martes, marzo 08, 2011

Anotaciones preliminares sobre las causas del holocausto (7)

Julius Streicher, antisemita.










Continuamos con las anotaciones sobre los factores que pudieron desencadenar el holocausto. En este momento, y siguiendo el post anterior de la serie, nos interesa aclarar si el judaísmo es o no racista. El testimonio de Israel Shahak resulta aquí decisivo, y ya sabemos ahora cuál es. En su obra sobre Sionismo y fascismo, de la que ya nos ocuparemos extensamente en su momento, el también hebreo y trotskysta Lenni Brenner reconoce las semejanzas doctrinales y hasta los acuerdos políticos entre el sionismo y el nacional-socialismo, pero atribuye tales coincidencias a una nefasta influencia de los nazis sobre los nacionalistas judíos. Los hechos demuestran, empero, lo contrario. El racismo biológico se cuece en el seno del propio judaísmo antes de pasar al sionismo, y es éste el que lo transmite, invertido, al antisemitismo y, finalmente, al nacional-socialismo, ya sea directamente, ya a través de los filosofemas racistas inscritos en la propia herencia religiosa hebrea clásica. Nada menos que Julius Streicher, quizá el más famoso antisemita de la historia, reconocerá en el juicio de Nüremberg que los nazis se limitaron a hacer suya la doctrina del pueblo elegido, invirtiendo su sentido:

Durante el proceso contra los criminales de guerra de Nüremberg, en el curso del interrogatorio del teórico de la raza Julius Streicher, le formularon la siguiente pregunta: En 1935 en el Congreso del Partido en Nüremberg fueron promulgadas las leyes raciales. Durante la preparación de este proyecto de ley ¿fue llamado a consultas y participó de alguna manera en la elaboración de estas leyes?

Acusado Streicher: Sí, creo haber participado en el sentido de que, desde hacía años, venía escribiendo que sería necesario impedir en el futuro toda mezcla de sangre alemana y de sangre judía. Escribí artículos en este sentido y siempre repetí que debíamos tomar a la raza judía o al pueblo judío como modelo. He repetido siempre en mis artículos que los judíos debían ser considerados una modelo para las otras razas, pues ellos se dieron una ley racial, la ley de Moisés que dice: Si vais a un país extranjero, no debéis tomar mujeres extranjeras. Y esto, señores, es de una importancia extraordinaria para juzgar las leyes de Nüremberg. Fueron estas leyes judías las que se tomaron como modelo. Cuando siglos más tarde el legislador judío Esdras constata que, a pesar de ello, muchos judíos se habían casado con mujeres no judías, estas uniones fueron deshechas. Este fue el origen de la judería que, gracias a sus leyes raciales, ha subsistido durante siglos, mientras que las demás razas, y todas las otras civilizaciones, han sido aniquiladas (Tribunal Militar Internacional, Tomo XII, 321, 26 de abril de 1946; Garaudy, R. Los mitos fundacionales del Estado de Israel, Barcelona, Historia XXI, 1997, p. 33, trad. José Luis Jérez Riesco).

La propia Hannah Arendt, filósofa judía y sionista, reconoce en parte el escándalo, que parece quedar reducido a una simple "paradoja" de la acusación de Nüremberg:

Hannah Arendt, filósofa judía y sionista,
 amante de Heidegger en su juventud

Al igual que todos los ciudadanos de Israel, el fiscal Hausner estaba convencido de que tan sólo un tribunal judío podía hacer justicia a los judíos, y de que a éstos competía juzgar a sus enemigos. De ahí que en Israel hubiera general aversión hacia la idea de que un tribunal internacional acusara a Eichmann, no de haber cometido crímenes "contra el pueblo judío", sino crímenes contra la humanidad, perpetrados en el cuerpo del pueblo judío. Esto explica aquella frase injustificada, "nosotros no hacemos distinciones basadas en criterios étnicos", que pronunciada en Israel no parece tan injustificada, ya que el derecho rabínico regula el estado y condición de los ciudadanos judíos, de modo que ninguno de ellos puede contraer matrimonio con persona no judía, y sin bien los matrimonios celebrados en el extranjero son legalmente reconocidos, los hijos nacidos de matrimonios mixtos tienen la consideración de hijos naturales (es de señalar que los hijos de padres judíos que no están unidos en matrimonio tienen la consideración legal de hijos legítimos), y aquella persona cuya madre no sea judía no puede contraer matrimonio con un judío, ni tampoco recibir sepultura con las formalidades usuales en Israel (Arendt, Hannah, Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal, Barcelona, Lumen, 1967, pp. 18-19).

Prosigue Arendt:

Esta situación jurídica ha quedado más de relieve a partir de 1953, año en que una importante parte de las relaciones del Derecho de Familia pasó a la jurisdicción de los tribunales civiles, es decir, no religiosos. Ahora, por ejemplo, las mujeres tienen derecho a heredar y, en términos generales, su status legal es igual al del hombre. Por eso difícilmente puede atribuirse a respeto hacia la fe o el poder de una fanática minoría religiosa, la actitud del gobierno de Israel al abstenerse de transferir a la jurisdicción civil materias tales como el matrimonio y el divorcio, que ahora están reguladas por la ley rabínica. Los ciudadanos de Israel, tanto los que albergan convicciones religiosas como los que no, parecen estar de acuerdo en la conveniencia de que exista una prohibición de los matrimonios mixtos, y a esta razón se debe principalmente -como no tuvieron empacho alguno en reconocer diversos funcionarios israelitas, fuera de la sala de audiencia- que también estén de acuerdo en que no es aconsejable que se dicten disposiciones legales al respecto, por cuanto en ellas sería necesario hacer constar explícitamente, en palabras de claro significado, una norma de conducta que la opinión mundial seguramente no comprendería (op. cit., pp. 19-20).

Esta es una forma suave, e hipócrita, de decir que los judíos estaban engañando a todo el mundo, es decir, que estaban juzgando a los nazis por una práctica racista de segregación que ellos mismos reconocían como legal. Nosotros nos limitamos a añadir que fueron los nazis quienes la "copiaron" del judaísmo y no a la inversa como, según veremos, pretende Lenni Brenner.

Concluye Arendt:
A este respecto, Phillip Gillon escribió recientemente en "Jewish Frontier": "Las razones que se oponen a la celebración de matrimonios civiles radica en que éstos serían causa de divisiones en el pueblo de Israel, y también separarían a los judíos de este país de los judíos de la Diáspora". Sean cuales fueren los fundamentos de lo anterior, lo cierto es que la ingenuidad con que la acusación pública denunció las infamantes leyes de Nüremberg, dictadas en 1935, prohibiendo los matrimonios e incluso las relaciones sexuales extramatrimoniales entre judíos y alemanes, causó al público una impresión de desagradable sorpresa. Los corresponsales de prensa mejor informados se dieron perfecta cuenta de la paradoja que las palabras del fiscal entrañaban, pero no la hicieron constar en sus artículos. Sin duda, no creían que aquél fuera el momento oportuno para criticar las leyes e instituciones de los judíos de Israel (Arendt, H., op. cit., p. 20).

Los motivos de la autocensura de los periodistas seguramente no fueron tan honestos como Arendt pretende, hechos posteriores lo han demostrado hasta la saciedad. Pero más importante aquí es que la comunidad internacional fue engañada por un fariseísmo criminal, pues no sólo se estaba abominando de una doctrina racista que los nazis habían aprendido de sus víctimas, sino que, por otro lado, como argumentaremos en su momento, juzgábanse unos crímenes, a saber, los exterminios étnicos, cuyos antecedentes y legitimación también suponían una simple inversión, realizada en el seno del cristianismo en perjuicio de los judíos, de aquéllo que éstos habían considerado legítimo a lo largo de siglos cuando era aplicado a los gentiles. Así, las leyes de Nüremberg subvertían el racismo familiar de la ley rabínica, pero el holocausto subvertía el genocidio sagrado o anatema instituido por la Torah.

Habitualmente, se acostumbra a utilizar esta información en perjuicio de los judíos. Pero no hay que olvidar lo siguiente: si se rechaza el racismo judío, entonces hay que rechazar también el racismo de los nazis. Porque la paradoja con que, a la postre, nos topamos, no es sólo que vivimos a la sombra del dominio de la extrema derecha judía y de sus engaños universalistas o humanitarios ---perfectas armas de propaganda al servicio de un racismo despiadado---, sino que dichas ideas eran compartidas reactivamente por los nazis y que, con el triunfo del sionismo, también triunfó, de alguna manera, el aspecto más rechazable del "fascismo".

Por lo demás, el judaísmo no es un fenómeno meramente biológico (racismo etnicista) ni meramente cultural, sino que tiene en cuenta, en primerísimo lugar, los valores en los que el niño ha sido socializado por la madre. De ahí que, aunque alguien sea ateo y su madre convertida al judaísmo (¡¡¡antes de que quedarse embarazada!!!) pero de etnia noruega, el vástago será considerado judío para la comunidad talmúdica gobernada por los rabinos. La clave son los valores, pero no unos valores teóricos, mentales o intelectuales, sino los valores efectivamente interiorizados en las tempranas etapas de la educación infantil. Dichas "importancias constituyentes de mundo" determinarán cómo actúa de hecho la persona a lo largo de toda su vida y, por ende, la forma de su cuerpo e incluso sus ideas más abstractas. Hete aquí la "sabiduría" del judaísmo, aquéllo que debemos aprender de él por mucho que nuestros valores estén en las antípodas de los suyos. 

Jaume Farrerons
La Marca Hispànica
8 de marzo de 2011

Actualizado el 26 de enero de 2020

Aviso Legal: https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2013/11/aviso-legal-20-xi-2013.html


15 comentarios:

julio sanz dijo...

Con la mente serena y sin prejuicios, se puede llegar a la conclusión de que en el fondo el NS
admiraba al Judaísmo por la demostrada capacidad de saber conservar su identidad y sus valores a través de milenios. Si el mandamiento de la Ley de Moisés (y de cualquier Tradición Sana) dice "Honrarás a los Padres"... De aquí se deriva el amor a la Familia y por consiguiente a la Tierra de los Padres (la Terra Patria). El NS quiso recuperar para la raza aria las mismas tradiciones que ha conservado el judaísmo...pero evidentemente
quizás a los judíos no les interesa que otras naciones sean tan fuertes y poderosas como ellos mismos... El error de los europeos fue inventar, a partir de 1789, la
noción de "humanidad" y de los "derechos del Hombre" sin darse cuenta de que no único real que existe son hombres concretos,
con nacionalidad, raxa, cultura y religión que los diferencia a unos de otros. Los judíos han conservado su identidad porque ellos aplican una moral a sus semejantes (los judios) y otra diferente a los gentiles...
Por ejemplo: prestar con usura... sólo a los goyim... etc.
El cristianismo... al considerar
"próximo/prójimo" a todos los hombres y mujeres del Planeta Tierra ha pretendido un imposible... pues no se puede amar a los "Enemigos Absolutos= HOSTES"
sin quedar desarmado. El amor debe reservarse o priorizarse a los "próximos"... no alos "lejanos".
Por otra parte, el mandato de "amar a los enemigos" tanto si se refiere a los enemigos privados= ENEMICUS), como a los HOSTES ó enemigos públicos ó absolutos, está en el plano de la MÍSTICA y no es aplicable a las relaciones de los hombres comunes ni a las relaciones entre Estados... Si no fuera así... el Papa y los Cruzados deberían haber "amado" a los turcos y no los debería haber combatido...

ENSPO dijo...

Según Nietzsche, fueron los propios judíos los que inventaron el cristianismo para diluir las identidades de todos los pueblos excepto el suyo. Así, tanto el universalismo como el racismo serían las dos caras de un mismo proyecto histórico.

Librarse del judaísmo significa volver a las raíces griegas e indogermánicas de nuestra cultura, lo cual implica rechazar las DOS formas del judaísmo, en realidad dependientes de un único concepto (falso) de la realidad.

Esto es lo que hace Heidegger.

De ahí que en este blog se rechace el racismo, pero también el mundialismo uniformizador abstracto que funciona como arma de la extrema derecha judía.

Por mi parte, en vez de una especie de racismo "ario" copiado del racismo judío, le sugiero que se plantee la cuestión desde la perspectiva y los valores propiamente europeos. Quizá si los europeos somos capaces de entender qué significa realmente Europa (y no como raza, o sea, a la judía, desde luego), surga la posibilidad de una alterativa al poder oligárquico transnacional que actualmente domina medio planeta.

La respuesta, insisto, está en Heidegger.

Jackobs dijo...

5 estrellas Jaume!!!

ENSPO dijo...

Danke schön, Jakobs!

Anónimo dijo...

No al racismo y no al cosmopolitismo... cómo se hace sin causar una implosión interna de tu organismo. Perdón pero es una utopía. Yo soy racista y tengo en claro que la raza es la base de la cultura, por ende si no se quieren diluir las culturas, entonces se debe evitar a toda costa la mezcla racial, porque favorece OBVIAMENTE la mezcla cultural, está clarísimo. Saludos!

ENSPO dijo...

O el oro o la sangre. ¿Y la verdad? Te olvidas de la verdad. Pero, cuando afirmas que hay que elegir entre racismo y cosmopolistimo, ¿lo crees porque es verdad? Pero si es verdad lo que dices, entonces ya no hay que elegir entre el oro y la sangre. Podemos elegir la verdad misma.

Frel dijo...

Desde mi punto de vista el NS no es que adoptara el racismo biológico de los judíos, creo que hay que distinguir, los judíos practican un racismo con sentido de comunidad-religiosa, en sí no es estrictamente racial ya que los judíos originarios son semitas,o sea,de raza blanca, son racistas con las personas ajenas a su comunidad religiosa,o sea a los gentiles,incluso están mestizados para extender su poder por otros continentes. El NS es contrario al mestizaje desde el punto de vista puramente racial para no devaluar las cualidades naturales de cada raza, en el caso del rechazo del judaísmo está basado intrínsecamente por el tema religioso que engloba los aspectos económicos y culturales.
Un saludo.

Frel dijo...

Cuando se aplica el término antisemita para oponerse al judaísmo creo personalmente que se aplica de manera errónea, vamos a ver, los pueblos semitas son los procedentes de próximo oriente, no sólo los judíos, también los palestinos y otros pueblos(el tronco racial es el mismo), por lo tanto para oponerse al judaísmo habría que aplicar el término antisionista, ya que este movimiento fue creado por un judío y obviamente está estrictamente ligado a los objetivos de la religión judía.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Sobre que Nietzsche afirmó que el cristianismo fue creación de los judíos para diluir la identidad de otros pueblos y dominarlos posiblemente sea verdad, expongo como caso claro el hundimiento del imperio romano, la historia afirma que los romanos se inspiraban en sus dioses, eran su cosmovisión espiritual,esto es cierto, hay historiadores que opinan que a partir de abrazar el Cristianismo(perdona al enemigo y todo lo demás...)mediante el mandato de Constantino(Hay quien afirma que era judío) el imperio romano comenzó su decadencia que acabó por hundirlo.

ENSPO dijo...

El judaísmo no es ni meramente biológico ni meramente cultural, sino que tiene en cuenta los valores en los que el niño ha sido socializado por la madre. Por eso, aunque un niño sea ateo y su madre convertida al judaísmo pero de etnia noruega, el vástago se considera judío para la comunidad judía gobernada por los rabinos. La clave son los valores, pero no unos valores teóricos, mentales o intelectuales, sino los valores efectivamente interiorizados en las tempranas etapas de la educación infantil. Dichos valores determinarán cómo actúa de hecho la persona a lo largo de toda su vida y, por ende, la forma de su cuerpo e incluso sus ideas más abstractas. Hete aquí la "sabiduría" del judaísmo, aquéllo que debemos aprender de él aunque nuestros estén en las antípodas de los suyos.

Anónimo dijo...

Le paso el enlace a una disertación del rabino Elyahu Kin sobre el concepto de "amalek", el mal absoluto. Interasante por sus conclusiones, por la interpretación gestual del lenguaje corporal del disertante... y por la proyección psicológica que es una constante intención de acusar de lo propio a los demás. Imperdible experiencia para conocer mejor el adoctrinamiento al que son sometidos los adoradores del muro.

https://www.youtube.com/watch?v=QX20CbMvF24

ENSPO dijo...

Gracias por su aportación. En breve le respondo.

ENSPO dijo...

Una confesión abierta y descarada de sus intenciones criminales. Resulta sorprendente la sensación de prepotencia e impunidad que les debe de llevar a expresarse de esta manera, es decir, sin disimulos. Pero la mayoría de la gente no quiere ni oír hablar del asunto. Sacarlo a colación significa ser acusado de nazi. Y aquí se termina la discusión.

Anónimo dijo...

El rabino concluye su conferencia a su audiencia de correligionarios, diciendo que el mal absoluto (Amalek), contra el cuál Israel está en guerra eterna y sin cuartel desde el mítico éxodo; y que mientras no resulte en la total exterminación de lo que el concepto perpetuamente renovado de amalek representa; la utópica promesa de ser la "luz de las naciones" con la llegada del mesias y la implementación de las 7 leyes noáhidas para gobernar a los goyims, no sobrevendrá. Ese concepto del odio ancestral (hostis), inyectado a través del miedo por medio del adoctrinamiento y el recuerdo de fábulas míticas tenidas por actuales, de la lucha del desválido contra el violento e injusto, ora representado por Agag, o por Amán el agagita, o por Roma, es actualmente, concluye el rabino (puertas adentro), Alemania. O más precisamente lo que "lo alemán" representa en cuanto tendencia espiritual dentro de Europa. Sus valores.
Para mí, y esto ya es mi interpretación, son la suma de valores expresados tanto por Nietzsche; como por el prusianismo de Spengler (antagónico del miguelismo liberal) en cuánto socialismo no internacionalista sino espresión típica de cada pueblo en tanto pueblo; y la marcialidad y honestidad del tipo militar no especulativo heredero de Moltke el viejo; que el yunque de las tormentas de acero (Júnger) luego de 4 años de lucha heroica en dos frentes y de lucha contra los rojos (Baltikum), forjó en una confusa pero clara vitalidad liberadora (Revolución Conservadora). Muchas influencias tanto portotípicas como circunstanciales conformaron "lo alemán", las cuales si hubieran tenido oportunidad de prevalecer, tanto a través de la paz (Hess), como de la la guerra (Hitler), hubieran erradicado el abrahamismo de la Europa continental haciendo inócua la influencia de los cartagineses para siempre. De ahí la predica farisea del máximo peligro: Alemania = Amalek. Saludos cordiales

ENSPO dijo...

Excelente reflexión que, en términos generales, no puedo sino suscribir.