclados en la Edad Media y donde estaba todo por hacer. El enfrentamiento con la URRSS ya era otro asunto, de ideología y no de racismo o imperialismo, que cualquiera hubiera visto en esa época como ineludible, tal como fue ineludible para los EEUU, porque el proyecto imperial soviético es previo a todos e incluye a todos los pueblos de la tierra.
H era lo suficientemente inteligente y si no, tenía asesores cualificados como para, de haber sido posible, dedicar sus esfuerzos a la modernización de los territorios del este dentro de su proyecto nacional si la paz con la URRSS hubiera sido fiable. La geoestrategia de Alemania es consustancial a su ubicación geográfica y a las amenazas de sus vecinos, mucho más que a la ideología de sus gobiernos.
Cabe preguntarse cual hubiera sido la geoestrategia de Hitler si hubiera alcanzado el poder en los EEUU. ¿Hubiera firmado la declaración del destino manifiesto? ¿Hubiera sostenido la propuesta para un nuevo siglo americano? ¿Hubiera declarado oficial la lucha internacionalista mundial como hicieron los comunistas?
Es fácil decir que mi gobierno se dedicará a las artes y a la cultura, pero es mucho más fácil si tu estado está ubicado en una isla paradisíaca donde no falta de nada (EEUU).

ENSPO dijo...

¿Puede explicarme alguien que Hitler en Mein Kampf califique de esclavos a los pueblos eslavos, esclavos que deben seguir siéndolo? A mi entender el nacionalsocialismo es IRRECUPERABLE no por los crímenes que se le imputan, sino por sus propias tomas de postura ideológicas. ¿Cómo puedo yo creerme que los eslavos son un pueblo inferior? Por la misma regla de tres deberíamos serlo los latinos, sólo quedaba la raza germánica como depositaria de valores. El respeto de Hitler por Inglaterra era racista. Esto es insostenible. Creo que un "socialismo nacional" define el camino, pero no un socialismo nacional de impronta racial, sino fundado en valores éticos y políticos que se puedan oponer al economicismo vergonzane de la alta finanza y al propio racismo sionista del "pueblo elegido". No hay pueblo elegido, todos los pueblos deben ser respetados. Un verdadero nacionalista debe aprender que toda nación es depositaria de un honor y digna de respeto. También la nación judía si aceptara sus límites en justa correspondencia con la existencia de otras naciones creadoras de valores y de cultura.

Anónimo dijo...

"Britains shall we never be slaves"
Los británicos si tenían esclavos, los rusos y los soviéticos eran esclavos, los franceses tenían esclavos, los norteamericanos tenían esclavos. Ahora nosotros somos esclavos a los que ni siquiera se les garantiza vivienda y comida. La esclavitud, cuando el ser humano tenía despiertos sus instintos naturales, era el destino temporal de los pueblos derrotados, porque su agresividad y animosidad contra el vencedor eran tan grandes que la otra alternativa era el exterminio. Así hicieron Egipcios, Mesopotámicos.....hasta que las naciones modernas, una amalgama de etnias donde el elemento de cohesión era el afán de lucro, crearon el esclavo nacional al servicio no de un amo sino de un capital y que ahora ya no es ni eso sino esclavo internacional abandonado a su suerte.

No puedo explicar esas palabras de H sino como expresión de la lucha por la supervivencia habitual entre los estados europeos de los años 1850 a 1950. Cuando el peligro llega a los niveles del ser, la reacción es así de feroz. Pero esto es debido a la situación geoestratégica del momento y no a la doctrina socialista nacional. Ubica a Alemania en una isla llena de recursos y esa frase sale automáticamente del discurso del Mein Kampf junto a las alusiones a la raza.

Nada que objetar a que TODA nación es depositaria de un honor y digna de respeto, al contario, permiteme subrayarla. El tema racial se presenta siempre que la amenaza es igualmente racial, es decir, que llega a los niveles del SER, en este caso el ser de una nación. Churchill celebró la hambruna provocada por Inglaterra tras el armisticio de la I GM como un herida irreparable en la herencia genética alemana. El odio por aquella épocas era moneda de cambio habitual, no solo por parte de los alemanes o Hitler en su Mein Kamp. Sin embargo, en el discurso tras la victoria sobre Polonia, H dedicó elogios al soldado polaco y mostró bastante benevolencia con la Francia derrotada. Hay que distinguir las épocas, sus circunstancias y su lenguaje de los concepto ideológicos. No hay pueblos elegidos ni razas consustancialmente superiores, pero el respeto a un pueblo incluye el respeto a su identidad genética y sin necesidad alguna de llegar a los extremos (algunos ya deshechados pero que se creían avalados por la ciencia del momento)del nacional socialismo, extremos que fueron fruto de las circunstancias: cuando te falla la cohesión social, la economía, la religión y todo aquello que mantiene en pie y unida a una sociedad solo queda jugar esa carta o perecer (Gracias le sean dadas al marxismo y al liberalismo por ello)y si se sabe que la nación va a ser aniquilada por los vecinos, no hay que extrañarse de que se apele al último reducto de una nación como hay tantas y que se llamaba Alemania : la raza. El resto del ideario nacional socialista es también manifiestamente mejorable hoy en día, pero esencialmente, como oposición viable al sistema imperante no deja de ser un extraordinario hallazgo.

Respecto a lo del armamento soviético, miren los videos de Suvorov.

Miguel dijo...

Para entender la aceptación de la declarción de guerra de los EEUU por parte de Berlín, es necesario tener presente la Carta del Atlántico.

Cuando Roosevelt y Churchill se reunen para diseñar el mundo de la posguerra, a Hitler ya no le podían quedar dudas sobre la postura de los EEUU en el conflicto de Europa.

También hay declaraciones de Hitler que indican que no esperaba un choque directo con las tropas estadounidenses hasta pasado un tiempo. Y sus cálculos no erraron, desde la declaración de guerra por parte de Washington (diciembre de 1941) no hubo un choque directo entre yankees y alemanes hasta febrero de 1943, en la batalla de Kasserine, en Túnez.

Dicho sea esto como apunte histórico que permita entender mejor el desarrollo de los acontecimientos en su conjunto, no quiero entrar aquí a debatir sobre las concepciones raciales del NS o su postura hacia los anglosajones.

Anónimo dijo...

Más datos confirmando la ofensiva que preparaba Moscú y que obligó a Hitler a atacar preventivamente: http://felipebotaya.espacioblog.com/post/2012/11/04/la-trampa-stalin-quer-a-guerra-1-este-es-titulo-de